Ⅰ

Hermanos y hermanas, hemos venido ante Dios.

¡Qué alegría comer y beber Sus palabras!

Hablas sobre tu experiencias y yo comparto mi entendimiento.

Los hermanos y hermanas nos apoyamos y ayudamos.

Cuanto más hablamos de las palabras de Dios, más claridad logramos,

y obtenemos la iluminación y el esclarecimiento del Espíritu Santo.

Al entender la verdad y reflexionar sobre nosotros mismos,

vemos nuestra corrupción y nuestros defectos.

Al orar a Dios y buscar con sinceridad,

le hablamos desde el corazón y con franqueza.

No le importa lo profundamente que entendamos la verdad,

está contento cada vez que decimos lo que llevamos dentro.

La vida de iglesia trae tanta alegría y nuestras vidas crecen poco a poco.

El reino de Cristo es nuestro hogar. Quienes aman a Dios siempre lo alabarán.

Ⅱ

Hermanos y hermanas, hemos venido ante Dios.

¡Qué alegría comer y beber Sus palabras!

Nos sometemos al juicio y castigo de las palabras de Dios,

y aceptamos la poda y la disciplina.

Dios dispone todo tipo de personas, acontecimientos y cosas

para probar y refinar nuestra fe.

Nosotros entendemos las meticulosas intenciones de Dios

y que todo lo que hace es para ayudarnos a conseguir la verdad y vida.

Experimentando Sus palabras y practicando la verdad,

obtenemos más verdad y más realidad.

Cumplimos bien nuestro deber y ofrecemos nuestra lealtad,

dando buen testimonio para satisfacer las intenciones de Dios.

La vida de iglesia trae tanta alegría y nuestras vidas crecen poco a poco.

El reino de Cristo es nuestro hogar. Quienes aman a Dios siempre lo alabarán.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos