I

Dios se ha hecho carne y ha venido entre los hombres.

Expresa la verdad y nos trae el camino de la vida eterna.

Cada día comemos y bebemos la palabra de Dios

y comenzamos una nueva vida en la Era del Reino.

Al leer la palabra de Dios, llegamos a entender la verdad;

dejamos todo atrás para seguir a Dios Todopoderoso.

Vivimos ante Dios y somos libres y liberados.

Nuestro corazón se regocija y goza de una satisfacción sin igual.

Dios pronuncia Su palabra para regarnos y proveernos.

Entendemos la verdad y nuestras vidas crecen gradualmente.

Cumplimos nuestros deberes con lealtad y satisfacemos el corazón de Dios.

Amaremos a Dios y daremos testimonio de Él por siempre.

El hombre no puede vivir sin Su palabra ni puede vivir sin la verdad.

Dios Todopoderoso le ha otorgado la verdad

y la humanidad creada alaba a Dios por toda la eternidad.

II

La palabra de Dios desenmascara nuestra corrupción

y somos purificados al aceptar Su juicio y castigo.

Al fin vivimos a semejanza de personas honestas.

Qué gran bendición es que Dios nos salve.

A través de las persecuciones y tribulaciones,

nos mantenemos firmes en nuestro testimonio;

no nos arrodillamos ni rendimos ante Satanás, el rey de los diablos.

Arriesgamos la vida y prometemos seguir a Dios hasta la muerte,

y damos un testimonio fuerte y rotundo para glorificar a Dios.

Dios pronuncia Su palabra para regarnos y proveernos.

Entendemos la verdad y nuestras vidas crecen gradualmente.

Cumplimos nuestros deberes con lealtad y satisfacemos el corazón de Dios.

Amaremos a Dios y daremos testimonio de Él por siempre.

El hombre no puede vivir sin Su palabra ni puede vivir sin la verdad.

Dios Todopoderoso le ha otorgado la verdad

y la humanidad creada alaba a Dios por toda la eternidad.