I

Hemos sido elevados ante el trono y asistimos al banquete del reino.

Comemos y bebemos las palabras de Dios Todopoderoso

y llegamos a entender muchas verdades.

A diario recibimos la formación del reino, que hace crecer nuestras vidas.

Las palabras de Dios son ricas y abundantes, y el agua viva del trono nos nutre.

Aceptamos la provisión y el pastoreo de Dios encarnado;

apreciamos Su sabiduría y omnipotencia.

Dios nos salva de la influencia de la oscuridad y nos permite vivir ante Él.

Seguimos de cerca a Cristo de los últimos días y perseguimos la verdad y vida.

Gracias a Dios Todopoderoso por salvarnos.

Seguimos al Cordero y cantamos nuevas canciones.

II

Dios nos ha preparado un banquete; ¡qué gozosa es la vida del reino!

Aceptamos el juicio y el castigo de Dios; somos probados y refinados.

Se purifican nuestras actitudes corruptas y vivimos a semejanza de personas nuevas.

Estas son las bendiciones y la gracia de Dios;

¿quién podría estar más bendecido que nosotros?

El desenmascaramiento y juicio de las palabras de Dios

revelan Su carácter justo.

Las palabras de Dios purifican nuestra corrupción

y recibimos Su gran salvación.

Cantamos, bailamos y alabamos a Dios en alabanza de Su derrota de Satanás.

¡Dios Todopoderoso ha alcanzado la gloria completa

y lo alabamos por siempre!