Pregunta 8: Vosotros dais testimonio de que la encarnación de Dios en los últimos días ha comenzado la Era del Reino, poniendo fin a la vieja era del dominio de Satanás. Lo que nos gustaría preguntar es: ¿cómo ha terminado la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días la era de la creencia de la humanidad en un Dios vago y la era oscura del dominio de Satanás? Por favor, compartid una comunicación detallada.
Respuesta:
En la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días, Él ha expresado todas las verdades de purificación y salvación de la humanidad. Él también ha abierto para la humanidad todos los misterios del plan de gestión de Dios, Su voluntad, Sus disposiciones para el destino final de la humanidad, etc. Esto ha cerrado totalmente la brecha entre Dios y el hombre, permitiendo a la humanidad estar como si estuviera cara a cara con Dios. Esa obra de Dios Todopoderoso ha terminado realmente la era de la creencia de las personas en un Dios vago, y también la era de las tinieblas y el mal del dominio y la corrupción de Satanás sobre la humanidad. La obra de Dios Todopoderoso es verdaderamente la obra de poner fin a una era y comenzar una nueva. Leamos algunos pasajes de Sus palabras. “Es hasta hoy, cuando vengo personalmente entre los hombres y pronuncio Mis palabras, que el hombre tiene un poco de conocimiento de Mí y elimina el sitio que ‘Yo’ ocupo en sus pensamientos, y en cambio crea un lugar para el Dios práctico en su conciencia. El hombre tiene nociones y está lleno de curiosidad; ¿quién no querría ver a Dios? ¿Quién no querría encontrarse con Él? No obstante, la única cosa que ocupa un lugar definido en el corazón del hombre es el Dios que este siente que es ambiguo y abstracto. ¿Quién se daría cuenta de esto si Yo no se lo dijera claramente? ¿Quién creería verdaderamente, con certeza y sin una pizca de duda, que Yo, en verdad, existo? Existe una inmensa diferencia entre el ‘Yo’ en el corazón del hombre y el ‘Yo’ de la realidad, y nadie es capaz de establecer comparaciones entre ellos. Si Yo no me hubiera hecho carne, el hombre nunca me habría conocido, e, incluso si hubiera llegado a hacerlo, ¿no seguiría siendo tal conocimiento una noción?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 11). “Como el hombre ha sido tentado y corrompido por Satanás, y como las nociones y el pensamiento se han adueñado de él, me he hecho carne con el fin de conquistar personalmente a toda la humanidad, exponer todas las nociones del hombre y destrozar su pensamiento. Como consecuencia, el hombre ya no se pavonea delante de Mí ni me sirve más usando sus propias nociones; así, el ‘Yo’ de sus nociones se desvanece completamente” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 11).
“En la construcción del reino Yo actúo directamente a través de Mi divinidad, y permito que todas las personas sepan lo que tengo y lo que soy sobre la base de su conocimiento de Mis palabras, lo que en última instancia les permite alcanzar el conocimiento de Mí hecho carne. De este modo llega a su fin la búsqueda de toda la humanidad de un Dios difuso, y así dejan de albergar un espacio en su corazón para el Dios del cielo; es decir, permito que la humanidad conozca Mis obras mientras me encuentro hecho carne, y así ha de concluir Mi época en la tierra” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 8).
“Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas solo las puede lograr la carne encarnada de Dios, la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. Ya que a las personas se les pide que conozcan a Dios, las imágenes de dioses ambiguos y sobrenaturales deben ser disipadas de sus corazones, y ya que se les pide que desechen su carácter corrupto, primero deben conocerlo. Si solo el hombre realiza la obra para disipar las imágenes de los Dioses vagos de los corazones de las personas, entonces fracasará en conseguir el efecto debido. Las imágenes de los Dioses ambiguos que están en los corazones de las personas no se pueden exponer, desechar o expulsar por completo solo con palabras. Al hacerlo así, a la larga no será posible disipar estas cosas que están profundamente arraigadas en las personas. Solo al sustituir estas cosas ambiguas y sobrenaturales por el Dios práctico y la verdadera imagen de Dios y hacer que las personas las conozcan poco a poco, se puede lograr el efecto debido. El hombre reconoce que el Dios al que buscó en tiempos pasados es ambiguo y sobrenatural. Lo que puede lograr este efecto no es la guía directa del Espíritu, mucho menos las enseñanzas de un cierto individuo, sino el Dios encarnado. Las nociones del hombre se ponen al descubierto cuando el Dios encarnado hace de manera oficial Su obra, porque la normalidad y la realidad del Dios encarnado es la antítesis del Dios ambiguo y sobrenatural que hay en la imaginación del hombre. Las nociones originales del hombre solo se pueden revelar cuando se contrastan con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, no se podrían revelar las nociones del hombre; en otras palabras, sin la realidad como contraste, las cosas vagas no se podrían revelar. Nadie es capaz de usar palabras para hacer esta obra y nadie es capaz de articular plenamente esta obra usando palabras. Solo Dios mismo puede hacer Su propia obra y nadie más puede hacerla en Su nombre. No importa lo rico que sea el lenguaje del hombre, es incapaz de articular plenamente la realidad y la normalidad de Dios. El hombre solo puede conocer a Dios de una manera más práctica y solo lo puede ver con mayor claridad si Dios personalmente obra entre los hombres y muestra por completo Su imagen y Su ser. Este efecto no lo puede lograr ningún ser humano de la carne. Por supuesto, el Espíritu de Dios también es incapaz de lograr este efecto” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado).
“Cuando todas las personas tengan un mayor conocimiento de Mí después de aceptar Mis declaraciones es el tiempo cuando Mi pueblo me vive, es el tiempo cuando Mi obra en la carne se completa y el tiempo cuando Mi divinidad se vive por completo en la carne. En este momento, todas las personas me conocerán en la carne y serán verdaderamente capaces de decir que Dios aparece en la carne y este será el fruto. […] En última instancia, el pueblo de Dios podrá darle a Dios una alabanza que sea verdadera, no forzada, y que provenga de sus corazones. Esto es lo central del plan de gestión de 6000 años de Dios. Es decir, es la cristalización de este plan de gestión de 6000 años: permitir que todas las personas conozcan la importancia de la encarnación de Dios, permitirles conocer prácticamente a Dios hecho carne, es decir, las obras de Dios en la carne, para que nieguen al Dios ambiguo y conozcan al Dios de hoy y también al de ayer y, especialmente, al del mañana, que real y verdaderamente ha existido desde siempre y para siempre. ¡Solo entonces entrará Dios en el reposo!” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 3).
Antes de que Dios se hubiera hecho carne —esto es, hace dos mil años— toda la humanidad (con la excepción de los israelitas) estaba completamente en tinieblas con respecto a la existencia de Dios, y a que Él creó todas las cosas y gobierna sobre ellas. Había muchas personas que creían que la naturaleza creó a los seres humanos. La mayoría de las personas adoraba a diversos espíritus malignos e ídolos, quemaba incienso y se doblegaba, y había templos que honraban a los dioses falsos por todas partes. Las personas consideraban como el Dios verdadero a toda clase de espíritus malignos y a Satanás, hasta el punto en que toda la humanidad adoraba y servía a este. La humanidad estaba totalmente bajo el control de Satanás y vivía enteramente bajo su dominio. Cayó en las tinieblas y el pecado —este es un hecho ampliamente reconocido—. Después de que Dios completara Su obra de la Era de la Ley en Israel, los israelitas empezaron a adorar y a servir al Dios verdadero. Pero Él sólo obraba a través de los humanos, y no se encarnó para realizar la obra. Así pues, los resultados de la obra de Dios en la Era de la Ley sólo se consiguieron entre los israelitas, pero todo el mundo gentil seguía adorando y sirviendo a Satanás y continuaba viviendo en las tinieblas y el pecado, no podía librarse de ello. Bajo estos antecedentes Dios se encarnó en el mundo como el Señor Jesús por primera vez para llevar a cabo la obra de redimir a la humanidad. Él predicó el camino del arrepentimiento: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Él expresó algunas verdades para que la humanidad pudiera ver la aparición del Salvador, y sólo entonces empezó esta a reconocer que Dios creó los cielos y la tierra, y todas las cosas, y que Él es su Gobernador. Sólo entonces empezaron muchas personas a creer en Dios y adorarlo, pero entre la humanidad corrupta seguían existiendo muchas personas que negaban a Dios, creían en espíritus malignos, y seguían a Satanás. Este seguía engañando y corrompiendo a la humanidad. Además, la mayoría de las personas religiosas creían en Dios pero no lo conocían realmente, y estaban muy lejos de la obediencia y la adoración genuinas de Dios. Sin embargo, la aparición y la obra del Señor Jesús permitieron a las personas ver la aparición del Salvador por primera vez, como si vieran la aparición de Dios. Esta es una realidad que nadie puede negar. En los últimos días, Dios se hizo carne de nuevo —Él es Dios Todopoderoso— y llevó a cabo la obra de juicio de los últimos días, y al hacerlo ganó finalmente a un grupo de personas entre la humanidad que comparten un mismo sentir con Él. Este grupo de personas ha obtenido un entendimiento genuino del carácter justo de Dios debido a Su juicio y al castigo que ha experimentado, y ha desarrollado un corazón de reverencia a Él, convirtiéndose en las personas que son absolutamente obedientes a Dios y han sido ganadas por Él. Este es el primer grupo de personas que Dios ha ganado entre la humanidad corrupta, y estas personas son los primeros vencedores hechos por la obra de juicio de Dios de los últimos días. Conforme la expresión de Dios Todopoderoso —La Palabra manifestada en carne— ha empezado a difundirse y diseminarse por todo el mundo, la humanidad ha comenzado a despertarse, y ha desarrollado un interés en las palabras de Dios. Hay muchas personas que están examinando el camino verdadero y buscando la verdad, y toda la humanidad corrupta está empezando ya a volver a estar gradual y oficialmente ante el trono de Dios. Estos son los resultados obtenidos por el hecho de que Dios se haya hecho carne y haya declarado palabras entre la humanidad. Las palabras de Dios harán que todas las cosas ocurran, y por esta razón Él dijo: “A medida que Mis palabras quedan consumadas, el reino se forma poco a poco en la tierra y el hombre regresa gradualmente a la normalidad, y, así, se establece en la tierra el reino que yace en Mi corazón. En el reino, todo el pueblo de Dios recupera la vida del hombre normal. Se ha ido el invierno helado, reemplazado por un mundo de ciudades primaverales, donde la primavera perdura todo el año. Ya las personas no se enfrentan al mundo sombrío y miserable del hombre y ya no sufren el frío gélido del mundo del hombre. Las personas ya no pelean entre sí, los países ya no se enfrentan en guerras, ya no hay más matanzas ni la sangre que fluye de la matanza; todas las tierras están llenas de felicidad, y en todas partes rebosa el calor entre los hombres” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 20).
“Cuando asuma formalmente Mi poder y reine como Rey en el reino, con el tiempo haré completo a todo Mi pueblo. Cuando todas las naciones del mundo sean trastocadas, será precisamente cuando Mi reino se establecerá y se formará, y también cuando Yo me transformaré y me daré la vuelta para ver de frente a todo el universo. En ese momento, todas las personas verán Mi glorioso rostro y serán testigos de Mi verdadera faz” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 14).
“Al final, Él quemará todo lo impuro e injusto dentro de las personas en todo el universo para mostrarles que Él no sólo es un Dios misericordioso y amoroso, un Dios de sabiduría y maravillas, un Dios santo, sino, además, un Dios que juzga al hombre. Para los malvados entre la humanidad, Él es fuego, juicio y castigo; para aquellos que deben ser perfeccionados, Él es tribulación, refinamiento y pruebas, así como consuelo, sustento, provisión de palabras, trato y poda. Y para los que son eliminados, Él es castigo y retribución” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación).
“Cuando todas las naciones y los pueblos del mundo regresen delante de Mi trono, tomaré toda la abundancia del cielo y se la concederé al mundo humano, de manera que, gracias a Mí, ese mundo rebose de una abundancia sin igual. No obstante, mientras el viejo mundo continúe existiendo, lanzaré Mi furia sobre sus naciones, promulgaré abiertamente Mis decretos administrativos por todo el universo, y enviaré castigo a quienquiera que los viole:
Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y, así, ve todas las obras que en todo el universo Yo he llevado a cabo. Los que van en contra de Mi voluntad —es decir, los que se oponen a Mí con las acciones del hombre— caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las innumerables estrellas de los cielos y las haré de nuevo, y, gracias a Mí, el sol y la luna serán renovados; los cielos ya no serán más como eran y las innumerables cosas que hay sobre la tierra serán renovadas. Todo será hecho completo por medio de Mis palabras. Las muchas naciones que hay en el universo serán divididas de nuevo y reemplazadas por Mi reino, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y todas ellas se convertirán en un reino que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados y Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás; es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán, en grados diferentes, a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad será separada según su propia especie y recibirá castigos proporcionales a sus acciones. Todos aquellos que se han opuesto a Mí, perecerán; en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo me revelaré a los innumerables pueblos y naciones, y, con Mi propia voz, resonaré sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26).
A partir de la palabra de Dios Todopoderoso todos podemos ver que la aparición y la obra de Dios han concluido realmente la era de la creencia de la humanidad en un Dios vago, así como la era de tinieblas y mal del gobierno y la corrupción de la humanidad por parte de Satanás. Esto ha abierto la Era del Reino de la aparición y obra personales de Dios, y el reinado de Su palabra. ¿Por qué ha quedado al descubierto y ha sido eliminado el mundo religioso por la obra de Dios en los últimos días, e incluso ha sido sometido a Su maldición? Esto se debe a que la mayoría de la gente en el mundo religioso sigue creyendo en un Dios vago, el Dios de sus nociones, pero en su corazón la verdadera imagen de Dios y Su verdadero carácter no existen. Por tanto, las personas son capaces de resistir y condenar a Dios encarnado, y de clavarlo en la cruz una vez más, razón por la cual Dios las ha maldecido, diciendo: “Ay de aquellos que crucifican a Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los malvados deben ser castigados). La aparición y la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días han cumplido la realidad de la Palabra que ha aparecido en la carne. El carácter de Dios se ha mostrado abiertamente a toda la humanidad, y ha permitido que toda ella vea y oiga las palabras de Dios, y viva en la purificación de Su juicio y Su castigo. Entre la humanidad, tanto si uno cree en Dios como si no lo hace, y tanto si pertenece a Dios como a Satanás, todas las personas están clasificadas según su clase por medio de la exposición de las palabras de Dios. Todos los que pertenecen a Dios han empezado a despertarse por Sus palabras y lo entienden gradualmente a partir del sustento de estas, vienen a estar cara a cara con Él, ven que Dios lo gobierna todo, y que Él domina el destino de las personas. Todos han visto también la justicia y la santidad de Dios que no toleran las ofensas de las personas. Todos los pueblos retornarán a Dios, y Sus palabras cumplirán todas las cosas. Lo que es de Dios retornará a Dios, y lo que es de Satanás retornará a Satanás. Pronto después de eso, Dios recompensará el bien y castigará el mal, y usará el desastre para barrer a todos los que pertenecen a Satanás. Todas las fuerzas del mal serán derribadas inevitablemente por Su castigo, y Dios traerá a Su reino a todos los que sean capaces de obedecer Su obra y volverse sinceramente a Él. Esta es una realidad que Dios completará pronto. La Era del Reino es la era del carácter de Dios revelado abiertamente a la humanidad, y también la era de la humanidad que empieza a conocer a Dios. Además, la Era del Reino es la era de Dios que declara palabras y se aparece abiertamente a las personas. Ninguna fuerza es capaz de bloquear la ejecución de la voluntad de Dios en la tierra. El reino de Cristo ya ha aparecido en la Tierra y la profecía del libro de Apocalipsis se ha cumplido totalmente: “He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apocalipsis 21:3-4). Dios Todopoderoso dice, “En el reino, la vida que el pueblo de Dios vive con Él es infinitamente feliz. Las aguas danzan gozosas por las vidas bendecidas de la gente, las montañas disfrutan con el pueblo Mi abundancia. Todos los hombres se esfuerzan, trabajan duro, muestran su lealtad en Mi reino. En el reino ya no hay rebelión, ya no hay resistencia; los cielos y la tierra dependen unos de otros, el hombre y Yo nos acercamos con profundo sentimiento, a través de las dulces felicidades de la vida, apoyándonos unos en otros…” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, ¡Regocijaos pueblos todos!). En el reino, Dios se mostrará a Su pueblo, y guiará a los supervivientes de la humanidad en su vida en la tierra. Él vivirá junto a ellos, morará con ellos, y se regocijará con ellos. Las personas también disfrutarán una vida feliz y hermosa de estar con Dios. Esto es lo que Dios encarnado conseguirá en los últimos días, y es la mayor promesa y bendición que Él da al hombre.
Respuestas a preguntas del guión cinematográfico