Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (V)
II. Los intereses de los anticristos
C. Intrigar en beneficio propio
Hoy vamos a continuar nuestra charla sobre el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos y la sección en este punto relacionada con los intereses de los anticristos. La vez anterior compartí el tercer punto de los intereses de los anticristos, el de los beneficios. En ese punto, enumeré manifestaciones específicas de diversos aspectos y abordé sobre todo el comportamiento, los pensamientos y los puntos de vista de los anticristos, y las diversas cosas que hacen bajo el control de esos pensamientos y puntos de vista. En la ocasión anterior compartí dos aspectos: el primero era malversar los bienes de la casa de Dios y el segundo era usar a los hermanos y hermanas para que los sirvan y trabajen para ellos. Estas son dos manifestaciones específicas de que los anticristos intrigan en beneficio propio. Ahora que he hablado sobre esto, ¿contáis con un entendimiento sobre la esencia-naturaleza de los anticristos? En realidad, no hay diferencias importantes entre los humanos corruptos en cuanto a las diversas manifestaciones de los anticristos, ya sea respecto a su carácter o a su esencia-naturaleza. Hay más similitudes que diferencias; solo difieren en si tienen una humanidad buena o una malvada, y solo existe una marcada diferencia en lo que respecta a su actitud hacia la verdad. Aunque las actitudes corruptas de las personas son todas las mismas, los anticristos son capaces de odiar la verdad, resistirse a Dios, juzgarlo y blasfemar contra Él, y son además capaces de hacer el mal y perturbar el trabajo de la iglesia. Estas son las zonas en las que los anticristos y los humanos corruptos corrientes son claramente diferentes. Todo el mundo tiene el carácter de un anticristo, pero si no han hecho maldad ni perturbado la obra de la iglesia y no se han enfrentado directamente a Dios, no se los puede definir como un anticristo. Aunque los humanos corruptos tienen los mismos, o similares, pensamientos, puntos de vista y actitudes corruptas, si la esencia-humanidad de alguien no es la de una persona malvada, esa es una diferencia patente entre ella y los anticristos. La mayoría de las personas no son capaces de percibir esta diferencia y meten en el mismo saco a aquellos con el carácter de un anticristo y a los que caminan por la senda de uno, y los catalogan como anticristos, ¡es muy fácil perjudicar a personas buenas al hacer esto! Si no entendéis con claridad la esencia de los anticristos, eso supone además un impedimento enorme para que os entendáis a vosotros mismos. Si notas que tu carácter corrupto es el mismo que el de un anticristo, pensarás que eres uno, y si ves que la senda que recorres es la misma que la de un anticristo, entonces pensarás que eres uno. Te seguirás definiendo a ti mismo como un anticristo si ves que tu manera de hacer las cosas y tus pensamientos y puntos de vista son los mismos que los de un anticristo. Si te percibes a ti mismo como a un anticristo de estas tres maneras, tú mismo vas a decidir que eres uno. ¿Qué consecuencias acarreará esto? No cabe duda de que hasta cierto punto te volverás negativo y te rendirás. Entenderte a ti mismo de esta manera es un tanto distorsionado. Entonces, ¿es innecesario entender tu carácter de anticristo? No, por supuesto que es necesario. El propósito de compartir y diseccionar el carácter de los anticristos es hacer que seáis capaces de compararos y de llegar al punto de entenderos a vosotros mismos de verdad. Si solo entiendes que tienes un carácter corrupto promedio, pero no reconoces que tienes el carácter de un anticristo, tu entendimiento de ti mismo es muy superficial y unilateral; no es el que debería ser. Puede que ahora mismo no seáis conscientes de esto. La mayoría de la gente piensa: “No camino por la senda de un anticristo ni soy uno, tampoco tengo la esencia de un anticristo, por lo que no hay necesidad de llegar al punto de entender que tengo el carácter de un anticristo, que soy capaz de recorrer la senda de un anticristo y que podría convertirme en uno. Si este fuera mi entendimiento de mí mismo, ¿acaso no me estaría infravalorando?”. Así pues, no estáis muy interesados en estos temas relativos a dejar en evidencia a los anticristos. Con independencia de que estés interesado o no, si eres alguien que persigue la verdad, acabará por llegar el día en el que poco a poco alcances a entender estos aspectos de la verdad y estos dichos. He oído a algunas personas que comparten su comprensión vivencial, si bien no dicen nada en absoluto respecto a que tienen el carácter de un anticristo o a que caminan por la senda de uno. Es obvio que sus pensamientos, puntos de vista y carácter son exactamente los mismos que los de los anticristos, son idénticos, pero esto no lo entienden. Es prueba suficiente de que la medida del entendimiento de algunas personas sobre sí mismas es muy superficial, en el sentido de que solo son capaces de entender que tienen un carácter corrupto, que se resisten a Dios y se rebelan contra Él, que su humanidad no es muy buena y que no aman mucho la verdad. En realidad, lo que manifiestan y revelan es el carácter de un anticristo y la senda por la que caminan es la de un anticristo, pero esto no lo entienden. ¿Por qué no? Porque no entienden las diversas manifestaciones relacionadas con el carácter de un anticristo, y hay incluso muchas personas que temen decir que tienen el carácter de un anticristo o que están en la senda de uno. Aunque lo entiendan, no se atreven a decirlo; si lo dicen en voz alta, es como si estuvieran malditas o condenadas. En realidad, lo menciones o no, ¿acaso tu situación no es la misma? ¿Puede cambiar el hecho de que tengas el carácter de un anticristo? No. El hecho de que no entiendas esto, prueba que tu comprensión de la verdad es demasiado superficial y no posees un verdadero entendimiento de ti mismo.
3. Servirse de su posición para adquirir fraudulentamente alimentos, bebidas y otras cosas deseables
A continuación, compartiremos sobre la tercera manifestación de los anticristos, intrigar en beneficio propio; servirse de su posición para adquirir fraudulentamente alimentos, bebidas y otras cosas deseables. Por supuesto, a “servirse de su posición” también se le puede llamar adquirir fraudulentamente alimentos, bebidas y otras cosas deseables enarbolando la bandera de creer en Dios. ¿Habéis intentado alguna vez reflexionar sobre este punto antes y habéis pensado en ello? (No). ¿Habéis visto alguna vez a esta clase de persona? ¿Tenéis alguna opinión respecto a ella? ¿Tenéis algún sentimiento de odio o asco? ¿Sentís desprecio hacia ella? (Sí). ¿Qué clase de persona es? ¿Cómo es su humanidad? ¿Por qué hace estas cosas? ¿Cuál es su punto de vista al creer en Dios? ¿Es esta clase de persona alguien al que salve Dios? En última instancia, ¿cuál es el objetivo de su fe en Dios? Han renunciado a sus familias y carreras, y han exhibido expresiones de sufrir adversidades y pagar un precio, pero al final, ¿cuál es su objetivo al servirse de su posición para adquirir fraudulentamente alimentos y bebidas? ¿Acaso saben que, cuando hacen esto, Dios los detesta y está descontento? ¿Habéis pensado alguna vez en estas cuestiones? La verdad sea dicha, la mayoría de vosotros no lo ha hecho. ¿Y por qué no? Algunos dicen: “Hay demasiadas personas como estas en la sociedad, así que no es para tanto tener a unas cuantas en la casa de Dios. Es más, no es que nosotros seamos necesariamente tan puros”. Te consideras alguien que persigue la verdad y, sin embargo, nunca consideras tus propias acciones, pensamientos e ideas, así como las acciones y comportamientos de los demás, y estableces una conexión entre ellos y la verdad, por medio del uso de la perspectiva de la verdad para considerarlos y definirlos. Por tanto, ¿sigues siendo alguien que persigue la verdad? ¿Conservan todavía valor y significado para ti las verdades que has llegado a entender en tu fe en Dios? No. Todos aquellos que fingen ser espirituales cuando carecen de comprensión espiritual tienen una espiritualidad falsa, y no se preocupan de nada más que de pasar todo el día ciñéndose rígidamente a los preceptos o pronunciando palabras y doctrinas, lo cual es parecido a lo que hacían los antiguos eruditos, “dedicarse por completo a estudiar libros de sabios y no prestan atención alguna a los asuntos externos”. Las personas que fingen ser espirituales creen que todo lo que hacen los demás no les afecta, que lo que piensan los demás es cosa de ellos, y se niegan a aprender a discernir a las personas, a desentrañar las cosas y a comprender las intenciones de Dios según Sus palabras. La mayoría de las personas son así; cuando terminan de escuchar un sermón o de leer las palabras de Dios, lo apuntan en un papel, lo almacenan en su corazón y lo tratan como doctrinas o preceptos, con los que cumplen de manera simbólica y que luego olvidan. En cuanto a la manera en que las cosas que suceden a su alrededor o los diversos comportamientos y manifestaciones que ven en las personas se relacionan con estas verdades, nunca piensan en ello ni tratan de reflexionar sobre esto en su corazón, ni tampoco oran o buscan. La vida espiritual de la mayoría de las personas se encuentra en este estado. Por esta razón, mucha gente es lenta y superficial para entrar en la verdad; su vida espiritual es extremadamente monótona, se limitan a seguir preceptos y no existen principios en su forma de hacer las cosas. Podría decirse que, en el caso de muchas personas, su vida espiritual se ha divorciado de la vida real, está vacía y, por eso, incluso en lo que respecto a los comportamientos y manifestaciones flagrantes de las personas malvadas y los anticristos, carecen por completo de conceptos y todavía más de definiciones, así como tampoco tienen ideas ni muestran tener discernimiento. En cuanto a los comportamientos, manifestaciones y dichos de los anticristos a la hora de intrigar en su propio beneficio individual, puede que hayáis visto bastantes de ellos, pero en vuestro corazón nunca habéis intentado meditar con exactitud qué clase de persona son, si pueden obtener la verdad en su creencia en Dios, si persiguen la verdad y otras cuestiones de ese estilo. En cambio, os pasáis el día ociosos, actuáis por inercia en todo lo que hacéis y no buscáis ser capaces de obtener la verdad ni de entender y entrar en la realidad-verdad. Los anticristos se sirven de su posición para intrigar en su propio beneficio y de su fe en Dios como una excusa para obtener toda clase de cosas deseables de manera fraudulenta en la casa de Dios. Como es natural, entre estas cosas deseables se incluye la comida y la bebida, así como ciertos disfrutes materiales y cosas del estilo. La esencia de tales personas es la misma que la esencia materialista de los anticristos de los que hemos hablado antes; se trata de la calidad humana de la misma clase de persona. Solo buscan el disfrute de toda clase de beneficio material; no persiguen la verdad y menos aún preparan buenas acciones. Solo fingen perseguir la verdad y, a primera vista, parece que lo hacen. En el fondo de su corazón buscan, básicamente, los placeres carnales de comer, beber y que los traten bien, cosas que tienen siempre en mente. Hay bastantes personas de esta clase por ahí; lo más probable es que en cada iglesia haya una o dos, tal vez incluso más. Hoy no voy a hablar sobre las manifestaciones de estas personas, su comportamiento y su esencia en un sentido teórico. Primero voy a hablar sobre unos cuantos casos representativos específicos y os voy a permitir a todos escuchar, obtener perspectivas a partir de ello y ver cómo las personas como estas guardan relación con este punto del que hablamos y si se sirven de su posición para enarbolar la bandera de creer en Dios para adquirir fraudulentamente alimentos, bebidas, dinero y cosas materiales. Tratad de discernir a esta clase de persona y luego pensad si aquellas con las que os ponéis en contacto cuentan con estas manifestaciones de las que hablamos. Si se os ocurre alguien, podéis dar también algunos ejemplos. Decidme, ¿es mejor dar ejemplos o solo compartir así en general? (Es mejor dar ejemplos). ¿Cuál es la ventaja de dar ejemplos? Primero, la mayoría de la gente está dispuesta a escuchar estas historias y casos reales. Tienen personajes y un argumento, y mucha gente las encuentra interesantes. Es como si hablaras sobre tu experiencia personal; si escribes un artículo al respecto, lo normal es que la gente lo lea una o dos veces y ya está, pero si haces una película o una obra de teatro sobre ello, la verá más gente y no solo una vez. De este modo, la gente se fijará en este aspecto de la verdad o en las personas, acontecimientos y cosas relevantes con mayor detenimiento y claridad, y les causarán una impresión más profunda. Asimismo, dar algunos ejemplos específicos ayuda a las personas a establecer comparaciones y conexiones más precisas entre cada aspecto de la verdad y ellas mismas.
Primer caso: Fingir que se trabaja para gorronear comida y bebida
Vamos a dar primero algunos ejemplos comunes en el pueblo escogido de Dios. Ciertos líderes y obreros llegan a un nuevo puesto de trabajo, donde se encuentran a diferentes hermanos y hermanas y descubren algunas cosas buenas y piensan: “Hay cosas buenas. ¿Por qué yo no las tengo?”. ¿Acaso no llevan dentro pensamientos inapropiados? Se les ha subido la avaricia a la cabeza. En cuanto la avaricia se les sube a la cabeza, estos vulgares y desvergonzados miserables se paran y buscan cualquier excusa para trabajar en ese lugar y no marcharse. ¿Cuál es su propósito al no marcharse? (Poder aprovecharse algún día). Eso es, quieren aprovecharse. Si no se aprovechan, no van a dormir bien por las noches. Les preocupa que, si van a otro lugar, alguien vaya a sacar provecho y ellos no vuelvan a tener esta oportunidad, así que buscan una excusa para predicar y trabajar en tal lugar. En realidad, su corazón siempre piensa en estas cosas deseables y sus ojos siempre están centrados en ellas. Al final, se asientan en ese lugar y la mayoría de los hermanos y hermanas los aprecian, saben que son predicadores y los idolatran y admiran. Ahora es el momento de que estos líderes y obreros mencionen que hay algo que quieren, de modo que piensen en toda clase de maneras diferentes de tratar el tema, pero mientras más dicen, más ansiosos se ponen. Reflexionan para sí: “¿Cómo debería pedir esto? No puedo dejar que los hermanos y hermanas sepan que me gusta esto y lo quiero. He de hacer que me lo den por propia voluntad, no he de hacerles pensar que se lo estoy pidiendo, sino que es algo que me entregan voluntariamente, y por supuesto que es algo que merezco tener”. Después de esto, les preguntan a los hermanos y hermanas: “¿Cómo ha sido últimamente tu entrada en la vida?”. Los hermanos y hermanas dicen: “Desde que has venido, la vida de iglesia ha mejorado y todo el mundo está revitalizado”. “El hecho de que estéis revitalizados significa que la condición de vuestro espíritu ha mejorado. Vuestros negocios también van bien. Si dios quiere, irán mejor aún en el futuro”. A medida que hablan, los líderes y obreros viran la conversación hacia aquello que quieren. Cuando los hermanos y hermanas se dan cuenta de que los líderes y obreros quieren tal cosa, les dicen que se lleven un poco cuando se vayan. Los líderes y obreros dicen: “No puedo llevarme nada. Esto no concuerda con los principios y no complacería a dios”. “No es problema. Te mereces llevarte un poco”. “Aunque me lo merezca, no puedo”. Después de decir esto, les preocupa que los hermanos y hermanas acaben por no dárselo, así que se expresan dando rodeos, a fin de que les agradezcan su bondad, mientras que al mismo tiempo sacan a colación de manera proactiva qué es lo que quieren, de modo que los hermanos y hermanas recuerden darles un poco. Después, los hermanos y hermanas se dan cuenta de lo que quieren los líderes y obreros y dicen: “No hablemos ahora sobre este asunto. Podemos hablar sobre ello cuando te marches”. Cuando los líderes y obreros oyen a los hermanos y hermanas decir esto, su corazón se llena de gozo y piensan: “Excelente. ¡Al fin voy a obtener lo que quiero!”. Y luego piensan: “Si mañana ya me marcho, les resultará demasiado obvio que quiero tal cosa. Mejor me voy dentro de dos o tres días”. Al llegar el tercer día, los hermanos y hermanas les dan un paquete muy pesado cuando se van a marchar. Los líderes y obreros notan que el paquete es aquello que querían, pero fingen no haberlo visto y no lo rechazan. Simplemente cogen el paquete sin mediar palabra. ¿Qué clase de personas son? Usan su trabajo como una vía y su mano de obra como moneda, intrigan para obtener cosas deseables y se las sacan a los hermanos y hermanas por medio de la extorsión. ¿Acaso no es un tipo de fraude? ¿Cuál es el propósito de su trabajo? Obtener cosas deseables estafando a los demás. En cuanto descubren un lugar donde hay algo deseable y que tiene algo que quieren, se quedan allí y no quieren irse. Se llevan todo lo bueno a su casa. Después de ser líderes u obreros durante varios años, les han estafado muchas cosas a los hermanos y hermanas para llevárselas a casa. Algunos les han arrebatado a los hermanos y hermanas recetas familiares secretas u objetos heredados, y otros les estafaron productos que eran especialidades locales. La fe en Dios de estas personas parece que consiste en ir de un lado a otro y trabajar sin pedir nada a cambio, pero de hecho, les han estafado demasiadas cosas deseables a los hermanos y hermanas.
Después de que un líder llega a cierta iglesia, ve que los azufaifos en esa zona son reconocidos en todo el país, y piensa: “Me encanta comer azufaifos. Si hubiera nacido aquí, podría comer azufaifos todo el día, pero por desgracia no puedo quedarme muchos días y todavía no están maduros. ¿Cuándo voy a poder comerlos? Ya sé… puedo buscar un motivo para quedarme hasta que maduren los azufaifos, entonces me los podré comer, ¿no?”. Después pone una excusa y dice que la mayoría de los hermanos y hermanas están en mal estado y no logran nada en su trabajo, así que se le debe destinar aquí una larga temporada para tratar con esfuerzo de poner en marcha cada punto del trabajo antes de irse. Sin embargo, ¿es eso lo que piensa realmente en su corazón? (No). Por dentro calcula: “Me marcharé cuando los azufaifos estén maduros y me los pueda llevar”. No para de pensar esto, su corazón lo detiene en seco y permanece en ese lugar. Durante su tiempo allí, predica algunas palabras y doctrinas y hace algunas cosas superficiales, pero no consigue mucho en cuanto a trabajo. Al final, los azufaifos maduran y su corazón rebosa de felicidad: “Al fin puedo comer azufaifos. ¡Ya está aquí el día con el que he soñado!”. En cuanto están maduros, empieza a comerlos, mientras que rumia en sus adentros: “No está bien que me pase el día comiendo azufaifos aquí. No me puedo quedar solo para eso. ¿Y si lo notan los hermanos y hermanas? Tengo que pensar una manera de hacerles que me den unos pocos para llevármelos. Si no me los dan, he de intentarlo con afán y decir algo más para avanzar en este asunto”. En cuanto los hermanos y hermanas que viven allí ven que le gusta comer azufaifos, le comentan que van a darle más para que se los lleve cuando se marche. Se pone contento al oír esto, pero su boca dice: “No puede ser, no concuerda con los principios. Los creyentes no pueden codiciar esto. ¿No sería aprovecharme de vosotros? No puedo llevármelos sin pagar. Cuando me vaya, os los pagaré”. Esto que dice son solo palabras. Cuando se ha comido todo lo que puede y es momento de irse, en su corazón sigue pensando: “¿No me van a dar alguno, o me darán simplemente algunos que estén malos? Yo quiero comerme los grandes, los buenos”. Dos días antes de irse, no para de decir: “Ya se han recogido casi todos los azufaifos, ¿no? ¿Cuándo madurarán el año que viene?”. Con lo cual les recuerda a los hermanos y hermanas que no olviden darle algunos para llevárselos. Todos los hermanos y hermanas lo entienden en cuanto lo oyen: “Parece que no tenemos otro remedio que darle unos pocos para que se los lleve antes de irse, y debemos escoger los buenos; de lo contrario, podría complicarnos las cosas”. Cuando al fin es momento de irse, los hermanos y hermanas le dan tres grandes cajas para que se las lleve. No puede con ellas y obliga a sus subordinados a ayudarle a cargarlas. Justo antes de irse, se come todos los que puede; aunque se ponga enfermo, le parece que merece la pena. Le da miedo no poder volver a comerlos una vez que se marche. Cuando se va, sigue reacio y piensa: “Esta vez ya he comido bastantes. Regresaré el año que viene por esta época. No hace falta que vuelva muy pronto, pero tampoco puede ser demasiado tarde. Debería venir justo cuando los azufaifos estén maduros. Así podré comerme algunos frescos y, cuando se sequen, comerme otros secos. Además, puedo llevarme algunos cuando me marche”. ¿Acaso no calcula esto en mucho detalle? Piensa con todo su corazón en estas cosas. Siempre piensa en aprovecharse y elabora intrigas para obtener cosas deseables, además de para estafarles cosas que van en su propio interés a los hermanos y hermanas. No va a renunciar a ninguna cosa deseable que vea. Aunque se trate de algo irrelevante, mientras a él le llame la atención y se le quede en la cabeza, seguro que al final cae en sus manos. ¿No es este el comportamiento de un anticristo? ¿No es especialmente vulgar la humanidad y la calidad humana de las personas de esta clase? Da igual lo bien que sean capaces de sufrir adversidades y pagar un precio aparente y lo bien que puedan renunciar a su familia y a su carrera, ¿se puede decir que sean personas que persigan la verdad? En absoluto. Estas personas son de las que adquieren fraudulentamente comida y bebida enarbolando la bandera de creer en Dios.
Algunas personas van a lugares de todo tipo para difundir el evangelio y trabajar, y cuando vuelven a casa se traen especialidades locales de cada lugar, o incluso cosas que les han sacado a los hermanos y hermanas por medio de la extorsión. Ya sea ropa de diseño o productos electrónicos, no dejan pasar aquello que les llama la atención, y piden tenerlo. Si no se lo das, se les ocurrirán toda clase de excusas para podarte, te harán entender por qué te podan y no aflojarán hasta que se las acabes dando. Estas personas estafan toda clase de cosas deseables para ellas enarbolando la bandera de hacer su deber, y no cejan en su empeño de intentar adquirir estas cosas deseables. A veces, los hermanos y hermanas les dan un poco de algo, pero piensan que no vale mucho y dicen: “No, gracias. Dios me ha bendecido mucho. No quiero nada”. Usan esta clase de palabras para rechazar el ofrecimiento y con ellas engañan a los hermanos y hermanas para que los aprecien y los tengan en alta consideración. Sin embargo, si lo que los hermanos y hermanas les dan es algo que estas personas han soñado y que necesitan y en lo que piensan constantemente, cuando ven semejantes cosas, quieren malversarlas y no se contienen para nada. Algunas mujeres malversan cosméticos, ropa y zapatos buenos que les quitan de las manos a los hermanos y hermanas, y algunos hombres les estafan electrodomésticos, motocicletas o productos electrónicos. Pasan a tener en su posesión toda cosa deseable. No importa qué cosas buenas tengan los hermanos y hermanas, mientras les llame la atención, pensarán en todas las maneras posibles de obtenerlas fraudulentamente. Asimismo, se les ocurren toda clase de pretextos y buscan todo tipo de excusas a fin de reunirse para cenar, y se atiborran de comida y bebida. ¿Hasta qué punto? Dondequiera que van, se fijan en qué familia tiene dinero y cuál come bien, luego se quedan con esa familia y no se marchan. A continuación, se les ocurren toda clase de pretextos para organizar reuniones con los colaboradores y hacer cenas. ¿Y qué dicen al principio de cada cena? “Nuestra reunión de hoy es una reunión del reino. Esta mesa de comida nos ofrece una degustación que anticipa el banquete del reino”. Los que les lamen las botas se apresuran a decir: “Amén. ¡Demos gracias a dios!”. Hay algunos supuestos líderes y obreros que se atiborran de comida y bebida vayan donde vayan. Cada comida ha de tener ingredientes nutritivos y debe haber pescado y carne, y los platos deben cambiar cada semana, no se pueden repetir. Después de la cena, han de beber un buen té y ponen excusas, dicen: “No me puede faltar el té. Tengo una gran carga de trabajo diaria y he de quedarme hasta tarde por las noches. Si no bebo un poco de té para mantenerme despierto, no podré trabajar de noche”. Es lo que dice su boca, pero ¿qué piensan en su corazón? “No fue fácil alcanzar la posición que tengo hoy. ¿Acaso no debería imponerme un poco? Además, he soñado con disfrutar de algunas de las mejores cosas de la vida, así que, ¿no debería pensar en todas las maneras posibles de disfrutarlas? Si no uso mi poder ahora que lo tengo, no tendré ocasión de volverlo a hacer cuando se acabe. Debería comer y beber tanto como pueda. Quién sabe si llegará un día en el que ya no tenga esta posición y no pueda disfrutar de tales cosas. Ya no contaré con esta oportunidad. ¿No será entonces mi vida al completo un desperdicio?”. La gente de esta clase adquiere fraudulentamente comida y bebida enarbolando la bandera de hacer trabajo. Hacen un poco de trabajo y predican unas pocas palabras y doctrinas, y luego quieren estafar cosas deseables y comer cosas buenas.
Hubo alguien que trabajaba en cierto lugar y para el que los hermanos y hermanas que vivían en aquella localidad tenían que matar un pollo cada día. Adquirió el hábito de comerse un pollo al día, todos los días. ¿Qué sentís al oír esto? (Asco). Los hermanos y hermanas criaban pollos por sus huevos, y solo los mataban para comérselos cuando eran ya viejos. Desde que llegó esa persona, hubo que sacrificar incluso a los pollos que ponían huevos, y en consecuencia, cada vez había menos pollos y los hermanos y hermanas estaban ya al límite de su paciencia. Luego se le despidió y se fue a casa, pero aun así no cambió este problemático defecto. Hacía a su mujer matar un pollo diario para comérselo; si no, discutía con ella. ¿Qué clase de persona es esta? Comer pollo se había convertido en parte de su ser. Lo comía a diario, en todas sus comidas. Incluso después de que lo despidieran, debía seguir comiéndolo, se había vuelto dependiente de ello. ¿Acaso no tiene un problema esta persona? ¿Qué me decís, son buenas las personas de esta clase? (No). En resumen, no es una buena persona alguien que enarbole la bandera de creer en Dios y se sirva de oportunidades surgidas en el transcurso del cumplimiento del deber para extorsionar a los hermanos y hermanas a fin de que les den sus pertenencias una y otra vez, y para adquirir fraudulentamente comida y bebida todo el tiempo. Su esencia es la de un anticristo. Da igual dónde vayan a trabajar o qué clase de trabajo hagan, primero escogen a familias anfitrionas de relativa opulencia y vida acomodada para que los acojan. ¿Cuál es el propósito de buscar estos lugares? Comer bien y quedarse en una buena casa, satisfacer la carne. Hay algunos lugares en los que no pueden quedarse por el entorno adverso, pero ¿se desprenderán de su avaricia y de estos pensamientos suyos? No. Buscarán otros lugares como este que los acojan. Por consiguiente, después de que estas personas hayan trabajado durante varios años en localidades del extranjero, su aspecto será del todo diferente y, cuando regresen a casa, los hermanos y hermanas ya no los reconocerán. Su rostro estará más lleno, su estómago más redondo, vestirán mejor, serán más quisquillosos y tendrán ínfulas. ¿Cómo les estará yendo el crecimiento en la vida? Su vida no habrá crecido en absoluto; solo comerán y vestirán bien, habrán ganado grasa y comido tanto que les habrá salido papada y lucirán una amplia barriga. En un entorno terrible como China continental, sea cual sea el deber que realice una persona, se trata de un asunto aterrador. Aunque a veces coman bien y los acojan familias acomodadas, serán incapaces de ganar peso. Por tanto, ¿qué clase de personas son aquellas que pueden comer hasta que les sale papada y una barriga gruesas? (Los que anhelan los beneficios del estatus). Son aquellos que siempre piensan en lo que van a comer y beber, y en lo que van a disfrutar en sus tres comidas al día. Si la gente de esta clase no toma una buena comida, no están de humor para trabajar ni hacer su deber. Si su estómago no está satisfecho, su mente no está equilibrada: “He comido muy mal hoy. No había nada de carne y no me habéis ofrecido té al terminar. Así que os voy a ignorar. Cuando compartáis el trabajo de la iglesia, no voy a hablar, voy a vengarme de vosotros. ¿Quién dijo que estuviera bien que no me ofrecierais buenas comidas? Tengo que comer este tipo de comida y encima luego queréis que hable con vosotros. ¡De ninguna manera!”. Esto es lo que piensan por dentro, pero no lo pueden decir en alto. Solo dicen: “Me he quedado hasta tarde trabajando, así que he de echarme una siesta a mediodía”. ¿Acaso no es un gran estafador? Duerme hasta las cuatro o las cinco de la tarde y hay muchas personas que lo esperan, pero no quiere levantarse. De repente, huele a manzanas y salta de la cama, no sea que se acaben. Así es como se comportan y hacen su deber. Vaya donde vaya esta gente y, al margen de cómo coman y beban las palabras de Dios o escuchen los sermones, no cambiarán sus intenciones y objetivos ni se desprenderán de sus ambiciones y deseos. Todas las cosas materiales son el objetivo de su búsqueda en esta vida; comer y beber bien y disfrutar de un buen trato son los objetivos de su creencia en Dios en esta vida. Piensan que, si creen en Dios en esta vida, van a poder comer buenas cosas todo el tiempo, llevar ropa bonita y vivir en una casa preciosa, además de contar con el apoyo de los hermanos y hermanas, si son capaces de adquirir fraudulentamente estas cosas; así, se sentirán satisfechos en esta vida. En este mundo, una persona no ganará mucho dinero por trabajar con afán en un trabajo normal, y no es fácil ganar dinero haciendo negocios; no podrán disfrutar de cosas semejantes. Por tanto, tras meditarlo, siguen pensando que lo mejor es creer en Dios, como si no hiciera falta que le dedicaran un gran esfuerzo. Lo único que han de hacer es decir unas pocas palabras, correr un poco de un lado a otro, asumir un poco de riesgo, y luego pueden comer y vestirse bien, incluso hacer que la gente los atienda y disfrutar de que los traten como una persona importante. Creen que vivir así es maravilloso y que se les ha bendecido mucho por creer en Dios. Por consiguiente, dicen a menudo cosas insinceras delante de los hermanos y hermanas, como: “Dios nos ha dado demasiado, en gran cantidad y más de lo que cualquier hombre ha pedido o deseado nunca”. Estas palabras son correctas, si bien del todo incongruentes con sus búsquedas personales y su calidad humana, así como con sus pensamientos, intenciones y objetivos. Todo lo que dicen engaña a las personas. Su apariencia exterior de gastarse y viajar de un lado a otro para hacer la obra de Dios es también a fin de engañar a las personas. Solo los cálculos, las intenciones y la avaricia en su corazón son auténticos. Esta es la calidad humana de semejantes personas. Da igual lo que hagan o dónde vayan, estos placeres materiales ocupan un lugar de honor en su corazón y nunca se desprenderán de ellos ni los olvidarán. Por mucho que compartas la verdad y las intenciones de Dios, cumplirán sus deberes al tiempo que se aferran obstinados a esta avaricia y estos deseos, y dado que albergan estas intenciones y objetivos, tengan estatus o no, sus intenciones no van a cambiar.
Segundo caso: Resentimiento por no poder ir al extranjero
Cuando trabajaba en China continental, había un líder que pensaba que podría irse al extranjero con nosotros y eso le alegraba mucho. Pensó: “Por fin lo he conseguido. ¡Al fin puedo disfrutar de grandes bendiciones junto a dios! Antes sufría adversidades con dios. Ahora por fin se me ha recompensado. Me lo merezco. Cuando menos, soy líder y he experimentado mucha adversidad, por tanto, cuando me topo con algo bueno, debería poder formar parte de ello, debería poder disfrutar de esta cosa apetecible”. Eso pensaba. Sin embargo, después de pasar un tiempo en estrecho contacto con él, me di cuenta de que carecía de principios en lo que decía y hacía, no tenía buena humanidad, su intención y su deseo de ser bendecido eran bastante fuertes y a veces era necesario podarlo. Después que se le podara varias veces, pensó: “Se acabó. Lo alto me ha desentrañado y no han vuelto a mencionar nada sobre ir al extranjero. Parece que no tengo esperanzas de ir al extranjero”. No paraba de darle vueltas a estas cosas en su corazón. De hecho, percibíamos que no era alguien que persiguiera la verdad, que en lo fundamental no era apropiado para ir al extranjero y que, aunque fuera, no sería capaz de hacer ningún trabajo allí, así que no hablamos con él sobre el tema. Como pensaba que no tenía esperanzas de ir al extranjero, empezó a hacer otros planes. Un día se fue y nunca regresó. Solo dejó una carta que decía: “He creído en dios muchos años y he hecho algo de trabajo. Ahora os vais al extranjero, pero yo no soy apto para ir con vosotros. En los días sucesivos, me dedicaré a compensar esto. Dios me detesta, así que voy a abandonarlo. No voy a obligarle a mirar a alguien que detesta. Me voy a ocultar”. Eran palabras con sentido y no suponían un gran problema. A continuación, dijo: “Ha sido así desde que nací. Esté con quien esté, solo se me utiliza. Con los demás puedo sufrir las adversidades, pero no disfrutar de las bendiciones”. ¿Qué quería decir con esto? (Pensaba que Dios lo había utilizado). Eso es exactamente lo que quería decir. En especial cuando dijo: “Esté con quien esté, lo único que hago es sufrir con ellos, no disfrutar de bendiciones”, a lo que se refería es a que: “He sufrido tantas penurias y asumido tantos riesgos con vosotros, pero cuando toca disfrutar de bendiciones, no estáis dispuestos”. Al decir estas palabras se estaba quejando y había surgido resentimiento en él a consecuencia de este tema. De palabra decía: “Dios me detesta, así que lo voy a abandonar. No voy a hacerle sentir a dios esta detestación”, pero, en su corazón, en realidad estaba resentido: “¡Vais al extranjero a disfrutar de bendiciones y queréis deshaceros de mí!”. ¿Fue esto lo que de veras sucedió? (No). ¿Qué ocurrió entonces? Pensaba que lo podábamos porque queríamos deshacernos de él, no porque no persiguiera la verdad o careciera de principios en lo que decía y hacía. No entendía que tuviera un problema. En su lugar, pensaba: “He pasado por penurias contigo, así que debería disfrutar contigo de las bendiciones. No cabe duda de que debes dejarme entrar en el reino y convertirme en un integrante del pueblo del reino. Haga lo que haga, no deberías abandonarme nunca”. ¿Acaso no es esto lo que pensaba? (Sí). ¿Cuál es la esencia de esta manera de pensar? (Es la misma esencia de Pablo cuando intentó negociar con Dios a cambio de una corona). Eso es, es la esencia de Pablo. Creyó en Dios, lo siguió, sufrió penurias y pagó un precio para obtener una corona y ser bendecido. No tenía verdadera fe ni perseguía la verdad. Solo intentaba llevar a cabo una transacción con Dios. Si el trato fallaba, es que no estaba bendecido y le parecía que estaba en desventaja, por lo que se ponía furioso, sentía que todo era una causa perdida, se echaba la manta a la cabeza y surgía el resentimiento en su interior. Estas fueron las cosas que exhibió al hablar. ¿Y qué hizo esta persona a continuación? Emprendió negocios y tenía a varias jovencitas merodeando a su alrededor. Aunque no dijera que no creía en Dios, no desempeñaba su deber ni era Su seguidor. Nadie pensó nunca que renunciaría a su oportunidad de seguir a Dios y se dedicara luego a los negocios solo porque se le podara un poco. Su talante furioso y la manera en la que se manifestaba parecían mostrar a dos personas diferentes. Dejaba en evidencia su naturaleza. El único motivo por el que no lo hizo antes era que no se había presentado la situación adecuada. Este es un aspecto. Otro es que ocultó quién era, fingió ser otra persona y se contuvo para no hacerlo. Si de veras eres buena persona, sea cual sea la situación en la que te encuentres, lo primero es mantenerte con firmeza en tu lugar y saber quién eres. Aparte, ¿pueden aquellos que de veras tienen algo de humanidad hacer cosas y cometer fechorías carentes de humanidad? (No). En absoluto. A partir de este asunto, está claro que la incapacidad de la gente para aceptar la verdad es de lo más rebelde y se hallan en gran peligro. Si nunca son capaces de aceptar la verdad, es que son incrédulos. Si el deseo que tiene una persona así de ser bendecida acaba destrozado, esta abandonará a Dios. ¿Por qué? (Porque lo que busca es que se la bendiga y disfrutar de la gracia). Cree en Dios pero no persigue la verdad. Para estas personas, la salvación es un adorno y una palabra que suena bien. Lo que persigue su corazón son recompensas, una corona y cosas apetecibles; quieren conseguir un céntuplo en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero. Si no pueden lograr estas cosas, entonces no van a creer; saldrá a la luz su verdadero rostro y dejarán a Dios. En lo que creen en su corazón no es en la obra de Dios ni en las verdades que Él expresa, y lo que buscan no es la salvación y menos aún llevar a cabo bien su deber como un ser creado. En cambio, buscan lo mismo que Pablo, recibir bendiciones generosas, ostentar un gran poder, llevar una gran corona y estar al mismo nivel que Dios. Estas son sus ambiciones y deseos. Por tanto, cada vez que hay algún beneficio o cosa apetecible en la casa de Dios, luchan por apropiarse de ello, empiezan a clasificar a las personas de acuerdo con sus cualificaciones y su antigüedad, y cavilan: “Estoy cualificado. Debería recibir una parte de esto. He de luchar por conseguirlo”. Se colocan a sí mismos en un puesto principal en la casa de Dios, y luego piensan que es cuando menos apropiado disfrutar de estos beneficios en Su casa. Por ejemplo, respecto al asunto de ir al extranjero, el primer pensamiento de esta persona es que debería poder formar parte de ello, que la mayoría no eran tan buenos como él, no habían sufrido tantas penurias, no estaban tan cualificados, no habían creído en Dios durante tantos años como él ni habían ejercido como líder durante tanto tiempo. Se servía de cualquier excusa y método de evaluación para clasificarse a sí mismo. Con independencia de cómo clasificara a las personas, siempre se ponía a sí mismo por delante y entre aquellos que estaban cualificados. Al final, le parecía que lo único adecuado para él era disfrutar de este trato. En cuanto no lo lograba y su fantasía de estar bendecido y de obtener cosas para su interés quedaba destrozada, hacía algo al respecto, se ponía furioso, razonaba con Dios en lugar de someterse y buscar la verdad. Está claro que su corazón estaba lleno ya de estas cosas que buscaba, y basta para mostrar que estas eran del todo incompatibles con la verdad. Por mucho trabajo que hiciera, su objetivo e intención eran los mismos que los de Pablo, no eran otros que obtener una corona, y se aferraba a ellos con fuerza y nunca renunciaba. Sin importar la manera en que se le compartiera la verdad, se le podara, se le dejara en evidencia y se le diseccionara, él se agarraba con obstinación a la intención de ser bendecido y no la soltaba. Cuando no recibió la aprobación de Dios y vio que se destrozaba su deseo de ser bendecido, se volvió negativo y dio un paso atrás, abandonó su deber y salió huyendo. No había cumplido bien con este deber ni rendido un buen servicio a la hora de difundir el evangelio del reino, y esto revela por completo que no tenía auténtica fe en Dios, no se sometía de veras y no disponía siquiera de un ápice de testimonio vivencial; solo era un lobo con piel de cordero que merodeaba alrededor de un rebaño de ovejas. Al final, se reveló y se descartó por completo a alguien incrédulo hasta la médula, y su vida como creyente alcanzó su final. Este es un caso.
No se trató de un caso aislado. Esta persona no fue la única en tropezar y a la que se reveló por el asunto de ir al extranjero. El ejemplo que acabamos de dar se refería a un hombre, pero hubo otro con una mujer. El plan inicial era también permitir que esta mujer viniera con nosotros al extranjero. Cuando lo supo, se puso muy contenta y empezó a hacer planes y preparativos, si bien al final, por diversas razones, no iba a poder ir. No se la informó de ello en su momento porque la situación era demasiado peligrosa. Se enteró de esta decisión durante una reunión de colaboradores. Para el análisis: ¿qué resultado se produciría cuando esta mujer se enterara? (Es probable que alguien con pensamientos de persona normal no reaccionara en gran medida al enterarse. Consideraría que se debía a que la situación era peligrosa, que por eso no podía ir al extranjero, y sería capaz de gestionar el asunto correctamente. Sin embargo, en el caso de esta mujer, es posible que cuando se enterara se pusiera furiosa e intentara razonar con Dios). Eso es, en cierto modo habéis captado la calidad humana de las personas de este tipo. Así es como son, no van a salir perdiendo se trate del asunto que se trate, sino que van a obtener ventajas. Han de sobresalir por encima de los demás en todo, ser mejores que todo el mundo. Han de ser los mejores en todo, han de conseguir todo lo apetecible y para ellos es inaceptable no contar con su parte de algo. En cuanto se enteró de aquello, la mujer se enfadó y se revolcó por el suelo enrabietada. Su lado demoniaco quedó en evidencia y sermoneó a sus colaboradores y desencadenó su ira contra ellos. ¿De dónde provenía esta ira? Parecía que estaba enfadada con los hermanos y hermanas, pero ¿con quién estaba enfadada en realidad? (Con Dios). Eso es lo que sucedía. ¿Cuál era entonces la causa de su ira? ¿Cuál era su origen? (Que sus deseos no se habían satisfecho). No obtuvo algo apetecible ni logró su objetivo. Esta vez no consiguió obtener una ventaja; al contrario, fueron otros quienes la consiguieron, y no pudo participar, así que estaba furiosa; no podía seguir fingiendo, desfogó y liberó todo el descontento y resentimiento en su corazón. Con anterioridad, siempre tenía que ser la primera en saber qué estaba haciendo lo Alto. Siempre quería permanecer en contacto con lo Alto y no interactuaba con los hermanos y hermanas. Siempre se trataba a sí misma como un personaje de clase alta, no como un miembro promedio, así que pensaba que esta vez también debería ir al extranjero; si había alguien que tenía que ir, era ella. Era la candidata principal y debería disfrutar del placer de que la trataran de esa manera. En su fuero interno, era eso de veras lo que pensaba. En ese momento se dio cuenta de que no iba a disfrutar del placer de que se la tratara de tal manera, de que todo el sufrimiento que había padecido estos años había sido para nada; no tenía nada del estatus que había conseguido con tanto tesón ni del trato que deseaba. Todas estas cosas se desintegraron en un instante. Por increíble que pareciera, no pudo hacerse con una cosa apetecible de tal magnitud; por increíble que pareciera, la desecharon, de modo que pensó que no ocupaba un lugar elevado en el corazón de Dios y era una persona corriente. Se derrumbó por completo la línea de defensa en su corazón y no fingió más ni ocultó nada. Tuvo una rabieta, le gritó a la gente, se descargó, se enfadó y dejó en evidencia lo que para ella era lo natural, sin importarle lo que otros dijeran o cómo lo percibieran. Después de todo esto, la mandaron a un grupo a llevar a cabo un deber. Mientras lo desempeñaba, hizo muchas cosas malas, y los hermanos y hermanas en el grupo escribieron al final una carta conjunta para pedir que la expulsaran. ¿Cuál fue la causa de su expulsión? Los hermanos y hermanas transmitieron que la maldad que cometía se podía describir en una sola frase: ¡era tanta que no se podía poner por escrito! En otras palabras, cometió demasiada maldad y la naturaleza de lo que hizo era demasiado grave; no se podía transmitir con claridad en solo una o dos frases ni se podía relatar en solo una o dos historias. Hizo incontables cosas malvadas y enfadó a la gente, así que la iglesia la expulsó. Antes de que surgiera el tema de irse al extranjero no hacía estas cosas malvadas, ¿por qué fue entonces capaz de hacerlas después? Porque la cuestión de ir al extranjero no salió como ella deseaba. Está claro que las cosas malvadas que hacía y la fealdad que revelaba eran una especie de venganza y de descargo provocados únicamente por no haber conseguido esta cosa apetecible. Decidme, cuando una persona que de veras persigue la verdad y posee humanidad se encuentra con una situación como esta, aunque no entienda muchas verdades, ¿es capaz de dar lugar a estas manifestaciones? ¿Puede revelar estas cosas? Cualquiera con un poco de humanidad, un poco de conciencia y un poco de sentido de la vergüenza no hará estas cosas, sino que se contendrá. Aunque su corazón no esté contento, esté insatisfecho y un poco herido, piensa que solo es una persona promedio, que no debería luchar para conseguir tal cosa, que aquellos que creen en Dios deberían perseguir la verdad, someterse a Sus instrumentaciones en todo, que no debería quedarles elección y que las personas son seres creados y no tienen nada de impresionante. Serán infelices durante un par de días, pero luego será agua pasada. Seguirán creyendo como les corresponde y no cometerán maldad ni se vengarán por este motivo, ni tampoco se desfogarán a raíz de este asunto. A modo de contraste, la gente que no persigue la verdad y cuya calidad humana es atroz son capaces de exhibir todas estas acciones malvadas que no han exhibido antes solo a raíz de un asunto pequeño. Esto explica el problema. Explica la esencia-humanidad de las personas de esta clase y explica las verdaderas búsquedas que realizan, es decir, que su verdadero rostro sale por completo a la luz a través de la revelación de este problema. Para empezar, su esencia es por entero la de un anticristo. En segundo lugar, nunca han perseguido la verdad ni se han tratado a sí mismos como objeto de salvación ni se han sometido a las instrumentaciones y arreglos de Dios. No buscan la sumisión a Dios; solo buscan estatus y disfrute; solo buscan buen trato y estar al mismo nivel que Dios. Sea lo que sea que Dios disfrute, ellos también lo hacen, y así no siguen a Dios en vano. Estas son las cosas que buscan. Esta es la esencia-naturaleza de las personas de esta clase; es su verdadero rostro y el paisaje interior de su corazón. Esta cuestión concluyó veinte años de fe para esta mujer, se fue todo por el desagüe.
Decidme, ¿dónde deberían estar ahora estas personas? ¿En la iglesia o en otro lugar? (En el mundo de los no creyentes). ¿Por qué decís eso? ¿Cómo lo decidisteis? ¿En qué se basan vuestras palabras? (Porque son incrédulos y su fe en Dios no tiene el propósito de buscar hacer su deber como seres creados. Al final, la gente como esta no puede mantenerse firme en su fe y solo puede regresar al mundo). En última instancia, no puede mantenerse firme en su fe, pero todavía no es el fin, así que ¿cómo es que ha desaparecido? Has de fijarte en lo que pensaba en su interior. Solo podía hacer cosas como esta y tomar esta clase de decisiones cuando había algo de actividad en su corazón. ¿De qué manera analizó y evaluó este asunto para hacerle elegir una senda como esta? En su fuero interno pensaba: “He creído en dios todos estos años y he sufrido muchas adversidades. Siempre he anhelado el día en el que pueda hacerme un nombre. Al estar con lo alto, me puedo hacer un nombre y mostrar mi rostro. Ahora tengo por fin la oportunidad de ir al extranjero. ¡Es fantástico! Es algo que nunca me atreví a pensar antes de creer en dios. Es lo mismo que obtener una corona al creer en Dios, pero resulta que no voy a formar parte de algo tan apetecible. No soy capaz de lograrlo. Antes pensaba que tenía un lugar definido en el corazón de dios, pero ahora veo que no es así. Parece que no puedo sacar nada apetecible de creer en dios. No pensaron en mí cuando se trató de algo tan grande como irse al extranjero, ¿acaso entonces no hay menos opciones si cabe de que obtenga una corona en el futuro? No está claro quién la va a conseguir, y parece que no hay esperanzas de que sea yo”. ¿Estaban dispuestos aún a seguir a Dios cuando pensaban que no había esperanzas? ¿Cuál era antes su propósito al sufrir penurias y pagar un precio? Actuaron así y se manifestaron de ese modo solo por ese poco de esperanza, por esas pequeñas ideas que albergaban en su corazón. Ahora que sus esperanzas están destrozadas y sus ideas no sirven para nada, ¿pueden seguir creyendo? ¿Se contentarán con permanecer en la casa de Dios y cumplir con su deber? ¿Pueden estar dispuestos a no ganar nada y someterse a las instrumentaciones y arreglos de Dios? Las ambiciones y los deseos de los anticristos son tan grandes que no estarán dispuestos en absoluto a que el esfuerzo que hagan y el precio que paguen dé este resultado. Sueñan con que el precio que pagan y sus esfuerzos les valgan para conseguir una corona y cosas apetecibles a cambio, que sea cual sea la cosa apetecible que tenga la casa de Dios, ellos se queden con una parte. Está bien que otras personas no la obtengan, pero ellos deben hacerlo. ¿Puede la gente con tan fuertes ambiciones y tanta avaricia cumplir su deber sin lograr nada a cambio y dedicar esfuerzo sin obtener compensación? De ninguna manera. Hay quien dice: “Deja que persigan la verdad. Una vez que hayan escuchado muchas verdades, ¿acaso no serán capaces de conseguirlo?”. Hay quien dice: “Si Dios los castiga y los juzga, ¿acaso no los cambiará?”. ¿Es así? Dios no castiga ni juzga a la gente así ni tampoco la salva. Estas son la clase de personas que Él va a descartar. ¿Qué tiene de diferente lo que he dicho en comparación con lo que acabáis de decir vosotros? ¿Es lo que habéis dicho la verdadera actividad de su corazón? ¿Es la manifestación de la esencia de las personas de esta clase? (No). Entonces, ¿qué es lo que habéis dicho? (Sentimientos y teorías vacías). La naturaleza de lo que habéis dicho tiende un poco hacia el análisis y la evaluación, y consiste en evaluarlos y definirlos según la teoría. No son sus verdaderos pensamientos y revelaciones, no se trata de sus auténticos puntos de vista. Esta es una manifestación de las personas de esta clase que tienen la esencia de un anticristo. Si hay algo apetecible que no han conseguido, un beneficio que no disfrutaron o una ventaja que no han obtenido, se ponen furiosos, pierden la fe a la hora de creer en Dios y perseguir la verdad, no están dispuestos a creer en Dios, quieren huir y hacer cosas malas. Hacen cosas malas para desfogarse y vengarse, airean sus malentendidos sobre Dios y su resentimiento hacia Él. ¿Habría que ocuparse de estas personas? ¿Se les debería permitir continuar haciendo su deber en la iglesia? (No). ¿Cómo se debería gestionar a estas personas entonces? (Habría que expulsarlas). ¿Dejó alguien de creer porque no pudo ir al extranjero? (Sí). ¿Qué clase de personas son estas? (Incrédulos. Solo creen en Dios para buscar ser bendecidos y, cuando no se satisfacen sus ambiciones y deseos, traicionan a Dios). Son capaces de dejar de creer en Dios a raíz de cosas pequeñas como esta. De esta gente no se puede decir que su fe sea falsa o auténtica, ¡su calidad humana es muy baja!
Tercer caso: Imposibilidad de seguir viviendo después de volver a casa en el campo
Hay quien nace en el campo y su familia no tiene mucho dinero para vivir. Los elementos que usan en su vida cotidiana son sencillos, y no hay más mobiliario en su casa aparte de una cama dura, un armario y una mesa. El suelo está hecho de ladrillo o de tierra, no tienen siquiera un piso de cemento. Viven en circunstancias muy humildes. Después de empezar a creer en Dios, llevan a cabo su deber de difundir el evangelio y van a algunas zonas opulentas. Hubo una mujer así que, al echar un vistazo a su alrededor, vio que la mayoría de hermanos y hermanas tenían en sus hogares o bien suelos de madera o de losa, las paredes tenían papel pintado, las casas estaban muy limpias y se podían bañar a diario. Disponían además de muchos muebles en sus casas, de televisiones y grandes armarios, así como de sofás y de aire acondicionado. Sus dormitorios tenían camas Simmons y las cocinas, toda clase de electrodomésticos: frigoríficos, microondas, hornos, fogones, campanas extractoras y otros. Era una visión abrumadora. Aparte, en grandes ciudades como esta había algunos lugares donde podía tomar un ascensor para subir y bajar entre las plantas. Este lugar le abrió los ojos y tras trabajar y difundir el evangelio allí durante un tiempo, no quería regresar. ¿Por qué? Pensaba: “La casa de tierra de mi familia no tiene ni punto de comparación con este lugar. Todos creemos en dios, ¿cómo es que estas personas viven mucho mejor que mi familia? Su vida es como el cielo. Mi familia vive en una pocilga, ¡vive muchísimo peor que estas personas!”. Tras hacer esta comparación, se sintió disgustada e incluso más apegada a este lugar y con menos ganas de volver. Pensó: “Si puedo trabajar aquí a largo plazo, no tendré que irme a casa, ¿no? Ese agujero de tierra no es adecuado para que vivan los seres humanos”. Se quedó en la gran ciudad una temporada y aprendió a comer, vestirse y disfrutar de la vida como hace la gente de ciudad, y aprendió a vivir como ellos. Durante esos días la vida le parecía muy buena, estaba bien tener dinero. Ser pobre les arrebata el futuro a las personas. Los pobres solo reciben el desprecio de los demás e incluso el de sí mismos. Mientras más lo pensaba, menos quería volver, pero no había nada que pudiera hacer; tenía que volver a casa. Cuando lo hizo, sintió una mezcla de sentimientos en el corazón y le resultó muy difícil asumirlo. Nada más entrar en la casa vio que el suelo era de tierra, y cuando se sentó en la cama que estaba junto al fogón, la sintió muy dura e incómoda. Al tocar las paredes, la mano se le llenaba de suciedad. Cuando mencionaba algo sabroso que quería comer nadie entendía el nombre de lo que decía y no disponía de medios para asearse antes de dormir. Vivir así le parecía demasiado bajo, les guardaba rencor a sus padres por ser tan pobres que no podían permitirse nada de lo que ella quería, y siempre se enfadaba con ellos. Desde que volvió, era como si se hubiera convertido en una persona diferente. Miraba con desaprobación a los miembros de su familia y a todo lo que había en su hogar, pensaba que era tan burdo que no quería vivir más allí, y que si seguía viviendo en ese lugar se moriría de agravio. Dejar su hogar le había abierto los ojos, pero se había convertido en algo malo e hizo que sus padres se enfadaran mucho con ella. Llegado este punto, le vino una idea a la cabeza: “Si mis padres no creyeran en dios ni yo tampoco, no cabe duda de que nuestra vida sería mejor de lo que es ahora. Aunque no pudiéramos dormir en camas Simmons, al menos podríamos comer mejor y poner baldosas en el suelo”. Pensó que esto era una consecuencia de creer en Dios, que creer en Él significaba que uno debía ser pobre, que no podía tener una buena vida si creía en Dios ni comer cosas buenas ni ponerse ropa de calidad. A partir de ahí, esta impresionante y heroica mujer que había conseguido logros en varias provincias no pudo levantar cabeza y se pasaba el día somnolienta. Le costaba levantarse por la mañana y lo primero que hacía era prepararse y maquillarse, y luego se ponía ropa propia de gente de ciudad. A continuación, fruncía el ceño y reflexionaba sobre cuándo podría librarse de esta vida provinciana y vivir igual que la gente de ciudad. Tanto los sermones que solía predicar como su determinación ya no existían, lo había olvidado todo. Ni siquiera sabía si era creyente. Así de rápido fue su cambio. Quedó en evidencia porque se le abrieron un poco los ojos y porque cambiaron su entorno y su calidad de vida.
Esta mujer iba antes por todas partes predicando y trabajando. Tenía una fuerte determinación y una gran fortaleza, pero esto solo era de puertas para fuera. En el fondo de su ser, ni siquiera sabía lo que buscaba, lo que le gustaba ni qué clase de persona era. La experiencia de ir a la ciudad había transformado de cabo a rabo el estado de su vida, y tras experimentar durante un periodo de tiempo un estilo de vida acomodado, el rumbo de su vida cambió por completo. ¿Cuál fue la razón exacta? ¿Quién la cambió? No pudo ser Dios, ¿verdad? Por supuesto que no. ¿Cuál fue el motivo entonces? La razón era que el entorno la había revelado tanto a ella como a su esencia-naturaleza, sus búsquedas y la senda en la que se hallaba. ¿En qué senda se hallaba? No era la senda de perseguir la verdad ni tampoco la de Pedro, tampoco era la senda de aquellos que son salvados y perfeccionados ni la de buscar cumplir bien el deber de un ser creado; más bien era la senda de un anticristo. En concreto, la senda de un anticristo es la de buscar la reputación, el estatus y los placeres materiales. Esta es la esencia de las personas como esta. Si no fueran estas las cosas que buscaran y se tratara de una persona que persiguiera la verdad, para nada quedaría en evidencia por un pequeño cambio en el entorno como este. Como mucho se desalentaría, se sentiría un poco disgustada, le resultaría un tanto doloroso o mostraría algunas manifestaciones de necedad, pero no hasta el punto de quedar en evidencia de una manera tan patente. ¿Cuál es la esencia de las búsquedas de las personas como estas? Buscan las mismas cosas que los no creyentes y las mismas que cualquier persona en este mundo que persigue la fama, la ganancia y las tendencias malvadas. Les gustan los modelitos a la moda de los no creyentes, cómo siguen estos las tendencias malvadas e, incluso más, les gusta la obsesión de los no creyentes por tener un estilo de vida extravagante de la carne. Por tanto, debido a un cambio en su entorno, el punto de vista de esta mujer sobre la vida y su actitud hacia este mundo y hacia la vida cambió por completo. Pensó que creer en Dios y perseguir la verdad no era lo más importante y que si las personas están vivas en este mundo, deberían disfrutar de la carne y de la vida, buscar las tendencias y ser como las figuras carismáticas y elegantes en la sociedad que giran cabezas a su paso, son la envidia de los demás y hacen que la gente las idolatre. Hay algunos que, después de encontrarse con más entornos, con toda clase de personas y de tener los ojos abiertos, ya que persiguen la verdad y entienden las intenciones de Dios, son más capaces de desentrañar estas tendencias malvadas y a la especie humana. Su corazón es más capaz de detestar la senda que toman las personas mundanas, así como de discernirla y abandonarla por completo en busca de caminar la senda por la que Dios los guía. Respecto a estas personas que no persiguen la verdad y tienen la esencia de un anticristo, en cuanto abren los ojos y se encuentran con distintos entornos, sus ambiciones y deseos no solo no disminuyen, sino que también crecen y se vuelven más grandes. Después de que sus ambiciones y deseos se hacen más grandes, estas personas envidian incluso más las vidas de aquellas personas en el mundo que disfrutan de las cosas buenas y tienen dinero e influencia, y empiezan a sentir desdén en el fondo de su corazón hacia la vida de los creyentes. Creen que la mayoría de los creyentes no buscan el mundo, no tienen dinero ni estatus ni influencia y no han visto mucho del mundo, que no son tan carismáticos como los no creyentes, que no entienden cómo disfrutar de la vida tan bien como estos ni alardean tanto. En consecuencia, se vuelven más profundos en su corazón la oposición y el antagonismo respecto a creer en Dios. Por tanto, para muchos con la esencia de un anticristo, desde que empezaron a creer en Dios hasta ahora, uno no puede distinguir si en realidad se trata de alguien con la esencia de un anticristo, pero cuando un día llegue el entorno correcto, este los revelará. Antes, cuando todavía no habían quedado en evidencia aquellos a los que luego se reveló, ellos también seguían las reglas y hacían lo que debían. Hacían cualquier cosa que la casa de Dios les pedía y fueron capaces de soportar sufrimiento y de pagar un precio. En apariencia eran obedientes, personas que se encontraban en la senda correcta y con la semejanza y el porte de aquellos que creían en Dios. Sin embargo, hicieran lo que hicieran de cara al exterior, su esencia y la senda en la que se hallaban no aguantaba el paso del tiempo ni la prueba de diferentes entornos. Sin importar cuántos años crea alguien en Dios ni lo fuerte que sean los cimientos de su fe, si posee la esencia de un anticristo y se halla en la senda de un anticristo, buscará sin remedio placeres materiales, un estilo de vida extravagante, abundantes beneficios materiales y, asimismo, buscará toda clase de cosas deseables, mientras al mismo tiempo envidia la actitud y el enfoque de la gente mundana hacia la vida. Eso está claro. Por tanto, aunque todo el mundo escucha ahora sermones, come y bebe las palabras de Dios y hace su deber, aquellos que hacen estas cosas pero no persiguen la verdad buscarán sin remedio lo material. Estas cosas tendrán prioridad en su corazón, y en cuanto aparezca el entorno o la circunstancia adecuados, su deseo aumentará y entrará en juego. Llegado ese momento se los pondrá en evidencia. Si no persiguen la verdad, este día llegará tarde o temprano para ellos. En cuanto a la gente que persigue la verdad, la comprende y es su fundamento, cuando le llegan estas tentaciones y entornos, es capaz de abordarlos correctamente, de rechazarlos y de mantenerse firme en su testimonio de Dios. Cuando les llegan estas tentaciones, son también capaces de distinguir lo positivo de lo negativo, y saben si se trata de algo que quieren. Es como algunas mujeres a las que no les interesan los hombres interesados en ellas, por mucho dinero que tengan estos. ¿Por qué no les interesan? Porque esos hombres no tienen buena calidad humana. Algunas mujeres no buscan a una pareja porque ningún hombre rico se interesa en ellas. Si un hombre rico se interesara en ellas y les comprara un vestido de marca de 20.000 yuanes, se sentirían atraídas, y si el hombre les comprara un abrigo de visón valorado en 100.000 yuanes o un diamante grande, una preciosa y enorme casa y un coche, estarían enseguida dispuestas a casarse. Así pues, cuando estas mujeres solían decir que no se casarían, ¿era verdad o mentira? Era mentira. Por tanto, hay muchas personas que dicen que no buscan el mundo ni las perspectivas ni los placeres de este, pero eso es cuando no tienen tentaciones delante, cuando el entorno no es propicio para ello. En cuanto llega un entorno propicio, caerán rápido en él y serán incapaces de abstraerse. Es como el ejemplo que acabamos de dar. La mujer no se abstrajo de la situación. Después de disfrutar de la vida de la ciudad durante un tiempo, no supo quién era y se perdió. Si la hubieran colocado en un palacio, ¿habría hecho que sus padres se suicidasen lo antes posible para que no mancharan su nombre? La gente así es capaz de hacer cualquier estupidez en aras de su disfrute, reputación, estilo de vida extravagante y alta calidad de vida. No valen nada y su calidad humana es vulgar. ¿Alguna vez han perseguido la verdad los que son así? (No). Entonces, ¿de dónde provienen los sermones que predicaba? ¿Tenía sermones que predicar? Lo que predicaba no eran sermones sino doctrina. Estaba montando un espectáculo y desorientando a la gente, no predicando sermones. Predicó muchísimos, ¿cómo es posible entonces que no pudiera siquiera resolver sus propios problemas? ¿Sabía que podría llegar hasta este punto? ¿Veía las cosas con claridad? Predicó muchísimos sermones, pero después de disfrutar de la vida en la ciudad durante un tiempo, no pudo superar tentaciones como aquellas ni mantenerse firme en su testimonio. ¿Eran entonces sermones eso que predicaba? Resulta obvio que no. Este es el tercer caso.
Cuarto caso: Uso fraudulento de ofrendas para saldar deudas
Antes, cuando vivía en China continental, nos hacía falta encontrar un lugar relativamente seguro para que se reunieran los colaboradores, así que dimos con una familia anfitriona. Esta familia estaba dispuesta a acogernos y ayudaba a proteger ese lugar. Sin embargo, pasado algún tiempo, la familia empezó a pensar: “Parece que tenéis planes de reuniros aquí a largo plazo. No podéis reuniros en otro sitio que no sea mi casa, así que debería aprovechar la oportunidad para sacar ventaja de la situación. ¿No sería estúpido lo contrario?”. Una vez, cuando nos reunimos para un encuentro de colaboradores y no habían llegado aún todos los asistentes, una persona vino a la casa de la familia anfitriona sin razón aparente y se sentó en el salón y se negaba a marcharse. La familia anfitriona dijo que esta persona había venido a cobrar una deuda, pues le habían pedido prestado dinero hace varios años y no se lo habían devuelto. ¿Qué creéis que estaba pasando aquí? Esta persona podría haber venido antes o después, pero resulta que apareció en ese momento exacto para cobrar una deuda. ¿Era mera coincidencia o lo había planeado alguien intencionadamente de este modo? Era inevitable desconfiar. La situación resultaba sospechosa. ¿Qué sucedía? ¿No sería que la familia albergaba malas intenciones y llamó a propósito a esta persona para que viniera? (Sí). Ordené: “Sacadlo de aquí enseguida”. La familia dijo: “No se irá hasta que le paguen”. Yo respondí: “¿Por qué no le pagáis?”. La familia vaciló, dando a entender que no le pagarían ni aunque tuvieran el dinero; querían un préstamo gratuito. El cobrador de deudas aguardaba allí y no se había marchado aún cuando algunos de los demás colaboradores estaban a punto de llegar. ¿Qué planeaba hacer la familia anfitriona? ¿Acaso no se trataba de una intriga premeditada? (Sí). Más tarde, le dije a alguien que le diera dinero a la familia para que se deshiciera enseguida del cobrador. Después de darle el dinero, el cobrador se fue en menos de media hora. El sentido común nos dice que no debería volver, pero este asunto aún no había terminado. Un mes después, el cobrador volvió antes de una reunión de colaboradores. La familia anfitriona dijo que la vez anterior solo se había pagado una parte de la deuda, no toda al completo. ¿Cuál era su objetivo al decir esto? Obligar a la casa de Dios a saldar de nuevo la deuda de la familia. Fue igual que la vez anterior, tras entregarle a la familia el dinero, el cobrador se marchó. A partir de entonces, cada vez que fuimos allí para reunirnos, el cobrador ya no regresó, pues habíamos pagado la deuda de la familia en dos plazos. Les preocupaba que, al pedir tanto dinero de golpe, no estuviéramos de acuerdo en pagar, así que lo solicitaron en dos plazos. ¿Cómo se debería contemplar este dinero? ¿Se lo prestó la casa de Dios a la familia o manipuló esta a la casa de Dios para que se lo diera? (La familia manipuló a la casa de Dios). De hecho, engañó a la casa de Dios para que le diera el dinero. Por tanto, ¿por qué se lo dio entonces? ¿Acaso no podría haberse negado a darle dinero? Después de todo, es razonable y legal para nosotros no dárselo, pero eso significaría que los colaboradores no podrían reunirse. ¿Cuál fue entonces nuestro raciocinio al dárselo? En aquel momento, Mi pensamiento era considerar este dinero un alquiler. Si alquiláramos un hostal o una instalación deportiva, ¿acaso no nos costaría también dinero? No podemos reunirnos en esos lugares ni tampoco es seguro. Aquí la familia ayuda a proteger el lugar y se garantiza nuestra seguridad, así que, ¿es razonable que la casa de Dios gaste algo de dinero para pagar sus deudas? (Sí). Lo único que sucede es que el dinero no se entregó de una manera honrada. Sin embargo, en un entorno como el del país del gran dragón rojo, a menudo es necesario hacer este tipo de cosas.
Hay quienes tienen una humanidad malvada y no están del todo dispuestos a hacer el deber de anfitrión. Los usamos para proteger el lugar donde nos encontramos, así que debemos permitirles sacar algo de ventaja de la situación. Sin embargo, después de sacar ventaja, ¿siguen siendo capaces de obtener la salvación? No. No es que Dios no los quiera salvar, sino que esta clase de persona no puede alcanzar la salvación. Engañan y se aprovechan de cualquiera. Cuando hacen sus deberes e intentan preparar alguna buena obra, siempre estafan algo deseable de ello, y sea quien sea aquel con el que se relacionen, se atienen al principio de limitarse a sacar provecho sin salir nunca perdiendo. Este es el principio que siguen para hacer deberes en la casa de Dios. Por tanto, ¿de dónde vienen estas “buenas obras”? Las compra y las paga la casa de Dios, no es que esa gente prepare por su cuenta esas buenas obras; no lo hacen. Proporcionan un lugar, la casa de Dios se gasta un dinero y lo considera un alquiler. Esto no tiene nada que ver con buenas obras y no se trata de una buena obra por su parte. ¿Qué clase de comportamiento es que una persona enarbole la bandera de proporcionarle un lugar a los hermanos y hermanas en nombre de la casa de Dios, a fin de adquirir fraudulentamente dinero o artículos de la casa de Dios? ¿Qué tipo de calidad humana tiene esta clase de persona? ¿Es este comportamiento capaz de ser conmemorado por Dios? ¿Dónde se clasifica su calidad humana en el corazón de las personas y en el de Dios? Se supone que preparar buenas obras es algo que te corresponde hacer; tú preparas buenas obras en aras de tu destino y lo haces todo en tu propio beneficio, no el de los demás. Al hacer lo que debes, ya has recibido una recompensa y obtenido la cosa deseable que pretendías, de modo que, ¿cómo te ve Dios en Su corazón? Haces cosas buenas para obtener algo que te interese, no para obtener la verdad o la vida, y menos aún para satisfacer a Dios. ¿Puede Él incluso así salvar a esa clase de gente? No. Solo preparan alguna buena obra pequeña y cumplen con una pequeña obligación y deber, aun así, ponen la mano y piden un pago a la casa de Dios, entran en disputas con Él por algo insignificante, se les ocurren toda clase de maneras de engañar a la casa de Dios y obtener cosas deseables, así como de asegurarse de nunca salir perdiendo, como si estuvieran haciendo negocios. Así pues, esta buena acción deja de serlo; se ha convertido en una acción malvada, y Dios no solo no va a conmemorarla, sino que les arrebatará a estas personas el derecho de salvarse y lo disolverá. Cuando esa familia anfitriona obligó a la casa de Dios a saldar su deuda, ¿acaso no fue esto un tanto fraudulento en su naturaleza? Es propio de los anticristos. Cuando quieren dinero, no obran con honradez; en cambio, lo hacen de una manera fraudulenta por naturaleza, aprovechan la oportunidad para extorsionar cosas. ¿Salva Dios a aquellos que extorsionan las ofrendas? (No). Si estas personas se arrepienten y tienen fe auténtica, ¿se las debería salvar? (No). ¿Por qué? (El hecho de que estas personas pudieran obrar de manera fraudulenta hacia la casa de Dios significa que Él no ocupa un lugar en su corazón; son los típicos incrédulos). ¿Se arrepentirán los incrédulos? El tipo de incrédulos que son anticristos no van a arrepentirse. Sus propios intereses son el centro de todo lo que hacen y no van a arrepentirse ni aunque mueran. No admiten que hayan hecho algo equivocado ni malvado, ¿de qué se arrepentirían pues? El arrepentimiento es para la gente que tiene humanidad, que tiene conciencia y razón y puede detectar su corrupción con claridad y admitirla. Cuando esa familia anfitriona llevó a cabo un pequeño deber, tuvo que estafar para sacar algo deseable de ello, y no dejó pasar siquiera una oportunidad como esta. Eran unos grandes estafadores. Este es el cuarto caso.
Quinto caso: Exigir salarios por trabajar para la casa de Dios
En China continental, una parte del trabajo es relativamente peligrosa y arriesgada, y necesita a gente con algo de cerebro y ciertas cualificaciones para desempeñarla. En ese momento, había una persona que disponía de estas cualificaciones, así que lo Alto dispuso que hiciera algo de trabajo. En el transcurso de este, hizo una petición, dijo que en cuanto empezara a trabajar, ya no podría acudir a diario a su empleo habitual, y que su familia lo estaba pasando un poco mal para salir adelante. La casa de Dios le dio algo de dinero para gastos cotidianos, algo que le puso muy contento, y comenzó el trabajo que le encargaron. Sin embargo, su desempeño solo era promedio. Pasado un tiempo, su familia ya no tenía problemas para salir adelante, pero surgió otro asunto que le planteó a la casa de Dios y esta le dio algo más de dinero para gastos cotidianos, para asegurarle poder subsistir. Reticente, él convino seguir haciendo su trabajo, pero ¿acaso lo hacía bien? Era un completo desastre. Si tenía ganas de hacer algo, hacía un poco, y si no tenía ganas, no hacía nada de nada. Esto causó demoras y que el trabajo de la iglesia sufriera algunas pérdidas y otros tuvieron que arreglarlo. Más tarde, la casa de Dios se puso en contacto con él para decirle que se esforzara en su trabajo, y que la casa de Dios continuaría ayudando a resolver cualquier dificultad que tuviera. No se lo dijo directamente a la casa de Dios cara a cara, sino a unos pocos hermanos y hermanas en privado: “¿Acaso necesito que me cubran los gastos cotidianos? ¿Qué gran problema se puede resolver con tan poco dinero? Al hacer este trabajo, soluciono un gran problema en la casa de dios. La casa de dios también debería resolverme a mí mis grandes problemas. Ahora mismo, mi hijo no tiene dinero para su educación y este problema no se ha resuelto. Me falta más que este poco dinero que recibo”. Estas palabras eran lo que pensaba realmente, pero no tenía valor para decírselo a la cara a la casa de Dios; en cambio, quedó en evidencia cuando lo aireó en privado. ¿Cómo se debería resolver esta situación? ¿Debería la casa de Dios continuar usándolo o lo mejor sería buscarse a otro? (Buscarse a otro). ¿Por qué? Su calidad humana y su esencia ya han quedado en evidencia. No solo quería que la casa de Dios sustentara a su familia, sino también que pagara la educación de su hijo, y luego dijo que su mujer estaba enferma y quería que se le pagara el tratamiento. Cada vez pedía más, ¿no? Pensaba que, al hacer algo tan nimio por la casa de Dios, había realizado una gran contribución y la casa de Dios debería proveerle de todo lo que necesitaba, sin condiciones. Si trabajara en un empleo normal, ¿podría permitirse enviar a su hijo a la universidad? ¿Y costear el tratamiento de su mujer? No necesariamente. Por tanto, cuando hizo este poco de trabajo en la casa de Dios, ¿por qué le pedía dinero a esta constantemente? ¿En qué pensaba? ¿Cuál era su punto de vista respecto a este asunto? Pensaba que, sin él, la casa de Dios no tendría a nadie para hacer este trabajo, así que debía aprovechar esta oportunidad para buscar razones para pedirle a la casa de Dios más dinero, no debería renunciar a esto por nada y, si perdía la ocasión, esta desaparecería. ¿No es esto lo que quería decir? Pensaba que hacer este trabajo era como tener un empleo y ganar dinero, así que debía estafarle todo lo posible a la casa de Dios. Luego, cuando se dio cuenta de que no podía sacarle nada, no hizo su trabajo. ¿Es esta una persona que de veras cree en Dios? (No).
Las personas que de veras creen en Dios no tienen miedo de soportar adversidades mientras hacen su deber. Las hay que no mencionan las dificultades que sufre su familia mientras ellas desempeñan su deber. Hay quienes hacen deberes de acogida en las zonas pobres y, cuando vienen los hermanos y hermanas y no hay arroz para comer, piden dinero prestado sin contárselo a nadie. Si mencionaran algo al respecto, ¿podría darles dinero la casa de Dios? (Sí). La casa de Dios puede permitirse lo que necesiten para acoger a los hermanos y hermanas. Por tanto, ¿por qué no dicen nada? Si se lo ofrecieras, lo rechazarían. El dinero que piden prestado lo van luego pagando poco a poco. No quieren dinero de la casa de Dios. Los anticristos son lo exactamente opuesto. Ponen condiciones, extienden la mano y hacen exigencias antes de realizar trabajo alguno. ¿Cómo es que les resulta tan fácil extender la mano? ¿Cómo pueden hacerlo de una manera tan “confiada”? La gente así no tiene vergüenza, ¿verdad? Después de pedir un poco de dinero, quieren más. Si no se les da dinero, no hacen ningún trabajo, no sueltan al halcón hasta ver la liebre: “Trabajaré de acuerdo con lo que me pagues. Si no me pagas, olvídate de que vuelva a trabajar para ti. Me tomo esto como un empleo y no lo voy a ejercer si no obtengo ventajas. Me pongo en riesgo para hacer mi deber, así que debo obtener algo a cambio, y ha de ser proporcional a lo que yo invierta. ¡No puedo salir perdiendo!”. Así que han de pedir lo que ellos sienten que merecen y buscan excusas para pedirlo, han de devanarse los sesos para hacerlo y se les ocurren todo tipo de formas. Si se les puede conceder, mejor aún, si no, lo abandonarán todo y se marcharán sin haber perdido nada. Asimismo, creen que todo este trabajo que hace la casa de Dios implica riesgos que, si la casa de Dios no les da lo que piden, tendría miedo de que la denunciaran, y que no dispone de nadie más que sea apropiado, así que debe usarlos a ellos, y si los usa, les debe pagar. ¿No es esto un poco fraudulento en su naturaleza? ¿No hay un poco de explotación? ¿Se considera como creyentes a aquellos que son así? Se trata de incrédulos que no son parte de la casa de Dios, no son siquiera amigos de la iglesia. Cuando los amigos de la iglesia perciben que los creyentes son muy buenas personas, les ayudan a conseguir cobijo y a hacer algunas cosas. A la gente así se la puede bendecir un poco. A modo de contraste, los anticristos creen en Dios puramente para conseguir cosas deseables. Si no pueden conseguirlas, no llevarán a cabo ningún deber, no cumplirán ninguna obligación y no se esforzarán en absoluto. Cuando la casa de Dios dispone que cumplan un deber, primero preguntan qué cosas deseables les ofrece, y si no hay nada deseable, no lo hacen. ¿Qué diferencia hay entre ellos y los estafadores en el mundo de los no creyentes? Estas personas siguen queriendo que las salven, así como ser bendecidas por Dios. ¿Acaso no piden lo imposible? Si no tuvieran una calidad humana vulgar ni carecieran de vergüenza, ¿cómo se les podrían ocurrir en su corazón estas formas tan retorcidas de actuar? ¿Cómo pueden tener esta clase de actitud hacia hacer su deber? ¿Sois capaces de hacer tales cosas? (Sí, nosotros también). ¿Hasta qué punto? ¿Hay un límite? ¿Hasta qué punto pensaríais que es muy grave y que no podríais continuar haciendo estas cosas mucho más tiempo? (A veces mi corazón se siente reprochado y mi conciencia, acusada. También hay veces que me asusta que los demás desenmascaren las cosas que he hecho, de modo que ya no las hago). Haga lo que haga la gente, su calidad humana es de extrema importancia. Una persona que no tiene vergüenza en absoluto es capaz de hacer cualquier maldad. Es una persona sumamente malvada. No hay límites en nada de lo que hacen y cuando obran no siguen a su conciencia. ¿Qué clase de personas son aquellas cuya humanidad carece de conciencia? Son bestias y demonios, y Dios no las va a salvar. No son buenas personas aquellas que son capaces de adquirir fraudulentamente las ofrendas de Dios y de conseguir Sus ofrendas por medio de la extorsión mientras Él hace Su obra, ni las que exigen un pago a la casa de Dios. Creen que es fácil engañar a la casa de Dios y que nadie es responsable de cuidar las cosas en ella, que no son propiedad de nadie, así que pueden poseer y tomar de manera fraudulenta estas cosas como les venga en gana. Creen que al hacer esto, han adquirido una ventaja. ¿Es esta ventaja realmente tan fácil de adquirir? La ventaja que adquiriste no era grande, pero ¿qué consecuencia conlleva adquirirla? Perder la vida.
Si una persona de veras tiene algo de humanidad y un poco de conciencia, ¿será capaz de hacer estas cosas? Crees en Dios, sin embargo, eres capaz de defraudarlo y de conseguir Sus ofrendas por medio de la extorsión. ¿Qué clase de persona eres? ¿Eres siquiera una persona? Solo los demonios hacen este tipo de cosas. Las bestias no las hacen. Fíjate en un perro. El dueño lo ha criado y el perro protege su casa. Cuando viene una mala persona, el animal da la voz de alarma y la ataca. Persigue a cualquiera que se lleve las cosas de su dueño. Cuando se escapan los pollos, patos y gansos de la casa del dueño, el perro ayuda a encontrarlos. Cuando los cerdos se pelean entre sí, los separa. El perro sabe que su dueño quiere que vigile a los cerdos, así que es capaz de cumplir su responsabilidad. El perro no razona con su dueño y le dice: “Te he vigilado a los cerdos, ¿por qué no me das un pollo o algo para comer?”. Nunca dice eso. Hasta un perro es capaz de proteger la casa de su dueño y de desempeñar sus obligaciones hacia él sin una recompensa, pero estas personas ni siquiera son comparables con los animales. Después de llevar a cabo una pequeña obligación, creen que han salido perdiendo, y tras cumplir algunas responsabilidades y dedicar algo de esfuerzo, se sienten incómodas, creen que el arreglo no es equitativo y que han sido utilizadas, así que se les ocurren todo tipo de cosas para compensarlo. Cuando crees en Dios, Él te protege y te guía, y te concede muchísimas verdades. ¿Cómo puedes no pensar en retribuirle a Dios? A ti no se te ocurre retribuirle, pero Dios no insiste en ello. Sin embargo, cuando desempeñas una pequeña obligación vas en busca de Dios para que te compense. Tras cumplir una pequeña obligación, quieres obtener cosas mediante la extorsión y adquirir algo fraudulentamente, se te ocurren todo tipo de maneras para compensarlo. ¿Acaso no buscas morir? ¿No te ha dado mucho Dios? En cuanto a las manifestaciones de las personas, ¿qué se merecen? ¿Tienen las cosas que disfrutan y poseen hoy porque se las merecen? No. Dios te las concedió y te ha bendecido con ellas. Ya se te ha dado mucho. Dios te dio la vida, la verdad y el camino sin pedir nada a cambio. ¿Cómo se lo has retribuido? Cuando haces unas pocas obligaciones y deberes, dentro de ti sientes que es complicado asumirlas y que has sufrido una pérdida, y piensas en todas las maneras posibles de que te compense. Si quieres que sea equitativo, Dios puede darte algo a cambio, pero después de aceptarlo, ¿aún podrás salvarte? Llegará el día en el que estas personas sepan exactamente qué es lo más importante y lo más valioso. Aquellos que tengan la esencia de un anticristo nunca conocerán el valor de la verdad. Cuando llegue el día, cuando su desenlace se revele y cuando todo quede en evidencia y se haga público, entonces lo sabrán. ¿Acaso no será ya demasiado tarde? El desenlace de todas estas cosas está cerca y todo va a pasar. Solo las palabras de Dios y Su verdad perdurarán toda la eternidad. Aquellos que poseen la verdad y practican las palabras de Dios perdurarán junto a Sus palabras y Su verdad. Este es el valor y el poder de las palabras de Dios. Sin embargo, los anticristos nunca tendrán claro este hecho, así que se devanan los sesos, piensan en todo tipo de formas y se sirven de cualquier medio posible para intrigar en pos de diversos beneficios, para lo cual enarbolan la bandera de creer en Dios y utilizan métodos cada vez más torpes para adquirir fraudulentamente las ofrendas de Dios y malversar y apropiarse de Sus ofrendas. Todas las acciones y comportamientos de estas personas se han registrado al pie de la letra en el cuaderno de Dios. Cuando llegue el día de que se revelen los desenlaces, Dios determinará el desenlace de cada persona en función de estos registros. Todo esto es cierto. No importa si crees o no, todo esto se va a revelar. Este es el quinto caso. ¿Qué clase de persona es este hombre? ¿Su calidad humana es noble o vulgar? (Vulgar). A ojos de Dios, no es una persona honorable; es inferior. Para abreviar, nos referimos a él como un “miserable”.
Sexto caso: Realizar un esfuerzo arduo para obtener un cargo político con el fin de conseguir comida y ropa
Tras empezar a creer en Dios, muchas personas siempre buscan estatus y que otros los tengan en gran consideración. Siempre quieren destacar entre el resto en la casa de Dios y estar a la cabeza del rebaño. Para lograrlo, renuncian a sus familias y a su carrera profesional, sufren adversidades y pagan un precio, hasta por fin lograr su deseo y convertirse en líder. Después de que esto sucede, las vidas de estas personas son realmente diferentes. Plasman todos los aspectos de la imagen y el estilo que solían tener en la cabeza respecto a cómo son las personas con un cargo de funcionario, desde la manera de vestir y maquillarse al modo de hablar y de comportarse. Aprenden a hablar como un funcionario, a mandonear a la gente y a hacer que los demás se encarguen de sus asuntos privados. En pocas palabras, aprenden a ser un funcionario. Cuando acuden a un lugar para ser líderes, significa que van allí a ser funcionarios. ¿Qué significa ser un funcionario? “Realizar un esfuerzo arduo para obtener un cargo político con el fin de conseguir comida y ropa”. Se trata de un asunto relacionado con los placeres físicos. Después de convertirse en líder, ¿qué es ahora distinto en su vida respecto a cómo era antes? Lo que comen, lo que visten y las cosas que usan son diferentes. Cuando comen, se preocupan de que sea nutritivo y sabroso. Se preocupan de la marca y el estilo de ropa que llevan. Tras ser líder en cierto lugar durante un año, se han puesto gordos y pastosos; visten de pies a cabeza con ropa de marca y su teléfono, su computadora y los electrodomésticos de su casa son de marcas punteras. ¿Tenían estas condiciones antes de ser líder? (No). Después de convertirse en líderes no se esforzaron en hacer dinero, ¿de dónde lo sacaron entonces para comprar todo esto? ¿Se lo donaron los hermanos y hermanas o se lo asignó la casa de Dios? ¿Habéis oído alguna vez que la casa de Dios le asigne estas cosas a todo líder y obrero? (No). Por tanto, ¿cómo las consiguieron? En cualquier caso, no las adquirieron mediante su trabajo arduo, sino que fueron cosas que consiguieron después de obtener estatus y convertirse en “funcionarios”, de disfrutar del beneficio del estatus, de extorsionar a otros y mediante el fraude y las apropiaciones. ¿Había personas de este tipo en las iglesias de todas partes, entre las filas de los líderes y obreros con los que entablasteis contacto? No tenían nada cuando se convirtieron en líderes, pero en menos de tres meses disponían de computadoras y teléfonos de marcas de alta gama. Hay quien piensa que, tras convertirse en líder, el estándar de trato que merecen es alto. Deben desplazarse en coche cuando salen, las computadoras y los teléfonos que usan deben ser mejores que los de la gente normal, de una marca de alta gama, y cuando el modelo es viejo lo deben reemplazar por uno nuevo. ¿Cuenta la casa de Dios con estas reglas? La casa de Dios nunca ha tenido estas reglas y no hay ni un hermano o hermana que lo piense. ¿De dónde provienen entonces las cosas que disfrutan estos líderes? Por un lado, las consiguieron extorsionando a los hermanos y hermanas e instando a gente rica a comprárselas, para lo que enarbolaban la bandera de desempeñar la obra de la casa de Dios. Aparte, compraron estas cosas mediante la apropiación indebida y el robo de ofrendas. ¿Acaso no son basura que adquiere fraudulentamente alimentos y bebidas? ¿Difiere esto en algo de las personas que he mencionado en los casos anteriores que he compartido? (No). ¿Qué tienen en común? Todos aprovecharon su puesto para malversar ofrendas y para conseguirlas mediante la extorsión. Hay quien dice: “Al trabajar en la casa de Dios y ser un líder u obrero, ¿no están cualificados para disfrutar de estas cosas? ¿No están cualificados para compartir las ofrendas de Dios con Él?”. Decidme, ¿lo están? (No). Si hace falta que compren algunas cosas para hacer la obra de la casa de Dios, existen reglas en ella que dicen que pueden comprarlas, pero ¿hacen ellos sus compras según las estipulaciones de las reglas? (No). ¿Qué observáis que muestre que no sea así? (Si de veras lo necesitaran para el trabajo, pensarían que algo está bien si se le puede dar uso, pero lo que buscan los anticristos son cosas de marca de alta gama y utilizan lo mejor de todo. A juzgar por esto, podemos ver que se sirven de su estatus para disfrutar de estas cosas materiales). Eso es. Si se necesitara para el trabajo, cualquier cosa que se pueda usar estaría bien. ¿Por qué requieren que sean tan lujosas y caras? Además, cuando las compraron, ¿participó más gente en la decisión y estuvo de acuerdo? ¿No supone eso un problema? Si otros participaron en la decisión, ¿es posible que todos estuvieran de acuerdo en que compraran artículos de alta gama? En absoluto. Resulta muy obvio que obtuvieron estas cosas robando ofrendas. Está claro como el agua. Además, la casa de Dios tiene una regla: ya esté cada iglesia salvaguardando las ofrendas o asociándose en el trabajo, nunca es la labor de una sola persona. Por tanto, ¿por qué estas personas, como individuos, hacen uso de las ofrendas y las gastan a su antojo? Esto no concuerda con los principios. ¿Acaso la naturaleza de lo que hacen no es robar ofrendas? Compraron estas cosas y las adquirieron sin el acuerdo ni la aprobación de otros líderes y obreros, y por supuesto sin notificárselo a nadie y sin que nadie más supiera lo que estaban haciendo. ¿No es eso un poco equiparable en su naturaleza a robar? A esto se le llama robar ofrendas. Robar es engañar. ¿Por qué se considera engañar? Porque compraron estas cosas lujosas y las obtuvieron enarbolando la bandera de hacer la obra de la casa de Dios. Esta clase de comportamiento se considera fraude y engaño. ¿He exagerado al definirlo de esta manera? ¿Estoy armando un gran alboroto por nada? (No). No solo eso, sino que después de que estos supuestos líderes permanecen en un mismo lugar durante un tiempo, tienen la percepción muy clara de qué trabajo hacen los hermanos y hermanas en el mundo, qué conexiones sociales tienen y qué beneficios pueden sacarles y obtener de ellos, así como de qué conexiones pueden usar. Por ejemplo, lo que perciben con gran claridad es qué hermano o hermana trabaja en un hospital, para un departamento del gobierno o para un banco, o quién es un emprendedor, quién proviene de una familia que es dueña de una tienda, quién tiene coche o una casa grande y cosas del estilo. ¿Entran estas cosas en el ámbito de trabajo de estos líderes? ¿Por qué tantean estos asuntos? Quieren usar estas conexiones y a estos hermanos y hermanas que ocupan puestos especiales en el mundo para que les rindan servicio a ellos, los sirvan y les proporcionen comodidades. ¿Crees que lo hacen para llevar a cabo la obra de la iglesia y que comparten la verdad para abordar las dificultades del pueblo escogido de Dios? ¿Es eso lo que están haciendo? Existe una intención y un objetivo detrás de todas estas cosas que hacen. Cuando los verdaderos líderes y obreros trabajan, se centran en resolver problemas y en hacer bien la obra de la iglesia. No prestan atención a las cosas que no tienen nada que ver con la obra de la iglesia. Solo se enfocan en preguntar quién está haciendo su deber en la iglesia con sinceridad, quién es eficaz en su deber, quién puede aceptar la verdad y practicarla y quién es leal a la hora de desempeñar su deber. Entonces, los ascienden e investigan a esas personas que causan trastornos y perturbaciones, y lidian con ellas conforme a los principios. Solo los que practican así son auténticos líderes y obreros. ¿Hacen esto los anticristos? (No). ¿Qué si no? Actúan y hacen preparativos con el fin de conseguir cosas deseables para sí mismos y son en aras de sus propios intereses, pero no se aplican en la obra de iglesia ni le dan importancia. Por tanto, después de afianzarse en cierto lugar, ya han percibido con bastante claridad qué hermanos y hermanas pueden proveerles qué servicios. Por ejemplo, quienquiera que trabaje en la industria farmacéutica puede conseguirles medicamentos gratis cuando enfermen y proporcionarles medicamentos importados de alta calidad; el que trabaje en un banco les facilita los depósitos o las retiradas de dinero; cosas así. Perciben todo esto con mucha claridad. Reúnen a estas personas ante ellos sin importarles que su humanidad sea buena o no. Mientras los sigan y estén dispuestas a ayudarlos y ser sus cómplices, los anticristos les darán cosas deseables y las mantendrán cerca y las cuidarán y protegerán, al tiempo que estas personas trabajan para consolidar la posición de estos anticristos en la iglesia y mantener las fuerzas de estos. Por tanto, cuando quieres ver si un líder de la iglesia está haciendo trabajo real, pregúntale por la auténtica situación de los hermanos y hermanas en esa iglesia y por cómo va la obra, y serás capaz de ver con claridad si de veras se trata de alguien que hace trabajo real. Algunas personas perciben de manera clara los asuntos de familia y las circunstancias de vida de los hermanos y hermanas en la iglesia. Si les preguntas quién trabaja en la industria farmacéutica, qué familia tiene una tienda, cuál un coche, qué familia hace grandes negocios o quién trabaja en algún departamento local y puede hacer cosas por los hermanos y hermanas, te lo pueden contar al detalle. Si les preguntas quién persigue la verdad, quién es superficial en su deber, quién es un anticristo, quién trata de ganarse a la gente, quién es eficaz a la hora de predicar el evangelio o cuántos destinatarios potenciales del evangelio hay a nivel local, desconocen tales aspectos. ¿Qué clase de personas son? Quieren usar todas las conexiones sociales en el lugar que se hallan y unirlas para convertirse en un pequeño grupo social. Por consiguiente, al lugar donde se encuentran estos líderes no se le puede llamar una iglesia. Al terminar su labor, se ha convertido en un grupo social. Cuando se reúnen, no abren su corazón ni comparten su comprensión vivencial entre ellos, en cambio, se fijan en quién cuenta con las conexiones más potentes, quién ocupa una alta posición en la sociedad y es muy exitoso, quién es bien conocido en la sociedad, quién tiene influencia en ella y quién puede proveer al líder de servicios especialmente convenientes y de cosas deseables. Sean quienes sean estas personas, ocupan un lugar en el corazón del líder. ¿No es esto lo que hacen los anticristos? (Sí). ¿Qué es lo que hacen los anticristos? ¿Acaso están construyendo la iglesia? La están haciendo pedazos y la están destruyendo, y perturban y trastornan la obra de la casa de Dios. Crean su propio reino independiente, su propio grupo privado y su cuadrilla. Esto es lo que hacen los anticristos.
He tenido contacto con vosotros durante muchísimos años, ¿pero acaso os pregunto a qué se dedica vuestra familia o si es acomodada o no, y cuáles son vuestros entornos? (No). ¿Por qué no pregunto nada de eso? No tiene sentido hacerlo, la casa de Dios no es la sociedad. No hace falta que os congraciéis con los demás ni que entabléis conexiones con otros. Preguntar sobre estas cosas no tiene en absoluto relación con creer en Dios. No conviertas la casa de Dios en la sociedad. Da igual cuál sea tu contexto familiar, ya sea pobre o rico, en qué entorno vivas, ya sea una ciudad o una zona rural, eso no importa. Si no persigues la verdad, da igual la alta posición que solías ocupar en la sociedad, eso no tiene importancia. No me voy a fijar en eso. Cuando charlo con la gente, nunca les pregunto sobre la situación de su familia. Si están dispuestos a hablar sobre ello, entonces los escucho, pero nunca he tratado estas cosas como información importante sobre la que deba preguntar, y mucho menos he intentado sonsacar algún tipo de información con la que usar a las personas. Sin embargo, cuando los anticristos preguntan sobre esto, está claro que no lo hacen solo para charlar, sino para obtener cosas deseables. Por ejemplo, intentan entablar un vínculo con la familia que posee una tienda que vende productos de salud y les puede permitir comprarlos al por mayor. O recordarán a quienquiera que tenga un amigo al que puedan usar para que les ayude a comprar cosas buenas. Guardan una lista con estas “conexiones” y estas personas que piensan que tienen talentos especiales y las utilizan en momentos cruciales. Creen que todas son personas con talento y de gran utilidad para ellos. ¿Es correcto este punto de vista? (No). La gente que no persigue la verdad y que pertenece al mundo y a Satanás percibe estas cosas como más importantes que la vida y la verdad. Si cierta persona solía ser un obrero corriente en la sociedad, en cuanto un líder se entera de eso no quiere prestarle ninguna atención por muy sinceramente que busque en su fe, si bien adulan a alguien que solía pertenecer a un cuadro, cuya familia es acomodada y que tiene un estilo de vida superior y vive la vida al máximo; ¿es este un buen líder? (No). ¿Se os ha sometido a un trato semejante? ¿Qué se os pasó por la cabeza tras recibir esa clase de trato? ¿Sentisteis que no había amor ni calidez en la casa de Dios? ¿Representan los anticristos a la casa de Dios? No la representan. Representan a Satanás. Su forma de actuar y conducirse y su esencia pertenecen todas a Satanás y no tienen nada que ver en absoluto con la verdad. Solo se representan a sí mismos. Hay también algunos anticristos que, después de tener estas “conexiones” en la palma de la mano y contactar con ellas, las usan para gestionar sus asuntos privados o incluso para organizar trabajo para los miembros de su familia. Decidme, ¿suceden esta clase de cosas? (Sí). Los anticristos son muy capaces de hacerlas. Una persona sin conciencia, que no tiene vergüenza y es egoísta y vulgar hasta el extremo es capaz de hacer cualquier cosa, puede hacer algo que no concuerde con la verdad y contradiga la moral y la conciencia de uno. Por consiguiente, a ojos de los anticristos, servirse de su posición para manejar sus asuntos privados, obtener beneficios y cosas del estilo es lo más normal en el mundo, y no debería sacarse a relucir ni discernirse o entenderse. Es como dicen los no creyentes: “Realizar un esfuerzo arduo para obtener un cargo político con el fin de conseguir comida y ropa”. Este es también el objetivo que buscan los anticristos al ser líderes. Igual que su búsqueda, también trabajan duro en esta dirección sin un ápice de autorreproche, usan el poder en sus manos y su posición para amenazar a los hermanos y hermanas para que hagan estas cosas, como si fuera lo razonable, y sacan a relucir toda clase de prácticas y exigencias destinadas a los hermanos y hermanas que no se conforman a los principios. Estos líderes usan y mandonean contra su voluntad a alguna gente atolondrada que carece de discernimiento y puede incluso que haya algunos que gasten su propio dinero para hacer cosas por ellos, si bien no pueden decir nada, y creen que al hacer esto cumplen su deber y preparan buenas obras. Deja que te diga algo: en realidad estás equivocado. Al hacer esto no preparas buenas obras, sino que asistes a una mala persona para que haga cosas malas y estás incrementando el poder de alguien malvado. ¿Por qué digo esto? No te conformas a los principios cuando haces estas cosas. No haces tu deber. Ayudas a un anticristo a intrigar para su propio beneficio personal y te encargas de sus asuntos personales. Este no es tu deber, no es tu responsabilidad. No es la comisión que te dio Dios ni la obra de la casa de Dios. Al hacer esto, asistes a Satanás y trabajas para este. ¿Te va a recordar Dios por trabajar para Satanás? (No). ¿Qué va a recordar Dios entonces? Hay una frase en la Biblia. El Señor Jesús dijo: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Esto es lo que estipuló Dios. ¿Qué significan estas palabras? Si eres capaz de hacer algo por el más pequeño de los hermanos y hermanas, entonces tal cosa se hace de acuerdo con los principios y conforme a las exigencias de Dios. No te fijas en lo alto que sea el estatus de una persona, sino más bien haces las cosas de acuerdo con los principios. Algunos solo hacen cosas, se esfuerzan y trabajan para aquellos con estatus, los apoyan con entusiasmo, pero si una persona sin estatus les pide que hagan algo, aunque sea un deber o una responsabilidad que les corresponden, no le prestan atención. Por tanto, ¿cómo se define esto que hacen? Desde la posición de Dios, a estas cosas se las define como trabajar para Satanás y Él no las va a recordar en ningún caso. Este es el sexto caso. ¿Habéis visto algún caso similar a este? (Yo vi uno, Dios. Antes había una líder que era una anticristo en el lugar donde nos encontrábamos. Se aprovechaba de su posición para que los hermanos no pararan de donarle buena comida, artículos de utilidad, maquillaje y otras cosas. Algunas ya habían caducado, pero aun así no se las daba a los hermanos y hermanas; lo malversaba todo. Además, compró una chaqueta de plumón, pero cuando luego vio que una hermana había comprado otra similar que no costaba tanto pero era de buena calidad, pensó en todo tipo de cosas que poder decirle a esa hermana para timarla con la chaqueta y le hizo gastar más dinero para comprarse su propia chaqueta de plumón). Se puede decir que todos los anticristos son personas malvadas, no tienen humanidad ni conciencia y su calidad humana es particularmente vulgar. A esta gente se la debe poner en evidencia y descartar.
Hubo una vez una familia de tres miembros que se fue al extranjero a hacer su deber. Al llegar, hacían que los hermanos y hermanas los llevaran a comprar cosas a diario. Algunos querían chaquetas de plumón, otros deseaban pantalones o calzado. Ponían excusas, decían que no habían llevado mucho dinero. Si no habían llevado dinero, no deberían ir de compras, pero ellos aun así querían hacerlo y no deseaban cosas promedio, sino las buenas, que los hermanos y hermanas pagaban con su propio dinero. A medida que la familia llevó a cabo su deber durante un tiempo, la gente empezó a sentir desaprobación hacia su comportamiento; ¡los alimentos que comían, el lugar en el que vivían y las cosas que usaban eran demasiado lujosas! El padre de la familia hizo incluso que los hermanos y hermanas le compraran leche, y cuando tenía sed se la bebía como si fuese agua. ¿Cuánta gente hay en el mundo que pueda beber leche como si fuera agua? ¿Cuál debe de ser el nivel de estas personas? Luego hizo a los hermanos y hermanas comprarles mandarinas y naranjas, una bolsa grande que la familia se terminó en dos días. Después dijo que quería algunos suplementos vitamínicos, así que les solicitó a los hermanos y hermanas que compraran algunas cerezas e incluso me usó a Mí como pretexto: “¡Tienes que comprar cerezas para dios!”. Yo dije: “Estamos en invierno, no es temporada de comer cerezas. Yo no me las voy a comer, no las compres para Mí”. Él dijo: “¡Las tenemos que comprar igualmente!”. Cuando los hermanos y hermanas compraron una única caja de cerezas, su familia enseguida dio buena cuenta de ellas. Nunca había visto a nadie capaz de comer así, comían fruta como si fuera arroz y bebían leche como si fuese agua. Y entonces, cuando era el momento de la comida, veían que era pescado y lo devoraban. Su manera de comer os daría asco; eran como espíritus hambrientos que nunca hubiesen comido nada bueno antes. Pensaban que había que aprovechar esta oportunidad de tener cosas buenas, así que se afanaron en atiborrarse. Al final, el chico comió tanto que algo le sentó mal. Tras esto, dijo algo de una lógica retorcida: “¡Si no me hubiera comido ese pescado en lugar de dios, no me habría puesto enfermo!”. Yo ni siquiera estaba allí cuando se lo comió ni sabía nada al respecto. Se lo comió por decisión propia, ¿cómo podía culparme a Mí? Pero eso hizo. ¿Cómo se debe lidiar con gente así? (Hay que echarlos). ¿Qué son? (Diablos y satanases). Son diablos. En aquel momento, les dije a los líderes de la iglesia local: “Echadlos y llevadlos lo más lejos posible de aquí. ¡No quiero volver a verlos nunca más!”.
He estado en algunas iglesias y he interactuado con no pocos hermanos y hermanas. He visto a todo tipo de personas malas y malvadas, pero la cantidad de gente con la que me puedo asociar normalmente es bastante pequeña. En realidad, no hay manera posible de interactuar con la mayoría de las personas, y hay muchas que son inmunes a la razón. Todo lo que dicen tiene una lógica retorcida y errónea, y presentan falsedades como si fuesen verdad, no son más que bestias, diablos y satanases que no tienen ni un ápice de humanidad o razón. Al menos un tercio de las personas en cada iglesia son así. Ninguna vale nada y no se pueden salvar; se las debería descartar lo antes posible. Me gusta interactuar con aquellos capaces de aceptar la verdad y que son relativamente honestos y pueden hablar desde el corazón. Con independencia de qué corrupciones revelen o de qué desviaciones tengan, mientras estén dispuestos a compartir la verdad y puedan aceptarla, me puedo llevar bien con ellos. En cuanto a la gente falsa y a aquellos que les gusta aprovecharse de los demás, no les presto atención. Algunos siempre quieren alardear de sí mismos en Mi presencia y hacerme que los tenga en alta estima. Actúan de una manera delante de Mí y de otra a Mis espaldas para engañarme. Las personas así son como diablos y se las debería enviar lo más lejos posible; no quiero volver a verlas nunca. Cuando la gente tiene debilidades y deficiencias, puedo apoyarlos y proveer para ellos, y cuando cuentan con actitudes corruptas puedo hablarles sobre la verdad, pero no me relaciono con diablos ni escucho lo que dicen. Hay quienes son nuevos creyentes y no entienden algunas verdades, así que puede que hablen y actúen desde la ignorancia. Podemos hablar sobre la verdad, pero si entiendes algunas verdades y luego causas un alboroto a conciencia, actúas irracionalmente conmigo y me buscas defectos, Yo no te voy a aguantar. ¿Por qué no? No eres alguien que se pueda salvar, ¿por qué iba a aguantarte entonces? Aguantar a alguien significa que puedo tolerar y ser paciente con esa persona. Soy paciente con el ignorante y el corrupto promedio, pero no con los enemigos ni los diablos. Si los diablos y los enemigos fingen decirte cosas agradables y te sobornan, te engañan o te dan una felicidad momentánea, ¿te puedes creer lo que dicen? (No). ¿Por qué? Porque no pueden aceptar la verdad, ya lo has visto con claridad y estas personas ya han quedado en evidencia. No son honestos en lo que dicen, cuando comparten la verdad todo es hipocresía y es difícil discernir si lo que han dicho es verdadero o falso. Si puedes percibir estas cosas con precisión, puedes estar seguro de que son diablos y satanases. El problema solo se puede resolver a conciencia si se los echa o expulsa. Hay quien dice: “¿Por qué no se les da un poco de margen?”. Estas personas no tienen posibilidad de arrepentirse; no es posible que se arrepientan. Son iguales que Satanás, no importa lo todopoderoso y sabio que sea Dios; desde su óptica esta no es la esencia que Él debería tener. No trata a Dios como a Dios, y piensa que sus astutas intrigas son sabiduría, que su esencia-naturaleza es la verdad y que Dios no lo es. Este es un Satanás puro y está destinado a serle hostil a Dios hasta el final. Por tanto, la gente malvada está destinada a ser incapaz de amar la verdad y perseguirla, y como tal, Dios no la salva. Echarla de la iglesia y expulsarla de la casa de Dios es la decisión más acertada y no es para nada incorrecta.
Los anticristos sobre los que he hablado y he diseccionado nunca van a cambiar el rumbo ni los objetivos que buscan. Priorizan el propio interés en todo lo que se afanan, usan todas sus fuerzas y se devanan los sesos para adquirir fraudulentamente alimentos y bebidas en la casa de Dios. Nunca se han esforzado por Dios con sinceridad; solo quieren engañar para conseguir los alimentos y bebidas, satisfacer sus intereses y recibir un buen trato. Piensan que Dios no percibe esto, no sabe nada al respecto y no puede escrutarlo, así que buscan estas cosas con empeño. Por supuesto, así es su esencia-naturaleza, no aman la verdad ni pueden caminar por la senda de perseguir la verdad, así que están destinados a que los definan como anticristos. Esta es la clase de personas a las que Dios descarta y la clase de personas a las que la casa de Dios debería expulsar una vez que son descubiertas. Descubrir que una persona se halla en la senda de un anticristo, que haga una serie de cosas que no se conforman a la verdad, y hasta que llegue el día en el que se la define como anticristo; todo esto le muestra a todo el mundo que los anticristos no cambian. Su desenlace definitivo es que se los expulse de la casa de Dios y Dios los descarte; son incapaces de cambiar. Por tanto, ¿qué bien os hace saber estas cosas? Hay quienes dicen: “No adquirimos alimentos y bebidas de manera fraudulenta. Perseguimos la verdad y queremos hacer nuestro deber como seres creados. Seguimos a Dios y nos sometemos a Sus instrumentaciones y arreglos. No actuamos como anticristos, no planeamos caminar por la senda de los anticristos. ¿De qué nos sirve conocer estos casos?”. Para los hermanos y hermanas corrientes, estas manifestaciones y revelaciones de los anticristos pueden servirle a cada uno como advertencia y para hacerles saber qué senda es la correcta y qué comportamientos y maneras de hacer las cosas se conforman a las intenciones de Dios. Para los líderes y obreros de la iglesia de todos los niveles, esta es una prueba en la vida real de cómo discernir a los anticristos. ¿Qué bien supone para la obra de la iglesia discernir a los anticristos? Os ayuda a identificarlos con precisión y a expulsarlos de la iglesia en el momento apropiado, hace que la iglesia sea más pura y esté más libre de perturbaciones, trastornos y del daño de estos anticristos, de modo que aquellos que de veras persiguen la verdad y puedan esforzarse con sinceridad por Dios dispongan de un entorno limpio y tranquilo, libre de las perturbaciones de los diablos y satanases. Por tanto, en lo que respecta a la verdad de discernir a los anticristos, no importa si los disciernes desde la óptica de los hechos y las manifestaciones o en función de los principios-verdad, pues debes controlar ambos aspectos. Es beneficioso para tu entrada en la vida y para la obra de la iglesia; esto es algo que deberíais entender.
Hoy he hablado sobre varios casos. Todos estos asuntos son comportamientos, maneras de hacer las cosas y manifestaciones de la crueldad, desvergüenza y completa falta de la mínima moral de los anticristos. Tales casos deberían haber ocurrido a vuestro alrededor, y se puede decir que la manera de hacer las cosas de los anticristos y sus manifestaciones existen, en cierta medida, en todos vosotros. En otras palabras, todos tenéis algunas actitudes de anticristos y algunas prácticas de estos. Por tanto, cuando discernís a los anticristos, deberíais también comprobar, examinar y reflexionar sobre vuestro propio comportamiento. Alguna gente podría decir: “Siempre hablas sobre tales casos, sobre tal chisme, y entras en muchos detalles. ¿Cómo beneficia esto a nuestra entrada en la verdad? Ahora mismo, estamos muy ocupados con nuestros deberes y no queremos tomar notas sobre estas cosas ni escucharlas. A la hora de entrar en la verdad, basta con limitarse a dos cosas: una es someterse a Dios y la otra es ejecutar de manera adecuada el propio deber. ¡Es muy simple!”. En teoría puede ser así de simple, pero hablando de manera precisa y específica, no lo es tanto. Si entiendes unas pocas verdades, tu entrada será brusca y superficial, y si las verdades que entiendes son generales, entonces los detalles que experimentes serán también pocos en número, y nunca se te purificará en presencia de Dios. Él les pide a las personas que persigan la verdad y entren en las realidades-verdad, así que estas deben entender tales detalles. ¿Qué observáis a raíz de esto? Dios ha decidido salvaros, así que Él ha de ser serio con vosotros y no ser descuidado en absoluto ni atolondrado ni quedarse satisfecho con acercarse lo suficiente o tener más o menos razón. Para Dios, “tener más o menos razón”, “casi seguro”, “tal vez” y “quizás” no existen. Si quieres que se te salve y quieres caminar por la senda de la salvación, debes entender todos estos detalles sobre la verdad. Si ahora no estás a la altura de la tarea, está bien; no es demasiado tarde aún para empezar a entrar en los detalles de la verdad. Si te quedas satisfecho solo con tener una actitud de llevar a cabo tu deber bien, sin cometer errores, y si eres capaz de someterte cuando te suceden cosas, entonces nunca entrarás en las realidades-verdad. Toda verdad que aporta Dios a las personas contiene muchos detalles específicos, y si no entienden estos detalles, nunca entenderán la verdad ni las intenciones de Dios. ¿Es bueno que Dios se muestre serio con las personas? (Sí). Ya se trate de llevar a cabo su deber, de su sumisión, de sus relaciones interpersonales o de cómo aborden el asunto de sus expectativas y su destino, o incluso en lo referente a las cosas de las que hablo ahora, como la manera de discernir a los anticristos, cómo no caminar por la senda de un anticristo y cómo desechar el carácter de un anticristo, deberían captar una a una estas cosas. Una vez que seáis capaces de veras de discernir estos detalles y no solo sepáis predicar un poco de doctrina simple y vacía, entonces habréis entrado en las realidades-verdad. Solo la gente que entra en las realidades-verdad tiene la oportunidad y la esperanza de salvarse. El mero hecho de predicar palabras y doctrinas no es más que ser mano de obra. Si la gente quiere entrar en las realidades-verdad, han de empezar por estos detalles. De otra manera, nunca lograrán un cambio de carácter.
4 de abril de 2020