22. Predicación a un pastor
En abril de este año, una noche, de pronto me dijo un líder que un pastor mayor, con más de 50 años en la fe, quería estudiar la obra de Dios de los últimos días: era el pastor Cao, de la aldea de Caojia. Yo iba a ir a darle testimonio. Según el líder, el pastor Cao había predicado en muchos países, no había renunciado a Dios ni siquiera cuando el PCCh lo encarceló por su fe y creía sinceramente en el Señor. Al enterarme de todo esto, me acordé de muchos pastores y ancianos que conocí mientras predicaba el evangelio. La mayoría se aferraba a las palabras de la Biblia y a las nociones religiosas. Les costaba reconocer la voz de Dios o aceptar la verdad, y valoraban muchísimo su estatus y sus ingresos. Algunos oían las palabras de Dios Todopoderoso y reconocían que eran la verdad, pero no aceptaban a Dios Todopoderoso. ¿Realmente podría aceptar la verdad este viejo pastor, o se aferraría tercamente a sus nociones religiosas como los demás? También estaba muy nerviosa. Llevaba unos años en otro deber y hacía algún tiempo que no predicaba el evangelio. Ahora, de pronto tenía que enfrentarme a este viejo pastor lleno de conocimiento bíblico y nociones religiosas. Si no le enseñaba claramente la verdad y no corregía sus nociones religiosas, ¿no habría fracasado en mi deber? Recordé unas palabras de Dios: “Se exige la fe de las personas cuando algo no puede verse a simple vista, cuando no puedes abandonar tus propias nociones. Cuando no tienes clara la obra de Dios, lo que se requiere es tu fe y que adoptes una posición firme y mantengas el testimonio” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento). “El Espíritu Santo obra por medio de este principio: con la cooperación de las personas, con que, de manera activa, oren, busquen y se acerquen más a Dios, se pueden lograr resultados y el Espíritu Santo las puede esclarecer e iluminar. No es el caso de que el Espíritu Santo actúe de manera unilateral o de que el hombre actúe unilateralmente. Ambos son indispensables y cuanto más cooperen las personas y cuanto más busquen alcanzar los estándares de las exigencias de Dios, mayor será la obra del Espíritu Santo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo conocer la realidad). Cierto. Dios había dispuesto que viera a este destinatario potencial del evangelio. Aunque antes hubiera fracasado al predicar el evangelio a los pastores y ancianos, no podía calificarlos a todos de incapaces de aceptar la obra de Dios de los últimos días. Debía tener fe en Dios y pagar un precio de verdad cooperando. Las ovejas de Dios oyen Su voz; siempre que él anhelara la verdad y quisiera estudiar el camino verdadero, mi deber era darle testimonio de la obra de Dios de los últimos días. Si había siquiera un rayo de esperanza, no podía rendirme. Tenía la responsabilidad de ampararme en Dios y enseñar con amor y paciencia; así no tendría dudas ni pesares. Estos pensamientos, finalmente, me dieron fe.
Cuando vi al pastor Cao, le pregunté qué opinaba del regreso del Señor. Solemne, me respondió: “Hace más de 20 años, hubo gente que me predicó el evangelio varias veces. Daban testimonio de que Dios Todopoderoso era el regreso del Señor Jesús, que expresaba la verdad y realizaba la obra del juicio en los últimos días. Según ellos, la Biblia registraba las palabras y obras anteriores de Dios; ahora había regresado el Señor Jesús, había expresado nuevas palabras, y solo si yo leía las nuevas palabras de Dios Todopoderoso y las aceptaba sinceramente podría comprender la verdad y ser salvado por Dios. Al oír aquello, yo no lo podía admitir. Pablo lo dejó muy claro: ‘Toda Escritura es inspirada por Dios’ (2 Timoteo 3:16). Es decir, la Biblia es la palabra de Dios, el canon cristiano, cosa innegable. El cielo y la tierra pasarán; las palabras de Dios perdurarán. Así pues, los creyentes de toda época deben leer la Biblia y respetarla. Convencido de que se equivocaban, no quería que me enseñaran más cosas”. Le repliqué: “Pastor Cao, puedo entender que opines así. La mayoría del mundo religioso piensa que las palabras de la Biblia son de Dios por lo que dijo Pablo, pero ¿de verdad coincide esta afirmación con la realidad?”. El pastor Cao contestó: “Claro que sí”. Le señalé: “En cuanto a si la Biblia entera es o no palabra de Dios, la respuesta precisa la dieron las palabras de Dios Todopoderoso hace mucho tiempo. ¿Quizá podríamos leer esas palabras ahora?”. Con gesto solemne, dudó antes de asentir: “Ya que estamos aquí, vale”. Por tanto, le predicamos las palabras de Dios Todopoderoso.
Dios Todopoderoso dice: “Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras que Dios habló y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron, todos, inspirados por Dios y son un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea que tiene el hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un registro histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y, otras, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre; todas fueron resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo ni era profeta, y, mucho menos, tuvo las visiones que tuvo Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, consuelo y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en esa época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, para que los hermanos y hermanas de las iglesias de esa época siguieran su consejo y siguieran el camino de arrepentimiento del Señor Jesús” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (3)). “No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de las predicciones de los profetas y, otra, las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de las eras. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, y esto es algo inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay nociones humanas, prejuicios humanos y el entendimiento absurdo de los humanos. Por supuesto, la mayoría de las palabras son resultado del esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, y son entendimientos correctos, pero sigue sin poderse decir que son expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son más que conocimiento derivado de la experiencia personal o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó personalmente las predicciones de los profetas: las profecías de los semejantes a Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, y eran, todos, profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (3)).
Mientras leíamos las palabras de Dios, el pastor Cao escuchaba, atento, y asentía de vez en cuando. Luego le enseñé lo siguiente: “Las palabras de Dios Todopoderoso son muy claras: la Biblia simplemente documenta las dos etapas previas de la obra de Dios. Aparte de las palabras de Jehová Dios y del Señor Jesús y de las palabras de Dios comunicadas por los profetas, el resto son relatos históricos y experiencias humanas. La Biblia no solo contiene las palabras de Dios, sino también del hombre y de Satanás. Debemos distinguir entre ellas y no confundirlas. Es igual que la forma en que el Antiguo Testamento relata las profecías de profetas como Isaías, Elías o Ezequiel. Antes de sus palabras, siempre dice algo así como ‘así dijo Jehová’ o ‘Jehová habló’, lo que demuestra que transmitían directamente las palabras de Dios. Ahora bien, las epístolas son experiencias humanas, relatos humanos. Las epístolas a las iglesias, como las del Pablo, eran su experiencia y su entendimiento. Cuando los hermanos y hermanas de entonces recibían las epístolas de Pablo, decían ‘ha llegado carta de Pablo’. Nunca decían ‘han llegado las palabras de Dios’, ¿verdad? Así pues, no puede decirse que las epístolas sean palabra de Dios. Tomar las palabras del hombre y de Satanás contenidas en la Biblia y afirmar que son palabra de Dios, ¿no es blasfemia? Eso significa que esta creencia en que ‘la Biblia entera es inspirada por Dios y palabra de Dios’ es, básicamente, incorrecta”.
Cuando acabé, estaba asombrado. Me dijo, emocionado: “Recuerdo que mi profesor de Teología me dijo que toda la Biblia era íntegramente inspirada por Dios y es palabra de Dios. Eso llevamos diciendo nosotros todos estos años. ¿Acaso estaba equivocado Pablo al respecto?”. Al oír su pregunta me dio un brinco el corazón. Acababa de verlo asentir todo el tiempo y creía que entendía, pero no había entendido nada. ¿Era el pastor Cao como esos otros líderes religiosos, incapaz de comprender las palabras de Dios? Sin embargo, luego pensé: “Este viejo pastor lleva décadas aferrado a las nociones religiosas; ¿las puede dejar de lado así de fácil? Tengo que enseñarle con paciencia”. A continuación le dije: “Por ahora no nos vamos a preocupar de si Pablo tenía razón o no. Vamos a los hechos. Pastor Cao, tú debes de saber cómo se hizo la Biblia. ¿Cuántos años después del Señor escribió Pablo 2 Timoteo?”. Respondió sin dudar que más de 60 años más tarde. “¿Y cuántos años después del Señor se hizo el Nuevo Testamento?”. Contestó que más de 300 años después. Así pues, señalé: “Reflexionemos: ¿existía el Nuevo Testamento cuando Pablo escribió 2 Timoteo?”. Sorprendido, dijo: “No”. Continué: “Si no era así, las palabras de Pablo ‘toda Escritura es inspirada por Dios’, ¿abarcan el Nuevo Testamento?”. Boquiabierto, dijo: “Entiendo. Es imposible que las palabras de Pablo abarcaran el Nuevo Testamento. ¡Gracias al Señor! ¿Cómo no se me ocurrió antes? En todos estos años de fe, siempre hemos creído que ‘toda Escritura es inspirada por Dios y palabra de Dios’ y lo hemos predicado por todos lados. Jamás cuestionamos la verdad de esta afirmación. Con esta enseñanza, ahora entiendo que no toda la Biblia es palabra de Dios y que debo rectificar la noción que he tenido durante décadas. ¡Gracias a Dios!”. Corregida la noción del pastor Cao, yo tenía más confianza para predicarle el evangelio.
Por ello, le enseñé esto: “Dios se ha hecho carne para realizar Su obra del juicio en los últimos días expresando millones de palabras de verdad, revelando no solo los misterios de la Biblia, sino también todos los de Su plan de gestión de 6000 años, como los misterios de las tres etapas de Su obra, de Sus nombres y de Su encarnación. Dios Todopoderoso también ha revelado la verdad de la corrupción satánica del hombre, su naturaleza satánica de resistencia a Dios y sus diversas actitudes satánicas, y nos ha señalado el camino para librarnos de pecado y ser salvados por Él. Estas verdades expresadas por Dios Todopoderoso son las palabras del Espíritu Santo a las iglesias, el camino de vida eterna otorgado por Dios a la humanidad en los últimos días y el único para salvarnos y entrar en Su reino”. Lo admitió, pero aún tenía nociones sobre la encarnación de Dios en una mujer en los últimos días. Me dijo: “Hermana, ya puedo aceptar la obra de juicio y purificación de Dios Todopoderoso, ¿pero cómo puedes dar testimonio de que el Señor Jesús se ha encarnado en una mujer? La última vez que vino era hombre, y la Biblia suele hablar de Él como ‘Hijo’, así que tendría que ser varón a Su regreso. ¿Cómo iba a ser mujer? Me resulta inconcebible. ¿Podrías hablarme algo acerca de esto?”. Yo respondí: “Durante milenios, todo creyente ha pensado que, dado que el Señor Jesús vino como hombre, seguro que regresaría como hombre, de ninguna manera como mujer. Así y todo, Dios Todopoderoso se ha encarnado en una mujer en los últimos días; a muchos les cuesta admitirlo. Pero debemos entender que, cuantas más nociones tenga la gente sobre algo, más verdad hay que descubrir. La Biblia, al profetizar el regreso del Señor Jesús, siempre cita: ‘Hijo del hombre’, ‘la venida del Hijo del hombre’, ‘vendrá el Hijo del hombre’ y ‘el Hijo del hombre en Su día’. ¿Qué significa ‘Hijo del hombre’ aquí? Esta alusión significa una persona nacida de un ser humano y con una humanidad normal, sea hombre o mujer. ¿Y por qué recalcó reiteradamente el Señor Jesús esta expresión, ‘Hijo del hombre’? Con ella nos decía que, en los últimos días, Dios regresaría encarnado como el Hijo del hombre para manifestarse y obrar, pero el Señor jamás dijo si el Hijo del hombre en los últimos días sería hombre o mujer. Entonces, ¿cómo puede decidirlo la gente? Todos conocemos Génesis 1, versículo 27: ‘Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó’. Aquí vemos que, en el principio, Dios creó hombre y mujer a imagen Suya. Si determinamos que Dios es varón, ¿cómo podemos explicar que Él también creó a la mujer a imagen Suya? Así pues, no podemos delimitar a Dios por nuestras nociones y fantasías”. Luego le leí al pastor Cao unos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso.
Dios Todopoderoso dice: “Cada etapa de la obra realizada por Dios tiene su propio sentido práctico. En aquel entonces, cuando Jesús vino, lo hizo en forma de varón, y cuando Dios viene esta vez, toma la forma de mujer. A partir de esto se puede ver que la creación de Dios de ambos el varón y la mujer puede ser útil para Su obra y que con Él no hay distinción de género. Cuando Su Espíritu viene, Él puede adoptar cualquier carne que desee y esa carne puede representarlo. Sea varón o mujer, puede representar a Dios mientras sea Su carne encarnada. Si Jesús hubiera aparecido como mujer cuando vino —en otras palabras, si el Espíritu Santo hubiera concebido una niña, y no un niño— esa etapa de la obra se habría completado de todas formas. Si esto hubiera ocurrido, la etapa actual de la obra la hubiera tenido que completar un varón, pero de todas maneras la obra se habría completado. La obra llevada a cabo en cada etapa tiene su significado; ninguna de las dos etapas de la obra se repite ni entra en conflicto con la otra” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación). “En cuanto al género, uno es varón y la otra es hembra; de esta manera se ha completado la relevancia de la encarnación de Dios y se han disipado las nociones del hombre sobre Él: Dios puede convertirse tanto en varón como en hembra y, en esencia, el Dios encarnado no tiene género. Él creó tanto al hombre como a la mujer y para Él no hay división de géneros” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La esencia de la carne habitada por Dios). “Si Dios sólo se encarnara como varón, las personas lo definirían como tal, como el Dios de los hombres, y nunca creerían que es el Dios de las mujeres. Entonces, los hombres creerían que Dios es del mismo género que los hombres, que Él es la cabeza de los hombres; ¿y qué hay de las mujeres? Esto es injusto; ¿no es un trato preferencial? Si fuera el caso, todos aquellos a quienes Dios salvó serían hombres como Él, y no habría salvación para las mujeres. Cuando Dios creó a la humanidad, creó a Adán y a Eva. No sólo creó a Adán, sino que hizo tanto al varón como a la mujer a Su imagen. Dios no es sólo el Dios de los hombres, también lo es de las mujeres” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (3)).
Continué con mi enseñanza: “Todos sabemos que, en el principio, Dios creó hombre y mujer a imagen Suya. Así pues, naturalmente, Dios puede encarnarse en un hombre, pero también en una mujer. Si Dios se encarnara dos veces como hombre, los seres humanos podrían delimitarlo y creer que Él solo puede encarnarse como hombre, no como mujer, que Él solo es el Dios de los hombres, no de las mujeres; ¿no es este un inmenso malentendido sobre Él? Esto supondría una discriminación eterna a las mujeres. Sería verdaderamente injusto para nosotras. Dios es justo. Por tanto, primero se encarnó como hombre, y en los últimos días, como mujer. Esto es muy trascendental. Ilustra perfectamente el carácter justo de Dios y que Él trata igual a hombres y mujeres. Así ha perfeccionado el sentido de Su creación del hombre y de la mujer. De hecho, da igual que Dios se encarne como hombre o como mujer. Mientras esta persona pueda expresar la verdad y realizar la obra de salvación de la humanidad, puede representar a Dios y es el propio Dios encarnado. En los últimos días ha llegado Dios Todopoderoso. Él expresa toda verdad que purifica y salva al hombre, realiza Su obra del juicio en los últimos días, inicia la Era del Reino y concluye la Era de la Gracia. Esto es prueba concluyente de que Dios Todopoderoso es Dios encarnado y el regreso del Señor Jesús”.
En ese momento, el pastor Cao me dijo, con bastante seriedad: “Hermana, todo lo que has explicado es razonable, y no puedo refutarlo, pero todavía hay algo que no entiendo del todo. En Génesis 3:16, Dios dice: ‘Y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti’. Y 1 Corintios 11:3 afirma: ‘y la cabeza de la mujer es el hombre’. Estos textos evidencian que la mujer es el origen de la corrupción y está sometida al dominio del hombre. Entonces, ¿cómo fue posible que el Señor regresara como mujer?”. Ante las palabras del pastor Cao, pensé: “Te he leído muchísimas palabras de Dios y te he enseñado mucho más, pero sigues delimitando a Dios como hombre y no admites Su encarnación como mujer. Parece que no puedes dejar de lado tus nociones tan fácilmente”. Sin embargo, luego reflexioné: “Sus nociones se deben a errores de comprensión de la Escritura. Si comprende la verdad, estas nociones desaparecerán”. Le dije: “Pastor Cao, Dios Todopoderoso ha hablado muy claro de esta cuestión. Echemos un vistazo a lo que dice”.
Dios Todopoderoso dice: “Cuando se dijo en el pasado que el hombre era la cabeza de la mujer, se dijo con respecto a Adán y a Eva, a quienes la serpiente había engañado, y no al hombre y a la mujer creados por Jehová en el principio. Por supuesto, una mujer debe obedecer y amar a su marido, y un marido debe aprender a proveer de alimento y sustento a su familia. Son las leyes y decretos establecidos por Jehová que la humanidad debe cumplir durante sus vidas en la tierra. Jehová dijo a la mujer: ‘Tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti’. Esto solo se dijo para que la humanidad (es decir, tanto el hombre como la mujer) pudiera vivir una vida normal bajo el dominio de Jehová, y para que la vida de la humanidad tuviera una estructura y no perdiera el orden. Por ello, Jehová elaboró normas apropiadas en cuanto a cómo deberían actuar el hombre y la mujer, aunque esto solo se refería a todos los seres creados que vivían sobre la tierra y no tenía relación con la carne encarnada de Dios. ¿Cómo podría ser Dios lo mismo que Sus seres creados? Sus palabras solo iban dirigidas a la humanidad de Su creación; Él estableció reglas para el hombre y la mujer con el fin de que la humanidad pudiera vivir una vida normal. En el principio, cuando Jehová creó a la humanidad, hizo dos clases de seres humanos, tanto al varón como a la mujer; y, por eso, hay una división entre el varón y la mujer en Sus carnes encarnadas. Él no decidió Su obra con base en las palabras que habló a Adán y Eva. Las dos veces que se ha hecho carne se han determinado totalmente de acuerdo con Su pensamiento cuando creó por primera vez a la humanidad. Es decir, Él ha completado la obra de Sus dos encarnaciones con base en el varón y la mujer antes de ser corrompidos. […] Cuando Jehová se hizo carne dos veces, el género de Su carne estaba relacionado con el varón y la mujer que no habían sido engañados por la serpiente. En dos ocasiones Él se hizo carne conforme al varón y la mujer que no habían sido seducidos por la serpiente. No penséis que la masculinidad de Jesús era la misma que la de Adán, quien fue engañado por la serpiente. No tienen ninguna relación; son dos varones de dos diferentes naturalezas. Ciertamente no puede ser que la masculinidad de Jesús demuestre que Él es la cabeza de todas las mujeres, pero no de todos los hombres. ¿No es Él el Rey de todos los judíos (incluidos hombres y mujeres)? Él es Dios mismo, no solo la cabeza de la mujer, sino del hombre también. Él es el Señor de todas las criaturas y la cabeza de todas ellas. ¿Cómo podrías determinar que la masculinidad de Jesús es el símbolo de la cabeza de la mujer? ¿No sería esto blasfemia? Jesús es un varón que no ha sido corrompido. Él es Dios; Él es Cristo; Él es el Señor. ¿Cómo podría ser Él un varón como Adán, que fue corrompido? Jesús es la carne con la que se viste el santísimo Espíritu de Dios. ¿Cómo podrías decir que Él es un Dios que posee la masculinidad de Adán? En ese caso, ¿no estaría errada toda la obra de Dios? ¿Habría incorporado Jehová dentro de Jesús la masculinidad de Adán, quien fue engañado por la serpiente? ¿No es la encarnación del presente otro ejemplo de la obra de Dios encarnado, que es diferente en género de Jesús, pero igual que Él en naturaleza? ¿Todavía te atreves a decir que Dios encarnado no podría ser una mujer, ya que fue una mujer la primera que fue engañada por la serpiente? ¿Todavía te atreves a decir que al ser la mujer la más impura y el origen de la corrupción de la humanidad, Dios no podía en absoluto encarnarse como una mujer? ¿Todavía te atreves a persistir en decir que ‘la mujer siempre obedecerá al hombre y nunca podrá manifestar o representar directamente a Dios’?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación).
Proseguí: “Con las palabras de Dios Todopoderoso vemos que, cuando Dios le dijo a la mujer ‘y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti’, esto fue una exigencia y una limitación Suyas a la humanidad corrupta para que esta pudiera vivir en orden bajo el dominio de Jehová Dios. Esta exigencia no guarda relación alguna con Dios encarnado. Es como en el Antiguo Testamento, cuando Jehová Dios ordenó al hombre que guardara el sabbat. Esto le pidió Dios al hombre; el hombre no pudo pedírselo al Señor Jesús. Como manifestó el Señor Jesús, ‘El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo’ (Marcos 2:27-28). Así, aunque según la Biblia, ‘Y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti’ (Génesis 3:16), ‘Y la cabeza de la mujer es el hombre’ (1 Corintios 11:3), estas cosas no tienen nada que ver con Dios encarnado. Se encarne Dios en un hombre o en una mujer, siempre se trata de la carne de la que se reviste Su espíritu y siempre es el propio Dios. Si, con estas palabras, el hombre delimita a Dios como varón, sin poder ser mujer, y niega a Dios encarnado en los últimos días, ¿no pone a Dios encarnado en la misma categoría que al hombre corrupto? ¿No es una blasfemia contra Dios?”. Tras escucharme, el pastor estaba asombrado. Dijo con cierta gravedad: “Hermana, como el Señor ha venido en la carne, tendría que haber nacido de un ser humano y tener un sexo. No puedo admitir de inmediato que se haya encarnado en mujer esta vez. He de orar y pedir esclarecimiento al Señor”. Cuando dijo esto el pastor, yo estaba algo nerviosa y desconcertada. Con tanto como le había enseñado, ¿por qué aún no podía dejar de lado sus nociones? ¿Qué rayos estaba pasando? ¿No comprendía la palabra de Dios? ¿No era él una de Sus ovejas? ¿Debía continuar hablando con él? ¿Qué debía aprender yo de esto? Oré a Dios en mi interior.
Después recordé unas palabras Suyas: “Al difundir el evangelio debes cumplir con tu responsabilidad y tratar con seriedad a todos aquellos a quienes se lo difundas. Dios salva a la gente en la mayor medida posible, y debes estar atento a Su voluntad, no debes ignorar descuidadamente a quien esté buscando y considerando el camino verdadero. […] Algunas personas que consideran el camino verdadero tienen capacidad de entendimiento y son de gran calibre, pero son arrogantes y santurrones, se apegan demasiado a las nociones religiosas, por lo que se les ha de comunicar la verdad para ayudarles a resolver esto. Solo debes rendirte si no aceptan la verdad, por mucho que hayas comunicado con ellos, porque habrás hecho todo lo que puedes y debes hacer” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Difundir el evangelio es el deber al que están obligados por honor todos los creyentes). Las palabras de Dios me sosegaron por dentro. Dios nos exige amor y paciencia hacia los destinatarios potenciales del evangelio. Sin importar si al final aceptan el evangelio, nosotros habremos hecho todo lo posible. Vi que todavía no había hecho todo lo que debía al predicarle el evangelio al pastor Cao. No había cumplido las exigencias de Dios. Al verlo aferrado a la Biblia, todavía incapaz de cambiar de idea, pensé que jamás recibiría la verdad. Él tenía nociones sobre la encarnación femenina de Dios y no había entendido mis enseñanzas en el acto, así que perdí la paciencia otra vez. Tenía prejuicios hacia el pastor Cao pensando que no era fácil que los pastores reconocieran la voz de Dios. Cuando él tuvo una noción que no podía superar, yo lo delimité, y hasta quise darme por vencida con él. Recordé que Dios ha hecho arduos esfuerzos por salvar a la humanidad corrupta y que ha expresado muchísimas verdades para sustentarnos. Para ayudarnos a comprender la verdad, nos enseña y explica cada verdad de pe a pa. Habla con historias y metáforas, y desde todos los ángulos, para aportar detalles y claridad suficientes. Vi que son tan grandes el amor de Dios a la humanidad y lo que Él se ha esforzado por nosotros que no se pueden expresar con palabras. Sin embargo, yo, en mi deber de predicar el evangelio, me había apartado de la dificultad y había querido dejar al pastor Cao por imposible. ¿Dónde estaba mi corazón amoroso? ¿Cómo podía cumplir así con el deber? Aunque el pastor Cao no se hubiera dejado convencer ya, yo no podía ser impaciente. Tenía que tratarlo con amor y, si él no entendía, yo tenía que pasar más tiempo en comunión, orar a Dios, confiar en Él y pedirle esclarecimiento para el pastor.
Con esta idea, continué enseñando al pastor Cao: “Cuando creemos en Dios Todopoderoso, creemos en la verdad que Él ha expresado. Sea hombre o mujer la encarnación de Dios, mientras exprese la verdad y pueda purificar y salvar a la humanidad, se trata del propio Dios, y debemos creer en Él y aceptarlo. Dios Todopoderoso lleva más de 30 años obrando, expresando millones de palabras. Ha expresado toda verdad que librará a la humanidad de pecado y nos llevará a la salvación de Dios. En toda religión y denominación, muchos que anhelaban la aparición de Dios han reconocido Su voz en las palabras de Dios Todopoderoso y se han vuelto hacia Él. Todos ellos son las vírgenes prudentes. Experimentaron el juicio y castigo de las palabras de Dios, descubrieron la verdad de su corrupción, se arrepintieron y se despreciaron a sí mismos. Al percatarse de que el carácter justo de Dios no tolera ofensa, llegaron a temerlo, sinceramente arrepentidos, y su carácter corrupto se transformó poco a poco. Dios Todopoderoso ha formado un grupo de vencedores antes de los desastres: ellos son las primicias profetizadas en el Apocalipsis. Las palabras de Dios Todopoderoso y los testimonios de triunfo del pueblo escogido de Dios sobre Satanás se publicaron en internet hace mucho tiempo como testimonio a toda la humanidad de que ha regresado el Salvador. Cada vez más gente de todas las naciones estudia ahora el camino verdadero. La obra de Dios Todopoderoso de los últimos días concluye el plan de gestión de 6000 años de Dios para salvar a la humanidad, lo que nos libra por completo del campo de acción de Satanás. Todo lo alcanzado por la obra de Dios Todopoderoso es prueba concluyente de que Dios Todopoderoso es Dios encarnado; o sea, el regreso del Señor Jesús. Esto significa que no se puede comprobar si Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús solo por Su sexo. ¿Puede expresar la verdad y realizar la obra de salvar a la humanidad? Esta es la clave”. En ese momento dijo, solemne, el pastor Cao: “Hermana, entiendo tus enseñanzas. Si alguien puede expresar la verdad y llevar a cabo la obra de salvación, sea hombre o mujer, es Dios encarnado. ¡Ya se me ha iluminado el corazón!”.
Luego, el pastor Cao leyó muchas otras palabras de Dios Todopoderoso, se corrigieron sus nociones, y aceptó la obra de Dios de los últimos días.
Con esta experiencia de predicación del evangelio vi que toda obra de Dios la realiza Él mismo. Trátese de un pastor o de un anciano, sin importar su conocimiento bíblico, su erudición teológica ni sus nociones religiosas, están indefensos ante la verdad. Mientras comprendan las palabras de Dios y estén algo receptivos y dispuestos a buscar la verdad, pueden hallar respuestas en las palabras de Dios, que, al final, los conquistarán. Cuando le prediqué el evangelio al pastor Cao, creía que a los pastores y ancianos les costaba aceptar la verdad, por lo que tenía prejuicios hacia el pastor Cao. Mientras le predicaba el evangelio, al ver que se aferraba a sus nociones, había constatado que no podía comprender la voz de Dios, y a punto estuve de dejarlo por imposible. Felizmente, las palabras de Dios me guiaron y pude entenderme a mí misma y terminar mi deber.
Después leí un pasaje de las palabras de Dios que aclaraba el modo de lidiar con destinatarios potenciales del evangelio con nociones. “Si una persona que está valorando el camino verdadero reitera una pregunta, ¿cómo debes responder? No debería importarte tomarte el tiempo y la molestia de contestarle, y deberías buscar el modo de hablarle con claridad acerca de su pregunta hasta que la entienda y no la vuelva a hacer. Entonces habrás cumplido con tu responsabilidad y tu corazón estará libre de culpa. Ante todo, tú estarás libre de culpa respecto a Dios en esta materia, pues Él te encomendó este deber, esta responsabilidad. Cuando todo lo hagas ante Dios, mirándolo, según Su palabra, según el principio de la verdad, entonces tu práctica estará totalmente de acuerdo con la verdad, y con los requisitos de Dios. De esta manera, todo lo que hagas y digas será de beneficio para la gente, y ellos lo aprobarán y aceptarán fácilmente” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Difundir el evangelio es el deber al que están obligados por honor todos los creyentes). Con las palabras de Dios entendí que, sean cuales sean sus problemas o sus nociones religiosas, si los que estudian el camino verdadero tienen buena humanidad, anhelan la verdad y comprenden las palabras de Dios, no debemos tener prejuicios ni delimitarlos, ni mucho menos dejarlos por imposible, sino practicar las palabras de Dios: “No debería importarte tomarte el tiempo y la molestia de contestarle, y deberías buscar el modo de hablarle con claridad acerca de su pregunta”, enseñándoles lo mejor posible la verdad que comprendamos hasta tener la conciencia tranquila. También esta es mi responsabilidad de ser creado. En lo sucesivo, sin importar con qué destinatarios potenciales del evangelio me tope, si tienen buena humanidad y comprenden las palabras de Dios, quiero esmerarme por enseñar la verdad y dar testimonio de Dios para que aquellos que anhelen sinceramente Su aparición vuelvan a Él cuanto antes y reciban el regreso del Señor. ¡Gracias a Dios!