43. Aprendí cómo discernir a otros basándome en las palabras de Dios
En 2017, estaba haciendo un trabajo relacionado con textos en la iglesia. Durante una reunión, oí que Chen Xia había sido destituida, que se la consideraba un anticristo, y que se estaban preparando los materiales para su expulsión. Al oír estas noticias, me sumí en la turbación y no podía calmarme… simplemente no podía aceptarlo. Conocí a Chen Xia desde que ambas habíamos encontrado al Señor, y hacíamos juntas nuestros deberes después de aceptar la obra de Dios de los últimos días. Por ese entonces, Chen Xia era muy entusiasta. Su esposo se interpuso en el camino de su fe, y ella lloró mucho por eso. Al final, se divorció de su esposo. Después del divorcio, continuó haciendo sus deberes con un fuerte sentido de carga. Yo notaba particularmente lo mucho que Chen Xia amaba leer las palabras de Dios y, cuando cooperaba con ella, solía levantarse temprano en invierno para leer las palabras de Dios. Incluso copiaba pasajes importantes de las palabras de Dios en un anotador y lo sacaba para leer cada vez que tenía tiempo. A menudo me decía: “Tenemos que leer más las palabras de Dios y dedicarles más esfuerzo, de lo contrario, no seremos capaces de hacer bien nuestros deberes”. Pensé para mis adentros: “Ella ama tanto leer las palabras de Dios que debe ser alguien que persigue la verdad”. En mi corazón le tenía mucha estima, y pensaba que ella no solo era capaz de hacer sacrificios y cumplir sus deberes, sino que también era capaz de dedicar mucho esfuerzo a leer las palabras de Dios y que, con respecto a eso, simplemente no podía compararme y necesitaba aprender de ella. Después, cada vez que enfrentaba dificultades o que no comprendía algo, me gustaba buscar su enseñanza y oír sus puntos de vista y su consejo. Más tarde, cuando asignaron a Chen Xia a hacer sus deberes en otro lugar, lo sentí como una verdadera pérdida y pensé que apenas el año anterior ella había estado organizando materiales para echar gente. No había pasado mucho tiempo desde entonces, ¿y ahora la estaban expulsando? ¿Podía haber habido un error? Pero luego, pensé que la iglesia tiene principios para echar gente y que no estarían preparando los materiales para su expulsión sin razón. Mi corazón seguía debatiéndose y no podía concentrarme en la reunión. El líder me pidió que escribiera una evaluación de Chen Xia, y acepté de manera superficial sin expresar mis pensamientos verdaderos.
Cuando llegué a casa y pensé en Chen Xia, me sentí intranquila. Pensé: “Chen Xia es tan dedicada, y ha sacrificado a su familia y su carrera para hacer sus deberes. Ha puesto tanto esfuerzo en las palabras de Dios, pero ahora la están expulsando. Yo no sufrí ni me entregué tanto como ella, y tampoco hice tanto en mis deberes, y ciertamente no dediqué tanto esfuerzo a las palabras de Dios. ¿Esto significa que voy a terminar siendo descartada o incluso expulsada también?”. Estos pensamientos apagaron mi motivación en mis deberes. Cuando veía que las hermanas discutían el trabajo, no quería participar. Sentía que no tenía sentido esforzarme tanto o pagar un precio porque, al final, ¿quién sabe cómo voy a terminar? Entonces, durante ese tiempo, perdí mi sentido de carga en mis deberes.
Más tarde, me di cuenta de que mi estado era erróneo, así que oré a Dios y Lo busqué respecto a eso. Leí las palabras de Dios: “Existen muchos pensamientos, ideas y estados en las personas que suelen influir en algunas de sus opiniones, perspectivas y puntos de vista. Si puedes resolver esos pensamientos, ideas y estados uno por uno a través de la búsqueda de la verdad, no afectarán a tu relación con Dios. Puede que ahora no poseas demasiada estatura y no comprendas la verdad en profundidad, y que, debido a que no hace mucho que crees en Dios o a otros múltiples factores, no entiendas muchas verdades. Sin embargo, deberías captar un principio: debo someterme a todo lo que Dios haga, con independencia de que parezca bueno o malo a simple vista, correcto o incorrecto, o de que se ajuste o no a las nociones humanas. No tengo derecho alguno a criticar, evaluar, analizar o investigar si es correcto o incorrecto. Debo cumplir con mi deber como ser creado y practicar las verdades que puedo entender para satisfacer a Dios y no desviarme del camino verdadero” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la soberanía de Dios). “En la vida real, primero tienes que pensar en qué verdades se relacionan con las personas, los acontecimientos y las cosas con los que te has encontrado; en medio de estas verdades es donde puedes descubrir las intenciones de Dios y relacionar lo que has hallado con Sus intenciones. Si desconoces qué aspectos de la verdad están relacionados con las cosas con las que te has encontrado, y, en cambio, vas directamente en busca de las intenciones de Dios, este es un enfoque ciego que no puede lograr resultados. Si quieres buscar la verdad y comprender las intenciones de Dios, primero es necesario que consideres qué tipo de cosas te han sucedido, con qué aspectos de la verdad están relacionados, y que busques la verdad específica en la palabra de Dios que tenga que ver con lo que has experimentado. Luego, busca la senda de práctica adecuada para ti en esa verdad; de esta forma, puedes lograr un entendimiento indirecto de Sus intenciones” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III). Por las palabras de Dios comprendí que, cuando me encuentro con cosas que no se conforman a mis nociones, tengo que mantener un corazón temeroso de Dios, ante todo someterme y no quejarme de Dios, que necesito ver con qué aspecto de los principios-verdad se relaciona esto, y buscar la verdad en ello para comprender las intenciones de Dios. Comencé a reflexionar sobre mí misma. Cuando oí que Chen Xia había sido expulsada, no busqué para nada la verdad. Pensé que, como ella había sacrificado su familia y su carrera para hacer sus deberes y dedicar tanto esfuerzo a las palabras de Dios, e incluso había servido como líder y obrera, era una persona que perseguía la verdad, así que me sentía perjudicada en su nombre, y albergaba quejas y malentendidos para con Dios, y perdí el interés en mis deberes. Comprendí que no tenía un corazón temeroso de Dios para nada, y que cuando enfrentaba asuntos que no eran conformes a mis nociones, sentía resistencia y me quejaba, y no buscaba la verdad en absoluto. ¡Mi estado era tan peligroso! Luego oí que, mientras realizaba la tarea de organizar los materiales para echar gente, ella solía sobornar a los hermanos y hermanas con pequeños favores para competir en estatus contra la líder de equipo, y que también sembraba discordia para hacer que los hermanos y hermanas se formen opiniones negativas sobre la líder de equipo. Ella solía decir frente a todos que la líder de equipo no tenía entrada en la vida, que no podía discernir a las personas y que no tenía la obra del Espíritu Santo. Decía estas cosas para atacarla. A menudo, ella exageraba las revelaciones de corrupción de los hermanos y hermanas para criticarlos, hecho que disminuía el entusiasmo de todos por sus deberes. Los líderes y los hermanos y hermanas compartieron enseñanza con ella en muchas ocasiones para ayudar, pero ella no se conocía a sí misma en absoluto y defendía sus acciones. Después de oír sobre sus comportamientos, me di cuenta de que Chen Xia tenía problemas, y recordé cómo actuaba cuando cooperaba con ella. Durante las elecciones de la iglesia en 2012, tanto Chen Xia como la hermana Wang Hui fueron elegidas como líderes. Aunque Wang Hui tenía un calibre levemente más bajo, tenía un sentido de carga por sus deberes y era capaz de resolver algunos problemas. Sin embargo, Chen Xia siempre quería que se eligiera otra hermana porque aquella la escuchaba más. Para lograr este objetivo, Chen Xia aprovechó las fallas de Wang Hui e hizo un mundo de ellas, menospreciando a Wang Hui frente a los hermanos y hermanas al decir que no era apta para ser líder debido a su bajo calibre. Incluso le dijo en la cara a Wang Hui que renunciara por su falta de calibre. Cuando Chen Xia vio que Wang Hui no había renunciado, comenzó a sembrar cizaña frente a los hermanos y hermanas, diciendo que Wang Hui estaba demasiado aferrada a su posición y que era reacia a dejarla incluso a pesar de su falta de calibre. Chen Xia desorientó a algunos hermanos y hermanas que se pasaron a su bando, argumentando que Wang Hui no era apta para el liderazgo y pidiendo otra elección. Esto provocó caos en la iglesia, y Wang Hui quedó en un estado negativo. También, durante el tiempo en que Chen Xia fue líder en 2013, un hermano notó que el liderazgo actuaba en contra de los principios al cumplir con sus deberes e hizo una sugerencia, pero, cuando Chen Xia se enteró de esto, le dijo a su compañera que debían vigilarlo y registrar todo lo que decía, y que eso serviría de evidencia al organizar los materiales para echarlo luego. Chen Xia incluso condenó a este hermano por juzgar al liderazgo y perturbar la obra de la iglesia. Después de oír esto, los hermanos y hermanas temían hacer sugerencias a los líderes porque pensaban que podían ser condenados y expulsados. Luego, Chen Xia fue destituida porque compitió por la fama y la ganancia y trabajó sin consultar a sus compañeros; con frecuencia desestimaba las sugerencias de sus compañeros y actuaba por autoridad propia, y esto había dañado la obra de la iglesia.
Al comparar los varios comportamientos de Chen Xia, seguí buscando en las palabras de Dios. Leí las palabras de Dios: “¿Cómo excluyen y atacan los anticristos a quienes persiguen la verdad? Utilizan a menudo métodos que otros consideran razonables y adecuados, incluso se sirven de los debates sobre la verdad para tener algo de lo que aprovecharse, en aras de atacar, condenar y desorientar a otras personas. Por ejemplo, un anticristo cree que, si sus compañeros son personas que persiguen la verdad, estas podrían amenazar su estatus, por lo que pronunciará sermones elevados y discutirá teorías espirituales para desorientar a la gente y conseguir que lo tengan en alta estima. De ese modo puede denigrar y reprimir a sus compañeros y colaboradores, y hacer que la gente piense que, aunque los compañeros de su líder persiguen la verdad, no pueden igualarse a él en términos de calibre y capacidad. Habrá incluso quien dirá: ‘Nuestro líder da sermones elevados y no hay nadie que se le compare’. Para un anticristo, oír ese tipo de comentarios resulta sumamente satisfactorio. Se dice para sus adentros: ‘Tú que eres mi compañero, ¿no posees algunas realidades-verdad? ¿Por qué no puedes hablar con la misma elocuencia y elevación que yo? Ahora has quedado totalmente humillado. ¡Careces de las capacidades necesarias y, aun así, te atreves a competir conmigo!’. Es lo que piensa el anticristo. ¿Con qué objetivo? Intenta por todos los medios reprimir, denigrar y ponerse por encima de otras personas. […] Dentro de la iglesia, las personas más odiadas por un anticristo son aquellas que persiguen la verdad, en especial las que poseen un sentido de la rectitud y se atreven a desenmascarar y denunciar a un falso líder y anticristo. Un anticristo ve a esta gente como una aguja en el ojo, como una espina en el costado. Si ve por un casual a alguien que persigue la verdad y cumple voluntariamente con su deber, surgen en su corazón la inquina y la enemistad, sin la menor pizca de amor. Un anticristo no se limitará a no prestar ayuda ni apoyo a quienes persiguen la verdad, da igual las dificultades que tengan o lo débiles y negativos que sean; no se limitará a hacer caso omiso. Además, en secreto, se alegrará de ello. Y, si alguien había presentado acusaciones contra él o lo había desenmascarado, aprovechará la ocasión para hacer leña del árbol caído, lo inculpará de toda suerte de ofensas para enseñarle una lección, condenarlo, dejarlo sin salida y, en definitiva, volverlo tan negativo que no pueda cumplir con su deber. El anticristo se enorgullece entonces y empieza a regocijarse con los infortunios de esa persona. Las cosas de este estilo son las que mejor se les da a los anticristos; su mayor pericia consiste en excluir, atacar y condenar a quienes persiguen la verdad. […] En resumen, a tenor de estas manifestaciones de los anticristos, podemos determinar que no cumplen con el deber del liderazgo, porque no guían a las personas a comer y beber de las palabras de Dios ni a hablar sobre la verdad; tampoco las riegan ni las mantienen para permitirles obtener la verdad. En lugar de ello, trastornan y perturban la vida de iglesia, desbaratan y destruyen su obra e impiden que la gente avance por la senda de perseguir la verdad y alcanzar la salvación. Lo que quieren es que el pueblo escogido de Dios se descarríe y pierda la oportunidad de que le concedan la salvación. Este es el objetivo definitivo que los anticristos quieren conseguir al trastornar y perturbar la obra de la iglesia” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 3: Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad). Dios expone que los anticristos buscan mandar en la iglesia, y usan doctrinas y palabras para desorientar a quienes les falta discernimiento, y que no se detendrán ante nada para atacar y excluir a aquellos que persiguen la verdad. Incluso odian a quienes les ofrecen sugerencias. Tratan a estas personas como obstáculos, aprovechándose de sus fallas y revelaciones de corrupción para exagerarlas, menospreciándolos con intención y juzgándolos y etiquetándolos injustamente. Esto causa que estos hermanos y hermanas sean excluidos y reprimidos, hasta que al final se vuelven tan negativos que no pueden hacer sus deberes. Ahí es cuando se cumplen los objetivos de los anticristos, y esto les permite ejercer poder en la iglesia a su antojo. Chen Xia se estaba comportando exactamente así. Buscaba mandar en la iglesia, intencionalmente se aprovechó de las fallas de Wang Hui para menospreciarla, juzgarla y atacarla, en un intento de hacerla renunciar por vergüenza, y desorientó a los hermanos y hermanas para que se alinearan con ella en contra de Wang Hui en su intento de lograrlo. Cuando Chen Xia servía como líder de iglesia, si alguien hacía sugerencias que afectaban su posición, ella encontraba formas de atormentarlos y etiquetarlos con acusaciones falsas en sus intentos de echarlos. Después de ser reasignada a su nuevo deber, a fin de reemplazar a la líder de equipo, ella a menudo se aprovechaba de las revelaciones de corrupción de la líder de equipo para menospreciarla, juzgarla y atacarla, desorientando a la gente para que se unieran a ella y aislar a la líder de equipo. Esto perturbó gravemente el trabajo. Al ver la despiadada ambición de estatus de Chen Xia, vi cuán insidiosas, falsas y malévolas eran en realidad sus palabras y acciones. Los líderes diseccionaron la esencia de sus acciones y las consecuencias que habían provocado, y aún así ella se negaba a aceptarlo y seguía discutiendo y justificándose. Esta no era una disputa personal; ¡más bien estaba haciendo el mal y resistiéndose a Dios, y se oponía a Dios hasta el final! Comprendí que los problemas de Chen Xia eran graves, y que ella era un anticristo que había perturbado la obra de la iglesia. Al darme cuenta de esto, me sentí muy angustiada. Vi cuán tonta y ciega había sido y, por ser atolondrada y faltarme discernimiento, incluso había defendido a esta anticristo, y vivir en un estado de negatividad e incomprensión había retrasado mis deberes. Oré a Dios en arrepentimiento y denuncié a la iglesia las acciones malvadas de Chen Xia. Al final, basándose en los principios, todos determinaron que Chen Xia era un anticristo y la expulsaron de la iglesia.
Luego, a menudo reflexionaba sobre este asunto, y me preguntaba: “He interactuado durante tantos años con Chen Xia, ¿cómo es posible que no haya tenido nada de discernimiento sobre ella? Incluso pensaba que era una persona que perseguía la verdad y la tenía en alta estima y la adoraba”. En mi búsqueda, leí dos pasajes de las palabras de Dios en los que encontré la razón detrás de esto. Dios Todopoderoso dice: “Algunas personas son capaces de soportar dificultades, pueden pagar el precio, externamente se comportan muy bien, son bastante respetadas y cuentan con la admiración de los demás. ¿Diríais que este tipo de comportamiento externo puede considerarse la puesta en práctica de la verdad? ¿Podría determinarse que estas personas están satisfaciendo las intenciones de Dios? ¿Por qué, una y otra vez, las personas ven a estos individuos y creen que están satisfaciendo a Dios, que caminan por la senda de poner en práctica la verdad y que siguen el camino de Dios? ¿Por qué piensan así algunas personas? Solo hay una explicación para ello. ¿Cuál es? Pues que un gran número de personas no tiene muy claras algunas cuestiones, como qué es poner en práctica la verdad, qué significa satisfacer a Dios y poseer genuinamente la realidad-verdad. Así pues, algunos son desorientados con frecuencia por los que, en apariencia, son espirituales, nobles, elevados y grandes. En lo que respecta a las personas que pueden hablar con elocuencia de palabras y doctrinas, y cuyo discurso y acciones parecen dignos de admiración, quienes son engañados por ellos jamás han analizado la esencia de sus acciones, los principios subyacentes a sus obras o cuáles son sus objetivos. Además, tampoco han observado si estas personas se someten verdaderamente a Dios ni tampoco han determinado si auténticamente temen a Dios y se apartan del mal. Nunca han discernido la esencia-humanidad de estas personas. Más bien, empezando por el primer paso que consiste en familiarizarse con ellas, llegan poco a poco a admirarlas, a venerarlas, y estas personas acaban convirtiéndose en sus ídolos. Asimismo, en la mente de algunos, los ídolos a los que adoran y que creen que pueden abandonar a su familia y su trabajo, y que por fuera parecen capaces de pagar el precio son los que están satisfaciendo realmente a Dios y los que pueden lograr de verdad un buen final y un buen destino. En su mente, estos ídolos son a los que Dios elogia” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra). “¿Cuál es la diferencia entre el esfuerzo que los anticristos ponen en las palabras de Dios y el de aquellos que persiguen la verdad? (La intención y el propósito son diferentes. Los anticristos se esfuerzan en las palabras de Dios por su propio beneficio y estatus, para satisfacer sus ambiciones personales). ¿Qué esfuerzo ponen los anticristos en las palabras de Dios? Memorizan partes de las palabras de Dios que concuerdan con sus nociones, aprenden a explicarlas usando el lenguaje humano y escriben algunas notas y reflexiones espirituales. También destilan, resumen y organizan varias declaraciones de Dios, como aquellas que la gente cree que se ajustan bastante a las nociones humanas, aquellas en las que se puede percibir fácilmente el tono que usa Dios al hablar, algunas palabras sobre misterios y algunas de las palabras de Dios que son populares y se predican a menudo en la iglesia durante un tiempo. Además de memorizar, organizar, resumir y escribir reflexiones, por supuesto, hay más actividades, incluidas algunas que son peculiares. Los anticristos pagan cualquier precio por adquirir estatus, satisfacer su ambición y lograr su objetivo de controlar la iglesia y ser dios. A menudo trabajan hasta altas horas de la noche, se despiertan al amanecer, se quedan despiertos hasta tarde y ensayan sus sermones de madrugada, y hasta anotan cosas brillantes que otros hayan dicho, todo con el fin de dotarse de la doctrina que necesitan para dar sermones elevados. Ponderan a diario cómo impartir esos sermones elevados, contemplan qué palabras de Dios sería más útil escoger e inspirarán la admiración y el elogio del pueblo escogido de Dios, y se las aprenden de memoria. Luego estudian cómo interpretar esas palabras de una manera que demuestre su sagacidad y brillantez. A fin de grabarse a fuego la palabra de Dios en el corazón, se esfuerzan por escucharla varias veces más. Hacen tales cosas con todo el esfuerzo de los estudiantes que compiten por una plaza en la universidad. Cuando alguien da un buen sermón, o uno que aporta iluminación o alguna teoría, el anticristo lo recopila, lo compendia y lo hace suyo. Ningún trabajo es excesivo para un anticristo. ¿Cuál es, entonces, la motivación e intención que subyacen a su labor? Poder predicar estas palabras de Dios, decirlas claramente y con facilidad, con fluidez, para que otros vean que el anticristo es más espiritual que ellos, que aprecia más las palabras de Dios, que ama más a Dios. De esta manera, un anticristo puede ganarse la admiración y la idolatría de algunas de las personas que lo rodean. Para un anticristo, esto es algo que merece la pena, así como cualquier esfuerzo, precio o dificultad” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 10 (VII)). Después de leer las palabras de Dios, comprendí que le había tenido tanta estima a Chen Xia y había pensado que perseguía la verdad porque mantenía un punto de vista erróneo. Veía a aquellos que hacían sacrificios, se entregaban, trabajaban duro, y a aquellos que dedicaban mucho esfuerzo a leer las palabras de Dios, como gente que poseía realidades y que en verdad perseguía la verdad. Ahora comprendo que meramente hacer nuestros deberes, hacer sacrificios, entregarnos, sufrir, y pagar un precio son solo buenos comportamientos, y que no significan que una persona verdaderamente persiga la verdad o la practique. También me percaté de que poner mucho esfuerzo en leer las palabras de Dios no necesariamente significa que una persona las valora o que ama la verdad. Esto debe evaluarse de acuerdo a las intenciones de la persona en sus acciones, si practica o no las palabras de Dios, y si su carácter-vida ha cambiado. Después de encontrar a Dios, Chen Xia hacía sus deberes en la iglesia y era capaz de soportar adversidades, pero sus sacrificios y gastos no eran para practicar la verdad para satisfacer a Dios, sino que, en cambio, perseguía la reputación y el estatus para ganar la admiración y adoración de otros. En el crudo invierno, Chen Xia se levantaba antes del amanecer para leer las palabras de Dios, y a veces incluso se quedaba despierta hasta tarde para leer, copiar y memorizar las palabras de Dios. Dedicó mucho esfuerzo a las palabras de Dios, pero su motivación oculta iba en pos de su posición. Usó las palabras de Dios como herramienta para ganar reputación y estatus, aprovechando las oportunidades de enseñanza de las palabras de Dios para ganar la admiración y adoración de los hermanos y hermanas. Leyó tanto de las palabras de Dios, pero sin mostrar signos de practicarlas o de abordar su propio carácter corrupto. En cambio, siempre persiguió la reputación y el estatus, y a menudo se ensalzaba para regañar y limitar a los demás. Cuando otros le señalaban sus problemas, ella no aceptaba lo que decían e intentaba reprimirlos y atormentarlos. Era evidente que no leía las palabras de Dios para practicar la verdad, de lo contrario, ¿cómo podría haber leído tantas palabras de Dios sin cambiar en nada su carácter? Por el contrario, se volvió cada vez más arrogante y su persecución de reputación y estatus se hizo más intensa. Esto reveló por completo la esencia de aversión y odio a la verdad de Chen Xia. Aquellos que aman verdaderamente la verdad valoran y practican las palabras de Dios. Como Pedro, quien a menudo meditaba en las palabras de Dios y las integraba a su vida real, y era capaz de practicar estrictamente y tener entrada de acuerdo con las palabras de Dios en las cosas que se encontraba y, eventualmente, su carácter-vida cambió. A partir de esto, vi que para evaluar si alguien persigue la verdad, no podemos mirar solamente sus sacrificios y gastos externos, cuántas palabras de Dios han leído o si son capaces de compartir enseñanza con otros, sino que debemos enfocarnos principalmente en si puede practicar las palabras de Dios en las situaciones que enfrenta, si puede enfocarse en buscar la verdad, reflexionar sobre sí misma y conocerse, y en si tiene o no una entrada en la vida. Yo solo vi la aparente habilidad de Chen Xia para hacer sacrificios, entregarse y esforzarse en leer las palabras de Dios, y por eso la adoraba, e incluso la idolatraba en mi corazón. Cuando oí sobre su expulsión de la iglesia, quise hablar a favor de ella. Vi que yo no comprendía la verdad y que había fallado en evaluar a las personas de acuerdo a las palabras de Dios. ¡Había sido tan tonta!
También me pregunté a mí misma: “¿Por qué, al oír que Chen Xia iba a ser expulsada, me sentí tan negativa y débil que incluso dejé de querer hacer mis deberes?”. Más tarde, leí estas palabras de Dios: “Una vez que sus nociones y figuraciones se convierten en los principios y criterios según los que ven a las personas y las cosas y se comportan y actúan, entonces, al margen de cómo crean en Dios o cómo persigan, y por muchas dificultades que sufran o por muy alto precio que paguen, todo será inútil. Si alguien vive según sus nociones y figuraciones, es que esa persona se está resistiendo a Dios y es hostil hacia Él; no tiene una verdadera sumisión a los entornos que ha dispuesto Dios ni a Sus requerimientos. Entonces, al final su desenlace será muy trágico. Si llevas muchos años creyendo en Dios y te has entregado para Él, has corrido de un lado a otro y has pagado un gran precio, pero el punto de partida y el origen de todo lo que haces son tus propias nociones e imaginaciones, entonces no aceptas a Dios ni te sometes a Él de veras. […] Es igual que lo que manifestó Pablo: él hizo mucho trabajo y corrió mucho de un lado a otro, predicó el evangelio por la mayor parte de Europa, pero, por muchas dificultades que sufriera, por alto que fuera el precio que pagara o por mucho que corriera de un lado a otro, sus pensamientos y puntos de vista nunca fueron conformes a la verdad, nunca la aceptó ni tuvo la actitud ni la experiencia auténtica de sumisión a Dios; siempre vivió dentro de sus propias nociones e imaginaciones. ¿Cuál era su noción e imaginación en concreto? Que, cuando acabara la carrera y peleara la buena batalla, le esperaba una corona de justicia; esta era la noción e imaginación de Pablo. ¿Cuál era la base teórica concreta de esta noción e imaginación? Que Dios determinaría el desenlace de una persona en función de cuánto hubiera corrido, el precio que hubiera pagado y cuántas dificultades hubiera sufrido. Pablo se embarcó sin saberlo en la senda de los anticristos al seguir tal base teórica de su noción e imaginación. En consecuencia, cuando alcanzó el final del camino, no tenía comprensión de ningún tipo sobre su conducta y sus manifestaciones de resistirse a Dios o su esencia de resistirse a Él, ni mucho menos tenía ningún arrepentimiento. Todavía se aferraba a su noción e imaginación originales al creer en Dios y, no solo no tenía la menor sumisión verdadera a Dios, sino que, al contrario, creía que tenía incluso más derecho a que Dios le diera a cambio un buen desenlace y un buen destino. ‘A cambio’ es una manera de decirlo que suena bien y es civilizada, pero en realidad no se trataba de un intercambio o ni siquiera de una transacción: estaba pidiéndole estas cosas a Dios directamente, exigiéndolas rotundamente. ¿Cómo se las exigió a Dios? Tal como dijo: ‘He acabado la carrera, he peleado la buena batalla; ahora es mía la corona de la gloria. Esto es lo que merezco y lo que dios debería darme justamente’. La senda que tomó Pablo era la de resistirse a Dios, lo que le llevó a la destrucción, y el desenlace definitivo que le aconteció fue que se le castigara. Esto no se podía separar de su noción e imaginación respecto a Dios” (La Palabra, Vol. VII. Sobre la búsqueda de la verdad. Cómo perseguir la verdad (2)). Me sentí negativa cuando oí que la iglesia había expulsado a Chen Xia porque mantenía un punto de vista falaz. Pensaba que aquellos que se entregaban, sacrificaban mucho y trabajaban duro recibirían un buen final y destino por parte de Dios. Entonces, cuando vi que, a pesar de que Chen Xia había hecho sacrificios y había sufrido, e incluso después de muchos años de hacer su deber, al final de todas formas fue expulsada de la iglesia, simplemente no podía entenderlo. También pensaba que yo no había sacrificado tanto como ella, y que no había hecho tantos deberes como ella, así que sentía que, tarde o temprano, me descartarían a mí también, y me volví tan negativa que ya no quería pagar un precio o entregarme. Me di cuenta, después de todos estos años de creer en Dios, que aún vivía con nociones e imaginaciones humanas. Dios determina el final de una persona sin basarse en cuánto tiempo ha creído, cuánta doctrina puede predicar, cuánto trabajo ha hecho, cuánto ha sufrido, o cuánto de la palabra de Dios ha memorizado, sino basándose en si persigue o no la verdad, si su carácter corrupto ha cambiado, y si la intención detrás de sus deberes y sufrimiento es satisfacer a Dios. Si uno no practica para nada las palabras de Dios y solo hace su deber para tratar de negociar con Él, entonces aunque esa persona pueda hacer sacrificios, entregarse y trabajar duro, al final, si su carácter-vida no cambia en absoluto y se resiste abiertamente a Dios, ofenderá el carácter de Dios. Como Pablo, que pagó un precio elevado y se entregó tanto, pero que no lo hizo para ganar la verdad o lograr un cambio en su carácter, sino para ganar bendiciones y una corona. Entonces, después de muchos años de trabajo, su naturaleza arrogante, vanidosa y buscadora de lucro no cambió en lo más mínimo y, al final, incluso usó su trabajo duro como capital para demandar una corona justa de parte de Dios, despotricando contra Él abiertamente. Esto ofendió el carácter de Dios y provocó el castigo de Pablo. Yo también quería canjear mi sufrimiento y mi gasto por un buen destino, y cuando vi que no tenía esperanza de bendiciones, ni siquiera quería hacer mis deberes. ¿Mi punto de búsqueda no era el mismo que el de Pablo? Está perfectamente justificado y es natural que los seres creados hagan sus deberes. Yo no estaba en mi posición de ser creado para hacer en serio mis deberes. En cambio, quería usar mi sufrimiento y mi gasto en mis deberes para obtener un buen final y destino y, cuando sentí que no podía obtener estas cosas, pensé que Dios era injusto. Con esto, me estaba resistiendo a Dios y ofendiendo Su carácter. La naturaleza de este problema era muy grave. Si no cambiaba mi punto de vista, ¡también sería descartada por Dios! Comprender esto me hizo sentir profundamente arrepentida y culpable, y quise arrepentirme ante Dios.
Más tarde, leí las palabras de Dios: “Como ser creado, el hombre debe procurar cumplir con el deber de un ser creado y buscar amar a Dios sin hacer otras elecciones, porque Dios es digno del amor del hombre. Quienes buscan amar a Dios no deben buscar ningún beneficio personal ni aquello que anhelan personalmente; esta es la forma más correcta de búsqueda. Si lo que buscas es la verdad, si lo que pones en práctica es la verdad y si lo que obtienes es un cambio en tu carácter, entonces, la senda que transitas es la correcta. Si lo que buscas son las bendiciones de la carne, si lo que pones en práctica es la verdad de tus propias nociones y no hay un cambio en tu carácter ni eres en absoluto sumiso a Dios en la carne, sino que sigues viviendo en la vaguedad, entonces lo que buscas te llevará sin duda al infierno, porque la senda por la que caminas es la del fracaso. Que seas perfeccionado o descartado depende de tu propia búsqueda, lo que equivale a decir que el éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine). Recordé cuando creía en Dios solo para buscar bendiciones. En términos simples, estaba persiguiendo la ganancia personal y un buen destino y, al final, no ganaría ninguna verdad y mi carácter no cambiaría, así que Dios me descartaría de todas formas. Ahora veo que la senda que perseguía era equivocada, y que la senda correcta para creer en Dios es buscar amar a Dios, hacer los deberes de un ser creado, perseguir la verdad en mis deberes, y despojarme de mi carácter corrupto. Esto es valioso y significativo. Es como la senda que tomó Pedro. Él se enfocó en poner en práctica las palabras de Dios en todas las cosas, y aceptó el juicio de Dios y Su castigo, ganó un entendimiento de su carácter corrupto y, al final, vivió la realidad de amar a Dios. Al reflexionar sobre esto, comprendí que si a fin de cuentas uno recibe, o no, bendiciones no debería ser el objetivo de creer en Dios, y que comprender la verdad y despojarse del propio carácter corrupto en los deberes es lo más significativo y la senda correcta. ¡Esta experiencia me ha hecho darme cuenta de que es extremadamente importante ver a las personas y a los acontecimientos basándome en los principios-verdad!