8. Cómo discernir la naturaleza cruel de los anticristos

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Otro aspecto de la esencia-carácter de los anticristos es la crueldad. Es posible reducirlos a una frase: los anticristos son personas malvadas. Cuando tienen estatus, resulta evidente que son anticristos. Cuando no tienen estatus, ¿cómo puedes juzgar si lo son? Debes observar su humanidad. Si su humanidad es malévola, insidiosa e implacable, son anticristos al cien por ciento. […] La crueldad de los anticristos es un carácter, una esencia; es una auténtica esencia satánica. No es un instinto ni una necesidad de la carne, sino una manifestación y una característica del carácter de los anticristos. Así que, ¿cuáles son las manifestaciones, revelaciones y enfoques del carácter cruel de los anticristos? ¿Cuáles de sus acciones reflejan que su carácter es cruel, que tienen la esencia de personas malvadas? Compartid vuestra opinión. (Castigan a otros). (Reprimen y excluyen a quienes son diferentes a ellos). (Incriminan a otros y les tienden trampas). (Controlan y manipulan a las personas). (Crean camarillas y siembran discordia). Crear camarillas y sembrar discordia es un poco insidioso; son las manifestaciones de un carácter perverso, pero no llegan a ser crueldad. Difundir nociones y establecer reinos independientes, ¿son crueldad? (Sí). Resistirse a los arreglos del trabajo, perturbar la obra de la casa de Dios, apoderarse de las ofrendas de Dios y oponerse abiertamente a Él, ¿son crueldad? (Sí). Apoderarse de las ofrendas no es solo avaricia; también es una manifestación de un carácter cruel. Que los anticristos puedan apoderarse de las ofrendas refleja un carácter sumamente cruel, igual que el de los bandidos. Repetid los puntos que acabamos de resumir. (Castigan a otros, reprimen y excluyen a quienes son diferentes a ellos, los incriminan y les tienden trampas, controlan y manipulan a las personas, difunden nociones, establecen reinos independientes, se resisten a los arreglos del trabajo, atacan a Dios y se apoderan de las ofrendas). Son nueve puntos en total. Estas son, a grandes rasgos, las manifestaciones del carácter cruel de los anticristos. De hecho, existen algunas manifestaciones específicas más, pero son casi idénticas a estas, así que no las enumeraré en detalle. En resumen, aquellos que aplican estos enfoques y estrategias son personas malvadas. En un sentido, sus enfoques son insidiosos. Por ejemplo, incriminar, tender trampas y difundir nociones son todos relativamente insidiosos. Y en otro sentido, sus estrategias son sumamente implacables y feroces, lo que significa que poseen un carácter cruel.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)

Una de las principales características de la naturaleza de los anticristos es la crueldad. ¿Qué significa “crueldad”? Significa que tienen una actitud particularmente perversa con respecto a la verdad: no solo no se someten a ella, y se niegan a aceptarla, sino que incluso condenan a los que los podan. Ese es el carácter cruel de los anticristos. Los anticristos piensan que quien acepta ser podado es propenso a ser intimidado, y que las personas que siempre están podando a los demás son las que desean siempre fastidiar e intimidar a la gente. Por tanto, un anticristo se resistirá a aquel que lo pode, y le hará pasar un mal rato a esa persona. Y quienquiera que saque a relucir las deficiencias o la corrupción de un anticristo, o que comparta con él la verdad y las intenciones de Dios, o que le haga conocerse a sí mismo, para él será una persona que le está haciendo la vida imposible y la encuentra desagradable. Odian a esa persona desde el fondo de su corazón, y se vengarán de ella y le pondrán las cosas difíciles. Vamos a hablar de otra manifestación de cómo los anticristos consideran recibir la poda. Odian a quienquiera que los pode y los deje en evidencia. Esta es una manifestación muy obvia de los anticristos. ¿Qué clase de persona posee un carácter tan cruel? Las que son malvadas. Es un hecho que los anticristos son personas malvadas. Por tanto, solo las personas malvadas y los anticristos poseen un carácter tan cruel. Cuando una persona cruel se enfrenta a cualquier clase de exhortación, acusación, enseñanza o ayuda bienintencionada, su actitud no es mostrarse agradecido ni aceptarlo con humildad, sino enrabietarse de la vergüenza y sentir una extrema hostilidad, odio e incluso tomar represalias. Hay algunos que podan y dejan en evidencia a los anticristos al decir: “En los últimos tiempos te has desmadrado, no has actuado conforme a los principios y no has dejado de alardear mientras cumplías tu deber. Has estado trabajando en aras del estatus y echando a perder por completo tu deber. ¿Has obrado bien ante Dios? ¿Por qué no has buscado la verdad al cumplir tu deber? ¿Por qué no has actuado conforme a los principios? ¿Por qué no la aceptaste cuando los hermanos y hermanas compartieron la verdad contigo? ¿Por qué los has ignorado? ¿Por qué has seguido haciendo lo que te ha dado la gana?”. Estos varios porqués, estas palabras que dejan en evidencia su revelación de corrupción, llegan a sacarlos de quicio: “¿Por qué? No hay un ‘porqué’, ¡hago lo que quiero! ¿Qué te da derecho a podarme? ¿Quién eres tú para hacer eso? Soy obstinado; ¿qué puedes hacer tú al respecto? Ahora que he llegado a esta edad, nadie se atreve a hablarme así. Solo yo puedo hablarles a los demás de ese modo, a mí nadie puede hablarme así. ¿Quién se atreve a sermonearme? ¡Aún no ha nacido el que sea capaz de sermonearme! ¿De verdad te crees que puedes hacerlo?”. El odio surge del fondo de su corazón y buscan la oportunidad de vengarse. En su mente calculan: “¿Tiene poder en la iglesia esta persona que me poda? Si tomo represalias contra ella, ¿levantará alguien la voz en su defensa? Si la hago sufrir, ¿se ocupará la iglesia de mí? Tengo la solución. No voy a tomar represalias contra ella en persona; haré algo con total secretismo. Le haré algo a su familia para causarle sufrimiento y vergüenza, de ese modo me libraré de este resentimiento. He de obtener mi venganza. Ahora no puedo obviar este asunto. No empecé a creer en dios para que me avasallaran, no he venido aquí para que la gente me intimide como le venga en gana, ¡vine a obtener bendiciones y para entrar en el reino del cielo! El orgullo es tan necesario para la gente como respirar. Hay que tener agallas para luchar por la dignidad. ¿Cómo te atreves a dejarme en evidencia? ¡Esto es intimidación! Ahora que no me consideras una figura importante, voy a hacértelo pasar mal y vas a sufrir las consecuencias. ¡Vamos a pelear y a ver quién es más feroz!”. Los anticristos se enrabietan por unas pocas palabras sencillas que los desenmascaran, las cuales generan un gran odio en ellos, lo que provoca que pongan mucho empeño en vengarse. Este carácter cruel queda por completo al descubierto. Por supuesto, cuando toman represalias contra alguien motivadas por el odio, no es que tengan un viejo rencor contra esa persona o que la odien, sino que esa persona ha puesto al descubierto sus errores. Esto demuestra que el simple hecho de desenmascarar a un anticristo, independientemente de quién lo haga y de su relación con el anticristo, puede desencadenar su odio e instigar su venganza. Da igual quién sea, si entiende la verdad, o si es un líder o un obrero o un miembro ordinario del pueblo escogido de Dios, siempre y cuando alguien desenmascare y pode al anticristo, considerará a esa persona como un enemigo. Incluso dirá abiertamente: “Le daré duro a quien me pode. Si alguien me poda, saca a la luz mis secretos ocultos, hace que me expulsen de la casa de dios y me priva de mi parte de las bendiciones, no lo dejaré en paz jamás. Así soy yo en el mundo secular: nadie se atreve a causarme problemas. ¡Todavía no ha nacido quien se atreva a molestarme!”. Este es el tipo de palabras implacables que sueltan los anticristos cuando se enfrentan a la poda. Cuando sueltan estas palabras implacables, no es para intimidar a los demás, ni tampoco se trata de desfogarse con intención de protegerse. Son realmente capaces de hacer el mal, y recurrirán a cualquier medio a su alcance para cumplirlas. Tal es el carácter cruel de los anticristos.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VIII)

Cuando se poda a los anticristos, su actitud no es de aceptación y obediencia. En cambio, se resisten y sienten aversión por ello, lo que genera odio. Odian en lo más profundo de su corazón a todo el que los pode, a cualquiera que revele sus secretos ocultos y deje en evidencia sus circunstancias reales. ¿Hasta qué punto te odian? Rechinan los dientes con odio, desean que desaparezcas de su vista y les parece que ambos no podéis coexistir. Si los anticristos son así con las personas, ¿pueden entonces aceptar las palabras de Dios que los dejan en evidencia y los condenan? No. A cualquiera que los desenmascare, lo odiarán por el simple hecho de haberlos desenmascarado y por ser contrario a ellos, y tomarán represalias. Desean tener lejos de su vista a la persona que los podó. No pueden soportar que le vaya bien. Si esa persona muriera o se encontrara con el desastre, se alegrarían; mientras siga viva y haciendo su deber en la casa de Dios, y todo se desarrolle como siempre, sienten sufrimiento, intranquilidad y molestias en su corazón. Cuando no tienen manera de tomar represalias contra alguien, lo maldicen en secreto o incluso oran a Dios para conducir al castigo y la retribución a esa persona y para que Dios repare sus agravios. Una vez que los anticristos han generado semejante odio, esto lleva a una serie de acciones. Entre estas se incluyen las represalias y maldiciones, y por supuesto algunas otras acciones, como incriminar, calumniar y condenar a los demás, que surgen del odio. Si alguien los poda, socavarán a esa persona a sus espaldas. Cuando esta diga que algo es correcto, ellos dirán que es incorrecto. Distorsionarán todas las cosas positivas que hace y las volverán negativas, difundirán tales mentiras y causarán perturbaciones a sus espaldas. Incitarán y atraerán a otros que sean ignorantes y no puedan desentrañar las cosas o discernirlas por su cuenta, a fin de que se pongan de su lado y los apoyen. Está claro que la persona que los poda no ha hecho nada malo, pero siguen queriendo endosarle algunas fechorías para que todo el mundo crea erróneamente que hace esa clase de cosas y haga un frente común para rechazarla. Los anticristos perturban la vida de iglesia de esta manera y perturban a las personas en el cumplimiento de su deber. ¿Cuál es su objetivo? Hacérselo pasar mal a la persona que los poda y provocar que todo el mundo la abandone. Hay además algunos anticristos que dicen: “Me has podado y me lo has hecho pasar mal, así que yo voy a hacértelo pasar mal a ti. Vas a probar lo que es la poda y el abandono. Te voy a tratar a ti de la misma manera que me trates tú a mí. Si no me lo pones fácil, ¡no te creas que lo vas a pasar bien tú tampoco!”. Cuando los anticristos hacen el mal, algunos líderes y obreros los llaman para charlar, les dicen que se deben arrepentir y les leen palabras de Dios para ayudarlos y apoyarlos. No solo no las aceptan, sino que además lanzan rumores de que el líder no hace trabajo real alguno y nunca usa la palabra de Dios para resolver los problemas. De hecho, el líder acaba de hacer ese trabajo, pero se dan la vuelta y distorsionan los hechos, además de calumniar a la persona que los ayuda. ¿No es esto cruel? Con los ojos abiertos de par en par, estas personas malvadas y anticristos aseguran que las cosas positivas son negativas, que sus fechorías, errores, acciones perversas y actos malévolos son cosas positivas que se conforman a la verdad. Por grande que sea el error que cometan mientras hacen su deber, por mucho daño que causen a la obra de la iglesia, no lo reconocen ni se lo toman para nada en serio. Cuando hablan sobre ello, lo hacen de pasada y le restan importancia. En cambio, la persona que los poda por esta cuestión se convierte en un pecador a sus ojos y en objeto de sus críticas. ¿No es esto llamar a lo blanco negro? Algunos anticristos llegan a hacer falsas contraacusaciones cuando reciben la poda de un líder o de un obrero, y dicen: “Sean cuales sean los errores que cometemos los hermanos y hermanas, todos vienen causados por la ignorancia y porque los líderes y obreros no han hecho bien su trabajo. Si los líderes y obreros supieran cómo realizar su trabajo, nos hicieran recordatorios puntuales y gestionaran bien las cosas, ¿acaso no se reducirían las pérdidas para la casa de dios? Por consiguiente, sean cuales sean los errores que cometamos, los líderes y obreros tienen toda la culpa y deben asumir gran parte de la responsabilidad”. ¿No es esto hacer falsas reconvenciones? Tales falsas reconvenciones son igual que llamar a lo blanco negro y son una forma de tomar represalias.

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Una vez que los anticristos se han visto reemplazados o descartados, se ponen en pie de guerra y se quejan sin restricciones, y su lado demoniaco queda al descubierto. ¿Qué lado demoniaco es ese? Con anterioridad, no cumplieron en absoluto su deber para perseguir la verdad y lograr la salvación, sino para obtener bendiciones, y ahora dicen la verdad sobre esto y revelan la verdadera situación. Dicen: “Si no estuviera intentando entrar en el reino del cielo u obtener bendiciones y después una gran gloria, ¿me habría mezclado con vosotros, que sois inferiores al estiércol? ¿Sois dignos de mi presencia? No me entrenáis ni me ascendéis y queréis descartarme. Un día te enseñaré que has de pagar un precio por haberme descartado, ¡y las consecuencias que sufrirás por ello!”. Los anticristos diseminan estas ideas y estas palabras endiabladas se escapan de su boca. Una vez que se han puesto en pie de guerra, su naturaleza malévola y su carácter cruel quedan al descubierto y empiezan a difundir nociones. Además, empiezan a enganchar a los que son nuevos creyentes, que son de relativa poca estatura y carecen de discernimiento, que no persiguen la verdad y a menudo se muestran negativos y débiles, y también enganchan a aquellos que son superficiales de manera sistemática en su deber y que no creen de veras en Dios. Como ellos mismos dijeron: “Si me descartas, ¡tendré que arrastrar a unos cuantos otros conmigo!”. ¿Acaso no se ha puesto al descubierto su naturaleza satánica? ¿Haría esto la gente normal? En general, la gente con actitudes corruptas solo se siente triste y herida cuando se la despide, pues creen que están desahuciados, pero su conciencia les hace pensar: “Esto es nuestra culpa, no hemos cumplido bien nuestros deberes. En el futuro, me esforzaré por hacerlo mejor, y en cuanto a cómo me considera Dios y qué determinaciones toma respecto a mí, eso es asunto de Dios. La gente no tiene derecho a exigirle nada a Dios. ¿Acaso Sus acciones no se basan en las manifestaciones de las personas? Si alguien camina por la senda equivocada, debería ser disciplinado y reprendido, eso no hace falta ni decirlo. Ahora mismo, lo triste es que tengo escaso calibre y no puedo satisfacer las intenciones de Dios, y no entiendo los principios-verdad y me comporto con arbitrariedad y con obstinación en función de mis actitudes corruptas. Merezco que se me descarte, ¡pero espero tener la oportunidad de compensarlo en el futuro!”. La gente con un poco de conciencia caminará por una senda como esta. Eligen considerar el asunto de este modo y, al final, eligen además resolver el asunto de esta manera. Por supuesto, no hay muchos elementos de práctica de la verdad en esto, pero debido a que la gente tiene conciencia, no llegarán tan lejos como para resistirse a Dios, blasfemar contra Él ni oponerse. Sin embargo, los anticristos no son lo mismo. Al tener una naturaleza cruel, antagonizan a Dios de manera innata. Cuando sus expectativas y su porvenir se ven amenazados o se les han arrebatado, cuando no son capaces de encontrar ninguna posibilidad de vivir, lo que eligen hacer es difundir nociones, juzgar la obra de Dios y hacer que los incrédulos que están compinchados con ellos perturben la obra de la casa de Dios junto a ellos. Llegan incluso a rechazar responsabilizarse de cualquiera de sus fechorías y transgresiones pasadas, además de cualquier pérdida que hayan causado a la obra o a la propiedad de la casa de Dios. Cuando la casa de Dios se ocupa de ellos y los descarta, usan una frase que dicen a menudo los anticristos. ¿Cuál es? (Si no puedo quedarme aquí, ahí fuera hay un lugar para mí). ¿No es esta otra frase endiablada? Esto es algo que una persona con humanidad normal, sentido de la vergüenza y conciencia no podría decir. Las llamamos palabras endiabladas. Son diversas manifestaciones de las crueles actitudes que revelan los anticristos cuando se los poda y sienten que su estatus y reputación están en peligro, que su estatus y prestigio están amenazados, y sobre todo que están a punto de verse privados de sus expectativas y su porvenir; al mismo tiempo, se deja en evidencia su esencia de incrédulos.

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Los anticristos consideran que su propio estatus y reputación son más importantes que cualquier otra cosa. Estas personas no solo son falsas, astutas y perversas, sino también extremadamente crueles. ¿Qué hacen cuando detectan que su estatus está en peligro o cuando han perdido su lugar en el corazón de la gente, su respaldo y afecto, cuando esa gente ya no les venera ni admira, cuando han caído en la ignominia? De repente, cambian. En cuanto pierden su estatus, se vuelven reacios a cumplir cualquier deber, todo lo que hacen es superficial, y no tienen ningún interés en hacer nada. Pero esta no es su peor expresión. ¿Cuál es entonces? En cuanto estas personas pierden su estatus, y nadie las admira ni se deja desorientar por ellas, salen el odio, los celos y la venganza. No solo no tienen un corazón temeroso de Dios, sino que también carecen siquiera de un ápice de sumisión. En sus corazones, asimismo, son propensos a odiar a la casa de Dios, a la iglesia, y a los líderes y obreros, anhelan que la obra de la iglesia tenga problemas o se paralice, quieren reírse de la iglesia y de los hermanos y hermanas. También odian a cualquiera que persiga la verdad y tema a Dios. Atacan y se burlan de cualquiera que sea leal en su deber y esté dispuesto a pagar un precio. Este es el carácter de los anticristos, ¿acaso no es cruel? Se trata claramente de gente malvada; en esencia, los anticristos son personas malvadas. Incluso cuando las reuniones se celebran online, si ven que la señal es buena, maldicen por lo bajo y se dicen: “Espero que se caiga la señal. ¡Es mejor que nadie pueda oír los sermones!”. ¿Qué es esta gente? (Son diablos). ¡Son diablos! Desde luego, no es la gente de la casa de Dios. Estas clases de diablos y de personas malvadas avivan el fuego de este modo, sea cual sea la iglesia en la que se encuentren. Aunque la gente con discernimiento los deje en evidencia y los restrinja, no reflexionarán sobre sí mismos ni admitirán sus errores. Pensarán que ha sido un lapso momentáneo por su parte y que deberían aprender de ello. Una persona así, que se niega por completo a arrepentirse, no se someterá, sea quien sea el que la discierna y la deje en evidencia. Tratará de tomar represalias contra quien lo haga. Cuando se siente incómoda, tampoco quiere que los hermanos y hermanas lo tengan fácil. En su corazón, llega incluso a maldecir en secreto a los hermanos y hermanas, desea que les sucedan cosas malas y maldice la obra de la casa de Dios, desea que aparezcan problemas. Cuando algo va mal en la casa de Dios, se alegra y lo celebra en secreto, piensa: “¡Uf! Al final algo ha ido mal. Todo esto ocurre porque me has sustituido. ¡Está bien que todo se derrumbe!”. Se alegra y siente placer al ver a otros volverse débiles y negativos, dice cosas para reírse de ellos, ridiculizarlos y denigrarlos, e incluso difunde palabras de negatividad y de muerte, asegura: “Los creyentes renunciamos a nuestras familias y carreras para hacer nuestro deber y padecer sufrimiento. ¿De veras crees que la casa de dios puede asumir la responsabilidad de nuestro futuro? ¿Lo has pensado alguna vez? ¿Vale el precio que estás pagando? Ahora mi salud no es la mejor y, si me consumo, ¿quién va a cuidar de mí durante la vejez?”. Dice esas cosas para que todo el mundo se sienta negativo, solo entonces se pondrá contento. ¿No es acaso que no traman nada bueno? ¿Es que no es siniestro y malévolo? ¿Acaso no deberían recibir retribución tales personas? (Sí). ¿Creéis que de veras llevan a Dios en su corazón? No parecen auténticos creyentes en Dios, en lo fundamental no creen que Dios escrute lo más hondo del corazón de la gente. ¿Acaso no son incrédulos? Si de verdad creyeran en Dios, ¿cómo podrían decir tales cosas? Habrá quien diga que es porque les falta un corazón temeroso de Dios, ¿es eso correcto? (No). ¿Por qué es incorrecto? (Dios simplemente se halla ausente de su corazón; se oponen a Él). En realidad, se atreven a decir tales cosas porque no creen en la existencia de Dios. Creen menos todavía que Dios escrute a todo el mundo y tampoco creen que Él observe todas sus palabras y hechos, todo pensamiento e idea que tengan. No creen estas cosas, así que no están asustados y pueden decir con libertad y sin escrúpulos estas palabras endiabladas. Incluso los no creyentes dicen a menudo: “El cielo tiene ojos” y “Cuando el hombre actúa, el cielo vigila”. Cualquiera con siquiera un poco de fe auténtica no pronunciaría de manera casual estas palabras endiabladas de los incrédulos. ¿No se producirán consecuencias graves para los creyentes que piensen y hablen así? ¿No tiene esto una naturaleza grave? ¡Es muy grave! Que puedan negar a Dios de esa manera significa que son auténticos diablos y malvados que se han infiltrado en la casa de Dios. Solo los diablos y los anticristos se atreven a clamar abiertamente contra Dios. Los intereses de Su casa representan los intereses de Dios, y cualquier cosa que haga la casa de Dios se encuentra bajo el liderazgo de Dios, Su permiso y Su guía; está estrechamente relacionada con la obra de gestión de Dios y no se puede separar de esta. ¿Qué clase de persona es aquella que maldice abiertamente la obra de la casa de Dios de esta manera, que la calumnia en su corazón y que quiere reírse de la casa de Dios, que desea ver que arrestan a todo Su pueblo escogido, ver la obra de la iglesia paralizada por completo y a los creyentes darle la espalda a su fe, y que se alegrará cuando esto ocurra? (Son diablos). Son diablos, ¡son malvados diablos reencarnados! La gente corriente posee actitudes corruptas, a veces son rebeldes y sopesan unas cuantas ideas pequeñas cuando se sienten negativos y débiles, eso es todo, pero no serían tan malos ni surgirían de ellos tales pensamientos perversos y malévolos. Esta clase de esencia solo está presente en los anticristos y los diablos. Cuando los anticristos tienen estas ideas, ¿sospechan que podrían estar equivocados? (No). ¿Por qué no? (Porque consideran que lo que piensan y dicen es la verdad. No creen en Dios, carecen de un corazón temeroso de Dios y su naturaleza es la de resistirse a Él). Exacto, esa es su naturaleza. ¿Cuándo ha tratado Satanás a Dios como a Dios? ¿Cuándo ha creído que Dios sea la verdad? Nunca, y nunca lo hará. Los anticristos, estos diablos, son iguales; no tratan a Dios como Dios ni creen que Él sea la verdad. No creen que Dios sea aquel que creó y defendió la soberanía sobre todas las cosas. Por eso piensan que cualquier cosa que digan es correcta. Piensan y actúan sin escrúpulos de esta manera; es su naturaleza. Cuando los humanos corruptos hacen lo mismo, experimentan un conflicto interno. Tienen sentido y conciencia humanos. Su sentido, su conciencia y la verdad que entienden causa efecto en ellos internamente, lo cual da lugar a conflictos. Cuando este conflicto aparece, tiene lugar una batalla entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo y la rectitud y la perversidad, y se llega a un desenlace. Aquellos que persiguen la verdad se ponen del lado de Dios, mientras que los que no la persiguen se colocan de parte de las fuerzas perversas de Satanás. Los anticristos lo hacen todo en colaboración con Satanás. Esparcen negatividad, difunden rumores y se ríen de la casa de Dios. Maldicen y calumnian la obra de la casa de Dios y maldicen a los hermanos y hermanas. Sienten incluso calma al hacerlo, su conciencia no los acusa, no albergan el menor remordimiento y creen que sus acciones son del todo correctas. Esto revela por completo la naturaleza satánica de los anticristos y su feo rostro que se resiste a Dios. Por tanto, no es una exageración decir que los anticristos son auténticos diablos y satanases. Los anticristos son diablos natos y no son en absoluto objeto de la salvación de Dios. No pertenecen en absoluto a la especie humana corrupta corriente. Los anticristos son diablos reencarnados, son demonios malvados natos. Así son las cosas.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (II)

Una de las características más obvias de la esencia de un anticristo es que monopolizan el poder y dirigen su propia dictadura. No escuchan ni respetan a nadie y, a pesar de los puntos fuertes de la gente, o de las ideas correctas u opiniones sensatas que esta exprese, o de los métodos adecuados que planteen, no les prestan atención; es como si nadie estuviera cualificado para colaborar con ellos, o para participar en cualquier cosa que hagan. Este es el tipo de carácter que tienen los anticristos. Algunas personas dicen que esto es tener una mala humanidad, pero ¿cómo va a ser eso sencillamente una mala humanidad? Se trata de un carácter satánico absoluto, y tal carácter es sumamente cruel. ¿Por qué digo que su carácter es sumamente cruel? Los anticristos se apropian de todo lo de la casa de Dios y los bienes de la iglesia, y los tratan como propiedad personal, todo lo cual les corresponde administrar, y no permiten que nadie intervenga en ello. Lo único en lo que piensan cuando hacen el trabajo de la iglesia es en sus propios intereses, su propio estatus y su propio orgullo. No permiten que nadie perjudique sus intereses, y mucho menos permiten que cualquiera con aptitud o que sea capaz de hablar de su testimonio vivencial amenace su reputación y su estatus. Y por eso, tratan de suprimir y excluir como competidores a los que son capaces de conversar acerca de un testimonio vivencial y que pueden comunicar la verdad y proveer al pueblo escogido de Dios, y tratan desesperadamente de aislar por completo a esa gente de todos los demás, de arrastrar completamente sus nombres por el barro y hacerlos caer. Solo entonces los anticristos se sienten en paz. Si estas personas nunca son negativas, y son capaces de seguir realizando su deber, hablando de su testimonio, apoyando a los demás, entonces los anticristos echan mano de su último recurso, que consiste en buscarles faltas y condenarlas, o inculparlas e inventar motivos para atormentarlas y castigarlas, hasta que hacen que las echen de la iglesia. Solo entonces los anticristos se relajan completamente. Esto es lo más insidioso y malévolo de los anticristos. Lo que más miedo y ansiedad les causa son las personas que persiguen la verdad y poseen un testimonio vivencial verdadero, porque las personas con tal testimonio son las que obtienen mayor aprobación y apoyo del pueblo escogido de Dios, en vez de los que parlotean sin sentido sobre palabras y doctrinas. Los anticristos no poseen un testimonio vivencial verdadero, tampoco son capaces de practicar la verdad; en el mejor de los casos, son capaces de hacer algunas buenas acciones para ganarse el favor de la gente. Pero por muchas buenas acciones que hagan o por muchas cosas bonitas que digan, siguen sin poder compararse con los beneficios y las ventajas que un buen testimonio vivencial puede aportar a la gente. Nada puede sustituir los efectos de la provisión y el riego proporcionados al pueblo escogido de Dios por aquellos que son capaces de hablar de su testimonio vivencial. Por eso, cuando los anticristos ven a alguien hablando de su testimonio vivencial, su mirada se convierte en una daga. La rabia se enciende en su corazón, aumenta el odio, y se apresuran a callar al orador e impedirle que siga hablando. Si sigue hablando, la reputación de los anticristos quedará completamente arruinada, sus feos rostros quedarán completamente expuestos a la vista de todos, por eso los anticristos encuentran un pretexto para perturbar a la persona que da su testimonio y la reprimen. Los anticristos se permiten solo a sí mismos desorientar a la gente con palabras y doctrinas; no permiten que el pueblo escogido de Dios le glorifique platicando acerca de su testimonio vivencial, lo que indica el tipo de personas a las que más odian y temen los anticristos. Cuando alguien se distingue con un pequeño trabajo, o cuando alguien es capaz de platicar acerca de un testimonio vivencial verdadero y el pueblo escogido de Dios se beneficia, se edifica y recibe apoyo a partir de él, y se gana grandes elogios de todos, la envidia y el odio crecen en el corazón de los anticristos, y estos tratan de aislarlo y reprimirlo. En ninguna circunstancia permiten que tales personas emprendan ningún trabajo, para evitar que amenacen su estatus. Las personas con la realidad-verdad sirven para acentuar y resaltar la pobreza, la miseria, la fealdad y la perversidad de los anticristos cuando están frente a ellos, por lo que cuando los anticristos eligen a un compañero o colaborador, nunca seleccionan a gente con la realidad-verdad, nunca seleccionan a personas que puedan hablar de su testimonio vivencial, y nunca seleccionan a personas honestas o capaces de practicar la verdad. Estas son las personas que los anticristos más envidian y odian, y son una piedra en el zapato para los anticristos. No importa cuánto hagan estas personas que practican la verdad que sea bueno o de beneficio para la labor de la casa de Dios, los anticristos se esfuerzan al máximo por solaparlo. Llegan a tergiversar los hechos para atribuirse el mérito de las cosas buenas, mientras echan la culpa de las malas a otros, a fin de enaltecerse y menospreciar a otras personas. Los anticristos sienten muchos celos y odio hacia los que persiguen la verdad y son capaces de hablar sobre su testimonio vivencial. Temen que estas personas amenacen su propio estatus, y por eso hacen todo lo posible para atacarlas y excluirlas. Prohíben a los hermanos y hermanas se relacionen con ellos o se acerquen a ellos, o que apoyen o alaben a estas personas que saben hablar de su testimonio vivencial. Esto es lo que más pone en evidencia la naturaleza satánica de los anticristos, que siente aversión por la verdad y detesta a Dios. Y también demuestra que los anticristos son una contracorriente maligna en la iglesia, que ellos son los culpables de la perturbación de la obra de la iglesia y de poner impedimentos a la voluntad de Dios. Los anticristos, a menudo, incluso inventan mentiras y tergiversan los hechos entre los hermanos y hermanas, menospreciando y condenando a las personas que pueden conversar acerca de su testimonio vivencial. Sin importar el trabajo que esas personas hagan, los anticristos encuentran excusas para excluirlos y reprimirlos, y los critican diciendo que son arrogantes y sentenciosos, que les gusta presumir y que albergan ambiciones. En realidad, estas personas tienen cierto testimonio vivencial y poseen algo de realidad-verdad, una humanidad relativamente buena, conciencia y razón, y son capaces de aceptar la verdad. Y aunque es probable que tengan algunos defectos y fallas y, en ocasiones, revelen un carácter corrupto, son capaces de reflexionar acerca de sí mismas y arrepentirse. Estas son las personas a las que Dios salvará y que tienen esperanza de ser hechas perfectas por Él. En suma, estas personas son aptas para llevar a cabo un deber. Cumplen los requisitos y los principios para hacerlo. Pero los anticristos piensan para sí: “De ninguna manera voy a soportar esto. Quieres desempeñar un papel en mi campo de acción, quieres competir conmigo. Eso es imposible, ni lo pienses. Eres más ilustrado que yo, más elocuente, más popular que yo, y persigues la verdad con más diligencia que yo. Si tuviera que colaborar contigo y me robaras el protagonismo, ¿qué haría yo?”. ¿Consideran los intereses de la casa de Dios? No. ¿En qué piensan? Solo piensan en cómo mantener su propio estatus. Aunque los anticristos se saben incapaces de hacer un trabajo real, no cultivan ni promueven a las personas de buena aptitud que persiguen la verdad; a las únicas personas que promueven son a aquellas que los adulan, aquellas que son propensas a idolatrar a otros, que les dan su visto bueno y los admiran de corazón, a las personas embaucadoras, a las que no tienen comprensión de la verdad y son incapaces de discernir. Los anticristos mantienen a estas personas a su lado para que les sirvan, para que vayan de aquí a allá a su servicio y para que pasen los días girando en órbita a su alrededor. Eso les da poder a los anticristos en la iglesia e implica que muchas personas se vuelvan cercanas a ellos y los sigan, y que nadie se atreva a ofenderlos. Todas esas personas que los anticristos cultivan son personas que no persiguen la verdad. La mayoría carecen de comprensión espiritual y no saben hacer nada más que acatar los preceptos. Les gusta seguir las tendencias y a quienes tienen el poder. Son la clase de gente que se siente envalentonada al tener un amo poderoso; son una banda de atolondrados. ¿Cómo dice ese dicho de los no creyentes? Más vale ser cola de león que cabeza de ratón. Los anticristos hacen exactamente lo contrario: actúan como cabezas de ratones y se dedican a cultivarlas como defensoras acérrimas y fervientes partidarias. Cuando un anticristo tiene el poder en una iglesia, siempre reclutará como ayudantes a personas atolondradas y a aquellos que saben seguir ciegamente, mientras que dejará fuera y reprimirá a la gente de calibre que puede comprender y practicar la verdad, que puede trabajar, en especial a los líderes y obreros que tienen la capacidad de llevar a cabo trabajo real. De esta manera, se forman dos bandos en la iglesia. En uno están aquellos que tienen una humanidad relativamente honesta, que cumplen su deber con sinceridad y que persiguen la verdad. El otro bando es una pandilla de personas atolondradas liderada por el anticristo, a quien estas siguen ciegamente. Estos dos bandos continuarán enfrentándose hasta que los anticristos sean puestos en evidencia y descartados. Los anticristos siempre luchan y actúan contra quienes realizan su deber con sinceridad y persiguen la verdad. ¿No perturba esto gravemente la obra de la iglesia? ¿No trastorna y perturba la obra de Dios? ¿No es esta fuerza de anticristos una traba y un obstáculo que evita que se lleve a cabo la voluntad de Dios en la iglesia? ¿No es una fuerza perversa que se opone a Dios?

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (I)

A juzgar por su estrategia de controlar el corazón de la gente, la humanidad de los anticristos es egoísta y despreciable, y su carácter siente aversión por la verdad, es perverso y cruel. Los anticristos emplean todo tipo de trucos despreciables y turbios para alcanzar sus objetivos, sin ningún sentido de la vergüenza; esa es una característica de su naturaleza perversa. Además, sin tener en cuenta para nada si las personas están dispuestas o no, sin informarlas ni obtener su consentimiento, siempre desean controlar a la gente, manipularla y dominarla. Quieren que todo lo que la gente piensa y desea en su corazón esté sujeto a sus manipulaciones, que las personas tengan un lugar para ellos en su corazón, los adoren y los respeten en todas las cosas. Quieren acotar a las personas e influir en ellas con sus palabras y puntos de vista, y manipularlas y controlarlas en función de sus propios deseos. ¿Qué tipo de carácter es ese? ¿Acaso no es cruel? Es como si un tigre te atrapara el cuello entre sus dientes; por mucho que trates de respirar y te debatas para moverte, no puedes hacer tu voluntad, sino que estás bajo el control férreo y mortal de sus feroces fauces. No importa lo mucho que luches por liberarte, no puedes conseguirlo, y aunque supliques al tigre que abra la boca eso es imposible, no hay margen para la conversación. Ese es precisamente el carácter que tienen los anticristos. Imagina que entablas una conversación con uno de ellos y le dices: “Por favor, ¿no podrías dejar de intentar urdir estratagemas para controlar a la gente? ¿Por qué no te comportas y eres un seguidor? ¿No podrías portarte bien, cumplir bien tus deberes y mantener tu posición?”. ¿Podrían ellos estar de acuerdo con eso? ¿Podrías tú, empleando una buena conducta o lo que entiendes de la verdad, disuadirlos de seguir actuando como lo hacen? ¿Hay alguien que pueda cambiar su punto de vista? A juzgar por el carácter cruel de los anticristos, nadie sería capaz de modificar sus pensamientos y perspectivas, ni tampoco de alterar su deseo de controlar el corazón de la gente. Nadie puede cambiarlos, y no es posible negociar con ellos: esto se llama “crueldad”.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 13: Controlan la economía de la iglesia mientras controlan el corazón de la gente

La esencia-naturaleza innata de los anticristos, esos diablos y Satanases, es rivalizar con Dios por todas las cosas. Dentro de la iglesia, aparte de luchar contra Él por Su pueblo escogido, los anticristos también intentan arrebatarle las ofrendas que le ha hecho la gente. En la superficie, puede parecer que los anticristos son codiciosos, pero en realidad esto se debe a que tienen el carácter y la esencia de los anticristos. Que desearían apoderarse y devorar el dinero y los objetos que la gente ofrenda a Dios: eso, es esencia, es crueldad. Es lo mismo que si, por ejemplo, te compras una nueva chaqueta acolchada, elegante y de buena calidad, y alguien la ve y dice: “Esa chaqueta acolchada que tienes es mejor que la mía. La que yo llevo está raída, tiene agujeros y ha pasado de moda. ¿Cómo es que la tuya es tan bonita?”, y, cuando ha terminado de hablar, te arranca por la fuerza tu chaqueta acolchada y te da la suya estropeada. No puedes negarte a hacer ese intercambio; él te haría sufrir, te lo haría pasar mal, te daría una paliza y podría incluso matarte. ¿Te atreverías a resistirte? No, y se llevaría tus cosas en contra de tu voluntad. ¿Cuál es entonces el carácter de esa persona? Es un carácter cruel. ¿Hay alguna diferencia entre esto y el carácter de los anticristos de asumir la posesión y el uso de los bienes de la iglesia? (No). Según la perspectiva de los anticristos sobre la propiedad, en cuanto se convierten en líderes y “altos cargos” y tienen los bienes de la iglesia a su alcance, estos les pertenecen. Sin importar quién hizo la ofrenda ni qué es lo que ofrendó, los anticristos se apoderarán de ella para sí mismos. ¿Qué quiere decir apoderarse de algo? Significa que una vez que los bienes de la iglesia —que deberían usarse y asignarse de manera adecuada y de conformidad con los preceptos de la iglesia— pasan a estar bajo control de los anticristos, solo estos tienen poder exclusivo para usarlos. Incluso aunque esos bienes los necesite la obra de la iglesia o sus obreros, los anticristos no permiten que se usen. Tan solo ellos tienen permitido hacerlo. En cuanto a cómo se usan y asignan los bienes de la iglesia, los anticristos tienen la última palabra; si te dejan usarlos, podrás hacerlo y, si no, no podrás. Si los fondos de ofrendas de la iglesia no son abundantes y se gastan por completo en los gastos personales de los anticristos después de que tomen posesión de ellos, no les importa que no quede dinero para la obra de la iglesia. Tampoco tienen en consideración esa obra ni los gastos normales de la iglesia. Lo único que quieren es tomar esos fondos y gastárselos ellos, tratándolos como si fueran sus propios ingresos. ¿No es vergonzosa esa manera de hacer las cosas? (Sí, lo es). En algunas iglesias situadas en zonas relativamente pudientes, los anticristos piensan: “Este sitio está bastante bien. En lo que respecta a los gastos, puedo derrochar y hacer lo que me plazca, y no hay necesidad de ceñirse a los preceptos y principios de la iglesia. Puedo gastar dinero como quiera. Desde que me convertí en líder, por fin puedo disfrutar de la vida gastando dinero sin necesidad de hacer cuentas. Si quiero gastar dinero en algo solo tengo que decirlo, no tengo que preocuparme al respecto, y por supuesto que no tengo que discutirlo con nadie”. Cuando se trata de gastar la riqueza de la iglesia, los anticristos ejercen ellos todo el poder, actúan con imprudencia y gastan como si el dinero creciese en los árboles. Además de no hacer ninguna labor conforme a los principios de la iglesia o los arreglos del trabajo, los anticristos tratan los bienes de la iglesia de la misma forma, sin ningún principio. ¿Podría ser que no entienden los principios? No, conocen perfectamente los principios que rigen la asignación y el gasto de los bienes de la iglesia, pero no pueden mantener bajo control sus propios deseos y codicia. Mientras son personas ordinarias sin ningún estatus, son humildes y viven su vida diaria de manera sencilla, pero, en cuanto se convierten en líderes, se piensan que son el no va más. Se vuelven exigentes para comer y vestirse; ya no toman comidas normales, y aprenden a buscar la calidad y las marcas famosas a la hora de vestirse. Todo tiene que ser de gama alta; solo entonces consideran que es compatible con su identidad y estatus. En cuanto los anticristos se convierten en líderes, es como si los hermanos y hermanas estuvieran todos en deuda con ellos y tuvieran que hacerles regalos. Si llega cualquier cosa buena, ellos deben tener la prioridad, y esperan de los hermanos y hermanas que se gasten su dinero en ellos. Los anticristos creen que convertirse en líder significa que deberían tener poder para priorizar su posesión y uso de los bienes de la iglesia. No solamente piensan de ese modo, también se comportan así. Y lo que es más, llevan esto muy lejos, para indignación de los demás. Visto desde esta perspectiva, ¿cómo es la calidad humana de los anticristos? Tras convertirse en líderes, y sin hacer una pizca de trabajo, quieren tomar posesión de las ofrendas y priorizar su uso de ellas. ¿Qué tipo de persona es capaz de hacer cosas así? Tan solo un forajido, un tirano o un matón local haría esas cosas.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 13: Controlan la economía de la iglesia mientras controlan el corazón de la gente

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