9. Cómo discernir la naturaleza de los anticristos que siente aversión por la verdad y la odia

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

La principal característica del carácter de los anticristos en lo que respecta a cómo abordan la verdad es la aversión, en lugar de un mero desinterés. El desinterés es solo una actitud relativamente leve hacia la verdad que no ha escalado al nivel de hostilidad, condena ni oposición. Se trata simplemente de una falta de interés por la verdad, una falta de deseo de prestarle atención. Dicen: “¿Qué cosas positivas? ¿Qué verdad? Aunque las obtenga, ¿qué importa? ¿Mejorarán mi vida o potenciarán mis habilidades?”. No están interesados en ellas y, por lo tanto, tampoco se preocupan de ellas, pero no llegan a sentir aversión. La aversión supone una actitud concreta. ¿Qué tipo de actitud? Tan pronto como escuchan hablar de cualquier cosa positiva o relacionada con la verdad, sienten odio y repulsión, se resisten y no están dispuestos a escuchar. Incluso puede que intenten encontrar pruebas para condenar y menospreciar la verdad. Esta es la esencia-carácter correspondiente a sentir aversión por la verdad.

Al igual que otras personas, los anticristos pueden leer las palabras de Dios, escuchar lo que Él dice y experimentar Su obra. A primera vista, parece que también son capaces de comprender el significado literal de las palabras de Dios, saber lo que Dios ha dicho y reconocer que estas palabras les permiten a las personas tomar la senda correcta y ser buenas. Sin embargo, para ellos, estas cosas no dejan de ser simplemente teóricas. ¿Qué significa que no dejan de ser teóricas? Es similar a cómo algunas personas podrían pensar que cierta teoría en un libro es válida, pero, al compararla con la vida real y reflexionar sobre las tendencias malignas, la corrupción humana y las diversas necesidades de toda la especie humana, encuentran que es poco práctica y que está desconectada de la vida real, y se dan cuenta de que no puede ayudar a las personas a adaptarse ni a seguir estas tendencias malignas y esta sociedad malvada. Por tanto, sienten que esta teoría es válida, pero es solo algo de lo que se puede hablar para satisfacer los deseos y fantasías humanas de cosas bellas. Por ejemplo, si a alguien le gusta el estatus y desea ser un alto cargo y que las personas lo glorifiquen y adoren, para lograr este objetivo debe recurrir a métodos atípicos como mentir, lucirse y pisotear a los demás, entre otros. No obstante, todas estas cosas son precisamente lo que la verdad condena. La verdad condena y niega estos deseos y ambiciones de los humanos. En la vida real, las personas piensan que destacarse es algo legítimo, pero Dios y la verdad condenan tales pretensiones. Por lo tanto, no son aceptadas en la casa de Dios; no hay lugar para que se concreten ni espacio para que se conviertan en realidad. A pesar de eso, ¿renuncian los anticristos a ellas? (No lo hacen). Exacto, no renuncian a ellas. Tan pronto como los anticristos se dan cuenta de ello, piensan: “Ahora entiendo. La verdad exige que las personas sean desinteresadas, que se sacrifiquen, que sean tolerantes y generosas, que dejen de lado su ego y vivan para los demás. Esta es la verdad”. Una vez que definen la verdad de esta manera, ¿desarrollan algún interés en ella, o repulsión? Sienten repulsión tanto hacia ella como hacia Dios, y dicen: “En todo momento, dios expresa la verdad, siempre pone al descubierto cosas impuras como los deseos y las ambiciones humanas, y constantemente deja en evidencia lo que está en el fondo de sus almas. Parece que dios habla sobre la verdad con el objetivo de privar a las personas de su búsqueda de estatus, deseos y ambiciones. En un primer momento, pensé que dios podía satisfacer los deseos de las personas, cumplir sus anhelos y sus sueños, y darles lo que quisieran. No me imaginé que fuera este tipo de dios. No parece tan grandioso. Tengo montones de ambiciones y deseos: ¿es posible que a dios le guste alguien como yo? A juzgar por lo que siempre ha dicho y al leer sus palabras entre líneas, parece que no le agradan las personas como yo, ni puede llevarse bien con alguien que se parece a mí. Al parecer no puedo llevarme bien con este tipo de dios práctico. ¿Por qué me resultan tan desagradables las palabras que dice, la obra que realiza, los principios en sus acciones y su carácter? Dios les pide a las personas que sean honestas, que tengan conciencia, que busquen, obedezcan y le teman cuando les ocurren cosas, y que se desprendan de sus ambiciones y deseos; ¡no puedo hacerlo! Lo que él exige no solo es incompatible con las nociones humanas, sino que también es insensible a los sentimientos humanos. ¿Cómo puedo creer en él?”. Después de darle tantas vueltas a las cosas de este modo, ¿desarrollan un sentimiento positivo hacia Dios o se alejan de Él? (Se alejan). Luego de experimentar cierto tiempo, los anticristos sienten cada vez más que las personas como ellos, que tienen ambiciones y deseos y están llenos de aspiraciones, no serán bienvenidas en la casa de Dios, que aquí no tienen lugar para hacer uso de sus habilidades y que en este lugar no pueden darles rienda suelta a sus aspiraciones. Piensan: “En la casa de dios, no puedo revelar mi excepcional talento. Nunca tendré la oportunidad de sobresalir. Dicen que carezco de comprensión espiritual, que no entiendo la verdad y que tengo el carácter de un anticristo. No solo no me han ascendido ni ocupo un cargo importante, sino que también me han condenado. ¿Qué mal hay en que establezca mi propio reino independiente? ¿Qué tiene de malo que castigue a otros? Dado que tengo poder, ¡debo actuar así! ¿Quién no se comportaría de esta manera si tuviera poder? Entonces, ¿qué problema hay con que me involucre en algún juego sucio y haga trampas durante las elecciones? ¿Acaso no hacen lo mismo todos los no creyentes? ¿Por qué no está permitido en la casa de dios? Incluso dicen que es un descaro. ¿Cómo es posible que puedan considerarlo como tal? El hombre lucha hacia arriba; el agua fluye hacia abajo. ¡Esto es aceptable! La casa de dios no es divertida. No obstante, la gente de este mundo es bastante cruel y no es fácil llevarse bien con ella. En cambio, las personas en la casa de dios se comportan un poco mejor. Si no hubiera un dios, sería magnífico pasar el tiempo aquí; si no hubiera un dios ni una verdad que rigiera a las personas, yo sería el jefe en la casa de dios, el amo y el rey”. Mientras cumplen con sus deberes en la casa de Dios, experimentan en todo momento diversas cosas, los podan continuamente, cambian entre distintos deberes, y finalmente se dan cuenta de algo, al decir: “En la casa de dios, todo lo que ocurre se mide y se resuelve utilizando la verdad. Siempre se enfatiza la verdad, y dios habla a cada rato de ella. ¡No puedo dar rienda suelta a mis aspiraciones aquí!”. Al llegar a este punto en sus experiencias, sienten cada vez más aversión por la verdad, por la verdad que reina, por el hecho de que todo lo que Dios hace es la verdad y por la búsqueda de la verdad. ¿Hasta qué punto sienten aversión por estas cosas? Ni siquiera quieren admitir ni aceptar las doctrinas de las verdades que en un primer momento admitieron, y en sus corazones sienten una repulsión extrema. Por lo tanto, en cuanto llega el momento de una reunión, se sienten cansados e inquietos. ¿Por qué están inquietos? Porque piensan: “Cada una de estas reuniones dura tres o cuatro horas, ¿cuándo se acabará? ¡Ya no quiero escuchar más!”. Hay una frase que puede describir su estado de ánimo, “están en ascuas”. Se dan cuenta de que, mientras la verdad reine en la casa de Dios, nunca tendrán la oportunidad de sobresalir, sino que siempre serán coartados, condenados y rechazados por todos, y que, sin importar lo capaces que sean, no les asignarán roles importantes. En consecuencia, la repugnancia que sienten hacia la verdad y hacia Dios se intensifica. Quizá alguien pregunte: “¿Por qué no sintieron repugnancia desde el principio?”. De hecho, la sintieron desde un principio, pero en ese momento todo en la casa de Dios les era desconocido. No se lo imaginaban, pero eso no quiere decir que no sintieran ni repugnancia ni aversión. En realidad, en su esencia-naturaleza sentían aversión por la verdad, pero simplemente no se habían dado cuenta. La esencia-naturaleza de estas personas siente sin lugar a duda aversión por la verdad. ¿Por qué lo afirmo? Porque, por naturaleza, aman la injusticia, la perversidad, el poder, las tendencias malignas, estar al cargo, controlar a los demás y todo este tipo de cosas negativas. A juzgar por estas cosas que aman, decididamente los anticristos sienten aversión por la verdad. Además, en cuanto a aquello por lo que se esfuerzan, lo hacen por el estatus, por lucirse, llevar una aureola sobre su cabeza, ser líderes entre las personas, ser majestuosos y poderosos, por tener prestigio y firmeza donde quiera que hablen y actúen, así como la capacidad para controlar a los demás. Se esfuerzan por todas estas cosas, y esto también es una manifestación de sentir aversión por la verdad.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)

La principal manifestación de la aversión de los anticristos por la verdad se observa en su actitud hacia ella, y, naturalmente, también se manifiesta en su vida cotidiana y en sus actividades, especialmente en la manera en la que desempeñan sus deberes. Muestran diversas manifestaciones. En primer lugar, incluso cuando saben perfectamente que deberían buscar la verdad, nunca lo hacen. En segundo lugar, nunca la practican. Dado que no buscan la verdad, ¿cómo podrían practicarla? Únicamente a través de la búsqueda es posible comprender, y solo la comprensión puede conducir a la práctica; ellos no buscan ni se toman en serio los principios-verdad en lo más mínimo, e incluso los desprecian, sienten aversión por ellos y los ven con hostilidad. En consecuencia, nunca llegan ni siquiera a mencionar la práctica de la verdad e, incluso si en ocasiones comprenden la verdad, no la ponen en práctica. Por ejemplo, cuando les sucede algo y otros les sugieren una buena forma de actuar, puede que objeten: “¿Qué tiene eso de bueno? Si lo hago, ¿no se desaprovecharán mis propias ideas?”. Quizá algunos digan: “La casa de Dios sufrirá pérdidas si hacemos las cosas a tu manera; debemos actuar conforme a los principios”. Ellos responden: “¿Qué principios? ¡Mi forma de hacer las cosas es el principio; lo que sea que yo piense es el principio!”. ¿No es esto no practicar la verdad? (Sí). Otra de sus principales manifestaciones es que nunca leen las palabras de Dios ni participan en devociones espirituales. Algunas personas, cuando tienen mucho trabajo y no encuentran el momento para leer las palabras de Dios, reflexionan en silencio o cantan algunos himnos y, si pasan muchos días sin leer las palabras de Dios, los invade una sensación de vacío. En medio de su trajín, se toman un momento para leer un pasaje y reponerse, y cavilan hasta que pueden sentir la presencia de Dios y sus corazones se estabilizan. Tales personas no están lejos de Dios. En cambio, los anticristos no se sienten afligidos si a lo largo de un día no leen las palabras de Dios. Incluso si dejan de leerlas durante 10 días, no sienten nada. Pueden vivir aun así bastante bien sin leer las palabras de Dios durante un año, e incluso pueden pasar tres años sin leerlas y no sentir nada. No tienen miedo ni sienten un vacío en su corazón, y continúan viviendo tranquilamente. ¡Qué aversión extrema deben sentir por las palabras de Dios! Una persona puede pasar un día sin leerlas si está ocupada, o quizás 10 días por la misma razón. Sin embargo, si alguien es capaz de dejar de leer las palabras de Dios durante un mes y no sentir nada, hay un problema. Si pasa un año sin leerlas, no solo no las anhela, sino que siente aversión por la verdad.

Otra de las manifestaciones de que los anticristos sienten aversión por la verdad es el desprecio que manifiestan hacia Cristo. Ya hemos hablado sobre su desprecio hacia Cristo anteriormente. Entonces, ¿qué ha hecho Cristo para que lo desprecien? ¿Los ha herido o les ha hecho daño? ¿Ha hecho algo contrario a sus deseos? ¿Ha perjudicado alguno de sus intereses? No. Cristo no les guarda ningún rencor personal, y ellos ni siquiera lo han conocido. ¿Cómo es posible que lo desprecien? La raíz está en la esencia de los anticristos de sentir aversión por la verdad. Otra de las manifestaciones de su aversión por la verdad es su desprecio por la realidad de todas las cosas positivas. Esta abarca una amplia gama de cosas, tales como todas las cosas que Dios creó y sus leyes, los diversos seres vivos y las leyes que rigen sus vidas y, fundamentalmente, las diversas leyes que rigen la vida de estos seres vivos llamados humanos. Por ejemplo, los asuntos más cercanos de la vida humana, como el nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte: las piernas de las personas normales se debilitan con la edad, su salud se deteriora, su vista se torna borrosa, su capacidad de audición disminuye, se les aflojan los dientes y piensan que deben resignarse a la vejez. Dios es soberano sobre todo esto, y nadie puede ir en contra de esta ley natural. Las personas normales son capaces de reconocer y aceptar todas estas cosas. Sin embargo, independientemente de la cantidad de años que una persona viva o del estado de su salud física, algunas cosas no cambian, como la forma en que deben cumplir con su deber, la postura que deben asumir y la actitud que deben adoptar al llevar a cabo su deber. Los anticristos, por su parte, se niegan a doblegarse. Dicen: “¿Quién soy yo? No puedo envejecer. Debo ser diferente a las personas normales en todo momento. ¿Te parezco viejo? Hay ciertas cosas que vosotros no podéis hacer a esta edad, pero yo sí puedo. Puede que vuestras piernas se debiliten a los cincuenta, pero las mías aún son ágiles. ¡Incluso a menudo salto de un tejado a otro!”. Siempre quieren desafiar estas normas generales que Dios decretó, constantemente intentan romperlas y mostrarles a los demás que son distintos, extraordinarios y superiores a las personas corrientes. ¿Por qué lo hacen? Quieren desafiar las palabras de Dios y negar que Sus palabras son la verdad. ¿No es esto una manifestación de la esencia de los anticristos de sentir aversión por la verdad? (Sí). Por otra parte, los anticristos veneran las tendencias malignas y las influencias oscuras, y esto confirma aún más que son enemigos de la verdad. Los anticristos admiran y veneran profundamente el régimen de Satanás y las diversas habilidades, destrezas y acciones de los espíritus malignos de las que hablan las leyendas, así como las tendencias malignas y las influencias oscuras. Creen en ellas de manera inquebrantable, y nunca las ponen en duda. Sus corazones no solo no sienten en absoluto aversión por ellas, sino que las respetan, las veneran y las envidian profundamente. Incluso, en el fondo de su corazón, las siguen de cerca. Muy en su interior, los anticristos tienen este tipo de actitud respecto a estas cosas malignas y oscuras. ¿No significa esto que sienten aversión por la verdad? ¡Absolutamente! ¿Cómo podría alguien que ama estas cosas perversas y oscuras amar la verdad? Estas personas pertenecen a las fuerzas del mal y a la pandilla de Satanás. Por supuesto, creen firmemente en todo lo que esté relacionado con Satanás, y sus corazones están llenos de asco y desprecio por la verdad y las cosas positivas.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)

¿Por qué se les llama anticristos? ¿Qué significa “anti”? Significa oposición y odio. Significa hostilidad hacia Cristo, hacia la verdad y hacia Dios. ¿Qué significa “hostilidad”? Significa colocarse en el lado opuesto, tratarte como a un enemigo, como si uno estuviera lleno de un odio grande y profundo; quiere decir encontrarse en diametral oposición a ti. Esa es la mentalidad con la que los anticristos enfocan a Dios. ¿Qué actitud tiene hacia la verdad la gente así, la que odia a Dios? ¿Son capaces de amar la verdad? ¿Pueden aceptarla? Desde luego que no. Por tanto, la gente que se opone a Dios es la que odia la verdad. Lo primero que exhiben es aversión por la verdad y odio hacia ella. En cuanto oyen la verdad o las palabras de Dios, sienten odio en su corazón, y cuando cualquiera les lee las palabras de Dios, en su cara aparece una expresión de rabia y furia, igual que la de un demonio al leérselas cuando la gente difunde el evangelio. En su corazón, aquellos que sienten aversión por la verdad y la odian sienten la máxima aversión por las palabras de Dios y la verdad. Se trata de una actitud de resistencia, y hasta llegan al punto de odiar a cualquiera que les lea las palabras de Dios o que comparta la verdad con ellos, llegando incluso a tratarlo como a un enemigo. Sienten una aversión extrema por diversas verdades y por las cosas positivas. Verdades como someterse a Dios, llevar a cabo los deberes de uno con lealtad, ser una persona honesta, buscar la verdad en todas las cosas y demás. ¿Acaso poseen un poco de anhelo o de amor subjetivos? Ni el más mínimo. Así pues, ya que tienen esa clase de esencia-naturaleza, se hallan en oposición directa a Dios y a la verdad. No cabe duda de que, en el fondo, tales personas no aman la verdad ni nada positivo; en su fuero interno, sienten incluso aversión por la verdad y la odian. Por ejemplo, la gente en puestos de liderazgo ha de ser capaz de aceptar las diferentes opiniones de sus hermanos y hermanas, han de ser capaces de abrirse y mostrarse ante los hermanos y hermanas, así como de aceptar el reproche de estos, y no deben reivindicar su estatus. ¿Qué diría un anticristo de todas estas maneras correctas de practicar? Diría: “Si escuchara las opiniones de los hermanos y hermanas, ¿seguiría siendo líder? ¿Seguiría teniendo estatus y prestigio? Si no tengo prestigio, ¿qué trabajo puedo hacer?”. Ese es precisamente el tipo de carácter que posee un anticristo; no aceptan la más mínima verdad y, mientras más correcto sea un camino de práctica, más se resisten a él. No aceptan que actuar de acuerdo con el principio sea practicar la verdad. ¿Qué creen que es practicar la verdad? Creen que deben servirse de maquinaciones, argucias y del ejercicio de la violencia sobre todo el mundo, en lugar de confiar en las palabras de Dios, la verdad y el amor. Todos sus medios y su senda son perversos. Todo esto es representativo por completo de la esencia-naturaleza de los anticristos. Todos los motivos, opiniones, puntos de vista e intenciones que suelen revelar son actitudes de aversión por la verdad y odio hacia ella, lo cual es la esencia-naturaleza de los anticristos. ¿Qué significa entonces ponerse en contra de la verdad y de Dios? Odiar la verdad y las cosas positivas. Por ejemplo, cuando alguien dice: “Como ser creado, uno debe cumplir el deber de un ser creado. Da igual lo que pueda decir Dios, la gente debe someterse, ya que somos seres creados”. ¿Qué piensa un anticristo al respecto? “¿Someterse? No es incierto que yo sea un ser creado, pero en lo que respecta a la sumisión, eso depende de la situación. Ante todo, ha de haber algún beneficio para mí en ello, no debo colocarme en desventaja y lo primero son mis intereses. Si hay recompensas o grandes bendiciones que ganar, entonces soy capaz de someterme, pero sin recompensas y sin destino, ¿por qué voy a hacerlo? No puedo someterme”. Se trata de una actitud de no aceptación de la verdad. Su sumisión a Dios es condicional, y si no se satisfacen sus condiciones, no solo no se somete, también es susceptible de oponerse y resistirse a Dios. Por ejemplo, Dios pide que la gente sea honesta, pero estos anticristos creen que solo los idiotas tratan de ser honestos y que los inteligentes no intentan serlo. ¿Cuál es la esencia de esa actitud? El odio a la verdad. Esa es la esencia de los anticristos; su esencia determina la senda por la que caminan, y la senda por la que caminan determina todo lo que hacen.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 1: Tratan de ganarse el corazón de la gente

Desde la perspectiva de la esencia-naturaleza de los anticristos, son hostiles a la verdad. ¿Cómo se revela a sí misma esta esencia-naturaleza hostil a la verdad? Cuando al escuchar las palabras de Dios, sienten repulsión, les da sueño y ponen en evidencia diferentes expresiones que muestran desprecio, impaciencia y falta de disposición para escuchar. Así se revela su comportamiento demoníaco. A simple vista, parece que cumplen con su deber y se reconocen a sí mismos como seguidores de Dios. Entonces, ¿por qué se descontrolan cuando se comparte la verdad y cuando se comunican las palabras de Dios? ¿Por qué en tales oportunidades no pueden quedarse quietos? Es como si las palabras de Dios llevaran una espada. ¿Acaso las palabras de Dios los atravesaron? ¿Los condenaron? No. La mayoría de estas palabras están destinadas a proveer a la gente. Al escucharlas, las personas pueden despertar, encontrar una manera de vivir y recuperar su vitalidad para existir a semejanza humana. Entonces, ¿por qué algunas personas reaccionan de manera anormal cuando las oyen? Es el diablo mostrando su verdadero comportamiento. No sienten repulsión cuando hablas sobre teología, herejías, falacias o el Libro del Apocalipsis. Incluso si hablas sobre ser ingenuo, complaciente o cuentas relatos heroicos, no experimentan ningún rechazo. Pero apenas oyen a alguien leer las palabras de Dios, les repugna, se levantan y quieren irse. Si los animas a que escuchen con atención, te confrontan y te miran con enojo. ¿Por qué no pueden aceptarlas? No pueden quedarse quietos cuando escuchan Sus palabras. ¿Qué ocurre? Esto prueba que su espíritu interior no es normal; es un espíritu que siente aversión por la verdad y rivaliza con Dios. Tan pronto como escuchan Sus palabras, su interior se agita y el demonio que llevan dentro se revuelve y no les permite estar en calma. Esta es la esencia de un anticristo. De esta manera, los anticristos muestran externamente que desprecian las palabras de Dios que no se ajustan a sus nociones. Ahora bien, ¿a qué se refiere exactamente este “no se ajustan a sus nociones”? Indica claramente que condenan estas palabras, no reconocen que provienen de Dios ni que son la verdad ni el camino de vida que salva a las personas. Que no se ajusten a sus nociones es simplemente una excusa, un fenómeno superficial. ¿Qué significa que no se ajusten a sus nociones? ¿Acaso todas las personas carecen de nociones acerca de cualquiera de las palabras que Dios pronuncia? ¿Puede todo el mundo aceptarlas como Sus palabras, como la verdad? No, todas las personas, en mayor o menor medida, a cierto nivel, tienen pensamientos, nociones u opiniones que entran en conflicto con las palabras de Dios o las contradicen. Sin embargo, la mayoría de la gente posee una racionalidad normal, que puede ayudarla a superar la postura que se hace evidente cada vez que se enfrentan a aquellas palabras de Dios que no se corresponden con sus nociones. Su racionalidad les dice: “Aunque esto no se ajuste a mis nociones, ellas siguen siendo las palabras de Dios; aunque no concuerde con mis nociones, sea reacio a escuchar, sienta que no es correcto y que contradice mis pensamientos, estas palabras siguen siendo la verdad. Las aceptaré poco a poco, y un día, cuando reconozca todo esto, me desprenderé de mis nociones”. Su racionalidad les indica que primero deben dejar a un lado sus propias nociones; estas no son la verdad y no pueden reemplazar las palabras de Dios. Su racionalidad les dice que acepten las palabras de Dios con una actitud sumisa y honesta, en lugar de contradecirlas con sus propias nociones y opiniones. Así, cuando escuchan las palabras de Dios, son capaces de aceptar aquellas que coinciden con sus nociones y sentarse a escuchar en silencio. Para las que no coinciden, también buscan soluciones, se esfuerzan por dejar a un costado sus propias nociones y por volverse compatibles con Dios. Este es el comportamiento normal de la mayoría de las personas racionales. No obstante, el “no se ajusta a sus nociones” al que hacen alusión los anticristos no es el mismo que se da en las personas corrientes. En el caso de los anticristos, presenta graves problemas; es algo completamente contrario a las acciones, las palabras, la esencia y el carácter de Dios y es parte de una esencia-carácter satánica. Para ellos, es condena, blasfemia y menosprecio hacia las palabras de Dios. Creen que este lenguaje humano común y comprensible que Dios habla no es la verdad y que no puede lograr el resultado de salvar a las personas. Este es el significado exacto de lo que los anticristos entienden por “no se ajusta a sus nociones”. ¿Cuál es entonces su esencia? Es, de hecho, la condena, la negación y la blasfemia contra Dios.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 10 (V)

Los anticristos, por naturaleza, sienten aversión por la verdad, y todas las palabras que Dios expresa son la verdad, la cual consideran absolutamente repulsiva en su corazón y no están dispuestos a escucharla ni a aceptarla. Las palabras de Dios de desenmascaramiento y juicio de la especie humana condenan a estos anticristos y personas malvadas. Para ellos, esas palabras son condenas, juicios y maldiciones que los hacen sentir incómodos e inquietos cuando las oyen. ¿Qué piensan en su interior? “Todas estas palabras que dios dice me juzgan y me condenan. Al parecer, alguien como yo no puede ser salvado; soy la clase de persona a la que se descarta y rechaza. Si no hay esperanza de que me salve, ¿qué sentido tiene que crea en dios? Pero el hecho es que él sigue siendo dios, es la carne en la que este se encarnó, que ha dicho tantas palabras y tiene tantos seguidores. ¿Qué debo hacer?”. El asunto los pone nerviosos; si no pueden ganar algo, tampoco quieren que otros lo tengan. Si otros pueden ganarlo, pero ellos no, se vuelven amargamente odiosos e infelices. Desearían que el Dios encarnado no fuese Dios y que la obra que Él hace fuera falsa y Dios no la llevara a cabo. Si así fuera, se sentirían en armonía en su interior y el problema se resolvería de raíz. Piensan para sí mismos: “Si esta persona no fuera el dios encarnado, ¿no significaría que aquellos que lo siguen han sido embaucados? En ese caso, entonces, tarde o temprano estas personas se dispersarían. Si lo hicieran y ninguna de ellas ganara nada, yo podría quedarme tranquilo y sentirme en armonía sabiendo que no he ganado nada, ¿verdad?”. Esa es su mentalidad; si ellos no pueden ganar nada, tampoco quieren que otros lo hagan. La mejor manera de evitar que otros ganen algo es negar a Cristo, negar la esencia de Cristo, negar la obra que Él ha llevado a cabo y todas las palabras que Él ha dicho. Así, ellos no serán condenados, y se resignarán y estarán en paz con el hecho de no ganar nada, y ya no será necesario que ese asunto los preocupe. Esta es la esencia-naturaleza de las personas como los anticristos. Entonces, ¿tienen nociones sobre Cristo? Y, cuando las tienen, ¿las resuelven? ¿Pueden desprenderse de ellas? No pueden. ¿Cómo conciben sus nociones? Les resulta fácil hacerlo: “Cuando hablas, yo te escruto, intentando comprender el propósito detrás de tus palabras y de dónde vienen estas. ¿Se trata de algo que has oído o de lo que te has enterado o alguien te dijo que lo dijeras? ¿Alguien hizo un informe o te presentó una queja? ¿A quién estás desenmascarando?”. Escrutan de esa manera. ¿Pueden comprender la verdad? Jamás pueden comprender la verdad; se resisten a ella en su corazón. Sienten aversión por la verdad, se resisten a ella y la odian, y ese es el tipo de esencia-naturaleza con la que escuchan los sermones. Aparte de teorías y doctrinas, lo único que interpretan son nociones. ¿Qué tipo de nociones? “Cristo habla de esta manera, a veces hasta hace bromas; ¡eso no es respetuoso! A veces utiliza dichos alegóricos, ¡eso no es serio! Su forma de expresarse no es elocuente, ¡no es muy instruido! A veces tiene que meditar y pensar en qué palabras escoger; no ha ido a la universidad, ¿no? A veces lo que dice está dirigido a alguien específico, ¿a quién? ¿Alguien presentó una queja? ¿Quién fue? ¿Por qué cristo siempre me critica cuando habla? ¿Está mirándome y observándome todo el día? ¿Se pasa el día entero reflexionando sobre las personas? ¿Qué está pensando cristo en su corazón? El discurso del dios encarnado no suena como la voz estruendosa del dios en el cielo, con su incuestionable autoridad; ¿por qué la forma en la que él se manifiesta parece tan humana? Es solo una persona, lo mire como lo mire. ¿Tiene alguna debilidad el dios encarnado? ¿Odia a las personas en su corazón? ¿Tiene alguna filosofía para los asuntos mundanos en su interacción con la gente?”. ¿No son abundantes estas nociones? (Sí). Los pensamientos de los anticristos están repletos de cosas que no se relacionan con la verdad, todas ellas con origen en el pensamiento y la lógica de Satanás y en la filosofía para los asuntos mundanos que este tiene. En el fondo, rebosan de perversidad, están colmados de un estado y un carácter que sienten aversión por la verdad. No vienen a buscar o a ganar la verdad, sino a escrutar a Dios. Sus nociones pueden surgir en cualquier momento, en cualquier lugar, y las conciben mientras observan y escrutan. Sus nociones se forman mientras ellos juzgan y condenan, y se aferran con fuerza a ellas en sus corazones. Cuando observan el lado humano del Dios encarnado, conciben nociones. Cuando ven Su lado divino, se vuelven curiosos y se asombran, lo que también los lleva a concebir nociones. Su actitud hacia Cristo y hacia la carne en la que está encarnado Dios no es de sumisión o de aceptación genuina, desde lo profundo de su corazón. En cambio, se paran frente a Cristo y observan y escrutan Su mirada, Sus pensamientos y Su comportamiento, e incluso observan y escrutan cada una de Sus expresiones, escuchando cada tipo de tono, entonación al hablar y elección de palabras y las cosas que menciona Su discurso, etcétera. Cuando los anticristos observan y escrutan a Cristo de esta manera, no lo hacen con una actitud de pretender buscar la verdad y de comprenderla para poder aceptarlo como su Dios y aceptar que Él es su verdad y que se convierta en su vida. Por el contrario, quieren escrutar a esta persona, escrutarlo y comprenderlo minuciosamente a Él. ¿Qué es lo que intentan comprender? Están escrutando de qué manera se parece a Dios esta persona, y si Él realmente se parece a Dios, lo aceptan. Si, sin importar cómo lo escruten, Él no parece Dios, entonces abandonan por completo la idea y continúan aferrándose a nociones sobre el Dios encarnado o creen que no hay esperanza de recibir bendiciones y buscan la oportunidad de marcharse deprisa.

Es bastante normal para los anticristos concebir nociones sobre la carne en la que se está encarnado Dios. Debido a su esencia de anticristos, su esencia que se opone a la verdad, les resulta imposible desprenderse de sus nociones. Cuando no está ocurriendo nada, leen del libro de las palabras de Dios y ven a estas palabras como Dios, pero, cuando entran en contacto con el Dios encarnado y descubren que no se parece a Dios, inmediatamente conciben nociones y su actitud cambia. Cuando no están en contacto con el Dios encarnado, simplemente cogen el libro de las palabras de Dios y consideran a Sus palabras como Dios, y aún pueden albergar una vaga fantasía e intención de recibir bendiciones para, a regañadientes, esforzarse un poco, cumplir algunos deberes y desempeñar un papel en Su casa. Pero, en cuanto entran en contacto con la carne en la que está encarnado Dios, su mente se infesta de nociones. Aunque no los poden, su entusiasmo por llevar a cabo sus deberes puede menguar de modo significativo. Así es como los anticristos tratan a las palabras de Dios y a la carne en la que está encarnado Él. A menudo separan Sus palabras de la carne en la que Él está encarnado, considerando a Sus palabras como Dios, pero a dicha carne como un humano. Cuando la carne en la que Dios está encarnado no se ajusta a sus nociones o las vulnera, rápidamente recurren a Sus palabras y las oran-leen en un intento de reprimir esas nociones a la fuerza y de encerrarlas. Entonces, adoran las palabras de Dios como si estuviesen adorando a Dios mismo y parece como si sus nociones se hubieran resuelto. Pero, en realidad, su desobediencia y su desprecio internos por Cristo no se han resuelto en absoluto. En su forma de tratar a Cristo, los anticristos conciben nociones de manera constante y se aferran a ellas obstinadamente hasta la muerte. Cuando no tienen nociones, escrutan y analizan; cuando las tienen, no solo escrutan y analizan, también se aferran a ellas con obstinación. No resuelven sus nociones ni buscan la verdad; están convencidos de que tienen razón. ¿Acaso no pertenecen a Satanás? (Sí). Estas son las manifestaciones de los anticristos cuando tienen nociones sobre el Dios encarnado.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 10 (III)

Dios ha dicho muchas palabras y ha hecho mucha obra, pero, por muy prácticas que sean Sus palabras, por muy edificantes que resulten para las personas las verdades que dice, por muy urgentemente que necesiten entenderlas, a los anticristos no les interesan y no se las toman en serio. De hecho, cuanto más habla Dios, cuantas más obras específicas realiza, más repulsión, irritación y resistencia sienten. Es más, hasta surgirá en ellos la condenación de Dios y la blasfemia contra Él; clamarán contra Él: “¿Está tu omnipotencia en estas palabras? ¿Eso es todo lo que haces, expresar palabras? Si tú no hablaras, ¿no serías todopoderoso? Si tú eres todopoderoso, entonces no hables. No utilices el discurso o hablar sobre la verdad y aprovisionar al hombre con la verdad para permitirnos ganar la vida y lograr un cambio de carácter. Si de la noche a la mañana nos convirtieras a todos en ángeles, en tus mensajeros, ¡eso sí que sería todopoderoso!”. A medida que Dios pronuncia Sus palabras y realiza Su obra, se revela y pone en evidencia la naturaleza de los anticristos de forma gradual, sin ningún ocultamiento, y su esencia de sentir aversión y resistencia por la verdad también queda totalmente al descubierto. La esencia y el carácter de los anticristos que desprecian la identidad y la esencia de Dios también queda en evidencia y se revela poco a poco, con el paso del tiempo y el incesante avance de Dios en Su obra. Los anticristos buscan cosas vagas; persiguen la visión de señales y prodigios, y, gobernados por esta ambición y deseo, que no se ajusta a la realidad, sale a la luz su naturaleza de sentir odio y aversión por la verdad. Por el contrario, están aquellos que verdaderamente persiguen la realidad y la verdad, que creen en las cosas positivas y las aman, que ven la omnipotencia de Dios en el proceso de Su obra y Sus palabras. Y lo que estas personas pueden ver, lo que pueden ganar y lo que pueden conocer es exactamente lo que los anticristos son para siempre incapaces de conocer e incapaces de ganar. Los anticristos creen que, para que las personas ganen la vida de parte de Dios, es necesario que haya señales y prodigios; creen que, sin ellos, obtener la vida y la verdad solo de las palabras de Dios, logrando por tanto el cambio de carácter y alcanzando la salvación, es imposible. Para un anticristo, eso es una imposibilidad eterna, no se sostiene. Por eso esperan y oran sin descanso, con la esperanza de que Dios les revele señales y prodigios y realice milagros para ellos; si no lo hace, entonces Su omnipotencia no existe. Lo que esto implica es que, si la omnipotencia de Dios no existe, entonces Dios desde luego tampoco existe. Esa es la lógica de los anticristos. Condenan la justicia de Dios y condenan Su omnipotencia.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 10 (I)

Los anticristos no reconocen ni creen en lo más mínimo en la justicia y en la omnipotencia de la esencia-carácter de Dios, y mucho menos tienen algún conocimiento de ellas. Por supuesto, todavía más difícil les resulta creer, reconocer y conocer la santidad y unicidad de Dios. Por eso, cuando Dios menciona que quiere que las personas sean honestas, que quiere que sean seres creados sensatos, capaces de cumplir su rol, aparecen ideas en los anticristos y les surgen una actitud y un sentimiento. Dicen: “¿No es dios elevado? ¿No es supremo? Si lo es, los requisitos que pide a los humanos deberían ser grandes y elevados. Pensé que dios era muy misterioso; no hubiese pensado que tendría exigencias tan insignificantes para los humanos. ¿Se las puede considerar la verdad? ¡Son demasiado simples! Sería correcto que los requisitos de dios fuesen elevados: uno debería ser una persona excelente, genial, capaz; eso es lo que debería exigirle dios al hombre. Quiere que seamos personas honestas, ¿de verdad esa es la obra de dios? ¿No es eso fingido?”. En lo profundo de su corazón, los anticristos no solo se resisten a la verdad: mientras lo hacen, también viene a ellos la blasfemia. ¿Acaso no están despreciando la verdad? Están llenos de desprecio y desdén por las exigencias de Dios; las definen y las tratan con una actitud de menosprecio, desestimación, sarcasmo y burla. Es evidente que los anticristos son odiosos en su esencia-carácter; no son capaces de aceptar cosas o palabras que son verdaderas, hermosas y prácticas. La esencia de Dios es verdadera y práctica y Sus requisitos para las personas son conformes a lo que necesitan. ¿Qué es eso de “grandes y elevados” que mencionan los anticristos? Es falso, vacío y hueco, corrompe a las personas y las desorienta, las hace caer y las aleja de Dios. Las verdades que Dios expresa y Su vida, por otro lado, son fieles, amorosas y prácticas. Una vez que uno lleva un tiempo experimentando las palabras de Dios y viviendo mediante ellas, descubre que solo la vida de Dios es lo más hermoso, que solo Sus palabras pueden cambiar a las personas y convertirse en su vida, y que estas son lo que la gente necesita; mientras que esas opiniones y dichos grandes y elevados que proponen Satanás y los anticristos son diametralmente opuestos a la veracidad y practicidad de las exigencias de Dios hacia el hombre. Por tanto, en base a ese tipo de esencia, los anticristos son por completo incapaces de aceptar la santidad y unicidad de Dios. No hay manera alguna de que reconozcan esas cosas. Y, respecto a las diversas facetas del carácter y la esencia corruptos de las personas que Dios deja en evidencia —su intransigencia y arrogancia, su carácter de falsedad, perversidad, de sentir aversión por la verdad y de crueldad—, los anticristos no las aceptan para nada. Y, con respecto al juicio que Dios hace de las personas y a la severidad con que las regaña, los anticristos ni siquiera son capaces de reconocer la santidad y la hermosura de Dios que hay en esas cosas; al contrario: en el fondo sienten aversión por esas palabras que Dios dice y se oponen a ellas. Cada vez que leen las palabras de Dios que castigan, juzgan y dejan en evidencia el carácter corrupto del hombre, las odian y quieren maldecir. Si alguien les dice que son personas arrogantes, intransigentes y perversas que sienten aversión por la verdad, discutirán con esa persona y maldecirán a sus antepasados; y, si alguien pone al descubierto su esencia corrupta y los condena, es como si esa persona hubiese querido matarlos: no lo aceptarán de ninguna manera. Es porque tienen esa esencia y revelan esas cosas que los anticristos son identificados, sin saberlo, y aislados y puestos en evidencia sin darse cuenta en la casa de Dios y en la iglesia. Su ambición y deseo a menudo quedan insatisfechos y por eso aumenta su odio por las palabras de Dios, por Su existencia y por la frase “La verdad reina en la casa de Dios”. Si les dices esa frase, querrán luchar contigo a muerte, atormentarte y castigarte hasta morir. ¿No demuestra eso por sí solo que los anticristos son adversos a Dios? ¡En efecto, lo hace!

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 10 (I)

La actitud arquetípica de los anticristos hacia la poda consiste en negarse vehementemente a aceptarla o a admitirla. Por más maldades que cometan o por mucho daño que causen a la obra de la casa de Dios y a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, no sienten el menor remordimiento ni que deban nada. Desde este punto de vista, ¿tienen humanidad los anticristos? De ninguna manera. Causan toda clase de daños al pueblo escogido de Dios y perjudican la obra de la iglesia; el pueblo escogido de Dios lo ve claro como el agua y puede ver la sucesión de actos malvados de los anticristos. Y, sin embargo, los anticristos no aceptan ni reconocen este hecho; se niegan obstinadamente a reconocer que están equivocados o que son responsables. ¿Acaso no es esto un indicio de que sienten aversión por la verdad? Los anticristos sienten aversión por la verdad hasta ese punto. Por muchas maldades que cometan, se niegan con tozudez a admitirlo y permanecen inflexibles hasta el final. Esto es demostración suficiente de que ellos jamás se toman en serio la obra de la casa de Dios ni aceptan la verdad. No han venido aquí a creer en Dios; son esbirros de Satanás venidos a perturbar y trastornar la obra de la casa de Dios. En el corazón de los anticristos solo hay reputación y estatus. Creen que si llegaran a reconocer su error, tendrían que asumir su responsabilidad y su estatus y reputación se verían gravemente comprometidos. Como resultado, se resisten con la actitud de “negarlo a muerte”. Por mucho que la gente los deje en evidencia o los diseccione, hacen todo lo posible por negarlo. En resumen, sea su negación intencional o no, estos comportamientos revelan, por un lado, la esencia-naturaleza de los anticristos de sentir aversión por la verdad y odiarla. Por el otro, muestran lo mucho que valoran los anticristos su propio estatus, su reputación y sus intereses. ¿Cuál es, entretanto, su actitud hacia la obra y los intereses de la iglesia? Es una actitud de desprecio e irresponsabilidad. Carecen de toda conciencia y razón. ¿Acaso el hecho de que los anticristos eludan su responsabilidad no demuestra estos problemas? Por una parte, eludir la responsabilidad prueba su esencia-naturaleza de sentir aversión por la verdad y odiarla, mientras que, por otra, muestra su falta de conciencia, razón y humanidad. Por mucho que su perturbación y actos malvados perjudiquen la entrada en la vida de los hermanos y hermanas, no se lo reprochan y nunca se molestarían por ello. ¿Qué clase de criaturas son? Incluso admitir parte de su error contaría como tener un poco de conciencia y razón, pero los anticristos ni siquiera tienen ese pequeño rastro de humanidad. Así pues, ¿qué os parece a vosotros que son? Los anticristos son diablos en esencia. Por mucho daño que hagan a los intereses de la casa de Dios, no se dan cuenta. No se entristecen ni un ápice, ni se hacen reproches y ni mucho menos se sienten en deuda. Esto no es para nada lo que debería verse en la gente normal. Son diablos, y los diablos carecen de toda conciencia y razón. Por muchas cosas malas que hagan y por muy grandes que sean las pérdidas que causen a la obra de la iglesia, rechazan con vehemencia reconocerlo. Creen que eso significaría que han hecho algo malo. Piensan: “¿Podría yo hacer algo malo? ¡Yo nunca haría nada malo! Si me hacen reconocer mi error, ¿no sería eso un insulto a mi calidad humana? Aunque estuve implicado en ese incidente, no lo provoqué ni fui el principal responsable. Ve a buscar a quién quieras, pero no deberías ir a por mí. En ningún caso puedo reconocer este error. ¡No puedo asumir esta responsabilidad!”. Creen que, si reconocen su error, se les va a condenar, sentenciar a muerte y enviar al infierno y al lago de fuego y azufre. Decidme, ¿pueden las personas así aceptar la verdad? ¿Se puede esperar un arrepentimiento sincero? Al margen de cómo comparten la verdad los demás, los anticristos se siguen resistiendo, se oponen a ella y la desafían en lo más profundo de su corazón. Incluso después de que los echen, siguen sin admitir sus errores y no muestran ninguna señal de arrepentimiento. Cuando se menciona el asunto diez años después, siguen sin conocerse a sí mismos y no admiten que cometieron un error. Cuando el asunto se menciona veinte años después, aún no se conocen a sí mismos y siguen intentando justificarse y defenderse. Y lo que es aún más detestable, cuando el asunto se menciona treinta años después, siguen sin conocerse a sí mismos, siguen intentando discutir y justificarse y dicen: “Yo no cometí ningún error, así que no lo admito. No era mi responsabilidad; no debo cargar con ella”. Y, para sorpresa de todos, treinta años después de que los hayan echado, estos anticristos todavía albergan una actitud de resistencia hacia la forma en que la iglesia se ocupó de ellos. Aunque hayan pasado treinta años, no han cambiado nada. ¿Cómo han pasado esos treinta años? ¿Será que no leyeron la palabra de Dios ni reflexionaron sobre sí mismos? ¿Acaso no oraron ni confiaron en Dios? ¿Será que no escucharon sermones ni charlas? ¿Podría ser que fueran inconscientes y no poseyeran el pensamiento de la humanidad normal? Cómo han pasado esos treinta años es un verdadero misterio. Treinta años después de que haya ocurrido el incidente, siguen llenos de resentimiento, piensan que los hermanos y hermanas los trataron injustamente, que Dios no los comprende, que la casa de Dios los maltrató, les creó problemas, les puso las cosas difíciles y los culpó injustamente. Decidme, ¿la gente así puede cambiar? No pueden cambiar en absoluto. Su corazón está lleno de hostilidad hacia las cosas positivas, de resistencia y oposición. Creen que, al poner al descubierto sus malas acciones y podarlas, otras personas dañaron su calidad humana, deshonraron su reputación y causaron un perjuicio inmenso a su reputación y estatus. Nunca acudirán ante Dios para orar, buscar, reconocer sus propios errores respecto a este asunto, y nunca tendrán una actitud de arrepentimiento o reconocimiento de sus errores. Y menos aún aceptarán el juicio y el castigo de las palabras de Dios. En la actualidad, aún albergan desobediencia, insatisfacción y agravios, ya que se justifican ante Dios, y le piden que repare estos errores, que revele este asunto, y que juzgue exactamente quién tenía razón y quién estaba equivocado, hasta el punto de que incluso dudan y niegan la justicia de Dios debido a este asunto y dudan y niegan el hecho de que la casa de Dios está regida por la verdad y por Él. Este es el resultado final de la poda de los anticristos: ¿aceptan la verdad? No aceptan la verdad en absoluto; se oponen con todas sus fuerzas a aceptarla. A partir de esto, podemos percibir que la esencia-naturaleza de un anticristo es aversión y odio por la verdad.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (III)

Los anticristos sienten aversión por la verdad y la odian. ¿Es posible que tú hagas que alguien que siente aversión por la verdad la acepte y la practique? (No). Hacerlo es equivalente a querer que una vaca suba a un árbol o que un lobo coma heno; ¿no sería pedirles algo imposible? Algunas veces verás a un lobo infiltrarse en el rebaño para estar allí con las ovejas; es una estratagema que usa para esperar la oportunidad de comérselas. Su naturaleza nunca cambiará. De la misma manera, hacer que un anticristo practique la verdad equivale a hacer que un lobo coma heno y abandone su instinto de comerse a las ovejas: es imposible. Los lobos son carnívoros. Comen ovejas, comen todo tipo de animales. Esa es su naturaleza y no se puede cambiar. Si alguien dice: “No sé si soy un anticristo, pero cuando escucho que se comparte la verdad, mi corazón estalla de rabia y siento odio; y a cualquiera que me quiera podar lo odio aún más”, ¿es un anticristo? (Sí). Alguien dice: “Cuando te ocurre cualquier cosa, debes someterte y buscar la verdad”, y esa primera persona responde: “¿Someterme? ¡Qué disparate! ¡Cierra la boca!”. ¿Qué clase de reacción es esa? ¿Es mal genio? (No). ¿Qué carácter es ese? (Odio hacia la verdad). Ni siquiera tolera hablar de ella, y en cuanto compartes la verdad, emerge su naturaleza y muestra su verdadera forma. Le desagrada oír mencionar la búsqueda de la verdad o el sometimiento a Dios. ¿Cuánto le desagrada? Cuando escucha cualquier conversación al respecto, monta en cólera. Su amabilidad se disipa, no teme irse de la lengua. Así de lejos llega su odio. Así pues, ¿puede practicar la verdad? (No). La verdad no es para los malvados, es para aquellas personas dotadas de conciencia y razón, que aman la verdad y las cosas positivas. Requiere que esas personas la acepten y la practiquen. Esas personas perversas con la esencia de un anticristo, que son extremadamente hostiles hacia la verdad y las cosas positivas, nunca aceptarán la verdad. Por muchos años que crean en Dios, por muchos sermones que escuchen, no aceptarán ni practicarán la verdad. No supongáis que no la practican porque no la comprenden, y que la comprenderán cuando hayan escuchado más de ella. Es imposible, porque todos los que sienten aversión por la verdad y la odian son de la índole de Satanás. Nunca cambiarán y nadie puede cambiarlos. Es como el arcángel después de traicionar a Dios: ¿habéis oído alguna vez a Dios decir que salvaría al arcángel? Dios nunca dijo tal cosa. Entonces, ¿qué hizo con Satanás? Lo expulsó en pleno vuelo e hizo que le rindiera servicio en la tierra, haciendo lo que le corresponde. Y cuando haya terminado de rendir servicio y el plan de gestión de Dios esté completo, Él lo destruirá y eso será todo. ¿Acaso Dios le dijo algo más? (No). ¿Por qué? Porque eso sería, en una palabra, inútil. Decirle nada más sería superfluo. Dios lo ha visto con claridad: la esencia-naturaleza de un anticristo no puede cambiar jamás. Así son las cosas.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (II)

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