20. Cómo experimentar la persecución y las tribulaciones

Palabras de Dios en la Biblia

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28).

“El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará” (Mateo 10:39).

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Como creyentes en Dios, cada uno de vosotros debéis apreciar cómo habéis obtenido la mayor exaltación y salvación al recibir la obra de Dios en los últimos días y la obra de Su plan, que realiza hoy en ti. Dios ha hecho de este grupo de personas el único foco de Su obra a través de todo el universo. Él ha sacrificado toda la sangre de Su corazón por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu en todo el universo. Es por eso que sois los afortunados. Más aun, Él ha trasladado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, y hará que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de este grupo. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios y, es más, sois los herederos de la gloria de Dios. Tal vez todos recordáis estas palabras: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”. Todos habéis oído estas palabras antes, sin embargo, ninguno de vosotros comprendió su verdadero significado. Hoy, sois profundamente conscientes de su verdadero sentido. Dios cumplirá estas palabras durante los últimos días y se cumplirán en aquellos que han sido brutalmente perseguidos por el gran dragón rojo en la tierra donde yace enroscado. El gran dragón rojo persigue a Dios y es Su enemigo, y por lo tanto, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y opresión y, como resultado, estas palabras se cumplirán en este grupo de personas, vosotros. Al embarcarse en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se enfrenta a tremendos obstáculos y cumplir muchas de Sus palabras lleva tiempo; así, la gente es refinada a causa de las palabras de Dios, lo que también forma parte del sufrimiento. Es tremendamente difícil para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra, para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas, y usa esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista mediante el sufrimiento, el calibre y todo el carácter satánico de las personas en esta tierra inmunda, para, de esta manera obtener la gloria y así ganar a los que dan testimonio de Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho por este grupo de personas. Es decir, Dios hace la obra de conquista a través de aquellos que se oponen a Él, y solo así se puede poner de manifiesto el gran poder de Dios. En otras palabras, sólo los que están en la tierra impura son dignos de heredar la gloria de Dios, y solo esto puede resaltar el gran poder de Dios. Es por eso que es de la tierra impura y de aquellos que viven en ella de donde se obtiene la gloria de Dios. Tal es Su voluntad. La etapa de la obra de Jesús era la misma; Él solamente podía obtener gloria entre aquellos fariseos que lo persiguieron. Si no hubiese sido por la persecución de los fariseos y por la traición de Judas, Jesús no habría sido ridiculizado ni calumniado, ni mucho menos crucificado, y por tanto no hubiese obtenido la gloria. Donde Dios obra en cada era, y donde Él realiza Su obra en la carne, allí es donde Él obtiene la gloria y donde gana a quienes Él tiene intención de ganar. Este es el plan de la obra de Dios, y esta es Su gestión.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?

Cuando comienzo formalmente Mi obra, todas las personas se mueven cuando Yo me muevo, de tal manera que, en todo el universo, las personas se mantienen ocupadas siguiendo el mismo paso que Yo; hay “júbilo” por todo el universo y el hombre es impulsado por Mí. Como consecuencia, el gran dragón rojo mismo es puesto por Mí en un estado de frenesí y de desconcierto y sirve a Mi obra, y, a pesar de no estar dispuesto, es incapaz de seguir sus propios deseos, pero no le queda otra opción más que someterse a Mi control. En todos Mis planes, el gran dragón rojo es Mi contraste, Mi enemigo, y, también, Mi sirviente; así pues, nunca he flexibilizado Mis “requisitos” con respecto a él. Por lo tanto, la etapa final de la obra de Mi encarnación se completa en su casa. De esta manera, el gran dragón rojo es más capaz de darme un servicio apropiadamente, por medio de lo cual Yo lo conquistaré y completaré Mi plan.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 29

Mi obra entre el grupo de personas de los últimos días es una empresa sin precedentes y, por tanto, para que Mi gloria pueda llenar el cosmos, todas las personas deben sufrir la última dificultad por Mí. ¿Entendéis Mi voluntad? Este es el requisito final que Yo hago al hombre; es decir, espero que todas las personas puedan dar un testimonio sólido y vibrante de Mí ante el gran dragón rojo, que puedan ofrecerse por Mí una última vez y cumplan Mis requisitos una última ocasión. ¿De verdad podéis hacerlo? Fuisteis incapaces de satisfacer Mi corazón en el pasado; ¿podríais romper este patrón en la ocasión final? Yo doy a las personas la oportunidad de reflexionar, les permito meditar detenidamente antes de darme una respuesta final; ¿es incorrecto hacer esto? Yo espero la respuesta del hombre, espero su “carta de contestación”; ¿tenéis la fe para cumplir Mis requisitos?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 34

Anteriormente se dijo que estas personas son la progenie del gran dragón rojo. En realidad, para ser claros, son la personificación del gran dragón rojo. Cuando Dios los obliga a ir hasta el final del camino y los ejecuta, entonces —sin lugar a duda—, el espíritu del gran dragón rojo no tiene más oportunidad de obrar en ellas. De esta forma, cuando las personas caminan hasta el final del camino también es cuando el gran dragón rojo acaba muerto. Se puede decir que es usar la muerte para retribuir la “gran bondad” de Dios, lo que es el objetivo de Su obra en la nación del gran dragón rojo. Cuando las personas están verdaderamente preparadas para sacrificar su vida, todo se vuelve insignificante y nadie puede vencerlas. ¿Qué podría ser más importante que la vida? Así pues, Satanás se vuelve incapaz de hacer nada más en las personas, no hay nada que pueda hacer con el hombre. Aunque, en la definición de la “carne”, se dice que Satanás la ha corrompido, si las personas se entregan, y no son dominadas por Satanás, nadie puede conseguir lo mejor de ellas; en este momento, la carne llevará a cabo su otra función y empezará formalmente a recibir la dirección del Espíritu de Dios. Este es un proceso necesario y debe ocurrir paso a paso; si no, Dios no tendría medios para obrar en la carne obcecada. Así es la sabiduría de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 36

Independientemente de lo “poderoso”, lo audaz y ambicioso que sea Satanás, de lo grande que sea su capacidad de infligir daño, del amplio espectro de las técnicas con las que corrompe y atrae al hombre, lo ingeniosos que sean los trucos y las artimañas con las que intimida al hombre y de lo cambiante que sea la forma en la que existe, nunca ha sido capaz de crear una simple cosa viva ni de establecer leyes o normas para la existencia de todas las cosas, ni de gobernar y controlar ningún objeto, animado o inanimado. En el cosmos y el firmamento no existe una sola persona u objeto que hayan nacido de él, o que existan por él; no hay una sola persona u objeto gobernados o controlados por él. Por el contrario, no sólo tiene que vivir bajo el dominio de Dios, sino que, además, debe someterse a todas Sus órdenes y Sus mandatos. Sin el permiso de Dios, le resulta difícil incluso tocar una gota de agua o un grano de arena sobre la tierra; ni siquiera es libre para mover a las hormigas sobre la tierra, y mucho menos a la humanidad creada por Dios. A los ojos de Dios, Satanás es inferior a los lirios del campo, a las aves que vuelan en el aire, a los peces del mar y a los gusanos de la tierra. Su papel, entre todas las cosas, es servirlas, trabajar para la humanidad, y servir a la obra de Dios y Su plan de gestión. Independientemente de lo maligna que es su naturaleza y lo malvado de su esencia, lo único que puede hacer es respetar sumisamente su función: estar al servicio de Dios, y proveer un contraste para Él. Tales son la sustancia y la posición de Satanás. Su esencia está desconectada de la vida, del poder, de la autoridad; ¡es un simple juguete en las manos de Dios, tan sólo una máquina a Su servicio!

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único I

No debes tener miedo de esto o aquello; no importa a cuántas dificultades y peligros puedas enfrentarte, eres capaz de permanecer firme delante de Mí sin que ningún obstáculo te estorbe, para que Mi voluntad se pueda llevar a cabo sin impedimento. Este es tu deber, de lo contrario, desataré Mi ira sobre ti y con Mi mano haré… Entonces tendrás un sufrimiento mental interminable. Debes soportarlo todo; por Mí, debes estar preparado para renunciar a todo lo que posees y hacer todo lo que puedas para seguirme, y debes estar preparado para gastarte por completo. Este es el momento en que te probaré, ¿me ofrecerás tu lealtad? ¿Puedes seguirme hasta el final del camino con lealtad? No tengas miedo; con Mi apoyo, ¿quién podría bloquear el camino? ¡Recuerda esto! ¡No lo olvides! Todo lo que ocurre es por Mi buena intención y todo está bajo Mi observación. ¿Puedes seguir Mi palabra en todo lo que dices y haces? Cuando las pruebas de fuego vengan sobre ti, ¿te arrodillarás y clamarás? ¿O te acobardarás, incapaz de seguir adelante?

Debes poseer Mi valentía dentro de ti y debes tener principios cuando te enfrentes a parientes que no creen. Sin embargo, por Mi bien, tampoco debes ceder a ninguna fuerza oscura. Confía en Mi sabiduría para seguir el camino perfecto; no permitas que triunfe ninguna de las tramas de Satanás. Dedica todos tus esfuerzos a poner tu corazón ante Mí, y Yo te consolaré y te traeré paz y felicidad. No te esfuerces por ser de cierta manera delante de otras personas; ¿acaso no tiene más valor y peso satisfacerme a Mí? Al hacerlo, ¿no estarás aún más lleno de paz y felicidad eternas y duraderas? Tu sufrimiento actual indica cuán grandes serán tus futuras bendiciones; son indescriptibles. No conoces la grandeza de las bendiciones que tendrás, ni siquiera puedes imaginarlas. Hoy se ha hecho real, ¡tan real! No está muy lejos, ¿puedes verlo? Cada último pedacito de esto está dentro de Mí, ¡qué brillante es el camino que hay por delante! Limpia tus lágrimas y no sientas más tristeza ni dolor. Todas las cosas están dispuestas por Mis manos y Mi objetivo es convertiros pronto en vencedores y traeros a la gloria junto a Mí. Debes estar debidamente agradecido y lleno de alabanzas por todo lo que te suceda; eso me proporcionará una honda satisfacción.

La vida trascendente de Cristo ya ha aparecido, no hay nada que temer. Los Satanás están bajo nuestros pies y su tiempo no durará mucho más. ¡Despierta! ¡Aléjate del mundo de libertinaje, libérate del abismo de la muerte! Sé leal a Mí pase lo que pase, y avanza con valentía; ¡Yo soy tu fuerte roca, así que confía en Mí!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 10

Si las personas no tienen confianza alguna, no es fácil para ellas continuar por esta senda. Todos pueden ver ahora que la obra de Dios no está conforme en lo más mínimo con las nociones e imaginaciones de las personas. Dios ha hecho tanta obra y ha pronunciado tantas palabras y, aunque la gente reconozca que son la verdad, podría ser susceptible a que las nociones sobre Dios sugieran en ella. Si la gente desea comprender la verdad y ganarla, debe tener la confianza y la fuerza de voluntad para ser capaces de apoyar lo que ya han visto y lo que han obtenido en sus experiencias. Independientemente de lo que Dios haga en las personas, estas deben defender lo que ellas mismas poseen, ser sinceras ante Él, y serle fieles a Él hasta el final. Esta es la obligación de la humanidad. Las personas deben respetar aquello que deberían hacer. La creencia en Dios exige sumisión a Él y que se experimente Su obra. Él ha realizado mucha obra; se podría decir que, para las personas, todo es perfeccionamiento, refinamiento y, más aún, castigo. No ha habido un solo paso de la obra de Dios que haya estado en sintonía con las nociones humanas; lo que las personas han disfrutado son las duras palabras de Dios. Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira. Sin embargo, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como seres creados, las personas deberían cumplir con los deberes que les corresponden, y mantenerse firmes en el testimonio de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían defender el testimonio correspondiente, y hacerlo de manera contundente por Dios. Una persona que hace esto es una vencedora. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es ser un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como “vencedores” son los que siguen siendo capaces de mantenerse firmes en el testimonio y de conservar su confianza y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y mientras estén bajo su asedio, es decir, cuando se encuentren entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro ante Dios y tu amor genuino por Él pase lo que pase, entonces te estás manteniendo firme en el testimonio delante de Él, y esto es a lo que Él se refiere con ser un “vencedor”. Si tu búsqueda es excelente cuando Dios te bendice, pero retrocedes cuando Él no lo hace, ¿es esto pureza? Si estás seguro de que este camino es verdadero, debes seguirlo hasta el final; debes mantener tu devoción a Dios. Si has visto que Dios mismo ha venido a la tierra a perfeccionarte, debes entregarle del todo tu corazón. Si todavía puedes seguir a Dios, haga lo que haga, aunque Él determine un desenlace desfavorable para ti al final, esto es mantener tu pureza ante Dios. Ofrecer un cuerpo espiritual santo y una virgen pura a Dios significa mantener un corazón sincero ante Él. Para la humanidad, la sinceridad es pureza, y la capacidad de ser sincero hacia Dios es mantener la pureza. Esto es lo que deberías poner en práctica. Cuando debes orar, oras; cuando debes reunirte en comunión, lo haces; cuando debes cantar himnos, cantas; y cuando debes rebelarte contra la carne, te rebelas contra ella. Cuando llevas a cabo tu deber no lo haces para salir del paso; cuando te enfrentas a pruebas, te mantienes firme. Esto es devoción a Dios. Si no respaldas lo que las personas deberían hacer, todo tu sufrimiento y tus decisiones anteriores no han sido más que esfuerzos fútiles.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios

Justo ahora, esas visiones y verdades que entiendes están estableciendo un fundamento para tus experiencias futuras; en la tribulación futura, todos tendréis experiencia práctica de estas palabras. Más adelante, cuando te lleguen las pruebas y experimentes la tribulación, pensarás en las palabras que dices hoy, que son: “Independientemente de la tribulación, las pruebas o los grandes desastres que afronte, debo satisfacer a Dios”. Piensa en las experiencias de Pedro y Job: quedarás galvanizado por las palabras de hoy. Sólo así puede inspirarse tu fe. En ese tiempo, Pedro dijo que él no era digno de recibir el juicio y el castigo de Dios; y, cuando llegue el momento, tú también estarás dispuesto a hacer que todas las personas vean el carácter justo de Dios a través de ti. Aceptarás fácilmente Su juicio y Su castigo, que junto con Su maldición sin duda serán un consuelo para ti. Ahora, simplemente no es aceptable que no estés equipado con la verdad. Sin ella, no sólo serás incapaz de mantenerte firme en el futuro, sino que podrías no ser capaz de experimentar la obra actual. De ser así, ¿no serás uno de los desechados y castigados? Justo ahora no te ha sobrevenido hecho alguno, y Yo he provisto para ti en todos los aspectos en los que eres deficiente; Yo hablo desde todos los aspectos. No habéis soportado mucho sufrimiento; simplemente asimiláis lo que está disponible sin haber pagado tipo alguno de precio, y más aún, no tenéis vuestras propias experiencias ni percepciones genuinas. Así pues, lo que entendéis no es vuestra verdadera estatura. Estáis limitados al entendimiento, al conocimiento y a la vista, pero no habéis recogido mucha cosecha. Si nunca os hubiera prestado atención alguna, sino que hubiera hecho que pasarais por experiencias en vuestro hogar, hace mucho que os habríais escabullido de vuelta al gran mundo. El sendero por el que transitéis en el futuro será un recorrido de sufrimiento; y si recorréis con éxito la presente etapa del sendero, tendréis testimonio cuando más adelante experimentéis la tribulación mayor. Si entiendes el significado de la vida humana y has tomado la senda correcta de la vida humana, y si en el futuro te sometes a Sus designios sin queja ni opción alguna sin importar cómo te trate Dios, y si no planteas exigencia alguna a Dios, de esta forma, serás una persona de valor. Ahora mismo, no has pasado por la tribulación, por lo que puedes obedecer cualquier cosa sin diferenciación. ¡Afirmas que comoquiera que Dios guíe está bien, y que dejarías todo en manos de Sus orquestaciones! Sea que Dios te castigue o te maldiga, estarás dispuesto a satisfacerlo. Dicho esto, lo que ahora afirmas no representa necesariamente tu estatura. Lo que estás dispuesto a hacer ahora no puede demostrar que seas capaz de seguir hasta el final. Cuando grandes tribulaciones caigan sobre ti, experimentes alguna persecución, coacción o incluso pruebas mayores, no serás capaz de pronunciar esas palabras. Si puedes tener esa clase de entendimiento entonces y mantenerte firme, esto será tu estatura. ¿Cómo era Pedro en ese tiempo? Él exclamó: “Señor, yo sacrificaré mi vida por Ti. ¡Si quisieras que muriera, yo moriré!”. Así oró él en ese tiempo. Asimismo declaró: “Aunque otros no te amen, yo debo amarte hasta el final. Yo te seguiré en todo momento”. Esto es lo que él dijo en ese tiempo, pero tan pronto como experimentó pruebas, se derrumbó y lloró. Todos sabéis que Pedro negó al Señor tres veces, ¿no es así? Muchas personas llorarán y mostrarán debilidad humana cuando las pruebas les sobrevienen. No eres tu propio amo. En esto no puedes controlarte a ti mismo. Quizás hoy lo estés haciendo realmente bien, pero es porque tienes un entorno adecuado. Si esto cambia mañana, mostrarás tu cobardía y tu incompetencia, lo despreciable e indigno que eres. Hará mucho que tu “hombría” se habrá reducido a la nada y, en ocasiones, hasta podrías dejar de lado tu tarea y te retirarás. Esto demuestra que lo que entendiste en ese tiempo no era tu estatura real. Uno debe mirar la estatura real de las personas para ver si aman de verdad a Dios, si son capaces de someterse al designio de Dios, de poner toda su fuerza en lograr lo que Dios exige y si siguen siendo leales a Dios y le dan todo lo mejor a Dios, aunque ello signifique sacrificar su propia vida.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo debéis caminar la recta final del sendero

En estos tiempos, la mayoría de las personas que creen en Dios no se han embarcado aún en el camino correcto, y no han llegado a entender la verdad, así que siguen sintiéndose vacías por dentro, les parece que la vida es sufrimiento y no tienen la energía para cumplir con sus deberes. Así son los creyentes en Dios antes de tener una visión en sus corazones. La gente no ha obtenido la verdad y no conoce aún a Dios, por lo que sigue sin sentir mucho placer. Especialmente todos vosotros habéis sufrido persecución y experimentado dificultades al volver a casa. Cuando sufrís, también tenéis pensamientos sobre la muerte y sois reticentes a vivir. Estas son debilidades de la carne. Algunas personas incluso piensan: “La creencia en Dios debe ser placentera. En la Era de la Gracia, el Espíritu Santo concedía paz y gozo a las personas. Ahora hay demasiada poca paz y poco gozo y no existe placer como lo había durante la Era de la Gracia. Creer en Dios es hoy en día extremadamente molesto”. Solo sabes que el placer de la carne es mejor que cualquier otra cosa. Desconoces qué obra está haciendo Dios hoy en día. Él tiene que permitir que vuestra carne sufra con el fin de transformar vuestro carácter. Aunque vuestra carne sufra, tenéis la palabra de Dios y Su bendición. No puedes morir ni aunque quieras: ¿puedes renunciar a no conocer a Dios y a no obtener la verdad? Ahora bien, en su mayor parte, lo que ocurre es que las personas no han obtenido todavía la verdad y no tienen vida. Están en medio de la búsqueda de la salvación, así que deben sufrir un poco en este proceso. En este momento, todos en el mundo están pasando por pruebas, incluso Dios está sufriendo, así que ¿sería apropiado que vosotros no sufrierais? Si no hay refinamiento mediante los grandes desastres, no puede haber una fe auténtica, y no se pueden obtener la verdad y la vida. No pasar por pruebas y refinamiento no es lo adecuado. No hay más que fijarse en Pedro, que acabó experimentando siete años de pruebas (pasados los cincuenta y tres años de edad). Experimentó centenares de pruebas a lo largo de esos siete años. Tenía que someterse a una de esas pruebas cada pocos días, y solo después de experimentar toda clase de pruebas obtuvo vida y experimentó una transformación en su carácter. Cuando obtengas realmente la verdad y llegues a conocer a Dios, sentirás que debes vivir para Él. Si no vives para Dios, lo lamentarás; vivirás el resto de tus días en amargo arrepentimiento y remordimiento extremo. No puedes morir aún. Debes apretar los puños y continuar viviendo con determinación. Debes vivir una vida para Dios. Cuando las personas tienen la verdad en ellas, poseen esta determinación y nunca más desean morir. Cuando la muerte te amenace, dirás: “Oh, Dios, no estoy dispuesto a morir. Sigo sin conocerte. Aún no te he retribuido Tu amor. No puedo morir hasta que no te conozca bien”. ¿Estáis ahora en ese punto? Todavía no, ¿verdad? Algunas personas afrontan el dolor de la familia, otros el del matrimonio, y algunos sufren persecución, sin tener siquiera un lugar para vivir. No importa dónde vayan, es la casa de otra persona, y sienten dolor en sus corazones. ¿Acaso no es el dolor que experimentáis ahora mismo el dolor que ha sufrido Dios? Estáis sufriendo con Dios, y Dios acompaña a los humanos en el sufrimiento. Hoy en día, todos tenéis un papel en la tribulación, el reino y la perseverancia de Cristo, y al final todos obtendréis la gloria. Este sufrimiento es significativo. ¿Acaso no es así? No puede faltarte esa voluntad. Debes entender el significado de sufrir en estos días y de por qué sufres tanto. Debes buscar la verdad y lograr un entendimiento de la voluntad de Dios, y así tendrás la voluntad de sufrir. Si no comprendes la voluntad de Dios, y piensas meramente en el sufrimiento, entonces, mientras más pienses en ello, más incómodo se hace y más deprimido te sientes, como si tu senda de vida estuviera llegando al final. Empezarás a sufrir el tormento de la muerte. Si pones el corazón y todo tu esfuerzo en la verdad, y eres capaz de entenderla, entonces tu corazón se iluminará, y experimentarás el gozo. Encontrarás paz y alegría dentro de tu corazón en la vida, y cuando la enfermedad te golpee o la muerte te aceche, dirás: “Aún no he obtenido la verdad, así que no puedo morir. Debo gastarme bien por Dios, dar buen testimonio de Él, y retribuir al amor de Dios. No importa cómo muera al final, porque habré vivido una vida satisfactoria. Pase lo que pase, aún no puedo morir. Debo persistir y seguir viviendo”. Debes ahora tener claridad en este asunto, y debes comprender la verdad a partir de estas cosas. Cuando la gente tiene la verdad, tiene fortaleza. Cuando tienen la verdad, poseen una energía inagotable que llena su cuerpo. Cuando tienen la verdad, tienen determinación. Sin la verdad, las personas son tan tiernas como verduras podridas; cuando poseen la verdad, se vuelven tan duras como el acero. Por muy amargas que sean las cosas, no se sentirán amargados en absoluto.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre

En la actualidad la mayoría de las personas no tienen ese conocimiento. Creen que sufrir no tiene valor, que el mundo reniega de ellas, que su vida familiar es problemática, que Dios no las ama y que sus perspectivas son sombrías. El sufrimiento de algunas personas llega al extremo y piensan en la muerte. Este no es el verdadero amor hacia Dios; ¡esas personas son cobardes, no perseveran, son débiles e impotentes! Dios está ansioso de que el hombre lo ame, pero cuanto más ame el hombre a Dios, mayor es su sufrimiento, y cuanto más el hombre lo ame, mayores son sus pruebas. Si tú lo amas, entonces todo tipo de sufrimiento te sobrevendrá, y, si no, entonces tal vez todo marchará sin problemas para ti y a tu alrededor todo estará tranquilo. Cuando amas a Dios, sentirás que mucho de lo que hay a tu alrededor es insuperable, y como tu estatura es muy pequeña, serás refinado; además, serás incapaz de satisfacer a Dios y siempre sentirás que la voluntad de Dios es demasiado elevada, que está más allá del alcance del hombre. Por todo esto serás refinado: como hay mucha debilidad dentro de ti y mucho que es incapaz de satisfacer la voluntad de Dios, serás refinado internamente. Sin embargo vosotros debéis ver con claridad que la purificación sólo se logra a través del refinamiento. Por lo tanto, durante estos últimos días debéis dar testimonio de Dios. No importa qué tan grande sea vuestro sufrimiento, debéis caminar hasta el final e, incluso hasta vuestro último suspiro, debéis seguir siendo fieles a Dios y estar a merced de Él; solo esto es amar verdaderamente a Dios y solo esto es el testimonio sólido y rotundo. Cuando seas tentado por Satanás, debes decir: “Mi corazón le pertenece a Dios y Dios ya me ganó. No te puedo complacer; debo consagrar todo lo que soy para complacer a Dios”. Cuanto más complaces a Dios, más te bendice y mayor es la fuerza de tu amor por Él; así que, también, tendrás fe y determinación y sentirás que nada es más valioso o importante que una vida dedicada a amar a Dios. Se puede decir que el hombre no tendrá dolor siempre que ame a Dios. Aunque hay veces que tu carne es débil y te aquejan muchos problemas reales, durante estos momentos realmente dependerás de Dios y dentro de tu espíritu serás consolado y sentirás seguridad y que tienes algo de lo cual depender. De esta manera podrás vencer muchos entornos y, por lo tanto, no te quejarás de Dios por la angustia que sufres. Por el contrario, querrás cantar, bailar y orar, congregarte y tener comunión, reflexionar sobre Dios, y sentirás que todas las personas, los asuntos y las cosas a tu alrededor que Dios organiza, son adecuadas. Si no amas a Dios, todo lo que contemples te será fastidioso y nada será agradable a tus ojos; en tu espíritu no serás libre sino oprimido, tu corazón siempre se quejará de Dios, y siempre sentirás que sufres demasiado tormento y que eso es muy injusto. Si no buscas en aras de la felicidad sino con el fin de satisfacer a Dios y de que Satanás no te acuse, entonces esa búsqueda te dará una gran fuerza para amar a Dios. El hombre es capaz de llevar a cabo todo lo que Dios dice, y todo lo que hace puede complacer a Dios; esto es lo que significa que posee realidad. Buscar satisfacer a Dios es usar tu corazón amante de Dios para poner en práctica Sus palabras; independientemente del tiempo —incluso cuando los demás no tengan fuerza— dentro de ti todavía hay un corazón amante de Dios, que lo anhela profundamente y lo extraña. Esto es estatura real. Lo grande que sea tu estatura depende de cuánto corazón amante de Dios posees, de si eres capaz de permanecer firme cuando te ponen a prueba, de si eres débil cuando te encuentras en determinado entorno y de si puedes mantenerte firme cuando tus hermanos y hermanas te rechazan; cuando se produzcan los hechos se mostrará cómo es tu corazón amante de Dios. A partir de la mucha obra de Dios se puede ver que Dios realmente ama al hombre, aunque los ojos del espíritu del hombre todavía tienen que ser completamente abiertos y él no es capaz de ver claramente mucho de la obra de Dios ni de Su voluntad ni las muchas cosas que son preciosas acerca de Dios; el hombre tiene muy poco amor sincero por Dios. Tú has creído en Dios a lo largo de todo este tiempo y hoy Dios ha cerrado todos los medios de escape. Hablando de manera realista, no tienes opción sino tomar el camino correcto, la senda correcta hacia la cual el juicio severo y la salvación suprema de Dios te han llevado. Solo después de experimentar dificultades y refinamiento, el hombre sabe que Dios es hermoso. Después de haber experimentado hasta el día de hoy, se puede decir que el hombre ha llegado a conocer parte de la hermosura de Dios, pero esto sigue sin ser suficiente porque el hombre es demasiado deficiente. El hombre debe experimentar más de la maravillosa obra de Dios y más de todo el refinamiento del sufrimiento que Dios ha dispuesto. Solo entonces puede cambiar el carácter de vida del hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer la hermosura de Dios

Debes recordar que estas palabras se han hablado ahora: más adelante, ¡experimentarás una tribulación y un sufrimiento mayores! Ser perfeccionado no es cosa simple ni fácil. Como mínimo debes poseer la fe de Job, o quizás una fe mayor que la suya. Deberías saber que las pruebas futuras serán mayores que las de Job, y que aún debes experimentar el castigo a largo plazo. ¿Es esto cosa simple? Si tu calibre no puede mejorarse, si tu capacidad de comprensión es deficiente y si sabes muy poco, entonces, en ese momento no tendrás testimonio alguno, sino que te convertirás en un chiste, un juguete para Satanás. ¡Si no puedes aferrarte a las visiones ahora, no tienes fundamento alguno en absoluto, y en el futuro serás descartado! Ninguna parte de la senda es fácil de recorrer, así que no te tomes esto a la ligera. Sopésalo con detenimiento y haz preparativos sobre cómo recorrer adecuadamente la última etapa de esta senda. Esta es la senda que debe transitarse en el futuro, la senda que todas las personas deben tomar. No debes ignorar este conocimiento; no pienses que todo lo que Yo te digo es un desperdicio de energía. Llegará el día en el que harás buen uso de todo; Mis palabras no pueden decirse en vano. Este es el momento de equiparte; el momento de allanar el camino para el futuro. Deberías preparar la senda que deberías recorrer más adelante; deberías preocuparte e inquietarte por cómo serás capaz de mantenerte firme en el futuro, y prepararte bien para tu senda futura. ¡No seas glotón y perezoso! Debes hacer absolutamente todo lo que puedas con el fin de hacer el mejor uso de tu tiempo, para que puedas ganar todo lo que necesitas. Yo te lo estoy dando todo para que puedas entender. Habéis visto con vuestros propios ojos que, en menos de tres años, Yo he dicho muchas cosas y hecho mucha obra. Una de las razones por las que he estado obrando de esta forma es porque las personas son muy deficientes, y otra es porque el tiempo es demasiado breve; no puede haber más retrasos. Tú imaginas que la gente primero debe lograr una perfecta claridad interna antes de poder dar testimonio y ser utilizada, ¿pero eso no sería demasiado lento? Así pues, ¿durante cuánto tiempo tendré que acompañarte? Si deseas que te acompañe hasta que Yo sea viejo y tenga el pelo gris, ¡eso sería imposible! Al pasar por una tribulación mayor, se logrará un entendimiento genuino dentro de todas las personas. Estos son los pasos de la obra. Una vez que entiendas plenamente las visiones comunicadas hoy y logres tener una estatura genuina, cualesquiera sean las dificultades por las que pases en el futuro, no te abrumarán y serás capaz de resistirlas. Cuando Yo haya completado este último paso de la obra y terminado de pronunciar las últimas palabras, las personas deberán recorrer en el futuro su propia senda. Esto cumplirá las palabras antes declaradas: el Espíritu Santo tiene una comisión para cada persona y una obra que realizar en cada una de ellas. En el futuro, todos transitarán por la senda que deberían tomar, guiados por el Espíritu Santo. ¿Quién será capaz de preocuparse por los demás cuando pase por la tribulación? Cada individuo tiene su propio sufrimiento y su propia estatura. Nadie tiene la misma estatura que otro. Los maridos no serán capaces de preocuparse por sus esposas ni los padres por sus hijos; nadie será capaz de preocuparse por nadie. No será como ahora, que el cuidado y el apoyo mutuos siguen siendo posibles. Ese será el momento en que cada tipo de persona quedará al descubierto. Es decir, cuando Dios hiera a los pastores, las ovejas del rebaño serán dispersadas, y en ese momento no tendréis líder verdadero. Las personas serán divididas: no será como ahora, que podéis reuniros como una congregación. En el futuro, los que no tienen la obra del Espíritu Santo mostrarán su verdadera esencia. Los maridos traicionarán a sus esposas, las esposas traicionarán a sus maridos, los hijos traicionarán a sus padres y los padres perseguirán a sus hijos; ¡el corazón humano es incomprensible! Lo único que se puede hacer es aferrarse a lo que uno tiene y recorrer de forma adecuada la última etapa de la senda. Ahora mismo, no veis esto con claridad; sois todos cortos de miras. No es cosa fácil experimentar con éxito este paso de la obra.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo debéis caminar la recta final del sendero

Si reconoces que eres un ser creado, debes prepararte para sufrir y pagar un precio por cumplir con tu responsabilidad de difundir el evangelio y por cumplir adecuadamente con tu deber. El precio podría consistir en padecer una dolencia física o una adversidad, sufrir persecuciones del gran dragón rojo o malentendidos de la gente mundana, así como las tribulaciones que se padecen al difundir el evangelio: traiciones, palizas e injurias, ser condenado e incluso hostigado y correr peligro de muerte. Es posible que, en el transcurso de la difusión del evangelio, mueras antes de la consumación de la obra de Dios y no llegues a ver el día de Su gloria. Debéis estar preparados para esto. No pretendo atemorizaros; es una realidad. Ahora que lo he dejado claro y lo habéis entendido, si todavía tenéis esta aspiración y estáis seguros de que no cambiará, y permanecéis fieles hasta la muerte, esto demuestra que tenéis cierta estatura. No deis por supuesto que la difusión del evangelio en estas naciones extranjeras con libertad religiosa y derechos humanos estará libre de peligro ni que todo lo que hagáis irá viento en popa, que todo tendrá la bendición de Dios y vendrá acompañado de Su gran poder y autoridad. Este es el material de las nociones e imaginaciones humanas. Los fariseos también creían en Dios, pero prendieron a Dios encarnado y lo crucificaron. Entonces, ¿qué cosas malas es capaz de hacerle el mundo religioso actual al Dios encarnado? Han hecho muchas, como juzgar a Dios, condenarlo o blasfemar contra Él; no hay nada malo de lo que no sean capaces. No olvidéis que los que prendieron al Señor Jesús y lo crucificaron eran creyentes. Fueron los únicos que tuvieron ocasión de hacer una cosa así. A los incrédulos no les importaban esas cosas. Fueron esos creyentes los que se confabularon con el gobierno para prender al Señor Jesús y crucificarlo. Por otro lado, ¿cómo murieron esos discípulos del Señor Jesús? Entre los discípulos hubo quienes fueron lapidados, arrastrados por un caballo, crucificados cabeza abajo, desmembrados por cinco caballos; les acaecieron todo tipo de muertes. ¿Por qué murieron? ¿Los ejecutaron legalmente por sus delitos? No. Los condenaron, golpearon, acusaron y ajusticiaron porque difundían el evangelio del Señor y los rechazó la gente mundana; así los martirizaron. No hablemos del fin último de esos mártires ni de la definición de su conducta por parte de Dios; en cambio, preguntémonos esto: al llegar al final, ¿las formas en que afrontaron el fin de su vida se correspondieron con las nociones humanas? (No). Desde la perspectiva de las nociones humanas, pagaron un precio muy grande por difundir la obra de Dios, pero al final los mató Satanás. Esto no se corresponde con las nociones humanas, pero es precisamente lo que les sucedió. Es lo que permitió Dios. ¿Qué verdad es posible buscar en esto? Que Dios permitiera que murieran así, ¿fue Su maldición y Su condena, o Su plan y Su bendición? Ninguna de las dos. ¿Qué fue? La gente actual reflexiona sobre su muerte con mucha angustia, pero así eran las cosas. Los que creían en Dios morían de esa manera, ¿cómo se explica esto? Cuando mencionamos este tema, os ponéis en su lugar; ¿se os entristece entonces el corazón y sentís un dolor oculto? Pensáis: “Estas personas cumplieron con su deber de difundir el evangelio de Dios y se les debería considerar buenas personas; por tanto, ¿cómo pudieron llegar a ese fin y a tal resultado?”. En realidad, así fue cómo murieron y perecieron sus cuerpos; este fue su medio de partir del mundo humano, pero eso no significaba que su resultado fuera el mismo. No importa cuál fuera el modo de su muerte y partida, ni cómo sucediera, así no fue como Dios determinó los resultados finales de esas vidas, de esos seres creados. Esto es algo que has de tener claro. Por el contrario, aprovecharon precisamente esos medios para condenar este mundo y dar testimonio de las acciones de Dios. Estos seres creados usaron sus tan preciadas vidas, aprovecharon el último momento de ellas para dar testimonio de las obras de Dios, de Su gran poder, y declarar ante Satanás y el mundo que las obras de Dios son correctas, que el Señor Jesús es Dios, que Él es el Señor y Dios encarnado. Hasta el último momento de su vida siguieron sin negar el nombre del Señor Jesús. ¿No fue esta una forma de juzgar a este mundo? Aprovecharon su vida para proclamar al mundo, para confirmar a los seres humanos, que el Señor Jesús es el Señor, Cristo, Dios encarnado, que la obra de redención que Él realizó para toda la humanidad le permite a esta continuar viviendo, una realidad que es eternamente inmutable. Los martirizados por predicar el evangelio del Señor Jesús, ¿hasta qué punto cumplieron con su deber? ¿Hasta el máximo logro? ¿Cómo se manifestó el máximo logro? (Ofrecieron sus vidas). Eso es, pagaron el precio con su vida. La familia, la riqueza y las cosas materiales de esta vida son cosas externas; lo único relacionado con uno mismo es la vida. Para cada persona viva, la vida es la cosa más digna de aprecio, la más preciada, y resulta que esas personas fueron capaces de ofrecer su posesión más preciada, la vida, como confirmación y testimonio del amor de Dios por la humanidad. Hasta el día de su muerte siguieron sin negar el nombre de Dios o Su obra y aprovecharon los últimos momentos de su vida para dar testimonio de la existencia de esta realidad; ¿no es esta la forma más elevada de testimonio? Esta es la mejor manera de cumplir con el deber, lo que significa cumplir con la responsabilidad. Cuando Satanás los amenazó y aterrorizó, y al final, incluso cuando les hizo pagar con su vida, no abandonaron su responsabilidad. Esto es cumplir con el deber hasta el fin. ¿Qué quiero decir con ello? ¿Quiero decir que utilicéis el mismo método para dar testimonio de Dios y difundir Su evangelio? No es necesario que lo hagas, pero debes entender que es tu responsabilidad, que si Dios necesita que lo hagas, debes aceptarlo como algo a lo que te obliga el honor. La gente de hoy alberga miedo y preocupación, pero ¿de qué sirven esos sentimientos? Si Dios no necesita que hagas esto, ¿de qué te sirve preocuparte por ello? Si Dios necesita que lo hagas, no debes eludir ni rechazar esta responsabilidad. Debes cooperar de manera proactiva y aceptarla sin preocuparte. Muera como muera una persona, no debe morir ante Satanás ni tampoco en las manos de este. Si uno va a morir, debe morir en las manos de Dios. Las personas vinieron de Dios y a Él regresan; estos son el sentido y la actitud que ha de tener un ser creado. Esta es la verdad definitiva que hay que entender al difundir el evangelio y cumplir con el deber: hay que pagar con la propia vida por difundir y dar testimonio del evangelio de Dios encarnado, que lleva a cabo Su obra y la salvación de la humanidad. Si tienes esta aspiración, si puedes dar testimonio de este modo, es maravilloso. Si todavía no tienes esta clase de aspiración, debes, como mínimo, cumplir adecuadamente con la responsabilidad y el deber que tienes por delante y confiarle lo demás a Dios. Tal vez entonces, a medida que pasen los meses y años, aumenten tu experiencia y edad y ahondes en la comprensión de la verdad, te darás cuenta de que tienes la obligación y la responsabilidad de ofrecer tu vida, incluso hasta el último momento de esta, a la obra del evangelio de Dios.

Ahora es el momento adecuado para empezar a hablar de estos temas porque ya ha comenzado la difusión del evangelio del reino. Con anterioridad, en la Era de la Ley y en la Era de la Gracia, algunos antiguos profetas y santos dieron su vida para difundir el evangelio, así que aquellos nacidos en los últimos días también pueden dar la suya por la causa. No es algo nuevo o repentino, ni mucho menos un requerimiento excesivo. Se trata del deber que los seres creados deben cumplir y desempeñar. Esta es la verdad, es la más elevada verdad. Si lo único que haces es gritar consignas sobre lo que quieres hacer por Dios, cómo quieres cumplir con tu deber y cuánto quieres gastarte por Él, eso es inútil. Cuando te des de bruces con la realidad, cuando se te pida que sacrifiques la vida, ¿te quejarás en el último momento, estarás dispuesto, te someterás realmente? Esa es la prueba de tu estatura.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Difundir el evangelio es el deber al que están obligados por honor todos los creyentes

El hombre será hecho completamente perfecto en la Era del Reino. Después de la obra de conquista, el hombre será sometido al refinamiento y la tribulación. Los que puedan vencer y mantenerse firmes en el testimonio durante esta tribulación son los que al final serán hechos completos; son los vencedores. Durante esta tribulación, al hombre se le exige aceptar este refinamiento y este refinamiento es la última ocasión de la obra de Dios. Es la última vez que el hombre será refinado antes de la consumación de toda la obra de la gestión de Dios y todos los que sigan a Dios deben aceptar esta prueba final y deben aceptar este último refinamiento. Los que son asediados por la tribulación no tienen la obra del Espíritu Santo y la guía de Dios, pero los que han sido realmente conquistados y ciertamente buscan a Dios, al final se mantienen firmes; son los que poseen humanidad y verdaderamente aman a Dios. No importa qué haga Dios, estos victoriosos no serán despojados de las visiones y seguirán poniendo en práctica la verdad sin fallar en su testimonio. Son los que al final emergerán de la gran tribulación. Aunque los que pescan en aguas turbulentas todavía pueden aprovecharse hoy, nadie es capaz de escapar de la tribulación final y nadie puede escapar de la prueba final. Para los que venzan, esa tribulación es un tremendo refinamiento; pero para los que pescan en aguas turbulentas, es la obra de descarte total. No importa cómo sean probados, la lealtad de los que tienen a Dios en su corazón se mantiene sin cambios; pero para los que no tienen a Dios en su corazón, una vez que la obra de Dios no es favorable para su carne, cambian su opinión de Dios y hasta se apartan de Dios. Así son los que no se mantendrán firmes al final, que sólo buscan las bendiciones de Dios y no tienen el deseo de entregarse a Dios y dedicarse a Él. Todas estas personas tan viles serán expulsadas cuando la obra de Dios llegue a su fin y no son dignas de ninguna simpatía. Los que carecen de humanidad no pueden amar verdaderamente a Dios. Cuando el ambiente es seguro y fiable o hay ganancias que obtener, son completamente obedientes a Dios, pero cuando lo que desean está comprometido o finalmente se les niega, de inmediato se rebelan. Incluso, en el transcurso de una sola noche pueden pasar de ser una persona sonriente y “de buen corazón” a un asesino de aspecto espantoso y feroz, tratando de repente a su benefactor de ayer como su enemigo mortal, sin ton ni son. Si estos demonios no son desechados, estos demonios que matarían sin pensarlo dos veces, ¿no se convertirían en un peligro oculto? La obra de salvar al hombre no se logra después de que se complete la obra de conquista. Aunque la obra de conquista ha llegado a su fin, la obra de purificar al hombre no lo ha hecho; esa obra solo se terminará una vez que el hombre haya sido completamente purificado, una vez que los que verdaderamente se someten a Dios hayan sido hechos completos y una vez que esos que se disfrazan, que no tienen a Dios en su corazón, hayan sido echados. Los que no satisfacen a Dios en la etapa final de Su obra serán descartados por completo y los que son descartados son de los diablos. Ya que no son capaces de satisfacer a Dios son rebeldes contra Dios y, aunque estas personas siguen a Dios en la actualidad, esto no prueba que son los que finalmente permanecerán. En las palabras, “los que siguen a Dios hasta el final recibirán la salvación”, el significado de “siguen” es mantenerse firmes en medio de la tribulación. Hoy, muchos creen que seguir a Dios es fácil, pero cuando la obra de Dios esté a punto de terminar, tú sabrás el verdadero significado de “seguir”. Solo porque hoy puedas todavía seguir a Dios después de haber sido conquistado, esto no prueba que seas de los que serán perfeccionados. Los que no pueden soportar las pruebas, que no pueden ser triunfadores en medio de la tribulación, no podrán, al final, mantenerse firmes y no podrán seguir a Dios hasta el final. Los que verdaderamente siguen a Dios pueden resistir la evaluación de su obra, mientras que los que no siguen a Dios realmente no pueden resistir ninguna de las pruebas de Dios. Tarde o temprano serán expulsados, mientras que los victoriosos permanecerán en el reino. Que el hombre verdaderamente busque a Dios o no lo determina la evaluación de su obra, es decir, las pruebas de Dios, y no tiene nada que ver con la decisión del hombre mismo. Dios no rechaza a ninguna persona a capricho; todo lo que Él hace es para que el hombre pueda ser completamente convencido. No hace nada que sea invisible para el hombre ni ninguna obra que no pueda convencer al hombre. El que la creencia del hombre sea verdadera o no lo prueban los hechos y no lo puede decidir el hombre. Sin duda, “el trigo no se puede hacer cizaña y la cizaña no se puede hacer trigo”. Todos los que verdaderamente aman a Dios al final permanecerán en el reino y Dios no maltratará a ninguno que verdaderamente lo ame. En función de sus diferentes funciones y testimonios, los vencedores dentro del reino servirán como sacerdotes o seguidores, y todos los que sean victoriosos en medio de la tribulación se convertirán en el cuerpo de sacerdotes dentro del reino. El cuerpo de sacerdotes se formará cuando la obra del evangelio a través del universo llegue a su fin. Cuando ese tiempo llegue, eso que el hombre debe hacer será el desempeño de su deber dentro del reino de Dios y su vida junto con Dios dentro del reino. En el cuerpo de sacerdotes habrá sumos sacerdotes y sacerdotes y los demás serán los hijos y el pueblo de Dios. Todo esto lo determinarán sus testimonios para Dios durante la tribulación; no son títulos que se den a capricho. Una vez que se haya establecido el estatus del hombre, la obra de Dios cesará porque cada uno será clasificado según su especie y regresará a su posición original, y esto es la marca de la consecución de la obra de Dios, este es el resultado final de la obra de Dios y la práctica del hombre, y es la cristalización de las visiones de la obra de Dios y la cooperación del hombre. Al final, el hombre encontrará reposo en el reino de Dios y Dios también regresará a Su morada para reposar. Este será el resultado final de 6000 años de cooperación entre Dios y el hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

El reino se está expandiendo entre la humanidad, se está formando entre la humanidad y se está erigiendo entre la humanidad; no hay fuerza alguna que pueda destruir Mi reino. De Mi pueblo que está en el reino de hoy, ¿quién de vosotros no es un ser humano entre los seres humanos? ¿Quién de vosotros no se ajusta a la condición humana? Cuando Mi nuevo punto de partida sea anunciado a la multitud, ¿cómo reaccionará la humanidad? Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos el estado de la humanidad. ¿De verdad no seguís albergando esperanzas de perdurar para siempre en este mundo? Ahora estoy caminando entre Mi pueblo y vivo entre ellos. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, son bendecidos. Bienaventurados quienes se someten a Mí, pues ellos con seguridad permanecerán en Mi reino. Bienaventurados quienes me conocen, pues ellos con seguridad ejercerán poder en Mi reino. Bienaventurados quienes me buscan, pues ellos con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de Mis bendiciones. Bienaventurados quienes son capaces de rebelarse contra sí mismos, pues con seguridad serán posesión Mía y heredarán la abundancia de Mi reino. Recordaré a los que corren de un lado para otro por Mí; abrazaré con alegría a los que se esfuerzan por Mí y daré gozo a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; ellos, con seguridad, serán los pilares que sostienen la viga maestra de Mi reino; con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se puede comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que se hicieron por vosotros? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, os abriréis paso entre el dominio de las fuerzas de la oscuridad. En medio de la oscuridad, ciertamente no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis los amos de toda la creación. Con seguridad seréis vencedores delante de Satanás. Con seguridad, cuando caiga el reino del gran dragón rojo, os erguiréis entre las grandes multitudes para dar testimonio de Mi victoria. Con seguridad permaneceréis firmes e inquebrantables en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis Mis bendiciones, y, con seguridad, irradiaréis Mi gloria por todo el universo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 19

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