Ⅰ

Cuando Dios desate Su gran ira,

el mundo entero experimentará,

como resultado, todo tipo de desastres,

como la erupción de un volcán.

En lo alto, en el cielo, puede verse

que en la tierra se aproxima todo tipo de calamidades

a toda la humanidad,

cada vez más cerca día con día.

Mirada desde arriba, la tierra presenta una variedad de escenas

como las que preceden a un terremoto.

El fuego líquido corre sin control, la lava fluye libremente,

las montañas se mueven y una luz fría lo ilumina todo.

El mundo entero se ha hundido en el fuego.

Esta es la escena en la que Dios desencadena Su ira

y es el momento de Su juicio.

Nadie de carne y hueso podrá escapar.

Ⅱ

No se necesitarán guerras

entre los países y conflictos entre las personas

para destruir al mundo entero;

más bien, el mundo “se regocijará en sí mismo conscientemente”

dentro de la cuna del castigo de Dios.

Nadie podrá escapar;

cada persona, una por una, debe pasar por este calvario.

de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 18