No importa lo ocupada que esté con mis deberes, debo centrarme en la entrada en la vida

18 Feb 2025

Por Xinyi, China

En marzo de 2023, realizaba el deber de líder de distrito. Como tenía muchas responsabilidades, solía levantarme temprano para salir a las apuradas y, a veces, no volvía a casa hasta que ya había oscurecido. Al llegar a casa, aún tenía que encargarme de algunas cartas y parecía que el trabajo era interminable. A veces revelaba ciertas actitudes corruptas mientras cumplía mis deberes y quería comer y beber las palabras de Dios para resolverlas, pero pensaba que las prácticas devocionales me llevarían demasiado tiempo. Tras mantenerme así de ocupada durante un tiempo, me di cuenta de que no había progresado mucho en la entrada en la vida y que siempre tenía el corazón vacío. Como solo me centraba en el trabajo y no prestaba atención a la entrada en la vida, mi espíritu se embotó de a poco y no sabía cómo buscar la verdad cuando enfrentaba problemas ni podía compartir conocimientos durante las reuniones. Sabía que mi relación con Dios era anormal, así que estaba un poco asustada y me sentía en crisis. Si no cambiaba mi carácter-vida, por mucho que pareciera que me esforzaba o sufría, seguiría sin conseguir la aprobación de Dios. Así que dejé de desear cumplir con mis deberes de líder, ya que pensaba que ese deber me mantenía demasiado ocupada y no tenía tiempo de perseguir la verdad para resolver mi carácter corrupto. Durante esa época, aunque no renuncié a mis deberes, perdí la motivación y dejé de tener sentido de carga por mis deberes. Más adelante, percibí que los hermanos y hermanas que hacían deberes relacionados con textos solían leer las palabras de Dios y los testimonios vivenciales que escribían otros hermanos y hermanas. Pensé que realizar deberes relacionados con textos estaría bastante bien y que es posible ganar más en estos deberes que en otros; esperaba poder realizar yo también este tipo de deberes algún día, ya que eso me ayudaría con mi entrada en la vida y me daría más esperanzas de salvarme.

Un día de noviembre, los líderes superiores dijeron que había una necesidad urgente de personal para el trabajo relacionado con textos y, como había mostrado cierta eficacia como supervisora de ese trabajo, querían asignarme a ese deber. Me puse muy feliz al recibir la noticia, ya que pensé que hacer ese deber seguramente me ayudaría con mi entrada en la vida y sentí que debía aprovechar la oportunidad. Pero, para mi sorpresa, cuando empecé a colaborar, me di cuenta de que, además de seleccionar artículos, también tenía que cultivar personas y resolver problemas relacionados con la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Además, descubrí que la carga de trabajo de ese deber no era menor que la de un líder. Asimismo, como acababa de empezar la formación y no estaba familiarizada con los principios ni con el trabajo, siempre me quedaban tareas interminables por completar. Como mi prioridad era hacer bien el trabajo, creía que las prácticas devocionales matutinas eran una pérdida de tiempo y, por las noches, también tenía que trabajar horas extras para seleccionar artículos. Me vi atrapada en un ciclo de trabajo diario y dejé de centrarme en examinar las corrupciones que revelaba. A veces, cuando me daba cuenta de que mi estado era pobre, quería comer y beber las palabras de Dios para resolverlo, pero, siempre que pensaba en todo el trabajo que tenía pendiente, posponía el asunto de la entrada en la vida. Al principio, creía que hacer deberes relacionados con textos me ayudaría con mi entrada en la vida, pero ahora ni siquiera tenía tiempo para las prácticas devocionales. Si seguía estando así de ocupada todos los días, ¿cómo tendría tiempo para buscar la verdad y resolver mis problemas? Sin un cambio en mi carácter-vida, ¿cómo podría salvarme? Cuanto más lo pensaba, más triste me sentía e incluso lamentaba haber asumido ese deber. Sobre todo, cuando veía que convertían en videos algunos testimonios vivenciales de hermanos y hermanas y los subían en línea, sentía una profunda agitación, ya que había creído en Dios durante varios años sin escribir un solo testimonio vivencial y aún no había resuelto ningún aspecto de mi carácter corrupto. ¿Qué sentido tenía estar ocupada todos los días? No podía evitar quejarme, y pensaba que los líderes me habían asignado un deber que no era el adecuado para mí y que estaba obstaculizando mi búsqueda de la verdad y mi oportunidad de obtener la salvación. Sabía que estaba mal pensar de esta manera, así que oré a Dios en mi corazón: “Dios, siempre siento que estoy demasiado ocupada con mis deberes para perseguir la verdad. Sé que está mal pensar así, pero todavía no tengo mucha comprensión de mí misma. Te ruego que me esclarezcas, guíes y ayudes para entender mis problemas”.

Durante una reunión, leí un pasaje de las palabras de Dios: “Algunas personas siempre dicen que están tan ocupadas en el deber que no tienen tiempo de perseguir la verdad. Eso no se sostiene. Alguien que persigue la verdad, sea cual sea su trabajo, en cuanto detecta un problema, busca la verdad para resolverlo y llega a comprender y alcanzar la verdad. No cabe duda. Hay muchos que piensan que solo es posible comprender la verdad reuniéndose a diario. No podrían estar más equivocados. La verdad no es algo que pueda comprenderse simplemente reuniéndose y escuchando sermones; también hace falta practicar y experimentar las palabras de Dios y, asimismo, es necesario ese proceso de descubrimiento y resolución de problemas. Lo crucial es que deben aprender a buscar la verdad. Los que no aman la verdad no la buscan sean cuales sean los problemas que les sobrevengan; quienes aman la verdad la buscan por muy ocupados que estén en el deber. Por ello, podemos asegurar que esas personas que siempre se quejan de que están tan ocupadas en el deber que no tienen tiempo de reunirse y, en consecuencia, tienen que aplazar su búsqueda de la verdad, no aman la verdad. Son personas con una comprensión absurda que no tienen entendimiento espiritual. […] Que alguien persiga la verdad no depende de lo ocupado que esté en el deber ni del tiempo que tenga; depende de si ama la verdad de corazón. La realidad es que todo el mundo tiene la misma cantidad de tiempo; lo que difiere es a qué lo dedica cada persona. Es posible que cualquiera que diga que no tiene tiempo de perseguir la verdad dedique su tiempo a los placeres carnales o esté ocupado en algún proyecto externo. No dedica ese tiempo a buscar la verdad para resolver problemas. Así son las personas negligentes en su búsqueda. Esto demora la gran cuestión de su entrada en la vida(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (3)). Las palabras de Dios me permitieron ver que la raíz del problema de que siempre sintiera que estaba demasiado ocupada con mis deberes para centrarme en la entrada en la vida era que no amaba la verdad. Solía tener mucho trabajo que hacer como líder y sentía que no tenía tiempo para leer las palabras de Dios y resolver mi carácter corrupto, así que quería hacer un deber que tuviera una sola tarea. Sin embargo, después de cambiarme al deber relacionado con textos, todavía sentía que estaba demasiado atareada y que eso estaba afectando mi entrada en la vida y obstaculizando mi oportunidad de obtener la salvación. Después de leer las palabras de Dios, me di cuenta de que mis excusas eran completamente inválidas. Quienes aman y persiguen la verdad pueden buscarla, reflexionar sobre sí mismos en cualquier situación y aprender lecciones de ella. Pero quienes no aman la verdad no se centran en buscarla en ninguna situación y siempre encuentran todo tipo de excusas para no perseguirla. Pensé en muchos hermanos y hermanas que son líderes y supervisores. El trabajo también los mantiene ocupados todos los días; sin embargo, siempre tienen tiempo para buscar la verdad y centrarse en su entrada en la vida. Como cuando una líder vino a nuestro equipo para supervisar el trabajo y vi que ella estaba a cargo de nuestro trabajo a la vez que gestionaba otras tareas. Ella estaba mucho más ocupada que yo cada día; sin embargo, aún se las arreglaba para tener tiempo para las prácticas devocionales y contemplar las palabras de Dios. Además, oír cómo compartía sus ganancias vivenciales al ser podada también era beneficioso para nosotros. Vi que otros pueden buscar la verdad y aprender lecciones de las circunstancias que enfrentan, lo que los hace progresar en la vida. También me acordé de algunas personas que había conocido antes, que hacían deberes de una sola tarea y se contentaban con terminar las trabajos que tenían entre manos cada día y, luego, dedicaban el resto de su tiempo a asuntos carnales. Estaba claro que tenían mucho tiempo para reflexionar sobre las palabras de Dios y buscar la verdad; sin embargo, no tenían sentido de carga por su entrada en la vida ni prestaban atención a las advertencias de los demás e incluso se resistían a ellas. A la luz de los hechos, vi que mi creencia de que estar ocupada con los deberes significaba no tener tiempo para perseguir la verdad era fundamentalmente contradictoria con la verdad y completamente absurda. Igual que ahora, que hacía tareas basadas en textos y seleccionaba testimonios vivenciales. Cada artículo que revisaba estaba relacionado con la verdad, pero, ¿por qué aún sentía que no tenía tiempo para centrarme en la entrada en la vida? La causa principal era que no amaba la verdad; sin embargo, hasta culpaba a los líderes por asignarme un deber inadecuado, lo que era completamente ridículo e irracional. ¡Dios me había puesto al descubierto como una persona que realmente tenía una comprensión absurda y carecía de comprensión espiritual!

Más tarde, leí algunas de las palabras de Dios, y entendí cómo lograr la entrada en la vida mientras cumplimos con nuestros deberes. Dios Todopoderoso dice: “Por muy ocupados que estén en el deber quienes persiguen la verdad, son capaces, de todos modos, de buscarla para resolver los problemas que les ocurren, de procurar hablar de las cosas que no les quedan claras de los sermones que han oído y de sosegar el corazón diariamente para reflexionar sobre cómo lo hicieron, para luego contemplar las palabras de Dios y mirar videos de testimonios vivenciales. De esto aprenden cosas. Por muy ocupados que estén en el deber, esto no obstaculiza para nada su entrada en la vida, ni tampoco la retrasa. Es natural que practiquen así quienes aman la verdad. Quienes no aman la verdad no la buscan y no están dispuestos a sosegarse ante Dios para hacer introspección y conocerse, independientemente de que estén ocupados con el deber y de los problemas que les sobrevengan. Así pues, estén ocupados u ociosos en el deber, no persiguen la verdad. Lo cierto es que si alguien persigue de corazón la verdad, la anhela y lleva la carga que supone la entrada en la vida y la transformación del carácter, se acercará más a Dios en su corazón y le orará por muy ocupado que esté en el deber. Seguro que adquiere cierto esclarecimiento y vivacidad del Espíritu Santo, y su vida se desarrollará sin cesar. Si alguien no ama la verdad y no lleva ninguna carga para la entrada en la vida ni para la transformación del carácter, o si no le interesan estas cosas, no puede aprender nada. Reflexionar sobre las propias manifestaciones de corrupción es algo que hay que hacer en todo momento y lugar. Por ejemplo, si uno ha manifestado corrupción en el deber, entonces, en su interior, debe orar a Dios, hacer introspección, conocer su carácter corrupto y buscar la verdad para corregirlo. Es un asunto del corazón; no tiene nada que ver con la tarea en cuestión. ¿Es fácil? Depende de si eres o no una persona que persigue la verdad. A aquellos que no aman la verdad no les interesan las cuestiones relacionadas con la madurez vital. No piensan en esas cosas. Solo quienes persiguen la verdad están dispuestos a aplicarse para madurar en la vida; son los únicos que suelen meditar sobre los problemas que hay realmente y sobre cómo buscar la verdad para resolver esos problemas. De hecho, los procesos de resolución de problemas y de búsqueda de la verdad son los mismos. Si uno se centra constantemente en buscar la verdad para resolver los problemas en el deber y ha resuelto bastantes problemas a lo largo de varios años practicando así, su cumplimiento del deber está, sin duda, a la altura. Esas personas tienen muchas menos manifestaciones de corrupción y han adquirido mucha experiencia real en el deber. Por tanto, pueden dar testimonio de Dios. ¿Cómo se someten estas personas a la experiencia que empezó cuando asumieron por primera vez su deber hasta que fueron capaces de dar testimonio de Dios? Recurriendo a la búsqueda de la verdad para resolver los problemas. Por eso, por muy ocupados que estén en el deber aquellos que persiguen la verdad, la buscarán para resolver los problemas, cumplirán con el deber según los principios y serán capaces de practicar la verdad y de someterse a Dios. Este es el proceso de entrada en la vida, y también el proceso de entrada en la realidad-verdad(La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (3)). En el pasado, siempre pensé que las prácticas devocionales requerían tiempo suficiente para comer y beber las palabras de Dios, reflexionar y comprender mis propios problemas, y que esa era la forma de centrarse en la entrada en la vida. Así que, siempre que estaba ocupada con mis deberes, solo me centraba en el trabajo y dejaba de lado el asunto de la entrada en la vida. Separaba mi entrada en la vida de mis deberes. La verdad es que las prácticas devocionales no deberían estar sujetas a preceptos; quienes tienen un sentido de carga por su entrada en la vida y aman la verdad pueden aprender lecciones, independientemente de lo ocupados que estén. Es igual que cuando una persona desempeña el deber de líder u obrero y se encuentra con muchas personas, acontecimientos y cosas cada día. A veces, los hermanos y hermanas tienen dificultades o sus actitudes corruptas afectan sus deberes. Entonces, los líderes y obreros tienen que reflexionar sobre sus estados y buscar las palabras de Dios para ayudar a resolverlos. A veces, cuando ven que los hermanos y hermanas revelan actitudes corruptas que son graves y que trastornan y perturban la obra de la iglesia, tienen que ponerlos al descubierto y podarlos. En los deberes relacionados con textos, cada artículo que se examina aborda un aspecto de la verdad que puede resolver un aspecto de nuestro carácter corrupto. Si hay cosas que una persona no entiende con claridad, debe buscar activamente la verdad para poder seleccionar los artículos adecuados según los principios. Todas esas cosas están relacionadas con la entrada en la vida. Además, cuando yo interactuaba con las hermanas con las que colaboraba, como no captaba los principios y mi eficacia en mis deberes era escasa, me preocupaba mi fama y reputación, me comparaba con mis hermanas y tenía que buscar de inmediato la verdad para resolver mi carácter corrupto y poder sumergirme rápidamente en mis deberes. Asimismo, también es muy importante aprovechar los momentos libres para sosegarse ante Dios y contemplar Sus palabras. Hasta el tiempo que uno pasa lávandose la cara y las manos, comiendo o charlando lo puede usar para meditar en las palabras de Dios o reflexionar sobre las corrupciones que uno revela a lo largo del día. ¡Hay muchos ámbitos en los deberes de una persona donde debe buscar la verdad y aprender lecciones! Tras esto, cuando cumplía mis deberes practicaba según las palabras de Dios y, a veces, cuando había mucho trabajo, me levantaba un poco más temprano o usaba la hora del almuerzo para escribir notas devocionales o artículos. Al practicar de esta manera, sentí que mi relación con Dios se volvía más cercana. Cuando seleccionaba artículos, leía los entendimientos vivenciales de mis hermanos y hermanas y reflexionaba conscientemente sobre mis propios problemas a la luz de los de ellos. A veces, al leer sus conocimientos vivenciales, entendía con mayor claridad mis propios problemas y, cada vez que lo hacía, descubría que podía ganar algo. De a poco, sentía que mi espíritu se volvía más perceptivo, y realmente comprendí que la entrada en la vida y los deberes no están desconectados. Sentía con cada vez más fuerza que cumplir con este deber era maravilloso y que, aunque me mantenía ocupada, me ayudaba a resolver mi carácter corrupto. Estaba dispuesta a seguir practicando y centrándome en la entrada en la vida con este deber.

Un día, en un testimonio vivencial, leí un pasaje de las palabras de Dios, las cuales me ayudaron a entender mejor mi estado. Dios Todopoderoso dice: “La gente cree en Dios para ser bendecida, recompensada y coronada. ¿Esto no se encuentra en el corazón de todo el mundo? Es un hecho que sí. Aunque la gente no suele hablar de ello e incluso encubre su motivación y su deseo de recibir bendiciones, este deseo y esta motivación que hay en el fondo del corazón de la gente han sido siempre inquebrantables. Sin importar cuántas teorías espirituales comprenda la gente, qué conocimiento vivencial tenga, qué deber pueda cumplir, cuánto sufrimiento soporte ni cuánto precio pague, nunca renuncia a la motivación por las bendiciones que oculta en el fondo del corazón, y siempre se esfuerza silenciosamente a su servicio. ¿No es esto lo que hay enterrado en lo más profundo del corazón de la gente? Sin esta motivación por recibir bendiciones, ¿cómo os sentiríais? ¿Con qué actitud cumpliríais con el deber y seguiríais a Dios? ¿Qué sería de la gente si se eliminara esta motivación por recibir bendiciones que se oculta en sus corazones? Es posible que muchos se volvieran negativos, mientras que algunos podrían desmotivarse en el deber. Perderían el interés por su fe en Dios, como si su alma se hubiera desvanecido. Parecería que les hubieran robado el corazón. Por eso digo que la motivación por las bendiciones es algo oculto en lo más profundo del corazón de las personas(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Seis indicadores de crecimiento vital). Al considerar las palabras de Dios, me di cuenta de que detrás de mi resistencia y negatividad se escondía un deseo egoísta de obtener bendiciones. Durante todo ese tiempo, creía que no había nada de malo en mi deseo de perseguir la verdad y centrarme en la entrada en la vida. Cuando las palabras de Dios me pusieron al descubierto me di cuenta de que me había engañado mi propia fachada. Recuerdo que cuando encontré a Dios aceptaba cualquier deber que la iglesia me asignara y parecía activa y entusiasta. Más tarde, dejé a mi familia e hijos y, aunque tenía el corazón dolido y atormentado, esperaba recibir bendiciones en el futuro, así que dejé a un lado mi matrimonio y a mi familia sin dudarlo para dedicar todo mi tiempo a mis deberes. Al reflexionar, vi que estaba motivada por el deseo de obtener bendiciones. Pensaba que abandonar el hogar para cumplir mis deberes me daría más oportunidades de practicar, lo que aumentaría mis posibilidades de salvarme en el futuro. Cuando hacía mis deberes como líder, pensaba que ese deber me mantenía tan ocupada todos los días que no tenía tiempo para comer y beber las palabras de Dios y que, por muy duro que trabajara, si no conseguía ningún cambio en mi carácter-vida, al final sería revelada y descartada. Sentí que mis deberes como líder no beneficiaban mi posibilidad de obtener la salvación y bendiciones, así que pensé en cambiar a un deber que tuviera una sola tarea. Pero, contra lo que esperaba, incluso después de asumir deberes relacionados con textos, aún no tenía tiempo para comer y beber adecuadamente las palabras de Dios. Así que lo lamenté y pensé que ese deber estaba obstaculizando mi búsqueda de la verdad y la salvación. Me sentí agraviada y dolida. Estaba dispuesta a hacer cualquier deber que creyera que me permitiría obtener bendiciones y me resistía y me volvía negativa frente a los deberes que pensaba que no me permitirían obtenerlas. Hasta me quejaba de los líderes por asignarme deberes que no me convenían y no conseguía someterme a la soberanía y los arreglos de Dios. Al reflexionar sobre las oportunidades que Dios me había dado de cumplir mis deberes, me di cuenta de que estaban destinadas a animarme a que me centrara en buscar la verdad para resolver mi carácter corrupto; sin embargo, no sabía lo que era bueno para mí ni valoraba esa oportunidad tan valiosa para practicar y calculaba constantemente si podía obtener bendiciones. ¡Era tan desagradale y despreciable! Si no me enmendaba, en poco tiempo terminaría por ser revelada y descartada. Así que oré a Dios: “Dios, gracias por organizar esta situación para revelarme y ayudarme a ver mis deficiencias. Estoy dispuesta a cambiar mi opinión equivocada sobre la búsqueda y a someterme a Tus orquestaciones y arreglos. Te ruego que me guíes”.

Aunque sigo ocupada con mis deberes, ya no me siento agraviada ni deprimida. Trato de centrarme en registrar los conocimientos y ganancias que recibo mientras cumplo mis deberes, así como en las corrupciones que revelo, y oro a Dios con sentido de carga para pedirle que me esclarezca y me guíe. De a poco, reflexiono y llego a conocerme a mí misma. Durante mis prácticas devocionales, veo videos de testimonios vivenciales que abordan mis problemas, trato de tomarme un tiempo cada día para reflexionar sobre mí misma y buscar la verdad y me esfuerzo por escribir un testimonio vivencial cada mes. Un día, vi que habían convertido el testimonio vivencial que había escrito en un video y lo habían subido al sitio web. Estaba muy emocionada. Más tarde, vi que muchos hermanos y hermanas compartían mi experiencia, lo que también resolvió los problemas de su entrada en la vida. Me di cuenta de que escribir testimonios vivenciales podía beneficiar a otras personas que tuvieran los mismos problemas, lo que era verdaderamente valioso e importante. Esto fortaleció aún más mi determinación de perseguir la verdad.

Al haber pasado por esto, realmente llegué a comprender que perseguir la entrada en la vida mientras se cumplen los deberes no es para nada difícil y que, si cambiamos nuestras actitudes y colaboramos de verdad, Dios nos esclarecerá y guiará. ¡Esto beneficia enormemente nuestra búsqueda de la verdad y la salvación! Agradezco la guía de Dios que me ha permitido progresar de esta manera.

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