Así denuncié a un anticristo

23 Oct 2022

Por Wen Jing, China

Hace unos años, regresé de fuera de la ciudad a la iglesia de mi pueblo para cumplir con mi deber. Cuando oí a la líder, Zhang Xin, decir que la diaconisa de riego era Xiao Liu, me quedé de piedra. Sabía que Xiao Liu sembraba cizaña, reprimía y castigaba a la gente. Para ganar poder en la iglesia, ella y algunas personas malvadas aseguraron que los líderes y obreros eran falsos, lo que provocó el caos. Por su conducta, los hermanos y hermanas la señalaron entonces como persona malvada y estaban preparando la documentación para expulsarla. ¿Por qué era ahora la diaconisa de riego? Le pregunté a Zhang Xin, quien dijo que Xiao Liu ya había cambiado y llevaba una carga en el deber y que debía contemplarla con amor desde una perspectiva de crecimiento. Aunque tenía mis dudas, como acababa de regresar, no sabía qué estaba pasando y pensé que, como líder, Zhang Xin no iría en contra de los principios al elegir a la gente, así que no le pregunté más. Zhang Xin también comentó que Fang Ling, antaño compañera suya como líder, no cumplía con un deber ni asistía a reuniones desde su destitución, y no había cambiado el rumbo tras hablarle en reiteradas ocasiones. Por lo tanto, iban a echarla, y me pidió que le aportara ejemplos de sus actos malvados. Esto me hizo desconfiar un poco. Fang Ling apenas había llevado una carga en el deber y era una falsa líder que no hacía un trabajo real, pero, tras su destitución, aún predicaba el evangelio, atendía los asuntos generales y no hacía el mal. ¿Por qué tenían que echarla? Cuanto más lo pensaba, peor me parecía. Recordé que, antes, cuando tenía contacto con Zhang Xin, ella era muy vengativa. Fang Ling informó una vez a los líderes superiores que Zhang Xin no llevaba una carga en el deber. ¿Acaso guardaba resentimiento por este incidente y quería vengarse de Fang Ling? En tal caso, Zhang Xin iba a castigar a Fang Ling, ¡y eso era cometer el mal! Pero también vi que no conocía la conducta reciente de Fang Ling, así que no podía estar segura de que algo iba mal con Zhang Xin. Decidí esperar hasta estar segura.

Luego me enteré de que Zhang Xin había tergiversado los hechos y juzgado a Fang Ling en una reunión, y de que, refutada por una hermana, las condenó a ella y a Fang Ling por confabularse para atacar a la líder y ordenó que esa hermana reflexionara en aislamiento. Como otra hermana decía que Fang Ling trataba a los demás con amor, Zhang Xin mintió alegando que la seguridad de esa hermana corría peligro y le impidió acudir a las reuniones durante tres meses. También había una hermana, encargada de los asuntos generales, a quien Zhang Xin impidió cumplir su deber simplemente porque le daba consejos. Esto me sorprendió bastante. ¿Cómo era posible que Zhang Xin no tuviera un corazón temeroso de Dios en absoluto? Cometía muchas maldades para reprimir a la gente. Y aquellos a quienes reprimía eran aquellos en la iglesia que perseguían la verdad. Naturalmente, había un problema con Zhang Xin. Acudí a la hermana Li Xinrui, regante de nuevos fieles, para hablar y discernir la cuestión. Ella me comentó: “Xiao Liu no muestra arrepentimiento alguno. Sigue clamando por las injusticias que ha sufrido y no para de discutir sobre quién estaba equivocado y quién tenía razón en cada reunión a la que asiste, lo que perturba la vida de iglesia. Cuando Fang Ling era la líder, investigó la malvada conducta de Xiao Liu, por lo que ha dicho con todo descaro que quiere vengarse de ella”. Yo me indigné. Zhang Xin afirmó, de hecho, que Xiao Liu se había arrepentido. Era obvio que estaba perdonando a una persona malvada que estaba perturbando a la iglesia. ¿No era esta una indicación de un falso líder? Pero reflexioné que si Zhang Xin no cambiaba de rumbo de inmediato, retrasaría la obra de la iglesia, así que decidí señalarle antes estas cuestiones a ella. Cuando me reuní con Zhang Xin, le dije que vulneró los principios al impedir que esas hermanas cumplieran su deber. Inesperadamente, de hecho, me gritó: “¡Algunas se niegan a obedecerme y hablan mal de mí a mis espaldas! Sé exactamente quién tiene esas opiniones de mí. Si no me obedecen, ¡ve a denunciarlo ante los líderes superiores! Todo lo que hago es recto y honrado. No me da miedo lo que nadie tenga que decir de mí”. Su desalmada respuesta me asustó. Ahora era ella la única que tenía la última palabra en la iglesia y reprimía y castigaba a quien no le hiciera caso. No era más que una tirana. Solo le había dicho una cosa, y fue tan desalmada que temí que, si seguía señalándole cosas y dejándola en evidencia, me prohibiera cumplir con el deber. Mi entrada en la vida sufriría en tal caso. Cuando lo pensé, dejé de señalarle sus problemas. Ya en casa, me sentía muy culpable. Una persona malvada perturbaba la iglesia y reprimía a mis hermanos y hermanas. En vez de ocuparse del asunto, Zhang Xin reprimía a la gente, y cuando le señalé su problema, no lo admitió. Sabía que tenía que denunciar esta situación ante los líderes superiores. Después fui a ver a Xinrui. Debatimos los principios de redacción de una carta de denuncia y nos dispusimos a denunciar a Zhang Xin, pero cuando terminamos de escribir sus malvadas conductas y nos disponíamos a entregarla, dudé. ¿Qué haríamos si se enteraba Zhang Xin de nuestra carta de denuncia, se inventaba una acusación, nos incriminaba y hacía que nos expulsaran? ¿Cómo podría salvarme si me habían expulsado? Tras pensar en esto, no entregué la carta durante mucho tiempo, pero, al ver el caos en la iglesia, me sentía culpable por no denunciarlo. Durante esos días, cada vez que pensaba en este asunto, me disgustaba mucho.

Una noche, cuando fui a casa de Xinrui, de pronto vino Zhang Xin y acusó agresivamente a Xinrui de dejarla en evidencia en la iglesia. Su actitud ruin me indignó mucho. Realmente se pasaba de engreída. Cometía actos indebidos de forma temeraria, pero prohibía a los demás dejarla en evidencia. La gente ni siquiera tenía derecho a hablar y toda la iglesia estaba bajo su control. Tenía que defender la rectitud y dejar en evidencia a Zhang Xin para proteger la labor de la iglesia. No obstante, con lo arrogante que era, como no escuchaba a nadie y era tan vengativa, pensé que, si la provocaba, tal vez yo fuera la siguiente a la que castigara. Podría inventarse alguna acusación para que me expulsaran. Estaba en un gran conflicto, clamé en silencio a Dios para que me diera valor y confianza. Pensé en la palabra de Dios: “En cada iglesia hay personas que provocan perturbaciones en ella o trastornan la obra de Dios. Todas ellas son satanases que se han infiltrado en la casa de Dios disfrazadas. […] Estas personas alborotan la iglesia, esparciendo su negatividad, emitiendo muerte, haciendo lo que les place, diciendo lo que les place, y nadie se atreve a detenerlas. Rebosan del carácter de Satanás. Tan pronto como comienzan a causar perturbaciones, un aire de muerte entra en la iglesia. Aquellos que están dentro de la iglesia y practican la verdad son rechazados, incapaces de darlo todo, mientras que los que perturban a la iglesia y esparcen la muerte hacen vandalismo en la iglesia y, lo que es peor, la mayoría de las personas los sigue. Tales iglesias son dirigidas por Satanás, lisa y llanamente; el diablo es su rey. Si las personas en esas iglesias no se levantan y rechazan a los demonios principales, entonces ellas también, tarde o temprano, se irán a la ruina. A partir de ahora, deben tomarse medidas contra tales iglesias. Si los que son capaces de practicar un poco de la verdad no buscan hacerlo, entonces esa iglesia será eliminada. Si no hay nadie en una iglesia que esté dispuesto a practicar la verdad ni nadie que pueda mantenerse firme en el testimonio de Dios, entonces esa iglesia debe ser completamente aislada y se deben cortar sus conexiones con otras iglesias. A esto se le llama ‘muerte por sepultura’; eso es lo que significa rechazar a Satanás(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Una advertencia a los que no practican la verdad). La palabra de Dios me dio valor y fortaleza, y ya no tenía miedo. El carácter justo de Dios no tolera ofensa, y por las personas extremadamente malvadas y anticristos, Dios siente un gran aborrecimiento y asco. Aunque ocupen el poder y causen estragos durante un tiempo, al final serán revelados y descartados. La palabra de Dios es muy clara, cuando las personas malvadas y anticristos controlan la iglesia, si nadie practica la verdad, perdonan a estas fuerzas malvadas que causan estragos en ella. Una iglesia así está regida por Satanás, y si sus miembros no se arrepienten, Dios los abandonará y descartará a todos. Esto me dejó muy afectada. Zhang Xin era una tirana en la iglesia que atacaba y castigaba a mis hermanos y hermanas, pero yo, por protegerme, no me plantaba para desenmascararla y detenerla, sino que dejaba que Xiao Liu y ella hicieran el mal y perturbaran la labor de la iglesia. Yo estaba de parte de Satanás y resistiéndome a Dios, y participaba de su maldad. Al darme cuenta, me armé de valor para revelar que Zhang Xin protegía a una persona malvada, que utilizaba su posición para castigar a otros e iba por la senda del anticristo. Tras oírlo, Zhang Xin se quedó sin palabras. Cambió inmediatamente de tema, accedió a permitir que Fang Ling volviera a la iglesia y se marchó.

Luego me aportaron claridad un par de pasajes de la palabra de Dios, y entendí mejor la esencia de Zhang Xin. Las palabras de Dios dicen: “Una de las características más obvias de la esencia de un anticristo es que monopolizan el poder y dirigen su propia dictadura. No escuchan ni respetan a nadie y, a pesar de los puntos fuertes de la gente, o de las ideas correctas u opiniones sensatas que esta exprese, o de los métodos adecuados que planteen, no les prestan atención; es como si nadie estuviera cualificado para colaborar con ellos, o para participar en cualquier cosa que hagan. Este es el tipo de carácter que tienen los anticristos. Algunas personas dicen que esto es tener una mala humanidad, pero ¿cómo va a ser eso sencillamente una mala humanidad? Se trata de un carácter satánico absoluto, y tal carácter es sumamente cruel. ¿Por qué digo que su carácter es sumamente cruel? Los anticristos se apropian de todo lo de la casa de Dios y los bienes de la iglesia, y los tratan como propiedad personal, todo lo cual les corresponde administrar, y no permiten que nadie intervenga en ello. Lo único en lo que piensan cuando hacen el trabajo de la iglesia es en sus propios intereses, su propio estatus y su propio orgullo. No permiten que nadie perjudique sus intereses, y mucho menos permiten que cualquiera con aptitud o que sea capaz de hablar de su testimonio vivencial amenace su reputación y su estatus. Y por eso, tratan de suprimir y excluir como competidores a los que son capaces de conversar acerca de un testimonio vivencial y que pueden comunicar la verdad y proveer al pueblo escogido de Dios, y tratan desesperadamente de aislar por completo a esa gente de todos los demás, de arrastrar completamente sus nombres por el barro y hacerlos caer. Solo entonces los anticristos se sienten en paz. […] ¿Consideran los intereses de la casa de Dios? No. ¿En qué piensan? Solo piensan en cómo mantener su propio estatus. Aunque los anticristos se saben incapaces de hacer un trabajo real, no cultivan ni promueven a las personas de buena aptitud que persiguen la verdad; a las únicas personas que promueven son a aquellas que los adulan, aquellas que son propensas a idolatrar a otros, que les dan su visto bueno y los admiran de corazón, a las personas embaucadoras, a las que no tienen comprensión de la verdad y son incapaces de discernir. Los anticristos mantienen a estas personas a su lado para que les sirvan, para que vayan de aquí a allá a su servicio y para que pasen los días girando en órbita a su alrededor. Eso les da poder a los anticristos en la iglesia e implica que muchas personas se vuelvan cercanas a ellos y los sigan, y que nadie se atreva a ofenderlos. Todas esas personas que los anticristos cultivan son personas que no persiguen la verdad. La mayoría carecen de comprensión espiritual y no saben hacer nada más que acatar los preceptos. Les gusta seguir las tendencias y a quienes tienen el poder. Son la clase de gente que se siente envalentonada al tener un amo poderoso; son una banda de atolondrados. ¿Cómo dice ese dicho de los no creyentes? Más vale ser cola de león que cabeza de ratón. Los anticristos hacen exactamente lo contrario: actúan como cabezas de ratones y se dedican a cultivarlas como defensoras acérrimas y fervientes partidarias. Cuando un anticristo tiene el poder en una iglesia, siempre reclutará como ayudantes a personas atolondradas y a aquellos que saben seguir ciegamente, mientras que dejará fuera y reprimirá a la gente de calibre que puede comprender y practicar la verdad, que puede trabajar, en especial a los líderes y obreros que tienen la capacidad de llevar a cabo trabajo real(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (I)). “¿Quiénes son las personas que el anticristo percibe como disidentes? Como mínimo, son aquellos que no se toman en serio al anticristo como líder; es decir, que no le admiran ni le adoran, sino que le tratan como a una persona corriente. Ese es uno de los tipos. Luego están los que aman la verdad, la persiguen, buscan un cambio en su carácter y buscan el amor a Dios; toman un camino diferente al del anticristo, y son disidentes a ojos de este. ¿Hay algún otro? (Los que siempre hacen sugerencias a los anticristos y se atreven a dejarlos en evidencia). Cualquiera que se atreva a ofrecer al anticristo sus sugerencias y desenmascararlo, o cuyos puntos de vista sean diferentes a los suyos, es visto por ellos como un disidente. Y existe otro tipo: aquellos cuyo calibre y habilidad son iguales a los del anticristo, cuya capacidad para hablar y actuar es similar a la suya, o a los que ven por encima de ellos y son capaces de distinguirlos. Para un anticristo, esto es algo inaceptable, una amenaza para su estatus. Tales personas son los mayores disidentes para el anticristo. El anticristo no se atreve a ignorar a estas personas ni a aflojar en lo más mínimo. Las considera como piedras en el zapato, una irritación constante, se mantiene vigilante y en guardia frente a ellas en todo momento y las evita en todo lo que hace. Sobre todo cuando el anticristo ve que un disidente va a distinguirlo y exponerlo, se apodera de él un pánico extraordinario; están desesperados por excluir y atacar a dicho disidente, de tal manera que no quedarán satisfechos hasta que lo hayan echado de la iglesia. Con esa mentalidad y el corazón lleno de tales cosas, ¿de qué clase de cosas son capaces los anticristos? ¿Tratarán a estos hermanos y hermanas como enemigos, y pensarán en maneras de derrocarlos y deshacerse de ellos? Lo harán, sin duda. Se devanarán los sesos buscando la manera de dominar a los disidentes y harán todo lo posible para derrocarlos, ¿no es así? Dominar a los disidentes significa que el anticristo hará que todos lo escuchen a él, de manera que nadie se atreva a decir otra cosa o a tener una opinión diferente; mucho menos a dejarlo en evidencia. Derrocar a un disidente implica que el anticristo le tenderá una trampa y lo condenará, creando impresiones falsas para que quede en ridículo y sea podado, con lo que su reputación tocará fondo. ¿Hacer una cosa así no es el mejor ejemplo de una acción malvada? ¿No ofende al carácter de Dios?(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 2: Atacan y excluyen a los disidentes). La naturaleza de los anticristos es especialmente siniestra y cruel. A fin de monopolizar el poder y crear un reino independiente, ascienden a quienes les caen bien para que sean su mano derecha, y si alguien señala sus defectos, los deja en evidencia o amenaza su estatus, lo consideran una molestia, lo atacan y excluyen por todos los medios posibles y hasta lo apartan de la iglesia. La esencia de los anticristos es la de las personas malvadas. Sienten aversión por la verdad, no tienen conciencia ni razón y, por más que castiguen a otros, no sienten culpa. Observando la conducta de Zhang Xin, como líder, ella no defendía para nada el trabajo de la iglesia, y utilizaba el poder para instruir a sus seguidores a fin de que controlaran la iglesia, atacaran y excluyeran a los disidentes. Xiao Liu era una persona malvada y era preciso expulsarla, pero, dado que defendió a Zhang Xin, esta la ascendió y buscó motivos diversos para absolverla de culpa. Fang Ling tenía sentido de la rectitud, y cuando le señaló a Zhang Xin sus problemas, esta le guardó rencor. Cuando destituyeron a Fang Ling, Zhang Xin vio la ocasión de vengarse, por lo que hizo todo lo posible por echarla de la iglesia. Como otras hermanas no le siguieron el juego de condenar a Fang Ling, las reprimió y castigó. Zhang Xin era siniestra y cruel, castigaba a cualquiera que amenazara su estatus o no la obedeciera, y era una tirana que estaba fuera de control en la iglesia y no sentía remordimiento alguno. Era un verdadero anticristo. Tras haber identificado esto en Zhang Xin, entregamos la carta de denuncia.

Zhang Xin no tardó en vengarse de nosotras. Me impidió acudir a las reuniones, con la excusa de que yo era un riesgo de seguridad. Como las hermanas Li Xinrui y Yuan Siyu habían identificado a Zhang Xin por lo que era en realidad, también les impidió a ellas acudir a las reuniones. Por tanto, decidimos reunirnos juntas. Un tiempo después, Zhang Xin nos incriminó a Xinrui y a mí por competir por el liderazgo, provocar un caos en la iglesia y ser unas personas malvadas, y pidió a los hermanos y hermanas que nos rechazaran. Algunos creyeron las palabras de Zhang Xin sin discernimiento y me ignoraban fríamente cuando me veían por la calle. Cuando sucedía esto, me sentía herida y agraviada. Tras practicar la verdad, ¿por qué estábamos siendo reprimidas, castigadas e incriminadas por estas fuerzas del mal? ¿Por qué seguía prosperando Zhang Xin en la iglesia pese a hacer el mal? ¿Por qué nos malinterpretaban y rechazaban nuestros hermanos y hermanas? Sufría mucho, no sabía cómo seguiría mi senda en un futuro y estaba atrapada en la negatividad. En las reuniones de esos días, cuando las hermanas discernían la conducta de Zhang Xin, no tenía ganas de hablar. Pensaba: “Me planté para dejar en evidencia a Zhang Xin, y no solo he sido reprimida, mis hermanos y hermanas me han malinterpretado, pensando que ansiaba el liderazgo. Ahora, reprimida y aislada, ¿quién hablará en mi defensa? Lo olvido entonces; estos asuntos de la iglesia no son asunto mío”. Me sentía muy débil y me hallaba en una profunda oscuridad espiritual. En mi angustia, me arrodillé ante Dios con lágrimas en los ojos, y le dije una y otra vez: “¡Dios! Estoy sufriendo mucho tras experimentar estas cosas. ¿Por qué me reprimen y rechazan por practicar la verdad para proteger los intereses de la iglesia? Dios mío, te pido que me guíes, ayúdame a comprender Tu intención”.

Luego leí en la palabra de Dios: “Al afrontar los problemas de la vida real, ¿cómo deberías conocer y entender la autoridad de Dios y Su soberanía? Cuando te enfrentes a estos problemas y no sepas cómo entender, gestionar ni experimentarlos, ¿qué actitud deberías adoptar para demostrar tu intención de someterte, tu deseo de someterte y la realidad de tu sumisión a la soberanía y las disposiciones de Dios? Primero debes aprender a esperar; después, debes aprender a buscar y, después, debes aprender a someterte. ‘Esperar’ significa esperar el tiempo de Dios, a las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha organizado para ti, esperar que Sus intenciones te sean reveladas gradualmente. ‘Buscar’ significa observar y aprender las intenciones sinceras de Dios para ti por medio de las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha establecido, aprender la verdad a través de ellos, lo que los humanos deben lograr y el camino que deben seguir, entender qué resultados quiere obtener Dios en los humanos y qué logros quiere conseguir en ellos. ‘Someterse’, por supuesto, se refiere a aceptar a las personas, los acontecimientos y las cosas que Dios ha orquestado, aceptar Su soberanía y, por medio de esto, llegar a conocer cómo dicta el Creador el porvenir del hombre, cómo provee al hombre con Su vida, cómo obra la verdad dentro del hombre(La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único III). Tras meditar la palabra de Dios, de pronto comprendí que, cuando pasen cosas que no comprendo, debo tener una actitud de sumisión, aprender a buscar la intención de Dios y esperar a que las cosas avancen en el tiempo de Dios. Reparé en que, una vez que entregamos la carta de denuncia, había un proceso para que los líderes superiores la manejaran. Antes de poder ocuparse de ella, seguro que Zhang Xin seguiría haciendo el mal, atacando y excluyendo a los disidentes; esta era la revelación de su malvada naturaleza. Durante ese tiempo teníamos que ser pacientes y esperar. Era una parte necesaria del trámite. Sin embargo, yo no tenía valor para someterme y esperar ni aspiraba a aprender lecciones en este entorno. Al ver que no se habían ocupado de Zhang Xin y que a mí, en cambio, se me había condenado y rechazado, me quejé y malinterpreté a Dios, negué Su justicia y me sentí decepcionada por Él. ¡Era muy poco razonable!

Después, le oré a Dios y le pedí que me guiara para entender Su carácter justo. Leí entonces este pasaje de Su palabra: “¿Cómo conocen y captan las personas el carácter justo de Dios? Los justos reciben Sus bendiciones y los malvados Su maldición. Esta es la justicia de Dios. Dios premia el bien y castiga el mal y recompensa a cada hombre según sus actos. Esto es correcto, pero en este momento hay algunos sucesos que no concuerdan con las nociones humanas, en concreto que existen aquellos que creen en Dios y lo adoran, pero mueren o reciben Sus maldiciones, u otros a los que Dios nunca ha bendecido o prestado atención; por más que lo adoran, Él los ignora. Hay muchas personas malvadas a quienes Dios no bendice ni castiga, pero son ricas, tienen mucha descendencia y todo les va bien; tienen éxito en todo. ¿Esta es la justicia de Dios? Alguna gente dice: ‘Adoramos a Dios, y sin embargo no contamos con Sus bendiciones, mientras que las personas malvadas que no lo adoran e incluso se resisten a Él viven mejor y con mayor prosperidad que nosotros. ¡Dios no es justo!’. ¿Qué os demuestra esto? Os acabo de dar dos ejemplos. ¿Cuál de ellos apela a la justicia de Dios? Algunos dicen: ‘¡Ambos son manifestaciones de la justicia de Dios!’. ¿Por qué afirman esto? Existen principios en las acciones de Dios, solo que la gente no puede verlos claramente, y al no poder hacerlo, no pueden decir que Dios no es justo. El hombre solo puede ver lo que está en la superficie; no puede percibir las cosas tal y como son. Por lo tanto, lo que Dios hace es justo, aunque no coincida con las nociones e imaginaciones del hombre. Hay muchas personas que se quejan constantemente de que Dios no es justo. Esto se debe a que no entienden la situación tal y como es. Es fácil que se equivoquen si siempre mira las cosas a la luz de sus nociones e imaginaciones. El conocimiento de las personas existe entre sus propios pensamientos y puntos de vista, en sus ideas de transacciones o dentro de sus perspectivas sobre el bien y el mal, sobre lo correcto y lo incorrecto, o sobre la lógica. Cuando alguien ve las cosas desde tales perspectivas, resulta fácil que malinterprete a Dios y dé lugar a nociones, y esa persona se resistirá y se quejará de Él(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). “¿Qué opináis? ¿Es la destrucción de Satanás a manos de Dios una expresión de Su justicia? (Sí). ¿Y si Él permitiera que Satanás perdurara? No os atrevéis a decir nada, ¿verdad? La esencia de Dios es la justicia. Aunque no es fácil comprender lo que hace, todo cuanto hace es justo, solo que la gente no lo entiende. Cuando Dios entregó a Pedro a Satanás, ¿cómo respondió Pedro? ‘La humanidad es incapaz de comprender lo que haces, pero todo cuanto haces tiene Tu benevolencia; en todo ello hay justicia. ¿Cómo sería posible que no alabara Tu sabiduría y Tus obras?’. Ahora debes ver que la razón por la que Dios no destruye a Satanás durante la época de Su salvación del hombre es que los seres humanos puedan ver con claridad cómo Satanás los ha corrompido y hasta qué punto lo ha hecho, y cómo Dios los purifica y los salva. En última instancia, cuando la gente haya comprendido la verdad y haya visto claramente el odioso semblante de Satanás, y haya contemplado el monstruoso pecado de la corrupción de Satanás sobre ellos, Dios destruirá a Satanás, mostrándoles Su justicia. El momento en que Dios destruye a Satanás rebosa del carácter y la sabiduría de Dios. Todo cuanto Él hace es justo. Aunque los humanos no sean capaces de percibir la justicia de Dios, no deben juzgarlo a su antojo. Si alguna cosa que haga les parece irracional o tienen nociones al respecto y por eso dicen que no es justo, están siendo completamente irracionales. Tú ya ves que a Pedro le parecían incomprensibles algunas cosas, pero estaba seguro de que la sabiduría de Dios estaba presente y que esas cosas albergaban Su benevolencia. Los seres humanos no pueden comprenderlo todo; hay muchísimas cosas que no pueden entender(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Al meditar la palabra de Dios, me di cuenta de que defendía la noción de que la justicia implicaba equidad y racionalidad. Una persona malvada y un anticristo perturbaban el trabajo de la iglesia, y dado que nosotras protegimos los intereses de esta plantando cara para revelarlo y denunciarlo, Dios debería haber velado por nosotras, habernos protegido y no haber permitido nuestra opresión, y deberían haber expulsado en el acto a la persona malvada y al anticristo. Creía que esa era la justicia de Dios. Tras redactar la carta de denuncia y ver que no se había tratado al anticristo y la persona malvada, que aún tenían altos cargos en la iglesia y que a nosotras nos habían aislado y condenado, empecé a tener dudas sobre la justicia de Dios y llegué a preguntar irracionalmente que dónde estaba Su justicia. ¡Qué arrogante! Recordé que, cuando Pedro fue probado, sufrió una dolorosa refinación. Aunque él no comprendiera lo que estaba haciendo Dios, creía que Dios era justo, hiciera lo que hiciera, y que eso albergaba Su sabiduría. Por eso pudo someterse a Dios y, al final, lo amó al máximo, se sometió a Él hasta la muerte y dio un hermoso testimonio. Sin embargo, yo no comprendía la verdad, y medía la justicia de Dios desde una perspectiva negociadora basada simplemente en lo poco que veía delante de mí. Cuando Dios hacía las cosas que concordaban con mis nociones, que me beneficiaban, Dios me parecía justo y era capaz de alabarlo. Cuando un anticristo me reprimió y mi futuro y mi destino se vieron afectados, perdí la fe en Dios y llegué a dudar que fuera justo y a negar que la iglesia está regida por la verdad y la justicia. Evaluaba la justicia de Dios únicamente en función de si me beneficiaba de Sus actos. Era completamente absurdo. Dios es el Creador, Su esencia es la justicia y Él odia el mal, lo cual viene determinado por Su esencia. Aunque, de momento, la iglesia no había expulsado al anticristo y la persona malvada, eso, ciertamente, no quería decir que a Dios no le disgustaran sus actos, que no despreciara el mal y que la iglesia no estuviera regida por la verdad. Esto albergaba la sabiduría y los buenos propósitos de Dios. Yo, sencillamente, no lo entendía. Tenía que ser razonable, asumir mi lugar como ser creado, someterme a la soberanía y disposiciones de Dios, orarle y buscar, y esperar Su esclarecimiento y guía. Entendido esto, se me iluminó el corazón y se disiparon mis malentendidos sobre Dios. También vi que algunos hermanos y hermanas de la iglesia aún no habían visto a Zhang Xin tal y como era. Por medio de estas cosas, poco a poco todos llegarían a ver la esencia de Zhang Xin. Todo el mundo tenía que verla tal y como era para poder rechazarla. Eso nos ayudaría mucho a desarrollar nuestro discernimiento. Tras comprenderlo, oré a Dios para decirle que quería someterme a Su soberanía y Sus arreglos y aprender lecciones en este entorno.

Más tarde, en la palabra de Dios leí: “Si quieres salvarte, no solo debes superar el obstáculo del gran dragón rojo, no solo debes ser capaz de discernirlo, de ver más allá de su horrible semblante y rebelarte completamente contra él; también tienes que superar el obstáculo de los anticristos. En la iglesia, un anticristo no solo es el enemigo de Dios, sino también el de Su pueblo escogido. Si no consigues discernir a los anticristos, eres susceptible de dejarte desorientar y conquistar, de transitar la senda de un anticristo y de ser maldecido y castigado por Dios. Si eso ocurre, tu fe en Dios ha fallado por completo. ¿Qué ha de poseer una persona para que le concedan la salvación? En primer lugar, debe comprender un gran número de verdades y ser capaz de discernir la esencia, el carácter y la senda de un anticristo. No hay otra manera de asegurarse de no idolatrar ni seguir a una persona al mismo tiempo que uno cree en Dios; es la única manera de seguir a Dios hasta el final. Solo quienes son capaces de discernir a un anticristo podrán creer verdaderamente en Dios, seguirlo y dar testimonio de Él. Habrá entonces quien diga: ‘¿Qué hago si en este momento no poseo la verdad para ello?’. Debes equiparte con la verdad a toda prisa; debes aprender a ver el interior de las personas y de las cosas. Discernir a un anticristo no es un asunto sencillo, y exige la capacidad de ver claramente su esencia, y distinguir las intrigas, los trucos, las intenciones y los objetivos detrás de todo lo que hacen. De esta manera no te dejarás desorientar o controlar por ellos, y podrás mantenerte firme, perseguir la verdad de forma segura y continuar en la senda de la búsqueda de la verdad y la obtención de la salvación. Si no puedes superar el obstáculo de los anticristos, entonces se puede decir que estás en gran peligro y que eres susceptible de que te desoriente y capture un anticristo y vivir bajo la influencia de Satanás. […] Así que, si quieres llegar a donde te pueden conceder la salvación, la primera prueba que debes pasar es la de percibir y calar a Satanás, y también debes tener el coraje de levantarte, desenmascararlo y abandonarlo. ¿Dónde está Satanás entonces? Está a tu lado y a tu alrededor; incluso podría estar viviendo dentro de tu corazón. Si estás viviendo en el carácter de Satanás, se puede decir que le perteneces. No puedes ver ni tocar al Satanás ni a los espíritus malvados del reino espiritual, pero los satanases y los demonios vivientes que existen en la vida real están en todas partes. Toda persona que siente aversión por la verdad es malvada, y todo líder u obrero que no acepta la verdad es un anticristo o un falso líder. ¿Acaso no son esas personas satanases y demonios vivientes? Estas personas pueden ser las mismas que adoras y respetas; pueden ser las que te guían o las que has admirado, en las que has confiado, de las que has dependido y las que has esperado en tu corazón durante mucho tiempo. De hecho, sin embargo, son obstáculos que se interponen en tu camino y te impiden perseguir la verdad y obtener la salvación: son falsos líderes y anticristos. Pueden tomar el control de tu vida y de la senda que recorres, y pueden arruinar tu oportunidad de obtener la salvación. Si no los disciernes y los descubres, puede que te desorienten o que te capturen en cualquier momento. Por lo tanto, te encuentras en gran peligro. Si no puedes librarte de este peligro, te conviertes en la víctima sacrificial de Satanás. De cualquier manera, las personas que son desorientadas y controladas, y se convierten en los seguidores de un anticristo no pueden nunca, jamás, alcanzar la salvación. Como no aman ni persiguen la verdad, es un resultado inevitable que las desorienten y sigan a un anticristo(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 3: Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad). Tras meditar la palabra de Dios, entendí Su intención. Dios permite que surjan anticristos y personas malvadas en la iglesia y Su sabiduría está detrás de ello. Dios usa su perturbación y desorientación como un medio para darles discernimiento a las personas, para que podamos liberarnos de la oscura influencia de Satanás y alcanzar la salvación. Recordé que Zhang Xin me había reprimido y castigado, y mis hermanos y hermanas me habían malinterpretado y rechazado. Aunque eso me ocasionó sufrimiento, mientras tanto, vi un ejemplo real de cómo desorientan y perjudican los anticristos a la gente, adquirí conocimiento y discernimiento, y tuve claro que Zhang Xin era un anticristo cuya esencia odiaba la verdad y era hostil a Dios. Ya no me sentía limitada y controlada por ella, aprendí de sus fallos y supe eludir la senda equivocada. ¿No fueron estas unas ganancias reales? ¿No fue todo esto el amor y la salvación de Dios? Cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que Dios es sabio y justo, y más lamentaba no conocer Su carácter justo. Cuando me oprimieron, me limité a culpar a Dios de toda esa falta de rectitud, lo malinterpreté y me quejé de Él. Fui muy rebelde. Cuando lo entendí, me sentí en deuda con Dios y quise arrepentirme. Dejar en evidencia a los falsos líderes y anticristos es algo bueno y justo, además de mi responsabilidad y obligación. Si se podía dejar en evidencia y expulsar a las personas malvadas, y si mis hermanos y hermanas podían tener una buena vida de iglesia. Aunque estos me malinterpretaran o yo fuera expulsada por el anticristo, no había nada que lamentar. Recordé otro pasaje de la palabra de Dios: “Los hombres malvados siempre serán malvados y nunca escaparán del día del castigo. Los hombres buenos siempre serán buenos y serán revelados cuando la obra de Dios culmine. Ni uno de los malvados será considerado justo, y ninguno de los justos será considerado malvado. ¿Acaso permitiría Yo que se acuse injustamente a algún hombre?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que se someten a Dios con un corazón sincero, con seguridad serán ganados por Él). La palabra de Dios era muy clara. Él es justo, da misericordia y salvación a quienes lo aman sinceramente, y maldice y castiga a las personas malvadas y anticristos. Esto viene determinado por Su carácter justo. Depende de Dios, no de los anticristos, que yo me salve o no. Aunque nuestra iglesia estaba controlada por el anticristo y este nos reprimió, esto tan solo era algo temporal. Dios lo ve todo, el Espíritu Santo lo revela todo y, tarde o temprano, el anticristo sería revelado y descartado. Esos días medité a menudo la palabra de Dios, y poco a poco me sentí liberada y aumentó mi confianza en la obra de Dios.

Un día, los líderes superiores ordenaron a dos hermanas resolver el caos en nuestra iglesia. Emocionadísimos, dimos gracias a Dios una y otra vez. Inesperadamente, tras denunciar verazmente la malvada conducta de Zhang Xin, únicamente la destituyeron por ser una falsa líder. Aunque todos reanudamos la vida de iglesia, no pude evitar sentir inquietud. Zhang Xin era malvada por naturaleza. Había castigado y reprimido implacablemente a gente en aras de su estatus, castigaba y reprimía a la gente, y atraía y defendía a las personas malvadas. Además, no aceptaba para nada la verdad y se negaba a arrepentirse. No era una falsa líder, sino un verdadero anticristo. Sin embargo, luego pensé: “Si planteo esto, ¿dirán los hermanos y hermanas que me niego tercamente a dejar atrás sus problemas? Entonces olvídalo, no es asunto mío. De todos modos, ya no me va a hacer nada”. Teniéndolo presente, decidí no comentar más estas cosas. En mis devocionales, leí en la palabra de Dios: “Los anticristos nunca aceptarán la verdad; persistirán en sus errores hasta el final, y no cambiarán de rumbo ni se arrepentirán(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)). Sabía que Zhang Xin tenía la esencia de un anticristo y, si no la expulsaban, aprovecharía cualquier oportunidad para perturbar la vida de iglesia y generar caos, y entonces mis hermanos y hermanas sufrirían de nuevo bajo su mano. Tenía que plantar cara y exponer a Zhang Xin. No podía seguir protegiéndome a mí misma. En la palabra de Dios leí: “Una vez que la verdad se haya convertido en vida en ti, cuando observes a alguien que es blasfemo hacia Dios, no es temeroso de Él, y es superficial al cumplir con su deber, o que trastorna y perturba el trabajo de la iglesia, responderás de acuerdo con los principios-verdad, y serás capaz de identificarlos y exponerlos cuando sea necesario. Si la verdad no se ha convertido en tu vida y todavía vives inmerso en tu carácter satánico, entonces cuando descubras a personas malvadas y a demonios que causen trastornos y perturbaciones en el trabajo de la iglesia, harás la vista gorda y oídos sordos; los desestimarás sin que te lo reproche tu conciencia. Llegarás a creer que cualquiera que perturbe el trabajo de la iglesia no tiene nada que ver contigo. Por más que se resientan el trabajo de la iglesia y los intereses de la casa de Dios, a ti no te importa, ni intervienes ni te sientes culpable, lo que te convierte en alguien sin conciencia ni razón, un incrédulo, un contribuyente de mano de obra. Comes de lo que es de Dios, bebes de lo que es de Dios y disfrutas de todo lo que viene de Dios, pero crees que ningún perjuicio a los intereses de la casa de Dios tiene que ver contigo, lo que te convierte en un traidor que muerde la mano que le da de comer. Si no proteges los intereses de la casa de Dios, ¿eres siquiera humano? Eres un demonio que se ha introducido en la iglesia. Finges creer en Dios, ser de Sus escogidos, y quieres gorronear en la casa de Dios. No estás viviendo la vida de un ser humano, eres más un demonio que una persona y, obviamente, eres un incrédulo. Si eres alguien que cree realmente en Dios, entonces, aunque aún no hayas obtenido la verdad y vida, al menos hablarás y actuarás desde el lado de Dios; al menos no te quedarás impasible cuando veas que los intereses de la casa de Dios están comprometidos. Cuando tengas el impulso de hacer la vista gorda, te sentirás culpable, a disgusto, y te dirás a ti mismo: ‘No puedo quedarme aquí sentado sin hacer nada, debo levantarme y decir algo, debo asumir la responsabilidad, debo desenmascarar este mal comportamiento, debo detenerlo para que los intereses de la casa de Dios no se vean perjudicados, y la vida de iglesia no se vea perturbada’. Si la verdad se ha convertido en tu vida, entonces no solo tendrás este valor y esta determinación y serás capaz de comprender el asunto del todo, sino que también cumplirás con la responsabilidad que te corresponde en la obra de Dios y en los intereses de Su casa, con lo que cumplirás con tu deber(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Al leer la palabra de Dios, entendí que gracias a Su esclarecimiento y guía tenía cierto discernimiento de los malvados actos de Zhang Xin y Xiao Liu. Si no me plantaba y las dejaba en evidencia, no tenía conciencia ni protegería el trabajo de la iglesia. No podía seguir siendo egoísta y despreciable, mirando a otro lado. Me acordé de algo escrito en los decretos administrativos de la Era del Reino: “Haz todo lo que sea beneficioso para la obra de Dios y nada que vaya en detrimento de los intereses de la misma. Defiende el nombre, el testimonio y la obra de Dios(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los diez decretos administrativos que el pueblo escogido de Dios debe obedecer en la Era del Reino). Entendí las exigencias de Dios. Era miembro de la iglesia, así que en todo lo concerniente a la labor de aquella, yo tenía la responsabilidad de plantar cara y protegerla. Posteriormente vinieron los líderes superiores a analizar la situación. Yo denuncié el malvado comportamiento de Zhang Xin y Xiao Liu, y los líderes superiores empezaron a investigar de nuevo para verificarlo. En una reunión, gracias a las enseñanzas sobre la verdad de identificar a los anticristos, todos los hermanos y hermanas ganaron discernimiento. Uno a uno revelaron y denunciaron los malvados actos de Zhang Xin y Xiao Liu. Al final se comprobó que Zhang Xin era un verdadero anticristo y la expulsaron de la iglesia. Xiao Liu, tras negarse a arrepentirse de su maldad, fue expulsada por ser cómplice de un anticristo. Algunos hermanos y hermanas que fueron desorientados por Zhang Xin entraron en razón y todos la rechazaron y dejaron de seguirla. Después, la vida de iglesia volvió a la normalidad.

Pese a los vericuetos para denunciar a este anticristo, ser reprimida por ella me permitió ganar más discernimiento sobre los anticristos, desarrollé mi perspectiva y recibí algo de experiencia y conocimiento reales del carácter justo de Dios, y mi fe en Él aumentó todavía más. ¡Le agradezco totalmente a Dios!

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

Contenido relacionado

Deja un comentario

Reducir tamaño de fuente
Aumentar tamaño de fuente
Pantalla completa
Salir de pantalla completa