Lo que aprendí al expulsar a una persona malvada

17 Ene 2025

Por An Xin, China

En abril de 2021, regresé a mi iglesia original después de estar fuera, y conocí a Liu Min. Casi la habían expulsado porque, como líder de la iglesia, aparte de no realizar trabajo real, ascendió a las personas según su propia voluntad, en contra de los principios, y protegíó a los anticristos y a la gente malvada sin encargarse de ellos. Esto había provocado la ineficacia de varias obras de la iglesia. Durante ese período, algunos hermanos y hermanas hablaron con ella, pero se negaba a aceptarlo. La líder durante ese período, la hermana Wang Yi, evaluó su comportamiento y sospechó que podía ser una persona malvada, pero, debido a la falta de pruebas, concluyó que podía tratarse solo de una manifestación temporal. Tras hablar con otros líderes y obreros, decidieron darle otra oportunidad para arrepentirse y observarla. Por eso, no la expulsaron.

Una vez, mientras hablaba con Liu Min, le pregunté qué lecciones había aprendido de aquella experiencia. Pensé que tendría comprensión y arrepentimiento genuinos después de un fracaso y una revelación tan importantes. Inesperadamente, Liu Min dijo: “Simplemente fui propensa a actuar impetuosamente. Además, nadie me ayudó en ese momento”. Al escucharlo, pensé: “Aunque no te expulsaron, es un hecho que hiciste cosas malvadas. ¿Por qué no reflexionas sobre ti misma y aprendes de ello?”. Más tarde, descubrí que, además de no conocerse a sí misma, distorsionó los hechos y difundió rumores por donde fue que hicieron creer a los demás que Wang Yi la había perjudicado y reprimido. Sin conocer la verdad del asunto, los hermanos y hermanas la creyeron, y pensaron que Wang Yi era el problema. Más adelante, me eligieron líder de la iglesia. Poco después, me di cuenta de que Liu Min descuidaba su deber en favor de asuntos personales. Le señalé su irresponsabilidad y hablé con ella sobre las palabras de Dios relacionadas con la actitud adecuada ante los deberes de uno. Pero no lo aceptó, e incluso empezó a tener un prejuicio contra mí. En las reuniones decía una y otra vez a los hermanos y hermanas que yo era demasiado exigente con ella, y los desorientaba con sus palabras de tal manera que ellos también empezaron a tener prejuicios contra mí. Esta situación me limitaba mucho. No me atreví a volver a señalarle sus problemas por miedo a que siguiera metiéndose conmigo y no se detuviera. Pero Liu Min no dejó de cometer maldades. Aprovechó la noticia de que la iglesia había aislado a una hermana para que reflexionara, y distorsionó los hechos para difundir que los líderes y obreros expulsaban de forma arbitraria a la gente y arruinaban así sus vidas. Esto creó ansiedad entre los hermanos y hermanas, y les hizo desconfiar de los líderes y obreros, lo que sumió a la iglesia en la confusión. Al ver la gravedad de la situación, me di cuenta de que había un problema. Pensé en el comportamiento de Liu Min, en cómo rechazaba constantemente la verdad, tendía a criticar las acciones de los demás y usarlas para vengarse de ellos. Además de no admitir sus maldades del pasado tras ser despedida de su cargo, aprovechaba este asunto y no lo dejaba pasar, y juzgaba a Wang Yi en todo momento, y afirmaba que la habían agraviado. Cuando le señalé que había sido una irresponsable al cumplir con su deber, me guardó rencor y distorsionó los hechos para juzgarme a mis espaldas, lo que provocó que los hermanos y hermanas tuvieran prejuicios contra mí. También aprendí que, cuando era líder, pese a la aparición de una banda de anticristos en la iglesia, aparte de no encargarse de ellos, pidió a las diaconisas que ayudaran más a estos anticristos con amor, y exigió a los que los denunciaban que se comprendieran mejor a sí mismos y aprendieran sus lecciones. Además, después de que despidieran a su hermana menor por no hacer un trabajo real, Liu Min había escrito al alto liderazgo en varias ocasiones, preguntándoles por qué habían despedido a su hermana, e incluso dijo: “Si alguien me despide de mi puesto, no se lo pondré fácil”. Al enterarme de esto, pensé: “El comportamiento de Liu Min no es simplemente una revelación momentánea de corrupción, ¡es un problema que tiene que ver con su esencia-naturaleza!”. Leí dos pasajes de las palabras de Dios: “Todos los que han sido corrompidos por Satanás tienen un carácter corrupto. Algunos no tienen nada más que un carácter corrupto, mientras que otros son diferentes: no solo tienen un carácter satánico corrupto, sino que su naturaleza también es extremadamente malévola. No solo sus palabras y acciones revelan su carácter corrupto y satánico; además, estas personas son los auténticos diablos y satanases(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Una advertencia a los que no practican la verdad). “No importan los errores que hayan cometido ni las cosas malas que hayan hecho, estas personas con actitudes crueles no permitirán que nadie las deje en evidencia ni las pode. Si alguien las pone al descubierto y las ofende, se enfurecerán, tomarán represalias y nunca pasarán página. No tienen paciencia ni tolerancia hacia otros ni son capaces de tener aguante con ellos. ¿En qué principio se basa su conducta? ‘Prefiero traicionar a ser traicionado’. En otras palabras, no toleran que nadie las ofenda. ¿Acaso no es esta la lógica de la gente malvada? Esta es exactamente la lógica de la gente malvada. Nadie puede ofender a estos individuos. Para ellos, resulta inaceptable que alguien los irrite lo más mínimo y odian a todo aquel que lo hace. Irán detrás de esa persona sin cesar y nunca pasarán página; así es la gente malvada(La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (14)). A la luz de las palabras de Dios, vi que la naturaleza de Liu Min era malévola y que odiaba la verdad. Aparte de proteger constantemente a los anticristos y a la gente malvada, solía criticar las acciones de los demás para causar infinidad de problemas. Se devanaba los sesos buscando formas de juzgar y tomar represalias contra los que le daban consejos o hacían cosas que ponían en peligro sus intereses. Al hacerlo, sembró la discordia en la iglesia y perturbó la vida de iglesia. A pesar de los numerosos intentos de hablar con ella y ayudarla, seguía sin arrepentirse. Al basarme en su comportamiento constante, confirmé que, efectivamente, era una persona malvada. Tras hablar con otros líderes y obreros, informamos de su situación al alto liderazgo.

El alto liderazgo nos indicó que aisláramos a Liu Min para evitar que siguiera perturbando la vida de la iglesia y para recoger sus materiales. Después, debíamos hablar sobre ella y discernirla con los hermanos y hermanas, y luego expulsarla. Al escucharlo, me preocupé al pensar: “La última vez, debido a la falta de pruebas, no expulsaron a Liu Min, y cuando se enteró, causó un sinfín de problemas, y no ha dejado en paz a Wang Yi desde entonces. Cuando le señalé sus problemas, además de no aceptarlos, distorsionó de forma constante los hechos para juzgarme. Al despedir a su hermana menor, llegó a decir que si alguien la despedía a ella, no le pondría las cosas fáciles. La humanidad de Liu Min es muy malvada; si se entera de que la han expulsado, ¿no montará un gran escándalo? ¿Quién sabe qué cosas perjudiciales podría hacerme? ¿Se vengaría de mí? Incluso sabe dónde vivo. ¿Y si viene a casa en un arrebato de ira para pelearse conmigo y provoca una escena en la que todos mis vecinos se enteran de mi fe, y me pone en peligro?”. Cuanto más lo pensaba, más temía. No sabía cómo afrontar la inminente situación. Oré a Dios y Le pedí que me guiara. Después, leí un pasaje de las palabras de Dios: “Los anticristos tienen actitudes extremadamente crueles. Si intentas podarlos o dejarlos en evidencia, te odiarán y te clavarán los dientes como si fueran serpientes venenosas y, por mucho que lo intentes, no podrás desprenderte de ellos ni quitártelos de encima. ¿Sentís temor cuando os encontráis con tales anticristos? Algunas personas sienten temor y dicen: ‘No me atrevo a podarlos. Son tan feroces como serpientes venenosas y, si se enroscan en mí, estaré acabado’. ¿Qué clase de personas son estas? Tienen una estatura demasiado pequeña, no sirven para nada, no son los buenos soldados de Cristo y no pueden dar testimonio de Dios. Entonces, ¿qué debéis hacer cuando os encontráis con tales anticristos? Si te amenazan o intentan quitarte la vida, ¿tendrías miedo? En esas situaciones, debes aliarte rápidamente con tus hermanos y hermanas y levantaros, investigar, reunir pruebas y dejar en evidencia al anticristo hasta que se lo eche de la iglesia. Eso resuelve el problema en su totalidad. Cuando descubres a un anticristo y reconoces claramente que tiene las características de una persona malvada y que es capaz de castigar a otros y tomar represalias contra ellos, no esperes a que haga el mal y reúne pruebas antes de ocuparte de él. Esta es una actitud pasiva, y para entonces ya habrá provocado algunas pérdidas. Cuando los anticristos muestran que tienen las características de una persona malvada y revelan su carácter insidioso y malévolo, y están a punto de actuar, es mejor encargarse de ellos, afrontarlos, echarlos y expulsarlos. Esta es la estrategia más prudente. Algunas personas temen que los anticristos tomen represalias y por eso no se atreven a exponerlos. ¿No es una necedad? No eres capaz de proteger los intereses de la casa de Dios, lo que demuestra intrínsecamente que eres desleal a Dios. Te preocupa que un anticristo pueda encontrar algo que usar en tu contra para vengarse de ti: ¿cuál es el problema? ¿Puede ser que no confíes en la justicia de Dios? ¿No sabes que en Su casa reina la verdad? Incluso si un anticristo consigue encontrar algunos problemas de corrupción en ti y monta un escándalo sobre ellos, no debes preocuparte. En la casa de Dios, los problemas se resuelven en base a los principios-verdad. Que una persona incurra en transgresiones no significa que sea una persona malvada, y la casa de Dios nunca se encarga de alguien por una revelación momentánea de corrupción o por una transgresión ocasional. La casa de Dios se encarga de aquellos anticristos y personas malvadas que causan perturbaciones y hacen el mal de manera sistemática y que no aceptan ni siquiera una pizca de la verdad. La casa de Dios jamás agravia a una buena persona; trata a todos con justicia. Incluso si los falsos líderes o los anticristos acusan falsamente a una buena persona, la casa de Dios la vindicará. La iglesia jamás echa ni se encarga de una buena persona que puede desenmascarar anticristos y que tiene un sentido de la rectitud. Las personas temen todo el tiempo que los anticristos encuentren algo que usar en su contra para vengarse de ellas. Pero ¿no teméis ofender a Dios y provocar Su desdén? Si temes que un anticristo encuentre algo que usar en tu contra para vengarse de ti, ¿por qué no buscas pruebas de las acciones malvadas de ese anticristo para reportarlo y desenmascararlo? Con eso ganarás la aprobación y el apoyo del pueblo escogido de Dios y, más importante aún, Dios recordará tus buenas obras y acciones rectas. ¿Por qué no hacer eso, entonces? El pueblo escogido de Dios siempre debe tener presente la comisión de Dios. La depuración de las personas malvadas y de los anticristos es siempre la parte más decisiva de la batalla contra Satanás; si se gana esa batalla, se convertirá en el testimonio de un vencedor. La batalla contra los diablos y satanases es un testimonio vivencial que el pueblo escogido de Dios debe tener, y una realidad-verdad que los vencedores deben poseer. Dios les ha concedido mucha verdad a las personas; te ha guiado durante mucho tiempo y te ha proporcionado tanto con el objetivo de que des testimonio y protejas la obra de la iglesia. Resulta que, cuando las personas malvadas y los anticristos llevan a cabo acciones malvadas y perturban la obra de la iglesia, te vuelves asustadizo y retrocedes, huyendo y cubriéndote la cabeza con las manos. Eres un bueno para nada. No puedes vencer a los satanases, no has dado testimonio y Dios te detesta. En este momento crucial debes levantarte y librar una guerra contra los satanases, sacar a la luz las acciones malvadas de los anticristos, condenarlos y maldecirlos, dejarlos sin un lugar donde esconderse y depurarlos de la iglesia. Solo eso se puede considerar vencer a los satanases y sellar su sino. Eres un miembro del pueblo escogido de Dios, un seguidor de Dios. No puedes temer a los desafíos; debes actuar de acuerdo con los principios-verdad. Eso es lo que significa ser un vencedor. Si temes a los desafíos y transiges porque tienes miedo de que las personas malvadas o los anticristos tomen represalias, entonces, no eres un seguidor de Dios ni un miembro de Su pueblo escogido. Eres un bueno para nada, eres incluso inferior a la mano de obra. Algunos cobardes podrían decir: ‘Los anticristos son tremendos, son capaces de cualquier cosa. ¿Y si se vengan de mí?’. Esas son palabras atolondradas. Si temes que los anticristos tomen represalias, ¿dónde está tu fe en Dios? ¿Acaso Él no te ha protegido durante muchos años de tu vida? ¿Acaso los anticristos no están también en las manos de Dios? ¿Qué pueden hacerte ellos si Dios no lo permite? Además, sin importar lo malvados que sean los anticristos, ¿de qué son capaces realmente? ¿No es demasiado fácil para el pueblo escogido de Dios aliarse y desenmascararlos y encargarse de ellos? Entonces, ¿por qué temerlos? Tales personas son buenas para nada y no merecen seguir a Dios. Volved a vuestras casas, criad a vuestros hijos y vivid vuestra vida. Frente a los anticristos que perturban la obra de la iglesia y perjudican al pueblo escogido de Dios, ¿cómo debería responder Su pueblo escogido a las acciones malvadas de estos? ¿Cómo deberían mantenerse firmes en su testimonio aquellos que siguen a Dios? ¿Cómo deberían luchar contra las fuerzas de Satanás y los anticristos? Cuando los anticristos perturban, hacen el mal y se oponen a Dios, queda totalmente en evidencia si tú te sometes y eres leal a Él o si permaneces al margen y lo traicionas. Si no eres una persona que se somete a Dios y es leal a Él, entonces eres una persona que lo traiciona. No hay otra opción. Algunos individuos atolondrados y aquellos que carecen de discernimiento toman una postura neutral y se convierten en observadores neutrales. A ojos de Dios, esas personas no tienen lealtad hacia Él y lo han traicionado(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VIII)). Las palabras de Dios dicen que exponer a los anticristos y a la gente malvada es responsabilidad y deber de todo el pueblo escogido de Dios, y que es una manifestación real de proteger la obra de la iglesia. Sin embargo, me daba mucho miedo exponer y tratar con gente malvada. Siempre sentía que, una vez que los expusiera, se enroscarían a mi alrededor como una serpiente venenosa y no sería capaz de quitármelos de encima. Las palabras de Dios dicen: “Tienen una estatura demasiado pequeña, no sirven para nada, no son los buenos soldados de Cristo y no pueden dar testimonio de Dios”. Me sentí culpable y molesta cuando leí las palabras “no sirven para nada”. Como líder de la iglesia, debería haber considerado la intención de Dios y protegido el funcionamiento normal de la obra de la iglesia y de la vida de la iglesia. Pero al ver que Liu Min difundía rumores y juicios por todas partes de que los líderes y obreros expulsaban a la gente sin principios, lo que causaba que los hermanos y hermanas tuvieran prejuicios, se pusieran en guardia contra los líderes y obreros, y perturbaba gravemente la vida de la iglesia, no tuve el valor de encargarme de Liu Min de acuerdo con los principios. Temía que se aferrara y tomara represalias contra mí, atormentándome y causándome problemas. Para proteger mis propios intereses, quise actuar como una tortuga, observaba a la gente malvada que perturbaba la iglesia, pero sin encargarme de ella, y sin proteger a tiempo la obra de la iglesia. No cumplía con mis responsabilidades. ¡Fui tan egoísta y tan cobarde, tan buena para nada! Sobre todo, cuando leí las palabras de Dios: “Si temes que los anticristos tomen represalias, ¿dónde está tu fe en Dios? ¿Acaso Él no te ha protegido durante muchos años de tu vida? ¿Acaso los anticristos no están también en las manos de Dios? ¿Qué pueden hacerte ellos si Dios no lo permite?”. Me sentí aún más avergonzada. Dios es soberano sobre todas las cosas, y los anticristos y la gente malvada también están en manos de Dios. Sin el permiso de Dios, no pueden hacer nada. Había creído en Dios, así como comido y bebido tantas de sus palabras, pero no tenía verdadera fe en Dios. ¡Era muy patética! Al pensar en esto, me odié a mí misma por ser una decepción, y decidí considerar la intención de Dios y confiar en Él para depurar a esta persona malvada. Así que oré a Dios, y le pedí que me diera fe y fuerza para mantenerme fiel a mis principios y no temer a esta persona malvada.

Después, expusimos y diseccionamos el comportamiento de Liu Min y la aislamos. Ni lo aceptó ni reflexionó sobre sí misma, e incluso dijo que había hecho estas cosas porque los hermanos y hermanas no la habían ayudado. No reconocía sus acciones malvadas, ni tenía remordimientos. En aquel momento, los hermanos y hermanas no tenían mucho discernimiento sobre ella. Pensaban que Liu Min tenía algunos dones, que hablaba de forma lógica y clara, y que era capaz de soportar el sufrimiento y esforzarse. Tenían una buena impresión de ella. Me preocupaba al pensar: “Si hablo con los hermanos y hermanas y disecciono a Liu Min como una persona malvada, no lo van a aceptar y no estarán de acuerdo con su expulsión, ¿qué debo hacer? ¿Creerán todos que manejé las cosas de forma injusta y empezarán a tener prejuicios contra mí? ¿Se hundirá la iglesia en un caos? Si es así, ¿me considerarán responsable? ¿Me despedirán?”. En ese momento, me di cuenta de que volvía a vivir en un estado de cobardía y preocupación, así que oré a Dios, dispuesta a rebelarme contra mí misma y practicar la verdad. Entonces, busqué la forma de comunicarme con los hermanos y hermanas para lograr resultados. Leí un pasaje de las palabras de Dios: “De acuerdo con la duodécima responsabilidad, la tercera exigencia para los líderes y obreros es que, cuando abordan los trastornos y perturbaciones que causan las personas malvadas, deben comer y beber de las palabras de Dios junto con el pueblo escogido de Dios a fin de reflexionar y conocerse a sí mismos y lograr un cambio de rumbo auténtico. Deben ser capaces de guiar al pueblo escogido de Dios para que entre en la realidad-verdad, se despoje de su carácter corrupto y logre seguir a Dios, someterse a Él y dar testimonio de Él. Únicamente este tipo de labor está en consonancia con Sus intenciones. Por un lado, aquellos líderes y obreros que trabajan de esta manera son capaces de resolver problemas y de equiparse de la verdad mientras lo hacen. Por otro, cuando resuelven los problemas a través de compartir la verdad, ayudan a los hermanos y hermanas a entenderla, a saber cómo reflexionar sobre sí mismos y conocerse, a despojarse de su carácter corrupto, a cumplir bien con sus deberes, a saber cómo discernir y tratar a las personas, a lograr seguir y someterse a Dios, a que los demás no los limiten y a mantenerse firmes en su testimonio. En esto consiste cumplir bien con los deberes de los líderes y obreros, y es el principio que deben practicar para resolver los problemas mientras llevan a cabo la obra de la iglesia. Independientemente de los problemas que surjan en la iglesia, lo primero y principal es que los líderes y obreros busquen la verdad, capten las intenciones de Dios y busquen Su guía juntos. Luego, deben buscar aquellas palabras de Dios que sean pertinentes para resolver los diferentes problemas que existen. A medida que resuelven los problemas, los líderes y obreros deben hablar más con los hermanos y hermanas sobre esas palabras pertinentes de Dios y comprender la esencia de los problemas a partir de ellas. Para discernir estos asuntos, también deben hacer que el pueblo escogido de Dios comparta su propio entendimiento. Una vez que la mayoría sea capaz de tener el mismo entendimiento y llegue a un consenso, resultará más fácil resolver los problemas. Mientras los solucionas, no repitas los acontecimientos una y otra vez ni persigas detalles nimios y tampoco culpes a las personas involucradas en los problemas. Al principio, no te centres en cuestiones menores. En su lugar, comparte la verdad con claridad, porque esto revelará la naturaleza de los problemas. Solo este enfoque ayuda al pueblo escogido de Dios a aprender a discernir los problemas en función de las palabras de Dios, a obtener discernimiento a partir de las personas, acontecimientos y cosas que surgen, y a aprender lecciones prácticas de ellos. También les permite comparar las palabras y doctrinas que normalmente entienden con la vida real y comprender realmente la verdad. ¿No es esto lo que deberían hacer los líderes y obreros? […] ¿Cómo deben los líderes de la iglesia guiar al pueblo escogido de Dios? La principal manera es guiándolo para identificar y solucionar problemas en la vida real, a practicar y experimentar las palabras de Dios en su vida real, de modo que no solo sea capaz de poner en práctica la verdad, sino también de discernir tanto las cosas negativas como las personas negativas, es decir, los falsos líderes, los falsos obreros, las personas malvadas, los incrédulos y los anticristos. El propósito de discernir a diversas personas es resolver problemas. Solo al solucionar por completo las perturbaciones que causan las personas malvadas y los anticristos, puede la obra de la iglesia avanzar sin obstáculos y se cumplirá en la iglesia la voluntad de Dios. Al mismo tiempo, ocuparse de la gente malvada sirve de advertencia para evitar cometer errores o hacer el mal, lo que le permite a uno lograr temer a Dios y apartarse del mal(La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (20)). Tras leer las palabras de Dios, entendí que un aspecto de la responsabilidad de un líder y obrero es que, cuando la gente malvada y los anticristos interrumpen y perturban la obra de la iglesia, deben equiparse y equipar a los hermanos y hermanas con la verdad y aprender juntos las lecciones que les lleven a discernir a los anticristos y a la gente malvada, y a no dejarse desorientar y perturbar. Al mismo tiempo, también deben guiar a los hermanos y hermanas para que comprendan el significado de la obra de depuración de la iglesia. Solo al depurar a los incrédulos, los anticristos y la gente malvada, el pueblo escogido de Dios puede perseguir la verdad y cumplir con sus deberes en un entorno estable. Al comprender estos hechos, pensé: “Ahora, los hermanos y hermanas no tienen discernimiento sobre Liu Min, y algunos incluso la adoran porque ven sus aparentes dones y elocuencia, pero no disciernen su esencia basándose en los motivos y la naturaleza de sus acciones y su actitud hacia la verdad. Debería guiar a los hermanos y hermanas a discernir el comportamiento y las acciones de Liu Min de acuerdo con las palabras de Dios, para que no se dejen desorientar. Eso es cumplir con la responsabilidad de un líder”. Entonces, busqué verdades sobre el discernimiento de la esencia-naturaleza de las personas y me basé en el comportamiento continuo de Liu Min para hablar con los hermanos y hermanas. Después de escucharme, acordaron expulsar a Liu Min. Algunos hermanos y hermanas incluso dijeron: “Ahora entiendo a qué se refiere Dios cuando expone cómo la gente malvada se niega a arrepentirse, Liu Min es un ejemplo andante”. Al ver el resultado, me llené de gratitud a Dios, sabía que era el resultado de Sus palabras. Luego, entre todos compartimos y vimos que el hecho de que Dios permita que la iglesia tenga anticristos y gente malvada es parte de Su buena intención, y usó este ejemplo real de Liu Min para mostrarnos cómo es la gente malvada. Era mucho más práctico que pronunciar palabras vacías de teoría.

Después, también reflexioné sobre mí misma, preguntándome por qué había sido tan temerosa e indecisa para atenerme a los principios a la hora de expulsar a gente malvada. Leí las palabras de Dios que decían: “Mientras las personas no hayan experimentado la obra de Dios y no hayan comprendido la verdad, la naturaleza de Satanás es la que toma las riendas y las domina desde el interior. ¿Qué cosas específicas conlleva esa naturaleza? Por ejemplo, ¿por qué eres egoísta? ¿Por qué proteges tu propia posición? ¿Por qué tienes sentimientos tan fuertes? ¿Por qué te gustan esas cosas injustas? ¿Por qué te gustan esas maldades? ¿Cuál es la base para que te gusten estas cosas? ¿De dónde proceden? ¿Por qué las aceptas de tan buen grado? Para este momento, todos habéis llegado a comprender que esto se debe, principalmente, al veneno de Satanás que hay dentro del hombre. Entonces, ¿qué es el veneno de Satanás? ¿Cómo se puede expresar? Por ejemplo, si preguntas ‘¿Cómo debería vivir la gente? ¿Para qué debería vivir?’, te responderán: ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’. Esta sola frase expresa la raíz del problema. La filosofía y la lógica de Satanás se han convertido en la vida de las personas. Sea lo que sea lo que persigue la gente, lo hace para sí misma, por tanto solo vive para sí misma. ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’: esta es la filosofía de vida del hombre y también representa la naturaleza humana. Estas palabras se han convertido ya en la naturaleza de la humanidad corrupta y son el auténtico retrato de su naturaleza satánica. Dicha naturaleza satánica se ha convertido ya en la base de la existencia de la humanidad corrupta. La humanidad corrupta ha vivido según este veneno de Satanás durante varios miles de años y hasta nuestros días(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro). Al pensar en las palabras de Dios, me di cuenta de que la razón por la que dudé y me preocupé tanto al expulsar a Liu Min fue que estaba controlada por los venenos de Satanás, tales como: “El sensato se protege nada más que para no equivocarse”, “Cuantos menos problemas, mejor”, y “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”, así como, “Las primeras espigas que se cortan son las que sobresalen”. Cuando sucedían cosas, empezaba por plantearme cómo protegerme y asegurarme de que mis intereses no se vieran perjudicados. Como líder de la iglesia, había discernido claramente la esencia de Liu Min como una persona malvada, pero tenía miedo de ofenderla y que tomara represalias. Me preocupaba que la falta de discernimiento de los hermanos y hermanas les llevara a tener un prejuicio contra mí de nuevo y que, si esto sucedía, la iglesia se hundiría en el caos y me podrían despedir, sin poder proteger mi estatus. No importaba cómo lo pensara, sentía que exponer a esta persona malvada me perjudicaría, así que me retraje y no la expulsé a tiempo. La obra de depuración de la iglesia se hace para purificar la iglesia, y asegurar que la obra y la vida de la iglesia no se perturben. Sin embargo, no pude defender la obra de la iglesia y observé mientras desorientaban a los hermanos y hermanas y se perturbaba la vida de iglesia. No hice nada, porque sentía que, mientras no se perjudicaran mis intereses, las cosas estaban bien. Vi que, al vivir con estos venenos de Satanás, mi conciencia se había entumecido cada vez más, y solo podía pensar en mis intereses. Cuanto más lo pensaba, más sentía que era muy egoísta y despreciable, que no tenía lealtad a Dios, ¡y que carecía por completo de humanidad! Solo entonces me di cuenta de que confiar en estos venenos de Satanás al actuar era resistirse a Dios y trastornar la obra de la iglesia como lacayo de Satanás. Sin duda, si no me arrepentía, solo cometería más maldades y al final sería detestada y descartada por Dios. Otra preocupación que tenía, por lo que no seguía los principios, era que podrían despedirme si la iglesia se sumía en el caos por no haber manejado bien a esta persona malvada. En mi búsqueda, leí algunas palabras de Dios: “Para poder cumplir con un deber en la casa de Dios, hay que ser personas cuya carga sea el trabajo de la iglesia, que asuman la responsabilidad, que defiendan los principios verdad, y sean capaces de sufrir y pagar el precio. Si uno carece de estos aspectos, no es apto para cumplir con un deber y no posee las condiciones para ello. Hay muchas personas con miedo a asumir la responsabilidad de cumplir con un deber. […] Se dicen a sí mismas: ‘Si tengo que solucionar esto, ¿qué pasa si termino cometiendo un error? Cuando investiguen quién tiene la culpa, ¿acaso no se encargarán de mí? ¿No recaerá la responsabilidad sobre mí primero?’. Esto es lo que les preocupa. Sin embargo, ¿crees tú que Dios lo escruta todo? Todo el mundo comete errores. Si una persona de intención correcta carece de experiencia y no se ha ocupado anteriormente de algún tipo de asunto, pero lo ha hecho lo mejor posible, eso es visible para Dios. Debes creer que Dios escudriña todas las cosas y el corazón del hombre. Si uno ni siquiera cree esto, ¿no es un incrédulo? ¿Qué puede importar que alguien así cumpla con un deber?(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (I)). Tras leer las palabras de Dios, entendí que Dios es justo, Él escruta todo, y la iglesia se encarga de las personas de acuerdo a los principios, basándose en su rendimiento constante y su esencia-naturaleza. Si alguien pretende considerar las intenciones de Dios y defender la obra de la iglesia, y se trata simplemente de que no pudo manejar bien un problema por no entender la verdad ni ver su esencia, pero puede revertir la situación a su debido tiempo a través de la enseñanza y la ayuda, la iglesia tratará a esa persona de forma justa y no se encargará de esta ni la despedirá. Sin embargo, si alguien causa el caos deliberadamente con malas intenciones, la iglesia se encargará según los principios. No entendía el carácter justo de Dios, ni creía que Él escrutara los corazones, ni que la verdad reina en la iglesia. Solo vivía según mis propias nociones y figuraciones, preocupada e inquieta. ¡Estaba totalmente distorsionada! Al comprender estas cosas, me sentí completamente liberada. También leí que las palabras de Dios dicen: “Ahora cumples con el deber en la casa de Dios. ¿Cuál es el primer principio del cumplimiento de un deber? Cumplir primero con él de todo corazón, sin escatimar esfuerzos, y proteger los intereses de la casa de Dios. Este es un principio verdad que has de poner en práctica(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 8: Quieren que los demás se sometan solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (I)). Las palabras de Dios me mostraron una senda de práctica. En el futuro, siempre que encuentre problemas, debo considerar las intenciones de Dios, practicar según los principios-verdad y defender la obra de la iglesia. Esto es cumplir con mi deber.

Después, fui a exponer las acciones malvadas de Liu Min y a anunciar su expulsión con la hermana que colaboraba. Aunque todavía tenía algunas preocupaciones, pensé en las palabras de Dios: “Todos vosotros decís que tenéis consideración por la carga de Dios y defenderéis el testimonio de la iglesia, pero ¿quién de vosotros ha considerado realmente la carga de Dios? Hazte esta pregunta: ¿Eres alguien que ha mostrado consideración por Su carga? ¿Puedes tú practicar la justicia por Él? ¿Puedes levantarte y hablar por Mí? ¿Puedes poner firmemente en práctica la verdad? ¿Eres lo bastante valiente para luchar contra todos los hechos de Satanás? ¿Serías capaz de dejar de lado tus sentimientos y dejar a Satanás al descubierto por causa de Mi verdad? ¿Puedes permitir que Mis intenciones se satisfagan en ti? ¿Has ofrecido tu corazón en el momento más crucial? ¿Eres alguien que sigue Mi voluntad? Hazte estas preguntas y piensa en ellas a menudo(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13). Las preguntas de Dios en Sus palabras incluyen Sus expectativas para la gente. Dios espera que podamos considerar Su intención, defender los principios y tener coraje para exponer a la gente malvada. No podía seguir defraudando a Dios. Tenía que practicar la verdad y defender la obra de la iglesia. Así que, me puse de acuerdo con la hermana con la que colaboraba en un mismo sentir y pensamiento y oramos. Basándonos en las palabras de Dios, denunciamos y diseccionamos los problemas de Liu Min. Aunque todavía no se conocía a sí misma, no tenía nada que decir. Al ver el resultado, no pude evitar dar gracias a Dios en mi corazón. Después de esta experiencia, gané algo de fe en Dios y de comprensión de mi propio carácter corrupto. Experimenté la paz que viene de practicar la verdad.

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