Por qué pongo ciegamente mi fe en otras personas
En 2021, yo era la encargada del trabajo de riego en tres iglesias. Dos líderes de grupos de riego en una iglesia, Li Can y Zhang Xuan, trabajaban conmigo. En aquellos tiempos me parecía que Li Can era capaz y tenía la carga por su deber. Me señalaba oportunamente cualquier desviación en mi tarea y me ayudaba a corregirla. Con su supervisión y sus recordatorios, el trabajo no se retrasaba. Zhang Xuan también tenía la carga y me ayudaba con todo su cariño cuando me sentía mal. Yo estaba feliz de trabajar con ellas, pensaba que sus capacidades para el trabajo, calibres y actitudes hacia sus deberes eran bastante positivas. Con ellas dos al mando aquí, no tenía que preocuparme mucho del trabajo de riego en esta iglesia y podía centrarme en trabajar en las otras dos iglesias. Más adelante, a través de sus cartas, vi que los resultados de su trabajo eran mejores que los de las otras iglesias. Seguí confirmando sus capacidades para el trabajo, por lo que rara vez me involucraba en sus tareas.
Un día, mi líder me envió una carta pidiéndome que participara de forma práctica en el trabajo de riego y que prescindiera inmediatamente de cualquier trabajador inadecuado que descubriera en la plantilla para evitar retrasos en la obra. Tras recibir la carta, me dirigí rápidamente a las otras dos iglesias para ver cómo avanzaba el trabajo. Encontré a un líder de un grupo de riego que no podía hacer trabajo real y de inmediato hice cambios. Cuando estaba a punto de visitar la iglesia de la que Li Can estaba a cargo, pensé: “Tanto en términos de capacidad de trabajo, sentido de la carga y calibre, ella y Zhang Xuan están bien en todos los aspectos. Si ellas dos están allí, no habrá ningún problema con la obra”. Por tanto, no comprobé su trabajo. Otro día, reuní a los líderes de grupos de riego de varias iglesias porque quería informarme al detalle sobre las desviaciones en su trabajo, para poder descubrir problemas y solucionarlos de manera oportuna. No obstante, en aquella ocasión pregunté principalmente por el trabajo de los otros líderes de grupo, y les pregunté cómo solían organizar encuentros para los nuevos creyentes y qué palabras de Dios empleaban para las charlas, para resolver las preguntas de los nuevos creyentes, etc. Planteando preguntas detalladas, detecté algunos problemas, charlé sobre ellos y fueron revertidos en algunos lugares. Cuando llegó el turno de Li Can y Zhang Xuan, pensé que su sentido de la carga y sus capacidades a la hora de llevar a cabo sus deberes eran adecuadas, por lo que no pregunté en detalle sobre su trabajo. Más tarde, mi líder me pidió que le proporcionara un regador que fuera bueno, así que le recomendé a Li Can. Sin embargo, tras examinar la situación, el líder averiguó que los resultados de riego de Li Can no eran buenos y me preguntó cómo podía haberle recomendado a una persona así. Pensé: “¿Podría ser que los requisitos del líder son demasiado elevados? Por lo que yo sé sobre Li Can, aunque no merezca un ascenso, es más que capaz de regar a los nuevos creyentes en la iglesia”. Más tarde, el líder me dijo: “Li Can y Zhang Xuan son holgazanas, escurridizas y buscan la comodidad al llevar a cabo sus deberes. Ya hemos charlado con ellas sobre esto; veamos cómo se desempeñan en el futuro”. Al oír esto, no solo no me lo tomé en serio, sino que también pensé: “¿Quién no tiene momentos en los que tiene en cuenta su carne? Siempre y cuando hagan bien su trabajo actual, ¿acaso no es suficiente?”. Después de aquello, seguí sin hacer seguimiento ni supervisar su trabajo.
Pasado un tiempo, el líder me envió una carta que decía que había muchos problemas con el trabajo de riego en la iglesia que estaba a cargo de Li Can y me pidió que los solucionara lo antes posible. Cuando vi la carta, pensé: “Li Can lleva muchos años creyendo en Dios y ha servido como líder. Conozco su capacidad para el trabajo y su calibre. ¿Tan mala puede ser la situación? ¿Se habrá equivocado el líder? Pero puesto que el líder lo afirmaba, tenía que haber una razón. Tengo que examinar la situación de manera práctica”. Recién cuando me informé sobre la situación me enteré de que ni Li Can ni Zhang Xuan estaban haciendo un trabajo real. No habían cultivado personas con talento en la iglesia como correspondía, y lo que los nuevos creyentes comían y bebían en los encuentros no eran las verdades más básicas relativas a conocer la obra de Dios. También había algunos nuevos creyentes que se habían vuelto negativos tras oír los rumores del PCCh, y sorprendentemente Li Can y Zhang Xuan encargaron a una persona irresponsable que los apoyara. Los problemas de los nuevos creyentes no se habían resuelto, y Li Can y Zhang Xuan no habían encontrado nuevas formas de charlar con los nuevos creyentes y de seguir ayudándolos. Algunos de ellos estaban prácticamente alejados. Al final, los nuevos creyentes terminaron revirtiendo sus estados leyendo las palabras de Dios por su cuenta. Aunque había numerosas desviaciones y lagunas en el trabajo de riego, Li Can y Zhang Xuan no reflexionaron sobre sí mismas, e incluso intentaron inculpar a otros. Al enterarme de todo eso, me quedé estupefacta: “¿Cómo han podido acabar así las cosas? Por lo que yo sabía sobre ellas, antes tenían la carga de realizar sus deberes. ¿Qué ha pasado para que esto haya acabado así?”. Pero los hechos estaban ahí delante de mis ojos; tenía que aceptarlo. Al mismo tiempo, me sentí muy culpable. Si hubiera supervisado y examinado su trabajo antes, todos esos problemas no habrían surgido en el trabajo de riego. Mi responsabilidad en ello era ineludible.
Más tarde, vi un pasaje de las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Los falsos líderes nunca indagan sobre los supervisores que no hacen un trabajo real o que no se ocupan del trabajo que les corresponde. Piensan que basta con elegir a un supervisor y que con eso se acaba el asunto, y que a partir de ese momento, el supervisor puede lidiar con todas las cuestiones del trabajo por su cuenta. Así que los falsos líderes solo celebran reuniones muy de vez en cuando y no supervisan el trabajo ni preguntan cómo va, y actúan como jefes que se mantienen al margen. Si alguien informa de un problema con un supervisor, un falso líder dirá: ‘Es un problema menor, no pasa nada. Podéis ocuparos vosotros mismos. No me preguntéis a mí’. La persona que informó del problema dice: ‘Ese supervisor es un comilón perezoso. Solo se centra en la comida y el entretenimiento; es un tremendo holgazán. No quiere sufrir ni la más mínima dificultad en el deber, y siempre holgazanea con engaños y pone excusas para eludir su trabajo y evitar sus responsabilidades. No es apto para ser supervisor’. El falso líder responde: ‘Era genial cuando lo eligieron supervisor. Lo que dices no es cierto, y si lo es, es solo una manifestación temporal’. El falso líder no intentará averiguar más sobre la situación del supervisor, en cambio juzgará y emitirá un veredicto sobre el asunto según sus impresiones anteriores de ese supervisor. Sea quien sea aquel que denuncie problemas relacionados con el supervisor, el falso líder los ignorará. El supervisor no hace trabajo real y el trabajo de la iglesia casi llega a detenerse, pero al falso líder no le importa, es como si ni siquiera estuviera involucrado. Ya resulta bastante nauseabundo que haga la vista gorda cuando alguien denuncia los problemas del supervisor. Pero ¿qué es lo más detestable de todo? Cuando la gente denuncie ante ellos problemas realmente graves del supervisor, no tratará de resolverlos, e incluso se le ocurrirán todo tipo de excusas: ‘Conozco a este supervisor, cree de verdad en Dios, nunca tendría problemas. Incluso si tuviera un pequeño problema, Dios lo protegería y lo disciplinaría. Si comete algún error, eso queda entre él y Dios; no tenemos de qué preocuparnos’. Los falsos líderes trabajan según sus propias nociones y figuraciones de esta manera. Fingen entender la verdad y tener fe, pero lo único que hacen es destrozar el trabajo de la iglesia; puede que incluso lo paralicen y aun así siguen fingiendo ignorancia al respecto. ¿Acaso los falsos líderes no actúan demasiado como meros chupatintas? Ellos mismos son incapaces de hacer un trabajo real, y tampoco son meticulosos en cuanto al trabajo de los jefes de grupo y supervisores; no hacen seguimiento sobre ello ni indagan al respecto. Su visión de las personas solo se basa en sus propias impresiones e imaginaciones. Cuando ven que alguien se desempeña bien durante un tiempo, creen que esta persona será buena para siempre, que no va a cambiar; no creen a nadie que diga que existe un problema con esta persona y lo ignoran cuando alguien les advierte sobre ella. ¿Creéis que los falsos líderes son estúpidos? Son necios y estúpidos. […] los falsos líderes tienen un defecto fatal: se apresuran a confiar en la gente basándose en sus propias imaginaciones. Y esto se debe a que no entienden la verdad, ¿no es así? ¿Cómo revela la palabra de Dios la esencia de la especie humana corrupta? ¿Por qué deberían confiar en la gente cuando Dios no lo hace? Los falsos líderes son demasiado arrogantes y sentenciosos, ¿no es así? Lo que piensan es: ‘No es posible que haya juzgado mal a esta persona, no debería haber ningún problema con alguien que a mi juicio es apta; desde luego no es una persona que se entregue a la comida, la bebida y el entretenimiento ni al que le guste la comodidad y odie el trabajo arduo. Es totalmente fiable y de confianza. No va a cambiar; si lo hiciera, eso significaría que me he equivocado con ella, ¿no?’. ¿Qué clase de lógica es esta? ¿Acaso son expertos? ¿Tienen visión de rayos X? ¿Tienen esta habilidad especial? Podrías vivir con una persona durante uno o dos años, pero ¿serías capaz de ver quién es en realidad sin un entorno adecuado que deje su esencia-naturaleza totalmente al descubierto? Si Dios no la revelara, podrías vivir junto a ella durante tres o incluso cinco años, y seguirías teniendo dificultades para ver qué tipo de esencia-naturaleza tiene. ¿Y cuánto más tiene esto de cierto si rara vez la ves o estás con ella? Los falsos líderes confían alegremente en alguien en función de una impresión fugaz o de la valoración positiva de un tercero, y se atreven a confiar el trabajo de la iglesia a una persona semejante. ¿Acaso no están siendo extremadamente ciegos? ¿Es que no obran con imprudencia? Y cuando trabajan así, ¿acaso los falsos líderes no están siendo extremadamente irresponsables?” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (3)). Dios estaba revelando mi estado con precisión; había sido muy irresponsable con mi deber. Había trabajado antes con Li Can y Zhang Xuan, y puesto que tenían algunas capacidades para el trabajo y obtenían algunos resultados al ejecutar sus deberes, fui pronta en poner mi fe en ellas. Después de haber delegado por completo el trabajo en ellas, ni siquiera las había supervisado ni preguntado al respecto. Cuando el líder me pidió que comprobara si los líderes de grupos de riego estaban haciendo un trabajo real, no verifiqué su labor porque tenía fe en ellas. Incluso cuando me reuní con ellas, no indagué acerca de su trabajo en detalle. Más adelante, cuando el líder dijo que solo buscaban la comodidad en sus deberes y no hacían un trabajo real, sentí cierta reticencia en mi interior, y pensé que no eran así, que ese líder no las conocía bien. Incluso me puse a su favor en mi fuero interno. Reflexioné sobre ello, y tan solo había interactuado con ellas durante unos meses. Por fuera parecían tener algunas capacidades para el trabajo y cierto sentido de la carga al realizar sus deberes, pero no entendí en absoluto su humanidad ni su esencia-naturaleza. Había puesto mi fe en ellas basándome en impresiones temporales y buenos sentimientos, y me sentí tranquila delegando en ellas el trabajo sin supervisarlas. Dios reveló que la gente ha sido corrompida profundamente por Satanás, por lo que ninguna de sus actitudes corruptas se ha resuelto. Todos pueden ser negligentes e irresponsables, y salirse con la suya antes de ser perfeccionados. No había observado las cosas basándome en las palabras de Dios, sino que me fie de mis nociones y figuraciones, y reforcé su lado bueno en mi mente basándome en su buen desempeño temporal. Incluso cuando el líder señaló sus problemas, yo no estaba convencida, pues pensaba que los requisitos del líder para ellas eran demasiado elevados. Viviendo conforme al carácter de Satanás, confié especialmente en mí misma y me aferré a mi propio punto de vista sobre las cosas, pensando que lo que yo consideraba bueno era irrefutable, sin aceptar las explicaciones de los demás, lo que terminó por retrasar la obra. ¡Realmente fui demasiado arrogante y vanidosa!
Más tarde, vi otro pasaje de las palabras de Dios: “Si bien hoy en día muchas personas cumplen con su deber, son pocas las que persiguen la verdad. Muy pocas personas persiguen la verdad y entran en la realidad mientras cumplen con su deber; para la mayoría, todavía no hay principios en su forma de hacer las cosas, todavía no son personas que se sometan verdaderamente a Dios; simplemente aseguran que aman la verdad, y están dispuestos a perseguirla, y a luchar por ella, pero todavía no se sabe cuánto durará su determinación. Las personas que no persiguen la verdad son susceptibles de revelar sus actitudes corruptas en cualquier momento o lugar. Carecen de cualquier sentido de responsabilidad hacia su deber, suelen ser negligentes, actúan como les da la gana, e incluso son incapaces de aceptar la poda. En cuanto se vuelven negativas y débiles, son susceptibles de abandonar su deber; esto ocurre a menudo, no hay nada más común; así se comportan todos los que no persiguen la verdad. Y así, cuando las personas aún no han obtenido la verdad, son poco fiables y no se puede confiar en ellas. ¿Qué significa que no son de fiar? Significa que cuando se encuentran con dificultades o contratiempos, es probable que se derrumben y se vuelvan negativas y débiles. ¿Es alguien que suele ser negativo y débil digno de confianza? Por supuesto que no. Pero las personas que entienden la verdad son diferentes. Las que realmente entienden la verdad están destinadas a tener un corazón temeroso de Dios y sumiso a Él, y solo las personas con un corazón temeroso de Dios son dignas de confianza; las que no tienen un corazón temeroso de Dios no lo son. ¿Cómo se debe abordar a las personas que no tienen un corazón temeroso de Dios? Por supuesto, hay que proporcionarles ayuda y apoyo afectuosos. Hay que hacerles un mayor seguimiento a medida que cumplen con su deber, y ofrecerles más ayuda e instrucciones; solo así se puede garantizar que hagan su deber de forma eficaz. ¿Y cuál es el objetivo de hacer esto? El objetivo principal es mantener la obra de la casa de Dios. El objetivo secundario es identificar con prontitud los problemas, atenderlos, apoyarlos o podarlos, corrigiendo sus desviaciones y supliendo sus carencias y deficiencias. Esto es beneficioso para las personas; no existe nada malicioso en ello. Supervisar a las personas, observarlas, tratar de entenderlas, todo esto es para ayudarlas a entrar en el camino correcto de la fe en Dios, para que puedan hacer su deber como Dios pide y según los principios, para que dejen de causar perturbaciones o trastornos y de hacer trabajo inútil. El objetivo de hacer esto es únicamente mostrar responsabilidad hacia ellos y hacia la obra de la casa de Dios; no hay ninguna malicia en ello” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (7)). A partir de las palabras de Dios, entendí que aunque realizáramos nuestros deberes en la iglesia con la voluntad de hacerlos bien, aquello tan solo eran buenas intenciones. Puesto que todos teníamos actitudes corruptas, no podíamos someternos absolutamente a Dios y carecíamos de principios para nuestras acciones. Esto produjo desviaciones en nuestro trabajo, y a menudo fuimos negligentes e irresponsables. Por lo tanto, era necesario que los líderes y obreros supervisaran el trabajo y descubrieran y arreglaran los problemas con rapidez. Li Can y Zhang Xuan también eran personas corruptas. Aunque antes demostraban su carga a la hora de ejecutar sus deberes, eso no significaba que siempre fueran a ser así. Además, su buen calibre y sus capacidades para el trabajo no suponían que hubieran obtenido los principios-verdad para gestionar los asuntos, ni que fueran totalmente fiables. Eso requería supervisar y seguir su trabajo. Yo no era capaz de darme cuenta de la esencia corrupta de la gente y observaba las cosas y a las personas basándome en mis propias nociones y figuraciones, y creía con facilidad en ellas y delegaba el trabajo sin supervisar. Fui realmente necia. Si no hubiera creído ciegamente en ellas y hubiera supervisado y comprobado regularmente su trabajo conforme a los requisitos de la casa de Dios, cumpliendo con mis propias responsabilidades, el trabajo de riego no habría sido tan ineficaz durante varios meses. Cuanto más pensaba en ello, más me culpaba a mí misma.
Seguí reflexionando: ¿Por qué había confiado tanto en Li Can y Zhang Xuan sin supervisar ni verificar sus deberes? Incluso cuando el líder me lo recordó, no me lo tomé en serio. ¿Qué carácter corrupto me estaba controlando en la sombra? Al reflexionar, vi un pasaje de las palabras de Dios: “Si, en el fondo, realmente comprendes la verdad, sabrás cómo practicarla y someterte a Dios y, naturalmente, te embarcarás en la senda de búsqueda de la verdad. Si la senda por la que vas es la correcta y conforme a las intenciones de Dios, la obra del Espíritu Santo no te abandonará, en cuyo caso serán cada vez menores las posibilidades de que traiciones a Dios. Sin la verdad es fácil hacer el mal, y no podrás evitar hacerlo. Por ejemplo, si tienes un carácter arrogante y engreído, que se te diga que no te opongas a Dios no sirve de nada, no puedes evitarlo, escapa a tu control. No lo haces intencionalmente, sino que esto lo dirige tu naturaleza arrogante y engreída. Tu arrogancia y engreimiento te harían despreciar a Dios y verlo como algo insignificante; harían que te ensalzaras a ti mismo, que te exhibieras constantemente; te harían despreciar a los demás, no dejarían a nadie en tu corazón más que a ti mismo; te quitarían el lugar que ocupa Dios en tu corazón, y finalmente harían que te sentaras en el lugar de Dios y exigieras que la gente se sometiera a ti y harían que veneraras tus propios pensamientos, ideas y nociones como la verdad. ¡Cuántas cosas malas hacen las personas bajo el dominio de esta naturaleza arrogante y engreída!” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo persiguiendo la verdad puede uno lograr un cambio en el carácter). Reflexionando sobre las palabras de Dios, encontré la causa de mi fracaso: provenía principalmente de mi carácter arrogante y mi exceso de confianza en mí misma. Creí que eran serias y responsables al llevar a cabo sus deberes, que mostrarían su carga y no serían negligentes. Así, confié por completo en mí misma, pensando siempre en mi opinión, en lo que creo y lo que me parece, y pensé que mi evaluación de las personas era exacta y no podía ser errónea. Tras delegar en ellas el trabajo, ni siquiera me molesté en supervisar ni indagar sobre ellas. Incluso cuando el líder manifestó explícitamente sus problemas, no me lo tomé en serio, pensé que tan solo revelaban un poco de corrupción, nada del otro mundo. Mi fracaso se debió a un exceso de confianza en mí misma. Empleé mis propios puntos de vista como estándares para medir a las personas. Daba igual lo que otros dijeran, yo no lo aceptaba. Creía que mi evaluación de las personas era exacta, que las conocía bien y estaba capacitada para evaluarlas. Estaba en desacuerdo y rechazaba cualquier opinión de los demás que fuese distinta de la mía. Nunca consideré si mis pensamientos y opiniones podían ser erróneos, tendenciosos o podían perjudicar a la obra. ¡Fui realmente arrogante e irracional! Confiando en mi carácter arrogante para realizar mis deberes, no me tomaba en serio las sugerencias de los demás, y mucho menos buscaba los principios-verdad. Fui realmente arrogante y desdeñosa con los demás, sin lugar para Dios en mi corazón. Pensaba que las personas en las que confiaba y las cosas que decidía eran sin duda correctas, conforme a mis propias nociones y figuraciones, me aferraba tercamente a mis propias opiniones y descuidaba mis deberes, lo que produjo pérdidas importantes para la obra. De esa forma, ¿acaso estaba siquiera realizando mi deber? Me oponía a Dios; estaba haciendo el mal. Al darme cuenta de la gravedad de la naturaleza y la consecuencia, rápidamente acudí a Dios para orar y arrepentirme.
Más tarde, vi un pasaje de las palabras de Dios que me indicó una senda de práctica: Dios Todopoderoso dice: “Hagas lo que hagas, debes aprender a buscar la verdad y someterte a ella. No importa quién te ofrezca consejo: si se ajusta a los principios-verdad debes aceptarlo y someterte a él, aunque provenga de un niño pequeño. Sean cuales sean los problemas a los que se enfrente una persona, si sus palabras y consejos concuerdan completamente con los principios-verdad, entonces debes aceptarlos y someterte a ellos. Los resultados de actuar de esa manera serán buenos y acordes con las intenciones de Dios. La clave es examinar tu motivación y los principios y métodos con los que haces frente a las cosas. Si tus principios y métodos a la hora de enfrentarte a las situaciones nacen de la voluntad humana, del pensamiento y las nociones humanas, o de filosofías satánicas, entonces no convienen y acabarán siendo ineficaces. Esto se debe a que el origen de tales principios y métodos no es el adecuado ni se ajusta a los principios-verdad. Si tus puntos de vista se fundamentan en los principios-verdad y te enfrentas a las situaciones de acuerdo con ellos, sin duda las abordarás del modo correcto. Aunque algunas personas no acepten tu manera de gestionar las cosas en un momento dado o tengan su propio concepto, o se muestren reacias, con el tiempo la darán por buena. Cuando algo se hace de acuerdo con los principios-verdad produce resultados cada vez más positivos, mientras que si no coincide con los principios-verdad conduce a consecuencias cada vez más negativas, aunque en ese momento concuerde con las nociones de los demás. Las personas, todas ellas, así lo verán confirmado” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda para corregir un carácter corrupto). Las palabras de Dios me hicieron entender que al encontrarnos con algunas situaciones era preciso negarnos a nosotros mismos en primer lugar, buscar la verdad y observar los asuntos basándonos en las palabras de Dios. Deberíamos examinar si nuestras opiniones y perspectivas son conformes a las intenciones de Dios y si están basadas en Sus palabras y en los principios-verdad. Debemos tener un corazón que busca al recibir recordatorios y sugerencias de los hermanos y hermanas, no aferrarnos a nuestras propias opiniones. Deberíamos tratarlos según los principios. Una actitud así es sinónimo de búsqueda, sumisión y racionalidad ante Dios. Al reflexionar sobre mi perspectiva anterior, no veía las cosas basándome en los principios-verdad, sino que me aferraba a mis propias opiniones, pensando que sabía más que los demás. Cuando los hermanos y hermanas me ofrecían sugerencias, no tenía un corazón que busca y me fiaba en exceso de mí misma. Ese fue el motivo principal de mi fracaso. Para seguir adelante, primero debía aprender a negarme a mí misma y a escuchar más las sugerencias de los hermanos y hermanas.
Más adelante, vi otro pasaje de las palabras de Dios que decía: “A juzgar por su significado literal, supervisión significa inspección: comprobar qué iglesias han puesto en marcha los arreglos del trabajo y cuáles no, el progreso de la puesta en marcha, qué líderes y obreros están haciendo trabajo real y cuáles no, y si hay algunos que simplemente distribuyen los arreglos del trabajo sin participar en tareas específicas. La supervisión es una tarea específica. Aparte de supervisar la puesta en marcha de los arreglos del trabajo —si han sido implementados, la velocidad y calidad de la puesta en marcha, así como los resultados logrados—, los líderes y obreros de más alto nivel deben comprobar si los de menor nivel siguen estrictamente los arreglos del trabajo. De cara al exterior, algunos líderes y obreros afirman que están dispuestos a seguir tales arreglos, pero después de enfrentarse a cierto entorno, temen el arresto y solo se concentran en esconderse, tras haberlos relegado al fondo de su mente hace ya largo tiempo. Los problemas de los hermanos y hermanas siguen sin resolverse y no saben qué se especifica en los arreglos del trabajo ni qué son los principios de práctica. Esto demuestra que los arreglos del trabajo no se han implementado en absoluto. Otros líderes y obreros tienen opiniones, nociones y muestran reticencia hacia algunos de los requerimientos de los arreglos del trabajo. Cuando llega el momento de ponerlos en marcha, se apartan de su verdadero significado, hacen las cosas de acuerdo con sus propias ideas, actúan por inercia y pasan aspectos por alto para terminarlas de una vez o tomar su propia senda; lo hacen todo como les da la gana. Todas estas situaciones requieren de supervisión por parte de líderes y obreros de alto nivel. El propósito de la supervisión es poner en marcha mejor las tareas específicas que requieren los arreglos del trabajo sin que haya una desviación y de acuerdo con los principios. Mientras se lleva a cabo la supervisión, los líderes y obreros de alto nivel deben poner gran énfasis en identificar si hay alguien que no esté haciendo trabajo real o sea irresponsable y lento al poner en marcha los arreglos del trabajo. Si alguien muestra una actitud reticente hacia ellos y no está dispuesto a ponerlos en marcha o lo hace de manera selectiva, o si simplemente no sigue los arreglos del trabajo en absoluto y, en su lugar, lleva a cabo su propio negocio; si alguien está reteniendo los arreglos del trabajo y solo los comunica de acuerdo con sus propias ideas, sin dejar que el pueblo escogido de Dios conozca el verdadero significado y los requerimientos específicos de tales arreglos, los líderes y obreros de alto nivel solo pueden saber lo que de veras está pasando una vez que supervisan e inspeccionan estas cuestiones. Si los líderes de alto nivel no realizan la supervisión ni la inspección, ¿se pueden identificar estos problemas? (No). No. Por tanto, los líderes y obreros no deben solo comunicar los arreglos del trabajo y ofrecer orientación nivel por nivel, sino además supervisar el trabajo nivel por nivel a la hora de ponerlos en marcha. Los líderes regionales deben supervisar el trabajo de los líderes de distrito, estos deben supervisar el de los líderes de la iglesia, que a su vez deben supervisar el de cada grupo. La supervisión se debe llevar a cabo nivel por nivel. ¿Cuál es el propósito de la supervisión? Facilitar la puesta en marcha precisa del contenido de los arreglos del trabajo de acuerdo con sus requerimientos concretos. Por tanto, la tarea de supervisión es muy importante” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (10)). A partir de las palabras de Dios, observé que para realizar el deber de forma adecuada, los líderes y obreros deben supervisar y hacer seguimiento de manera práctica de cada elemento de su trabajo, profundizar en los detalles, y conocer y entender el progreso de la obra. Deberían realizar el trabajo según los requisitos de Dios y los arreglos de la obra. Cualquier vulneración de los principios que figuran en la obra debería abordarse sin demora a través de la plática. Las personas con talento y potencial deberían cultivarse a lo largo del tiempo tras ser descubiertas. Esto requiere inspección práctica, indagación, supervisión y seguimiento, lo que demuestra una actitud responsable ante los deberes de uno. En el pasado me fie de mis figuraciones personales, delegué el trabajo con facilidad a mis favoritos sin supervisión ni seguimiento, sin entender la situación real en su trabajo. Ese enfoque fue realmente irresponsable, y no cumplí con mis deberes. En el futuro, debo practicar conforme a las palabras de Dios y supervisar y hacer seguimiento de manera práctica del trabajo del que soy responsable.
Después de que despidieran a Li Can, visité la iglesia de la que ella se encargaba y me encontré con algunos nuevos creyentes que podían ser cultivados. Me reuní varias veces con ellos para entender de forma práctica sus estados y dificultades, y les ofrecí enseñanzas para resolver esos problemas. También platiqué con los regadores para abordar las dificultades en su trabajo, y corregí las desviaciones en sus perspectivas. Hice que se centraran en compartir la verdad acerca de entender la obra de Dios, de forma que los nuevos creyentes pudieran establecer cimientos sólidos en el camino verdadero lo antes posible. Más tarde, me di cuenta de que los problemas para regar a los nuevos miembros en esta iglesia también podían existir en otras iglesias. Así, escribí rápidamente cartas a los líderes de los grupos de riego en otras iglesias. Tras escribirlas, seguía sintiéndome intranquila porque la comunicación por escrito no es tan eficaz como compartir cara a cara. Por lo tanto, escribí a los líderes con la esperanza de que pudieran supervisar y seguir este trabajo en persona. Al final, los líderes respondieron que esos problemas también existían en distintos niveles en sus iglesias, y que realizarían la supervisión y el seguimiento en consonancia. Fue entonces cuando realmente me di cuenta de la necesidad de los requisitos de Dios de supervisión y seguimiento prácticos del trabajo por parte de los líderes y obreros.
A través de esta experiencia, he obtenido cierta comprensión de mi propio carácter arrogante y también me he percatado de lo importante que es “contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar en todo de acuerdo con las palabras de Dios, con la verdad por criterio” como dice Dios. A partir de ahora, no debo actuar basándome en mis propias figuraciones. Al afrontar los asuntos, primero debo buscar la verdad y tratar a las personas, los acontecimientos y las cosas que me rodean conforme a las palabras de Dios.
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