48. Reflexiones después de haberme perdido

Por Xinzhi, China

Un día de agosto de 2019, mi líder me envió una carta pidiéndome que fuera a buscar una hermana fuera de la ciudad. Vi que la dirección de la hermana estaba dentro del área de la iglesia vecina. Y pensé, “¿Por qué está siendo transferida a nuestra iglesia? ¿Por qué no va a la más cercana?”. Pero pensándolo bien, nuestra iglesia necesitaba manos extra para todo tipo de trabajo, así que decidí ir por ella y ver. Sin importar qué deber ella pudiera cumplir, nos serviría la ayuda extra. Después vi que la carta decía que el nombre de la hermana era Zhu Yun, y de pronto recordé: “Conocí a Zhu Yun hace algunos años. Tiene cuarenta y tantos años y entiende bien la verdad. Si es ella, podría incluso volverse líder u obrera en nuestra iglesia. Esto me daría una ayudante extra”. Pensar esto me puso muy feliz. Ya no me importaba que ella viviera tan lejos, ¡solo quería llevarla a la iglesia de inmediato!

Usé la dirección en la carta para encontrar la casa de Zhu Yun y llamé a la puerta, pero la persona que abrió parecía muy vieja. No era la Zhu Yun que yo conocía. De inmediato dije, “Disculpe, ¡toqué la puerta equivocada!”. Di la vuelta para irme, pero ella me siguió y me preguntó con ansiedad: “¿A quién está buscando?”. Le dije que estaba buscando a Zhu Yun. Y rápido dijo: “Soy yo”. La seguí al interior de su casa. Mientras charlábamos, supe que había sido arrestada por el Partido Comunista y que había pasado más de tres años en prisión. La policía seguía monitoreando su casa después de liberarla, así que no podía asistir a las reuniones en su localidad. No tenía más opción que ir a la casa de su hijo para poder retomar la vida en la iglesia. Después de saber sobre su situación, me descorazoné. Pensé: “Si tan solo fuera la Zhu Yun que yo conocí y se uniera a nuestra iglesia, tendría a una gran ayudante. Pero esta Zhu Yun está siendo monitoreada por la policía. Significa que no puede hacer ningún deber. La iglesia de por sí carece de personal de riego, y ahora alguien tiene que reunirse con ella personalmente. Si la policía también identifica a los hermanos y hermanas en contacto con ella, ¡las pérdidas serán terribles! No, no puede venir a nuestra iglesia. Cuando vuelva, le escribiré a la líder y le pediré que transfiera a Zhu Yun a otra iglesia cercana”. Después de saber sobre su situación, me preparé para irme. No le pregunté qué problemas o dificultades tenía. Con urgencia, Zhu Yun me preguntó: “¿Cuándo vas a volver?”, y sin interés le respondí: “Solo espera. Te responderé después de tratar algunas cosas”.

De regreso, me quejaba conmigo misma mientras me desplazaba: “La líder no sabe lo que está haciendo. Zhu Yun vive muy cerca de la iglesia vecina. ¿Por qué nadie de esa iglesia fue por ella? Es un largo camino para nosotros. En el futuro, perderíamos mucho tiempo yendo a reunirnos con ella…”. Refunfuñaba en mi corazón mientras continuaba hacia el norte, y de pronto, me di cuenta de que estaba perdida. Cuando pedí indicaciones, descubrí que había tomado la dirección contraria a la ciudad. Estaba muy confundida: “Ya antes había andado por aquí, ¿cómo me perdí?”. En ese momento, no lo pensé demasiado. Cuando llegué a casa, escribí una carta sugiriendo a la líder que transfiriera a Zhu Yun a la iglesia cercana.

En los días posteriores a haber enviado la carta, siempre me sentía intranquila, como si algo anduviera mal. No podría calmarme cuando leía las palabras de Dios; no me concentraba en los sermones ni en las enseñanzas. Me di cuenta de que tal vez había hecho algo contra la intención de Dios, así que rápidamente oré a Dios, pidiéndole que me esclareciera y me guiara para conocerme a mí misma. Después de orar, repentinamente recordé cuando me perdí aquel día. Pude ver que cuando se trató de admitir a Zhu Yun en la iglesia, todo lo que me importó fueron mis propios intereses. Si era bueno para mí, lo hacía; pero si no lo era, me rehusaba y me quejaba. No me importaba en absoluto la vida de mi hermana. Fue solo después de leer unos pasajes de las palabras de Dios que obtuve algo de comprensión de mi problema. Las palabras de Dios dicen: “Los asuntos relacionados con los intereses de una persona son los que más la revelan. Los intereses están íntimamente ligados a la vida de cada persona, y todo aquello con lo que una persona entra en contacto cada día tiene que ver con sus intereses. Por ejemplo, cuando se dice algo o se habla de un asunto, ¿qué intereses intervienen? Cuando dos personas discuten un tema, se trata de una cuestión de quién es elocuente y quién no, a quién tienen los demás en alta consideración y a quién menosprecian […] ¿Qué otros aspectos están relacionados con los intereses que busca la gente? Cuando se ocupa de sus asuntos, la gente valora las cosas, las calcula y medita sin cesar en su fuero interno, se devana los sesos para sopesar qué acciones le interesan y cuáles no, qué acciones pueden ampliar sus intereses, cuáles al menos no los dañan y qué acciones pueden hacerle obtener mayor gloria y ganancia material, así como convertirlos en los más beneficiados. Estos son los dos intereses por los que lucha la gente cada vez que le ocurre algún problema(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (I)). “Mientras las personas no hayan experimentado la obra de Dios y no hayan comprendido la verdad, la naturaleza de Satanás es la que toma las riendas y las domina desde el interior. ¿Qué cosas específicas conlleva esa naturaleza? Por ejemplo, ¿por qué eres egoísta? ¿Por qué proteges tu propia posición? ¿Por qué tienes sentimientos tan fuertes? ¿Por qué te gustan esas cosas injustas? ¿Por qué te gustan esas maldades? ¿Cuál es la base para que te gusten estas cosas? ¿De dónde proceden? ¿Por qué las aceptas de tan buen grado? Para este momento, todos habéis llegado a comprender que esto se debe, principalmente, al veneno de Satanás que hay dentro del hombre. Entonces, ¿qué es el veneno de Satanás? ¿Cómo se puede expresar? Por ejemplo, si preguntas ‘¿Cómo debería vivir la gente? ¿Para qué debería vivir?’, te responderán: ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’. Esta sola frase expresa la raíz del problema. La filosofía y la lógica de Satanás se han convertido en la vida de las personas. Sea lo que sea lo que persigue la gente, lo hace para sí misma, por tanto solo vive para sí misma. ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’: esta es la filosofía de vida del hombre y también representa la naturaleza humana. Estas palabras se han convertido ya en la naturaleza de la humanidad corrupta y son el auténtico retrato de su naturaleza satánica. Dicha naturaleza satánica se ha convertido ya en la base de la existencia de la humanidad corrupta. La humanidad corrupta ha vivido según este veneno de Satanás durante varios miles de años y hasta nuestros días(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro). Las palabras de Dios revelaron mi estado. Vi que yo era egoísta y despreciable. En todo, yo pensaba en mis propios intereses y quería encontrar formas de maximizar ese beneficio para mí. No pensaba para nada en mis hermanos y hermanas, y menos en el trabajo de la iglesia. Cuando la líder me pidió que fuera por la hermana Zhu Yun, pensé que ella iba a hacer trabajo para la iglesia, y yo iba a tener otra ayudante para aligerar mi carga de trabajo y hacerlo más eficiente, lo cual me haría ver mejor, así que estaba ansiosa por recibirla en la iglesia. Pero cuando vi que no era la hermana que conocía, y que era un riesgo de seguridad, entendí que no solo no sería capaz de hacer un deber, sino que alguien tendría que reunirse con ella personalmente. Pensé que no solo no aumentaría nuestra productividad laboral ni me haría ver bien, sino que podría representar un riesgo a nuestra seguridad. Yo estaba en contra y me quejé de que el arreglo de la líder era irrazonable, así que rápido pedí que enviaran a la hermana a la iglesia vecina. Vi que vivir bajo el veneno satánico de “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”, me hizo más y más egoísta y despreciable. Solo me importaban mis propios intereses, y solo me preocupaba por mí misma. Dios ve lo que está en nuestros corazones. ¿Cómo podría Él no detestar mis pensamientos? Al pensar que la hermana Zhu Yun había sido transferida a la iglesia vecina, sentí remordimiento, y supe que, en lo sucesivo, yo tenía que practicar de acuerdo con la palabra de Dios y que no podía seguir considerando mis propios intereses.

Después de un tiempo, recibí otra carta de mi líder. Algunos hermanos y hermanas estaban huyendo del partido, y necesitábamos hacer arreglos para que ellos vinieran a nuestra iglesia. Al leer la carta, pensé: “Esta vez, no puedo seguir considerando mis propios intereses. Sin importarme si ellos pueden realizar deberes, yo estoy lista para aceptarlos, para que puedan tener una vida en la iglesia”. Así pues, fui a las direcciones que me dio mi líder, les di la bienvenida en nuestra iglesia e hice los arreglos necesarios. Después de practicar de esta forma, sentí mucha paz y alivio.

Después, la policía también estaba vigilándome, así que yo era un riesgo de seguridad y no podía tener contacto con otros. No podía asistir a las reuniones y no podía realizar mis deberes. Fue una época difícil para mí. A menudo extrañaba los días en que podía reunirme con mis hermanos y hermanas, y realizaba mis deberes. Ansiaba ver a mis hermanos y hermanas de nuevo, compartir juntos sobre la verdad, y hablar de lo que tenía en mi corazón. Mi añoranza por la vida de la iglesia y por mis hermanos y hermanas me atormentaba. Solo entonces entendí cómo se sienten los hermanos y hermanas acechados por el partido, cuando no pueden tener una vida en la iglesia ni contacto con sus hermanos y hermanas. Recordé a la hermana Zhu Yun, a quien yo había relegado a la iglesia vecina. En aquel momento solo pensé que si ella no podía realizar deberes, no ayudaría en nada a la obra de la iglesia. Pero no pensé en todo el tormento y el dolor que ella debía sentir, dado que había sido encarcelada por el partido por más de tres años, seguía bajo vigilancia después de su liberación, y no podía contactar a sus hermanos y hermanas, ni vivir una vida en la iglesia. Para poder asistir a reuniones, ella estaba obligada a venir con nosotros desde su ciudad natal. Lo hacía para tener contacto con los hermanos y hermanas, pero yo la rechacé sin una palabra de consuelo ni un gramo de compasión. Mientras más pensaba en ello, más culpable me sentía. ¿Por qué fui tan fría y desalmada? Un día, leí las palabras de Dios que expusieron a los anticristos, y que a mí me ayudaron a ver mi problema más claramente. Las palabras de Dios dicen: “La principal manifestación de la insidia y la implacabilidad de los anticristos es que existe un objetivo especialmente claro en todo lo que hacen. Lo primero que piensan es en sus propios intereses, y sus métodos son despreciables, burdos, sórdidos, vulgares y turbios. No hay sinceridad en su manera de hacer las cosas, en su forma de tratar a la gente ni en los principios según los que la tratan. Su manera de tratar a las personas se basa en aprovecharse de ellas y jugar con ellas, y cuando ya no les son de utilidad, las desechan. Si les resultas útil, fingen preocuparse por ti: ‘¿Cómo has estado? ¿Has tenido alguna dificultad? Puedo ayudarte a resolver tus dificultades. Dime si tienes algún problema. Me tienes aquí. Qué suerte tenemos de tener una relación tan buena’. Parecen muy atentos. Sin embargo, si llega el día en el que ya no les eres de ninguna utilidad, te abandonarán, te darán de lado y te ignorarán, como si ni siquiera te conocieran. Cuando de verdad tienes un problema y vas en su busca para que te ayuden, su actitud cambia de repente, sus palabras ya no suenan tan bien como cuando te prometieron ayudarte al principio, ¿y por qué pasa esto? Porque no les resultas de ninguna utilidad. Por consiguiente, dejan de prestarte atención. Y eso no es todo, si descubren que has hecho algo malo o encuentran algo que puedan utilizar como ventaja en tu contra, adoptan una cínica frialdad hacia ti, e incluso pueden condenarte. ¿Qué te parece este método? ¿Se trata de una manifestación de bondad y sinceridad? Cuando los anticristos manifiestan este tipo de insidia e implacabilidad en su comportamiento hacia los demás, ¿acaso queda algún rastro de humanidad? ¿Cuentan con la más mínima sinceridad hacia la gente? Por supuesto que no. Todo lo que hacen es para su propio beneficio, orgullo y reputación, para darse estatus y renombre entre los demás. Si pueden aprovecharse de cualquier persona a la que conocen, lo harán. A aquellos de los que no se pueden aprovechar, los desprecian y no les prestan atención; incluso si te encargas de acercarte a ellos, te ignoran, y ni siquiera te miran. Pero si llega el día en el que te necesitan, su actitud hacia ti cambia de repente, y se vuelven muy atentos y amables, lo cual te desconcierta. ¿Por qué ha cambiado su actitud hacia ti? (Porque ahora les resultas de utilidad). Así es, cuando perciben que les resultas útil, su actitud cambia(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión cuatro: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (I)). Cuando vi lo que la palabra de Dios revelaba, me sentí miserable y culpable. Mis acciones y actos fueron los mismos que los de un anticristo. Tenía un motivo en cada situación y solo consideraba mis propios intereses. Siempre calculaba y usaba a las personas en mis interacciones. No tenía amor para mis hermanos y hermanas, ni sinceridad ni amabilidad. La hermana Zhu Yun había estado bajo la vigilancia del partido por mucho tiempo y no había tenido una vida en la iglesia. Yo debí haber entendido su situación, y debí apoyarla y ayudarla con amor, haciendo arreglos para que asistiera a reuniones y realizara los deberes que pudiera en cuanto fuera posible. Pero me preocupaba el riesgo de seguridad que ella representaba. Pensé que aceptarla en la iglesia no haría nada para ayudar en el trabajo de la iglesia, y que tendríamos que gastar más energía en el futuro y pagar un precio por ayudarla. En el peor de los casos, ella comprometería la seguridad de los demás hermanos y hermanas, lo que afectaría la obra de la iglesia. Así que no me importó nada si ella podría tener una vida en la iglesia o no, y no le hice ninguna pregunta sobre su estado o sus dificultades. Yo solo quería deshacerme de ella, no admitirla en la iglesia. Fui indiferente y egoísta. No podía evitar cuestionarme: “No pude pensar en mi hermana en este asunto menor; no tengo amor ni compasión. ¿Cómo podría entonces haber sido sincera la ayuda que antes ofrecí a mis hermanos y hermanas?”. A través de la reflexión, descubrí que muchas veces ayudaba a mis hermanos y hermanas porque yo era la líder de la iglesia. Pensaba que dándoles el adecuado apoyo y asegurándome de que el estado de todos fuera normal, podría alcanzar resultados en mi deber y, así, me aseguraba de presentar una buena imagen de mí. Recién entonces me di cuenta de que yo no consideraba las intenciones de Dios y no estaba cumpliendo mi responsabilidad como líder. En vez de eso, protegía mi reputación y estatus. Exteriormente, realizaba mi deber, pero en verdad, estaba cuidando mis intereses personales bajo el pretexto de cumplir mi deber, y utilizaba a otros como escalones en mi búsqueda de reputación y estatus. Lo que hacía era desagradable a Dios, y yo caminaba por la senda de resistencia a Dios. Si yo no hubiera experimentado el dolor de perderme la vida de la iglesia, jamás habría conocido el dolor y sufrimiento que mis hermanos y hermanas habían sentido sin las reuniones y la vida en la iglesia. Y jamás habría reconocido mi siniestro y malicioso carácter de anticristo.

Leí otro pasaje de la palabra de Dios: “El problema de las personas que buscan sus propios intereses es que los objetivos que persiguen son los mismos que los de Satanás, unos objetivos malvados e injustos. Cuando las personas buscan sus intereses personales, como la fama, la ganancia y el estatus, se convierten involuntariamente en una herramienta de Satanás, en un altavoz de este y, además, se convierten en una personificación de Satanás. Desempeñan un papel negativo en la iglesia; el efecto que causan en el trabajo de la iglesia y en la vida de iglesia normal y la búsqueda normal del pueblo escogido de Dios es el de perturbar y perjudicar. Causan un efecto negativo y adverso(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (I)). Esta revelación de las palabras de Dios me hizo darme cuenta de que si hacemos nuestro deber sin practicar la verdad, y salvaguardamos nuestra reputación y estatus, no importa qué tan grande sea el precio que paguemos, siempre jugaremos un papel negativo en la iglesia y seremos un medio para Satanás. Solo causaremos perturbación e interrupciones en el trabajo de la iglesia y dañaremos la entrada en la vida de nuestros hermanos y hermanas. Pensé en que la hermana Zhu Yun era forzada a venir con nosotros desde su localidad solo para participar de la vida en la iglesia. Ella sinceramente creía en Dios y anhelaba la palabra de Dios. Si yo hubiera tenido un poco de humanidad, no la habría tratado así. Yo era líder de la iglesia, pero cuando la hermana Zhu Yun estuvo en problemas, fui incapaz de ayudarla; indiferentemente y con prisa, intenté hacer que la pasaran a otra iglesia. Mientras más pensaba en lo que había hecho, más me odiaba a mí misma. Sentí que le debía a mi hermana, y más aún, que le debía a Dios. Fui ante Dios y oré: “Dios, solo considero mis propios intereses cuando hago las cosas, y no tengo amor por mis hermanos y hermanas. ¡Soy muy egoísta y malvada! ¡Dios! Quiero arrepentirme…”.

Después, leí otro pasaje de la palabra de Dios. Vi la desinteresada provisión de Dios y su cuidado por la humanidad, y me sentí aún más avergonzada de mi egoísmo y malicia. Las palabras de Dios dicen: “No importa cuánto de la palabra de Dios hayas escuchado, cuánto de la verdad seas capaz de aceptar y hayas entendido, cuánta realidad hayas vivido, o cuántos resultados hayas obtenido, hay un hecho que debes entender: la verdad, el camino y la vida de Dios se conceden libremente a todas y cada una de las personas, y esto es lo justo para todo el mundo. Dios nunca tendrá favoritismos entre una persona y otra por el tiempo que haya creído en Él o por cuánto haya sufrido ni nunca favorecerá o bendecirá a una persona por el hecho de que haya creído en Él durante mucho tiempo o porque haya sufrido mucho. Tampoco tratará a nadie de manera diferente por su edad, su apariencia, su género, sus antecedentes familiares, etcétera. Cada persona obtiene lo mismo de Dios. Él no permite que nadie obtenga ni más ni menos. Dios es justo y razonable con todas y cada una de las personas. Él ofrece a la gente exactamente lo que necesita y cuando lo necesita, sin dejar que pase hambre, frío o sed, y satisface todas las necesidades de su corazón. Cuando Dios hace estas cosas, ¿qué les exige a las personas? Dios le concede estas cosas a la gente, así que ¿tiene Dios algún motivo egoísta? (No). Dios no lo tiene de ninguna manera. Las palabras y la obra de Dios son para el bien de la humanidad, están destinadas a resolver todas las dificultades y penurias de las personas, y tienen como fin que estas puedan obtener de Él la vida real. Esto es una realidad(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El hombre es el mayor beneficiario del plan de gestión de Dios). Dios desinteresadamente provee para todos los de fe verdadera. Ha pagado un laborioso precio por cada uno de nosotros y jamás espera nada a cambio, solo esperando que persigamos la verdad, cambiemos nuestro carácter, y vivamos una verdadera semejanza humana. Pero mi forma de tratar a mis hermanos y hermanas estaba basada en si ellos eran útiles. Si eran útiles, yo estaba dispuesta a pagar cualquier precio. Si no, ni les ponía atención. Yo no quería molestarme si no había ningún beneficio. El Señor Jesús dijo: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis(Mateo 25:40). Cierto. Aun a los hermanos y hermanas menos notables de la iglesia se les debe ofrecer ayuda mientras crean verdaderamente en Dios, y no sean personas malvadas, anticristos o incrédulos. Ser capaces de ayudarlos con amor es ser considerados con la intención de Dios, y tiene la aprobación de Dios. Especialmente para aquellos hermanos y hermanas acechados y buscados por el partido y que no pueden volver a casa, necesitamos tratarlos bien y asegurarnos de que estén a salvo. Esto es aún más que una buena acción. La actitud de una persona hacia tales hermanos y hermanas muestra su humanidad. Sentí una profunda sensación de arrepentimiento. De tener otra oportunidad de hacer mi deber, no podría seguir siendo tan egoísta y despreciable, ni podría solo considerar mis propios intereses cuando interactuara con mis hermanos y hermanas. Tendría que dar lo mejor de mí para ayudarles, y ser alguien que posee humanidad y razón.

Varios meses después, por fin inicié con otro deber. Mi líder arregló que yo apoyara a una hermana que era un riesgo de seguridad. Pensé: “Después de todo lo que pasé, por fin tengo un deber. Si tengo contacto con esta hermana, ¿qué pasará si soy implicada?”. En este punto, me di cuenta de que no estaba en el estado adecuado, y me apresuré a orar a Dios para rebelarme contra mí misma, diciendo que quería hacer lo mejor para ayudar y apoyar a mi hermana. Al reunirme y compartir con ella la palabra de Dios, su estado negativo gradualmente cambió, y quiso escribir un artículo testificando a Dios. Cuando hice mi mayor esfuerzo por ayudar a mi hermana, sentí mucha paz.

En el pasado, siempre sentía que tenía buena humanidad, que podía soportar la adversidad en mi deber, y que sentía amor por mis hermanos y hermanas. Pero con lo que me mostraron los hechos, y el juicio y revelación de la palabra de Dios, al final vi que solo buscaba ganar. Era egoísta e indiferente. ¡Estaba corrompida por Satanás hasta el punto de carecer de toda semejanza humana! La palabra de Dios me hizo entender cómo tratar a mis hermanos y hermanas con humanidad y razón. Eso me ayudó a llevarme bien con los demás sin siempre buscar mis propios intereses, y a ser sincera en apoyar y ayudar a mis hermanos y hermanas. ¡Gracias a Dios!

Anterior: 47. He visto el verdadero rostro de mi pastor

Siguiente: 49. Una apropiada actitud hacia tu deber

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

Contenido relacionado

Ajustes

  • Texto
  • Temas

Colores lisos

Temas

Fuente

Tamaño de fuente

Interlineado

Interlineado

Ancho de página

Índice

Buscar

  • Buscar en este texto
  • Buscar en este libro