6. Puesta a prueba por un doble dilema

Por Zhong Zhen, China

Sábado, 15 de octubre de 2022. Soleado, pero nublándose.

Hace poco, se llevó a cabo una gran redada en la Iglesia de Huaxi, por lo que los líderes me enviaron para que fuera a ayudar con el trabajo de lidiar con las consecuencias. Hoy, después de llegar a la Iglesia de Huaxi, Wang Ying me llevó a una casa de acogida y me dijo: “El 26 de septiembre arrestaron a muchos de nuestros hermanos y hermanas, líderes y obreros. La mayoría de nuestras casas ya no son seguras; la policía tiene los nombres y las fotos de los que no fuimos arrestados, así que nos resulta difícil ir a trabajar”. El corazón me dio un vuelco al escuchar esas palabras. Pensé: “Tenía pensado volver en cuanto terminara mi trabajo aquí, pero ahora veo que la situación es mucho peor de lo que había imaginado. Han arrestado a muchos de nuestros hermanos y hermanas, líderes y obreros. Hay muchos libros de las palabras de Dios que debemos trasladar. No será fácil encontrar un lugar seguro en este momento. No solo eso, sino que tengo que hablar sobre la organización del trabajo con personas cuya seguridad está en riesgo. Nunca sabré cuándo me estarán vigilando y me arrestarán. La policía está capturando a creyentes a lo loco. A este ritmo, me perseguirán hasta la muerte si me arrestan. Si la policía me tortura hasta matarme, ¿no me perderé la oportunidad de hacer mi deber? ¿Cómo podré salvarme entonces?”. Pero luego pensé que ese entorno había surgido bajo la soberanía y los arreglos de Dios. Guiada por la razón, me sometí a las circunstancias y empecé de inmediato a investigar lo que había pasado con los libros de las palabras de Dios.

Luego de que Wang Ying se fuera, la hermana que me había acogido me dijo que no se habían trasladado ni los libros que había en su casa ni los de la casa de un hermano, y que al hermano lo habían arrestado. Apenas la oí, sentí una tensión en el corazón. Habían arrestado a nuestros hermanos y hermanas hacía más de 20 días, por lo que esos libros de las palabras de Dios aún estaban en lugares inseguros. Si caían en manos de la policía, la pérdida sería enorme. Había que proteger los libros a toda costa. Pero, en cuanto pensé en trasladarlos por mi cuenta, comencé a sentirme ansiosa. Recordé a una hermana a quien habían capturado mientras transportaba libros y a quien la policía había matado a golpes. ¿Qué pasaría si me atraparan mientras movía los libros? La policía nunca me dejaría ir y lo más probable es que me impusieran una dura sentencia. Incluso me podrían matar a golpes. ¿No significaría eso el fin de mi vida como creyente en Dios? Estaba dividida entre mi propio futuro y los intereses de la casa de Dios. El dolor y el conflicto se apoderaron de mi corazón. Como creyente en Dios, me sentiría llena de remordimiento si me quedaba de brazos cruzados mientras los libros de las palabras de Dios seguían en peligro. Así que me puse a hablar de inmediato con la hermana para buscar un lugar donde almacenar los libros. Pero el entorno era hostil y no se nos ocurría un lugar adecuado. Ver que el trabajo no avanzaba me hacía sentir como si mi corazón cargara una tonelada.

Lunes, 17 de octubre de 2022. Nublado.

Ayer hablamos sobre el trabajo hasta altas horas de la noche, así que me quedé a dormir en casa de la hermana Song Yi. Esa tarde, Wang Ying vino y, nerviosa, me dijo: “Ha habido una epidemia y anoche confinaron la ciudad. No puedes regresar”. Comencé a sentirme ansiosa después de escuchar esto. Ya era bastante difícil lidiar con las consecuencias de la mano dura; ahora la plaga ha llegado y la ciudad está en confinamiento. ¿Cómo haremos el trabajo ahora que nos enfrentamos a semejante doble dilema? Ahora la plaga está arrasando; afuera, hay patrullas por todas partes. Todos los puestos de control están bajo estricta supervisión. Incluso si encuentro un lugar seguro para los libros, no podré mantenerlos a salvo si la policía me atrapa mientras los traslado. Eso sería una pérdida aún mayor. Pero tampoco puedo dejar los libros en lugares inseguros. ¿Qué debo hacer? Mi única esperanza es que levanten pronto el confinamiento para poder trasladar los libros lo antes posible.

Jueves, 10 de noviembre de 2022. Nublado con lluvia.

Esa mañana, miré con ansiedad por la ventana. En la calle había una larga fila de personas haciéndose la prueba PCR. No vi ninguna señal de que fueran a levantar el confinamiento. Ansiosamente, le pregunté a la hermana que me acogía si había alguna otra salida. Ella me dijo con resignación: “La plaga está empeorando. Nadie tiene permitido salir del vecindario. Está todo acordonado”. Al oír esto me puse aún más ansiosa y pensé: “¿Cómo se supone que voy a hacer el trabajo con la ciudad completamente confinada? Si el confinamiento continúa, ¿cómo voy a trasladar los libros de las palabras de Dios? ¿Cuándo terminará realmente el confinamiento? He estado aquí más de 20 días y la policía también está persiguiendo a la hermana que me acoge. Estoy en riesgo de que me arresten en cualquier momento. La ciudad también es un área de alto riesgo debido a la plaga, así que, incluso si levantaran el confinamiento, es probable que me contagie y me pongan en cuarentena al salir. ¿Y si me contagio y me muero aquí mismo?”. Estos pensamientos me hicieron sentir débil de corazón. Pensé: “Ahora ni siquiera tengo un lugar seguro donde quedarme. ¡Es demasiado peligroso! Debo terminar mi trabajo aquí y regresar lo antes posible para no tener que ir escondiéndome de un lugar a otro y vivir en un estado tan represivo. Pero ahora la plaga está arrasando; y los autobuses y trenes ya no están funcionando; ¿cómo se supone que voy a regresar?”. No paraba de pensar en cómo hacer para regresar de manera segura. Cuanto más lo pensaba, más me alejaba de Dios. Estaba alterada e inquieta. Me sentía atormentada.

Esa noche, me enfermé. Tenía un terrible dolor de cabeza y me dolía todo el cuerpo de tan débil. No podía caminar con paso seguro y no tenía fuerza en el cuerpo. Apoyé la cabeza en la mesa y no era capaz de levantarla. Sentía que estaba experimentando los síntomas de la plaga. Todo eso me hacía sentir tan confundida. ¿Cómo puedo haberme enfermado de repente, si antes estaba perfectamente bien? ¿Qué lección se supone que debo aprender? ¿Cuál es la intención de Dios en esta situación?

Viernes, 11 de noviembre de 2022, soleado.

Mientras hacía mi práctica devocional espiritual esta mañana, leí estas palabras de Dios que dicen: “En China continental, todo el pueblo escogido de Dios ha sufrido la represión y los arrestos del gran dragón rojo, y además ha experimentado algunas tentaciones. Da igual cuántas veces hayan sido débiles y fallado, todos aquellos que son capaces de perseguir la verdad han crecido gradualmente en estatura y han tenido entrada en la vida. Si de nuevo se encuentran con los entornos y las tentaciones que experimentaron en el pasado, tendrán algo de fe. Si un día su experiencia los lleva hasta el punto de no tenerle miedo a la muerte y poder ver con claridad que la vida y la muerte de las personas están en efecto en manos de Dios y que han sido instrumentadas y dispuestas por Él, ¿no significará eso que ha aumentado su fe? Es igual que en la era del Antiguo Testamento: ¿por qué los leones no mordieron a Daniel cuando lo arrojaron a su guarida? El motivo por el que Dios no permitió que los leones lo mordieran es porque tenía fe. Entonces, ¿qué pensaba Daniel en su corazón? No se quejó de Dios. En su fuero interno dijo: ‘Dios me ha arrojado a la guarida de los leones. Tanto yo como los leones somos creaciones. Si Dios les permite que me coman, entonces es mi momento de morir. Si Dios no lo permite, los leones no me comerán. Esto demuestra que todavía debería vivir en manos de Dios y que mi vida no ha terminado aún, así como que no me toca morir. Eso lo determina el Creador’. Cuando Daniel se enfrentó a este problema, en primer lugar, no negó el nombre de Dios; en segundo lugar, no tuvo sospechas sobre lo que hizo Dios, no emitió juicios sobre ello ni lo condenó y no se rebeló contra Él, además de ser capaz de someterse a los arreglos de Dios. De este modo, Satanás fue derrotado y humillado. Por tanto, ¿qué fueron las acciones y manifestaciones de Daniel? Fueron testimonios. Solo cuando tengas tal estatura te enfrentarás a pruebas así. Digamos que, aunque Dios te coloque en la guarida del león, no tienes miedo y los leones no se atreven a comerte, entonces eso demuestra que tienes verdadera fe y que te has embarcado en la senda de ser hecho perfecto. El crecimiento en la vida es exactamente así. Que te arrojen a la guarida de los leones también es una prueba, igual que cuando se le arrebataron a Job sus inmensas riquezas. ¿Cuál fue la manifestación de Job? (La sumisión). ¿Por qué fue capaz de someterse? Porque Job no tenía dudas sobre lo que hizo Dios. A Job le parecían bien ambas cosas, tanto que Dios le concediera recompensas como que le quitara cosas. Aunque Dios un día le diera y al día siguiente le quitara, Job seguía sometiéndose. Independientemente de cómo obrara Dios, a Job le parecía bien; podía dejar que Dios instrumentara según Su voluntad y someterse a Él. Era compatible con Dios. Daba igual cómo obrara Dios, aunque jugara con él, Job podía seguir sometiéndose. […] La auténtica fe incluye auténtica sumisión y la auténtica sumisión da lugar a auténtica fe. Si tienes auténtica fe y puedes lograr auténtica sumisión, ¿qué prueba puede derrotarte? ¿Qué entorno puede vencerte? Ninguno. Aunque se te arroje a la guarida de los leones, estos no se atreverán a comerte. ¿Acaso no es eso algo bueno? (Sí)” (La comunión de Dios). Las palabras de Dios iluminaron mi corazón como un faro. Cuando a Daniel lo arrojaron al foso de los leones bajo la opresión del rey, no se quejó de Dios, a pesar de que enfrentaba la muerte. En cambio, su fe en la soberanía de Dios sobre todas las cosas se mantuvo firme y se entregó completamente a Él. Tenía una fe genuina en Dios. La experiencia de Daniel me inspiró. Me mostró que, al igual que Daniel, yo debía tener la misma fe en Dios y someterme a Su soberanía en un entorno de persecución y opresión. Pero, al enfrentar estas situaciones de la vida real, carecía de la fe que tenía Daniel. Cuando la iglesia enfrentó mano dura a gran escala y hubo que trasladar los libros de las palabras de Dios con rapidez, lo primero en lo que pensé fueron los grandes riesgos que involucraba ese deber. Temía que la policía me atrapara en el camino y me matara a golpes. Cuando estalló la pandemia, tenía miedo de contagiarme y morirme, y vivía en un estado de miedo y cobardía. Incluso quería abandonar mi deber para protegerme a mí misma y huir lo más rápido posible. Ese ambiente hostil reveló que carecía de fe genuina en Dios y que no me sometía a Él. Cuando los incrédulos ven cómo la pandemia consume una ciudad entera, se hunden en el terror y el pánico. Eso se debe a que no creen en Dios y no tienen en quién confiar. Sin embargo, yo creía en Dios, pero seguía estando tan asustada que no tenía fe en Su omnipotencia y soberanía. ¿Cómo podía considerarme una creyente? Pensé en Daniel, que se encontraba en una tierra extraña y a quien lo perseguía un rey que le prohibía orar a Dios. Daniel se negó a transigir con las fuerzas de la oscuridad, eligió la muerte antes que rendirse y siguió orando a Dios. En última instancia, lo arrojaron al foso de los leones, pero, con Dios a su lado, los leones no se atrevieron a hacerle daño. De manera similar, tanto si enfrentamos la pandemia como los arrestos, todo está en manos de Dios. Que me arresten o no depende por completo de Dios. Incluso si me arrestan y encarcelan, debo entregarme a Dios y mantenerme firme en mi testimonio de Él. Si me contagio del virus, me someteré a Sus orquestaciones y arreglos. Incluso si muero, no me quejaré. Ahora, la cuestión más urgente es proteger los libros de las palabras de Dios. No importa el riesgo, debo confiar en Dios para trasladarlos lo más rápido posible. Debo dejar de lado mis preocupaciones y trabajar al unísono con mis hermanos y hermanas para gestionar de forma adecuada el trabajo para lidiar con estas consecuencias. Una vez que comencé a pensar de esa manera, sentí un gran alivio. Esa tarde, casi sin darme cuenta, ya me sentía mejor.

Jueves, 15 de diciembre de 2022. Lluvioso.

Qué rápido pasa el tiempo. Han pasado dos meses desde que llegué aquí. He estado lidiando con las consecuencias de la mano dura desde que llegué, pero debido al ambiente hostil, hemos avanzado lentamente. Anoche me enteré de que alguien había actuado como un judas y había delatado a muchos líderes, obreros, hermanos y hermanas. Pensé: “Las casas que hay aquí y que podrían haber acogido a gente ya no son seguras. Todo nuestro trabajo se ha visto gravemente obstaculizado, y ahora la situación ha empeorado aún más. ¿Cuánto tiempo llevará completar el trabajo?”. Ese pensamiento me hizo sentir una sensación de ahogo. A la noche, Wang Ying vino y me dijo que era muy probable que la hubieran seguido la noche anterior y que su casa ya no era segura. Me recomendó que regresara. Su sugerencia me pareció muy acertada y pensé: “Las cosas van tan mal que lo mejor sería regresar. En todo caso, no es que no quiera quedarme aquí, sino que sencillamente no hay un lugar seguro donde quedarme. Ahora regresar estaría perfectamente justificado”. Pero, apenas pensé en irme, empecé a sentirme culpable de nuevo. Aquí aún queda mucho trabajo por hacer. ¿Sería lo correcto abandonar mis deberes e irme? A pesar de la hostilidad de la situación actual, nuestros hermanos y hermanas todavía encuentran la manera de venir aquí y hablar sobre el trabajo. Si me fuera, no podría supervisar cómo continúa el trabajo. Pero aquí no hay ningún lugar seguro donde quedarse. Vivo en un estado de constante temor y ansiedad, como un pájaro asustado. Me siento tan dividida. ¿Debería irme o quedarme? No sé qué hacer.

Domingo, 18 de diciembre de 2022. Soleado

Hoy, seguí reflexionando: “¿Por qué siempre quiero huir cuando me enfrento a un entorno hostil?”. Recibí una carta de una hermana que me conmovió profundamente. Ella hablaba de cómo, después de que la pusieron en libertad, deseaba quedarse en la iglesia para lidiar con las consecuencias de la mano dura. Pero, debido a que temía que la policía la arrestara en cualquier momento, se fue. Debido a eso, no pudo cumplir con su deber por un tiempo, lo que le hizo sentir remordimientos. Citó un pasaje de las palabras de Dios en particular, que era bastante relevante para mi propio estado. Dios Todopoderoso dice: “Desde el lado positivo, si puedes tratar tu deber de la manera correcta en el transcurso de su cumplimiento, sin abandonarlo nunca —al margen de las circunstancias a las que te enfrentes—, e incluso, cuando otros pierdan la fe y dejen de cumplir con el suyo, tú te sigues aferrando al que te corresponde y jamás renuncias a él y permaneces firme y leal a él hasta el final, entonces lo tratas de verdad como lo que es, un deber, y demuestras una completa lealtad. Si puedes satisfacer este estándar, en lo esencial das la talla para cumplir de manera adecuada con tus deberes; este es el aspecto positivo. Sin embargo, antes de alcanzar este estándar, en el aspecto negativo, uno debe resistir diversas tentaciones. ¿Qué clase de problemas surgen cuando alguien es incapaz de vencer las tentaciones durante el proceso de cumplir su deber, de tal modo que lo traiciona al abandonarlo y huir? Eso es lo mismo que traicionar a Dios. Traicionar la comisión de Dios equivale a traicionar a Dios. ¿Tiene todavía salvación aquel que traiciona a Dios? Esa persona está acabada; ha perdido toda esperanza y los deberes que realizaba antes consistían meramente en ser mano de obra y se han esfumado en la nada con su traición. Por tanto, es esencial aferrarse al propio deber; al hacerlo, quedan esperanzas. Al cumplir lealmente el deber, uno puede salvarse y ganarse la aprobación de Dios. ¿Cuál piensa todo el mundo que es la parte más difícil de cumplir con el propio deber? Saber mantenerse firme ante la tentación. ¿Cuáles son estas tentaciones? El dinero, el estatus, las relaciones íntimas, los sentimientos. ¿Qué más? Si algunos deberes conllevan riesgos, incluso para la propia vida, y su cumplimiento puede suponer la detención y el encarcelamiento, o incluso sufrir persecución hasta la muerte, ¿puedes seguir cumpliendo tu deber? ¿Puedes perseverar? La eficacia con la que se pueden superar estas tentaciones depende de si uno persigue la verdad. Depende de la capacidad de uno para discernir y reconocer poco a poco estas tentaciones mientras persigue la verdad, para reconocer su esencia y los trucos satánicos que se esconden tras ellas. Asimismo, requiere reconocer las propias actitudes corruptas, la esencia-naturaleza personal y las propias debilidades. También hay que pedir sin cesar la protección de Dios para ser capaces de resistir estas tentaciones. Si uno puede sobrellevarlas, mantenerse firme en su deber sin traicionar ni escapar bajo ninguna circunstancia, entonces la probabilidad de salvarse asciende al 50 por ciento. ¿Es fácil alcanzar este 50 por ciento? Cada paso es un reto lleno de peligros, ¡no es sencillo alcanzarlo!(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. ¿Cuál es el adecuado cumplimiento del deber?). Las palabras de Dios me tocaron profundamente el corazón. La intención de Dios es que siempre me mantenga firme al hacer mis deberes, independientemente de las circunstancias y sin traicionarlo ni huir. Solo así daré un testimonio verdadero. Si retrocedo por cobardía y miedo ante un entorno hostil y abandono mis deberes en aras de la supervivencia, traicionaré a Dios y perderé mi testimonio. Con tantos hermanos y hermanas arrestados, hay una necesidad urgente de lidiar con las consecuencias de la mano dura de la policía. He leído muchas palabras de Dios y he disfrutado de todo lo que Él me ha provisto, pero, a la hora de la verdad, soy incapaz de seguir siéndole leal o de desempeñar mi papel como un ser creado. Incluso quiero usar el ambiente hostil que hay aquí como justificación para irme. ¡Qué egoísta y artera soy! Si me voy, no podré hablar cara a cara sobre el trabajo con mis hermanos y hermanas. Esto afectaría el trabajo. Además, los arrestos masivos están haciendo que los hermanos y hermanas se vuelvan algo tímidos y temerosos, por lo que debemos apoyarnos y animarnos entre nosotros en un momento así. Deberé hablar con ellos más a menudo sobre la intención de Dios y sobre cómo cumplir bien con nuestros deberes ante la persecución y las adversidades. Así que es beneficioso para el trabajo que me quede aquí. Si solo me preocupara por mis propios intereses y abandonara mi deber por temor a la muerte, sería una auténtica desertora y traicionaría a Dios. ¡Qué egoísta y despreciable sería eso! ¡Cómo carecería de humanidad! Con todo esto en mente, sé lo que debo hacer. No puedo permitir que las circunstancias actuales me atemoricen ni puedo abandonar mi deber e irme solo porque estén siguiendo a Wang Ying y tenga miedo de verme implicada. Debo confiar en Dios y hacer todo lo posible para encargarme de lidiar con las consecuencias, el trabajo para el que me mandaron. No importan los peligros que pueda enfrentar o lo difícil que sea el trabajo, estoy dispuesta a ofrecer mi lealtad. Viva o muera, me encomendaré a Dios, le permitiré que orqueste todo y me someteré a Su soberanía y Sus arreglos. Incluso si me cuesta la vida, completaré bien este trabajo.

Martes, 20 de diciembre de 2022. Soleado

Al reflexionar sobre lo que me ha estado ocurriendo, escena por escena, pensé: “¿Por qué deseo huir y abandonar mi deber en cuanto enfrento un ambiente peligroso? ¿Qué naturaleza me está controlando?”. Al buscar respuestas, encontré dos pasajes de las palabras de Dios: “Los anticristos son extremadamente egoístas y despreciables. No tienen verdadera fe en Dios, y mucho menos lealtad a Él. Cuando se topan con un problema, solo se protegen y se salvaguardan a sí mismos. Para ellos, nada es más importante que su propia seguridad. Siempre y cuando puedan vivir y no los detengan, no les importa el daño causado a la obra de la iglesia. Estas personas son egoístas hasta el extremo, no piensan en absoluto en los hermanos y hermanas ni en la obra de la iglesia, solo en su propia seguridad. Son anticristos. […] Los anticristos abandonan la obra de la iglesia y las ofrendas de Dios, y no organizan que la gente se ocupe de la situación posterior. Eso equivale a permitir que el gran dragón rojo se apodere de las ofrendas de Dios y de Su pueblo escogido. ¿No es eso una traición encubierta a las ofrendas de Dios y a Su pueblo escogido? Cuando los que son leales a Dios tienen claro que es peligroso un entorno, pese a ello aceptan el riesgo de hacer la tarea de ocuparse de la situación posterior y mantienen en mínimos las pérdidas a la casa de Dios antes de retirarse. No priorizan su propia seguridad. Dime, en este perverso país del gran dragón rojo, ¿quién podría asegurar que no hay peligro alguno en creer en Dios y cumplir con un deber? Cualquiera que sea el deber que uno asuma, conlleva cierto riesgo; sin embargo, el cumplimiento del deber es una comisión de Dios y, al seguir a Dios, uno ha de asumir el riesgo de cumplir con su deber. Uno debe hacer un ejercicio de sabiduría y ha de tomar medidas para garantizar su seguridad, pero no debe priorizar su seguridad personal. Debe tener en cuenta las intenciones de Dios y priorizar el trabajo de Su casa y la difusión del evangelio. Lo principal, y lo primero, es cumplir con la comisión de Dios para uno. Los anticristos dan máxima prioridad a su seguridad personal, creen que lo demás no tiene que ver con ellos. No les importa que le pase algo a otra persona, sea quien sea. Mientras no les pase nada malo a los propios anticristos, ellos están tranquilos. Carecen de toda lealtad, lo cual viene determinado por la esencia-naturaleza de los anticristos(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (II)). “Los anticristos no muestran lealtad a Dios. Cuando se les asigna un trabajo, lo aceptan con bastante alegría, y hacen algunas declaraciones bonitas, pero cuando llega el peligro, son los que huyen más rápido, los primeros en echar a correr, los primeros en escapar. Esto demuestra que su egoísmo y despreciabilidad son particularmente graves. No tienen ningún sentido de la responsabilidad ni de la lealtad. Cuando se enfrentan a un problema, solo saben huir y esconderse, y piensan únicamente en protegerse a sí mismos, sin tener nunca en cuenta sus responsabilidades y deberes. En aras de su propia seguridad personal, los anticristos muestran constantemente su naturaleza egoísta y despreciable. No dan prioridad a la obra de la casa de Dios ni a sus propios deberes. Y menos aún dan prioridad a los intereses de la casa de Dios. En cambio, priorizan su propia seguridad(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (II)). Dios pone en evidencia el egoísmo y lo despreciables que son los anticristos. Cuando enfrentan un entorno hostil al cumplir su deber, solo piensan en sí mismos, dondequiera que van. Dan especial valor a su propia seguridad y su vida. Cuando se ven afectados sus propios intereses, abandonan el trabajo de la casa de Dios y no le demuestran lealtad. Al leer las palabras de Dios que ponen en evidencia a los anticristos, sentí que me atravesaban el corazón. ¿No había actuado yo de esa manera? Al ver el mal ambiente que había en la iglesia y el estallido de la plaga, tuve miedo de que la policía me arrestara y me torturara hasta la muerte, así como de contraer el virus y morirme. Tenía un miedo especial a la muerte y deseaba huir lo más rápido posible. Al haber vivido acorde a venenos satánicos como: “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”, “Cada quien tiene su porvenir en sus propias manos” y “Una mala vida es mejor que una buena muerte”, creía que cada uno debe pensar en sí mismo en la vida. Prefería prolongar una existencia innoble que pagar un precio por cumplir con mi deber. ¡Soy demasiado egoísta y despreciable! Los hermanos y hermanas que cumplen con lealtad sus deberes, a pesar de que conocen los riesgos de hacerlo en ambientes hostiles, se mantienen firmes al hacer sus deberes confiando en Dios, arriesgando sus vidas y, en última instancia, protegiendo los libros de las palabras de Dios y a los otros hermanos y hermanas. En comparación, me siento tan avergonzada. El ambiente aquí es hostil y la plaga ha empeorado un poco, pero aun así hay hermanos y hermanas que arriesgan sus vidas al hospedarme, mientras que yo me sigo preocupando por mí misma y soy incapaz de dedicarme a mi deber de todo corazón. ¡Realmente carezco de humanidad! Si tuviera una pizca de conciencia o razón y supiera que los libros de las palabras de Dios están en riesgo, me esforzaría al máximo para asegurarme de que el trabajo para lidiar con las consecuencias se haga de manera adecuada y minimice las pérdidas. Si realmente huyera y no se trasladaran a tiempo los libros de las palabras de Dios, es muy probable que cayeran en manos del gran dragón rojo. Habría incluso más hermanos y hermanas en peligro de que los arrestaran, y su entrada en la vida sufriría pérdidas aún mayores debido a ello. De esta manera, incluso si eludiera la captura y salvara mi vida, habría cometido una grave transgresión. ¡Me sentiría llena de un remordimiento abrumador, pero sería demasiado tarde para hacer algo al respecto! Recordé lo que dijo el Señor Jesús: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno(Mateo 10:28). “El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará(Mateo 10:39). También recordé un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso que dice: “La familia, la riqueza y las cosas materiales de esta vida son cosas externas; lo único relacionado con uno mismo es la vida. Para cada persona viva, la vida es la cosa más digna de aprecio, la más preciada, y resulta que esas personas fueron capaces de ofrecer su posesión más preciada, la vida, como confirmación y testimonio del amor de Dios por la humanidad. Hasta el día de su muerte siguieron sin negar el nombre de Dios o Su obra y aprovecharon los últimos momentos de su vida para dar testimonio de la existencia de esta realidad; ¿no es esta la forma más elevada de testimonio? Esta es la mejor manera de cumplir con el deber, lo que significa cumplir con la responsabilidad. Cuando Satanás los amenazó y aterrorizó, y al final, incluso cuando les hizo pagar con su vida, no abandonaron su responsabilidad. Esto es cumplir con el deber hasta el fin. ¿Qué quiero decir con ello? ¿Quiero decir que utilicéis el mismo método para dar testimonio de Dios y difundir Su evangelio? No es necesario que lo hagas, pero debes entender que es tu responsabilidad, que si Dios necesita que lo hagas, debes aceptarlo como algo a lo que te obliga el honor. La gente de hoy alberga miedo y preocupación, pero ¿de qué sirven esos sentimientos? Si Dios no necesita que hagas esto, ¿de qué te sirve preocuparte por ello? Si Dios necesita que lo hagas, no debes eludir ni rechazar esta responsabilidad. Debes cooperar de manera proactiva y aceptarla sin preocuparte. Muera como muera una persona, no debe morir ante Satanás ni tampoco en las manos de este. Si uno va a morir, debe morir en las manos de Dios. Las personas vinieron de Dios y a Él regresan; estas son la razón y la actitud que ha de tener un ser creado(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Difundir el evangelio es el deber al que están obligados por honor todos los creyentes). Las palabras de Dios me hicieron entender que, cuando enfrento peligros y sufro amenazas de muerte al cumplir con mi deber, debo seguir siendo leal a Dios. Incluso si significa sacrificar mi vida, debo mantenerme firme al hacer mi deber y no ceder ante Satanás. Este es el testimonio más poderoso de derrotar a Satanás, que Dios aprueba. Cuando sufro amenazas contra mi vida, si rechazo la comisión de Dios por miedo a la muerte, eso se convertirá en una marca de deshonra, y Dios lo detestará. A lo largo de los siglos, hay profetas y apóstoles que sufrieron muertes espantosas por predicar el evangelio y dar testimonio de Dios. A algunos los descuartizaron con caballos y a otros los mataron a hachazos, mientras que a otros los quemaron vivos. A Pedro incluso lo crucificaron boca abajo por Dios. En los últimos días, el Partido Comunista ha arrestado y torturado brutalmente a muchos hermanos y hermanas por divulgar el evangelio del reino. Incluso al borde de la muerte, se rehúsan a negar el nombre de Dios, y otros, incluso cuando los están torturando hasta la muerte, se niegan a convertirse en judas o a traicionar a Dios. Han dado testimonios hermosos y rotundos de Dios. Han dedicado sus propias vidas para defender el verdadero camino y han proclamado y testificado con su muerte a este mundo malvado que Dios es el único Dios verdadero, el Creador. No dudan en hacerlo, incluso si significa sacrificar su vida. Dar la vida para dar testimonio de Dios es un acto valioso y significativo. Es la forma más elevada de dar testimonio. Al darme cuenta de eso, sentí menos miedo. Estaba dispuesta a enfrentar ese ambiente confiando en Dios.

En ese momento, estas palabras de Dios me vinieron a la mente. Dios Todopoderoso dice: “Independientemente de lo ‘poderoso’, lo audaz y ambicioso que sea Satanás, de lo grande que sea su capacidad de infligir daño, del amplio espectro de las técnicas con las que corrompe y atrae al hombre, lo ingeniosos que sean los trucos y las artimañas con las que intimida al hombre y de lo cambiante que sea la forma en la que existe, nunca ha sido capaz de crear una simple cosa viva ni de establecer leyes o normas para la existencia de todas las cosas, ni de gobernar y controlar ningún objeto, animado o inanimado. En el cosmos y el firmamento no existe una sola persona u objeto que haya nacido de él o que exista por él; no hay una sola persona u objeto gobernados o controlados por él. Por el contrario, no solo tiene que vivir bajo el dominio de Dios, sino que, además, debe someterse a todas Sus órdenes y Sus mandatos. Sin el permiso de Dios, le resulta difícil incluso tocar una gota de agua o un grano de arena sobre la tierra; ni siquiera es libre para mover a las hormigas sobre la tierra, y mucho menos a la humanidad creada por Dios. A los ojos de Dios, Satanás es inferior a los lirios del campo, a las aves que vuelan en el aire, a los peces del mar y a los gusanos de la tierra. Su papel, entre todas las cosas, es servir a todas las cosas, a la especie humana y a la obra de Dios y a Su plan de gestión. Independientemente de lo malévola que es su naturaleza y lo malvado de su esencia, lo único que puede hacer es respetar sumisamente su función: estar al servicio de Dios, y ser un contraste para Él. Tales son la sustancia y la posición de Satanás. Su esencia está desconectada de la vida, del poder, de la autoridad; ¡es un simple juguete en las manos de Dios, tan solo una máquina a Su servicio!(La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único I). “Cuando las personas están verdaderamente preparadas para sacrificar su vida, todo se vuelve insignificante y nadie puede vencerlas. ¿Qué podría ser más importante que la vida? Así pues, Satanás se vuelve incapaz de hacer nada más en las personas, no hay nada que pueda hacer con el hombre(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 36). Las palabras de Dios tienen autoridad y poder. Todo está bajo Su soberanía y Sus arreglos. Por más violento y cruel que sea Satanás, ni siquiera él puede escapar de los límites que Dios establece. Sin el permiso de Dios, Satanás no se atreve a cruzar la línea, y mucho menos a hacernos daño. Así como Satanás quiso devastar a Job, Dios no permitió que le quitara la vida. Aunque Satanás empleó todos sus trucos y artimañas, no se atrevió a quitarle la vida a Job. Eso me hizo entender que la autoridad de Dios está fuera del alcance de toda fuerza hostil. A pesar de lo mal que están las cosas aquí, no me han arrestado. Eso se debe todo a la protección de Dios. Una vez, iba a ir a una casa de acogida, pero la hermana nunca vino a recogerme. Más tarde, me enteré de que un judas había delatado esa casa y estaba bajo estricta vigilancia policial. Que no haya logrado llegar fue gracias a la protección de Dios. Además, la peste le ha atado las manos a la policía y ha puesto trabas a sus esfuerzos para arrestar a los hermanos y hermanas. De lo contrario, quién sabe cuántos más habrían arrestado. Todo esto es un acto milagroso de Dios, Su sabiduría y omnipotencia. Incluso en este ambiente hostil, el PCCh no se atreve a tocarme sin el permiso de Dios. Dios decidirá si me arrestan y me dan una dura sentencia. Ya no puedo vivir para mí misma. Estoy lista para entregarme a Dios y dejar que Él me guíe día a día. No importa lo hostil que sea el ambiente aquí o lo rápido que se propague la peste, me mantendré firme hasta el final al hacer mi deber. Al entender esto, tuve la conciencia tranquila y me entregué a mi deber.

Sábado, 31 de diciembre de 2022. Soleado.

Ayer, Su Xiao y yo llegamos a una iglesia. Para nuestra gran sorpresa, el hermano que nos acogió nos ofreció un lugar para guardar los libros. Ambas estábamos muy entusiasmadas y decidimos dividir el trabajo. Su Xiao fue a informarse sobre la situación en la casa, mientras que yo regresé para hablar con los hermanos y hermanas sobre el tema de trasladar los libros de las palabras de Dios. Por la tarde, ya habíamos conseguido trasladar con éxito el primer lote de libros.

Martes, 14 de febrero de 2023. Soleado.

En los últimos días, hemos estado trasladando libros de las palabras de Dios sin cesar, y hoy, finalmente, hemos trasladado el último lote. Alrededor de las 3:00 de la madrugada, vi que los hermanos que habían estado trasladando los libros regresaban sanos y salvos, y me embargó una emoción indescriptible. Durante ese período, logramos poner todos los libros a salvo a pesar del ambiente tan hostil. Todo esto se debió a la guía de Dios y a la cooperación unida de los hermanos y hermanas. Mientras iba sentada en el autobús de regreso a casa, me sentía segura y en paz. A lo largo del viaje, reflexionaba que, a pesar de haber venido a trabajar aquí, en un entorno peligroso, me había dado cuenta de que es precisamente en esos entornos peligrosos donde podemos ver los actos milagrosos de Dios y reconocer que la autoridad y el poder de Dios están fuera del alcance de toda fuerza hostil. Ahora también entiendo que experimentar entornos hostiles puede perfeccionar mi fe, ayudarme a entender la omnipotencia y soberanía de Dios y revelar mi egoísmo y calidad de despreciable. En un ambiente peligroso, tendía a proteger mis propios intereses y a pensar solo en mi propio futuro y mi sino. Las palabras de Dios me guiaron para abrirme camino a través de la influencia oscura de Satanás, perseverar hasta el final y completar el trabajo para el que me habían enviado. He ganado mucho en este viaje. ¡Es una experiencia inolvidable y un valioso tesoro en mi vida! ¡Gracias a Dios!

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Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

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