22. Después de que me traicionara un judas
En abril de 2023, cumplía el deber de predicadora en la iglesia. En aquel momento, diversas iglesias bajo mi responsabilidad se enfrentaban a que el PCCh arrestara uno a uno a sus miembros. Estaban arrestando a muchos líderes y obreros, así que Wang Hui, el hermano que colaboraba conmigo, y yo nos dimos prisa en contactar a nuestros hermanos y hermanas para mover los libros de las palabras de Dios. Acabábamos de terminar de lidiar con las consecuencias cuando, de repente, llegaron noticias de que habían arrestado a otros dos supervisores. Empezamos a cambiar de casa constantemente debido a la amenaza a nuestra seguridad. Durante ese tiempo, no paraban de arrestar a hermanos y hermanas de todas las iglesias, y los diversos aspectos del trabajo en las iglesias no podían progresar con normalidad. La policía torturaba a los hermanos y hermanas que arrestaban. Una hermana no pudo soportar la tortura policial y no le quedó otra opción que saltar del edificio hacia su muerte. Al oír esta serie de noticias, una detrás de otra, sentía muchos nervios y, a menudo, me preocupaba mi difícil situación propia: “Soy una persona buscada y, una vez que me atrapen y se den cuenta de que soy líder, seguro que me torturan incluso con mayor brutalidad. Si me torturan hasta la muerte, ¿no perderé entonces la oportunidad de salvarme?”. Cuando pensaba en esto, me pasaba los días con el corazón en un puño. Durante ese tiempo, la doble presión de la amenaza a mi seguridad y a mi trabajo me tenían el cuerpo y la mente agotados.
En septiembre, me enteré de que habían detenido a otra hermana con la que colaboraba, Wen Xi. Habíamos hecho deberes juntas durante muchos años y, además de estar muy familiarizada con Wang Hui y conmigo, sabía mucho sobre la iglesia, y conocía a muchos hermanos, hermanas y familias de acogida. Cuando estábamos tan ocupados lidiando con las consecuencias que sentíamos la cabeza revuelta, recibimos otro mensaje de nuestros hermanos y hermanas. Nos dijeron que Wen Xi nos había traicionado a Wang Hui y a mí, y que la policía había realizado retratos de nuestra apariencia y estaba buscándonos para poder arrestarnos. Nos recordaron que fuéramos cautos y no bajáramos la guardia. Cuando oí estas noticias, entré en pánico de inmediato. Cuando el gran dragón rojo arresta a los creyentes, se les persigue hasta la muerte; ni siquiera se libran los mayores de setenta u ochenta años. Ahora que sabían que Wang Hui y yo éramos líderes en la iglesia, no nos dejarían ir tan fácilmente. Las cámaras de vigilancia del gran dragón rojo están por todas las calles y callejones. ¿Nos encontrarían mediante esas cámaras de seguridad? Mi complexión siempre había sido un tanto débil. Si me arrestaban, ¿sería capaz de soportar la tortura? Si me torturaban hasta la muerte, entonces no vería la belleza del reino. Pensé en diversos colaboradores a los que habían arrestado previamente. A todos los habían condenado a más de diez años, y yo había sido líder mucho más tiempo que ellos. Si me arrestaban, mi condena sería sin duda más larga. Ya tenía más de sesenta años, así que, si me arrestaban y condenaban a más de una década, no sabía si saldría viva de la cárcel. A veces pensaba: “Si no estuviera haciendo el deber de líder, sería mejor. Aunque me arrestaran, no me enfrentaría a una condena tan dura”. Durante esa época, me pasaba los días en vilo. No me podía calmar ni siquiera cuando estaba haciendo mi deber. En especial, desde que oí que el PCCh solía usar drones para vigilar, buscar y capturar a los creyentes, empecé a estar particularmente atenta a lo que pasaba fuera. A veces, oía algunos sonidos extraños del exterior y me apresuraba a ver si era un dron. Otras, cuando oía pasos en las escaleras o el portero del edificio venía a llamar a la puerta, mi corazón latía más rápido y me preocupaba que fuera la policía que venía a arrestarnos. En ese momento, mi corazón no estaba en mi deber y no prestaba tanta atención a los detalles cuando hacía seguimiento del trabajo. Los resultados de diversos aspectos del trabajo se vieron afectados y el trabajo relacionado con textos, del que era principalmente responsable, produjo también peores resultados. Aunque estaba un poco ansiosa, solo escribí cartas para hacer indagaciones. Nunca intenté descubrir el problema ni buscar dónde estaba o cómo resolverlo. Un día, recibí una carta en la que se denunciaba al líder de la Iglesia de Chengnan por no hacer trabajo real ni resolver problemas reales. Cuando leí sobre el desempeño del líder en la carta, me quedé un poco sorprendida. Siempre había hecho seguimiento del trabajo de la Iglesia de Chengnan, pero no me había dado cuenta de que el líder de la iglesia no estaba haciendo trabajo real. Solo en este momento acudí ante Dios para orar y reflexionar. Me di cuenta de que, durante medio año, había cambiado de casa constantemente debido al peligro inminente, y estaba siempre ansiosa ya que, si me arrestaban y la policía me golpeaba hasta la muerte, no me salvaría ni entraría en el reino del cielo. Vivía preocupada y con ansiedad, y rara vez me podía centrar en los detalles de mi deber. Ahora había muchos problemas sin resolver en la Iglesia de Chengnan, y los resultados del trabajo relacionado con textos decaían constantemente. Todo esto era porque estaba cohibida y asustada y no hacía trabajo real. Al pensar en esto, me sentí angustiada en extremo y acudí ante Dios para orar. “Querido Dios, a lo largo de esta época he estado viviendo constantemente cohibida y con miedo y, a pesar de los muchos problemas que aparecen en mi deber, he estado entumecida e inconsciente. Querido Dios, oriéntame para buscar la verdad, salir de mis estados incorrectos y poner el corazón en mi deber”.
Después, leí un pasaje de las palabras de Dios: “Independientemente de lo ‘poderoso’, lo audaz y ambicioso que sea Satanás, de lo grande que sea su capacidad de infligir daño, del amplio espectro de las técnicas con las que corrompe y atrae al hombre, lo ingeniosos que sean los trucos y las artimañas con las que intimida al hombre y de lo cambiante que sea la forma en la que existe, nunca ha sido capaz de crear una simple cosa viva ni de establecer leyes o normas para la existencia de todas las cosas, ni de gobernar y controlar ningún objeto, animado o inanimado. En el cosmos y el firmamento no existe una sola persona u objeto que haya nacido de él o que exista por él; no hay una sola persona u objeto gobernados o controlados por él. Por el contrario, no solo tiene que vivir bajo el dominio de Dios, sino que, además, debe someterse a todas Sus órdenes y Sus mandatos. Sin el permiso de Dios, le resulta difícil incluso tocar una gota de agua o un grano de arena sobre la tierra; ni siquiera es libre para mover a las hormigas sobre la tierra, y mucho menos a la humanidad creada por Dios. A los ojos de Dios, Satanás es inferior a los lirios del campo, a las aves que vuelan en el aire, a los peces del mar y a los gusanos de la tierra. Su papel, entre todas las cosas, es servir a todas las cosas, a la especie humana y a la obra de Dios y a Su plan de gestión. Independientemente de lo malévola que es su naturaleza y lo malvado de su esencia, lo único que puede hacer es respetar sumisamente su función: estar al servicio de Dios, y ser un contraste para Él. Tales son la sustancia y la posición de Satanás. Su esencia está desconectada de la vida, del poder, de la autoridad; ¡es un simple juguete en las manos de Dios, tan solo una máquina a Su servicio!” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único I). A partir de las palabras de Dios, me di cuenta de que Él es soberano sobre todas las cosas y Satanás es un mero peón en la mano de Dios. Por muy desbocado y audaz que pueda ser, no se atreve a tocar ni una gota de agua ni un grano de arena de la tierra sin permiso de Dios. Cuando me di cuenta de esto, tuve fe en que, si me arrestaran o no era algo que estaba en manos de Dios. Sin Su permiso, el gran dragón rojo no podría arrestarme por muy sofisticado que fuera el aparato de vigilancia que empleara. Recordé el año 2018, cuando me traicionaron varias veces los judas. En aquel tiempo, la policía le pidió a un artista de renombre que hiciera un retrato de mí para poder publicar un aviso para mi arresto. Sin embargo, hasta ese día, no me habían arrestado. Además, Wang Hui y yo estábamos en peligro inminente y nos mudábamos con frecuencia durante esta época. Varias veces estuvimos cerca del arresto pero, con la protección de Dios, fuimos lo bastante afortunados de escapar. Luego pensé en cómo Daniel insistió en adorar a Dios y lo arrojaron a la guarida del león. Creía que su vida estaba en manos de Dios y que los leones no lo morderían sin Su permiso. La fe en Dios de Daniel lo protegió y, aunque cayó en la guarida de los leones con los animales hambrientos, no le tocaron ni un pelo de la cabeza. Además, los tres amigos de Daniel tenían verdadera fe en Dios. Preferían morir antes que venerar a ídolos o traicionar a Dios. Los arrojaron a un horno, pero escaparon ilesos. Debería seguir su ejemplo y debo tener fe en Dios. Cuando pensé en esto, ya no me sentía tan preocupada ni asustada. Oré a Dios para calmar mi corazón y así poder dedicarme a mi deber con devoción.
Un día, una hermana compartió un vídeo de testimonio vivencial conmigo. Había dos pasajes de las palabras de Dios en él que me conmovieron realmente. Dios Todopoderoso dice: “Los anticristos creen en Dios para obtener bendiciones. Nunca se preocupan por nada relacionado con la casa de Dios o Sus intereses. Cualquier cosa que hagan tiene que girar en torno a sus intereses personales. Si la obra de la casa de Dios no involucra a estos intereses personales, sencillamente no les importa y no indagan sobre ella. ¡Qué egoístas deben ser!” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (II)). “Aparte de considerar su propia seguridad, ¿en qué piensan además ciertos anticristos? Dicen: ‘Ahora mismo nuestro entorno no es favorable, así que vamos a mostrar menos nuestros rostros y a difundir menos el evangelio. De este modo, es menos probable que nos atrapen y no se destruirá la obra de la iglesia. Si evitamos que nos atrapen, no nos convertiremos en Judas y seremos capaces de persistir en el futuro, ¿verdad?’. ¿Acaso no hay anticristos que usen tales excusas para desorientar a sus hermanos y hermanas? […] Cuando sirven como líderes, solo les importa su disfrute carnal y no hacen trabajo real. Aparte de intercambiar un poco de correspondencia con diversas iglesias, no hacen nada más. Se esconden en algún lugar y no se encuentran con nadie, se mantienen aislados y los hermanos y hermanas no saben quién es su líder; hasta tal punto están asustados. Por tanto, ¿no es correcto decir que son líderes solo de nombre? (Sí). No hacen trabajo real como líderes, solo les importa esconderse. Cuando otros preguntan: ‘¿Cómo es ser líder?’, dirán: ‘Estoy increíblemente ocupado y, en aras de la seguridad, tengo que seguir cambiando de casa. Este entorno es tan inquietante que no me puedo concentrar en mi trabajo’. Siempre sienten que muchos ojos los observan y no saben dónde es seguro esconderse. Aparte de llevar disfraces, esconderse en lugares diferentes y no permanecer en una sola localización, no hacen nada de trabajo real a diario. ¿Existen tales líderes? (Sí). ¿Qué principios siguen? Esta gente dice: ‘Un conejo astuto tiene tres madrigueras. Para que un conejo pueda protegerse del ataque de un depredador, tiene que preparar tres madrigueras en las que esconderse. ¿Es aceptable que una persona que se encuentra en peligro y ha de huir no tenga dónde esconderse? ¡Hemos de aprender de los conejos! Los animales creados por Dios cuentan con esta capacidad de supervivencia y la gente debería aprender de ellos’. Desde que asumen los puestos de liderazgo, han llegado a darse cuenta de esta doctrina, e incluso creen que han entendido la verdad. En realidad, están terriblemente asustados. En cuanto oyen hablar de un líder al que denunciaron a la policía porque no vivía en un lugar seguro, o de otro líder al que los espías del gran dragón rojo persiguieron por salir demasiado a menudo para hacer su deber e interactuar con demasiadas personas, y de cómo estos acabaron arrestados y condenados, se asustan enseguida. Piensan: ‘Oh, no, ¿seré yo el siguiente al que arresten? Debo aprender de ello. No debería ser demasiado activo. Si puedo evitar hacer algo del trabajo de la iglesia, no lo desempeñaré. Si puedo evitar dejarme ver, lo evitaré. Minimizaré mi trabajo tanto como sea posible, evitaré salir y relacionarme con las personas y me aseguraré de que nadie sepa que soy líder. Estos días, ¿quién se puede permitir preocuparse por los demás? ¡Estar vivo ya supone un desafío!’. Desde que adoptan el papel de líder, aparte de acarrear una maleta y ocultarse, no hacen ningún trabajo. Viven con el alma en vilo, con el constante temor de que los atrapen y los condenen. Supongamos que oyen a alguien decir: ‘¡Si te atrapan, te matarán! Si no fueras líder, si solo fueras un creyente corriente, puede que te soltarían tras pagar solo una pequeña multa, pero dado que eres líder, es difícil saberlo. ¡Es demasiado peligroso! Algunos líderes u obreros a los que atraparon se negaron a revelar información alguna y la policía los golpeó hasta la muerte’. Una vez que oyen que han golpeado a alguien hasta la muerte, su miedo se intensifica y trabajar les aterra incluso más. En lo único que piensan todos los días es en cómo evitar que los atrapen, en evitar dejarse ver, en impedir que los vigilen y en evitar el contacto con los hermanos y hermanas. Se devanan los sesos pensando en estas cosas y se olvidan completamente de sus deberes. ¿Son leales estas personas? ¿Puede la gente así ocuparse de trabajo alguno? (No)” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (II)). Dios ha dejado en evidencia que los anticristos creen en Dios a fin de obtener bendiciones. Consideran sus propios intereses y su seguridad más importantes que nada. En cuanto se enfrentan a un entorno peligroso, los anticristos corren y se ocultan para garantizar su propia seguridad y puede que dejen sus deberes a un lado y los abandonen. Cuando vi que Dios había dejado en evidencia estas manifestaciones de ser un anticristo, pensé en mi propio estado a lo largo de ese periodo de tiempo. Al principio, cuando el entorno no era tan peligroso, todavía podía liderar activamente a mis hermanos y hermanas al predicar el evangelio y mi trabajo también logró algunos resultados. Sin embargo, cuando la iglesia se enfrentaba a arrestos generalizados y un judas me traicionó, me preocupaba que, si me arrestaban y me golpeaban hasta la muerte, no tendría un buen desenlace o un buen destino. A fin de protegerme a mí misma, me pasaba todo el día pensando en cómo mantenerme a salvo y no era muy diligente a la hora de hacer el seguimiento del trabajo. El trabajo relacionado con textos no había producido ningún resultado durante varios meses y no había intentado descubrir con precisión dónde estaban los problemas o cómo resolverlos. Asimismo, no había sido diligente a la hora de hacer seguimiento del trabajo de la Iglesia de Chengnan. No me había dado cuenta de que el falso líder no estaba haciendo trabajo real y no lo había despedido a tiempo. Esto había conllevado que diversos aspectos del trabajo se vieran obstruidos. Incluso había empezado a arrepentirme de ser líder debido al miedo a ser arrestada y recibir una dura condena. Cuando pensaba en todo esto, me di cuenta por fin de que todos mis años de hacer un deber, sufrir dificultades y gastarme se construyeron sobre la base de obtener bendiciones y beneficios. Ahora que muchas iglesias se enfrentaban a los arrestos, el trabajo de iglesia necesitaba a personas que cooperaran. En particular, la Iglesia de Chengnan de la que era responsable tenía muchos miembros nuevos que todavía no habían afianzado una base firme en el camino verdadero. Los cohibía y asustaba reunirse debido a la amenaza de persecución y arresto por parte del gran dragón rojo, y necesitaban apoyo y riego urgentes. Algunos líderes y obreros de la iglesia habían sido arrestados y no había nadie que cooperara en el trabajo. Existía además una necesidad urgente de nuevas elecciones. Como predicadora, debería asumir la responsabilidad y considerar las intenciones de Dios en este momento. Es como dice Dios: “Que los íntimos de Dios sean capaces de servirle directamente se debe a que Él les ha dado Su gran comisión y Su carga, a que pueden hacer suyo el corazón de Dios y a que toman la carga de Dios como propia, y no consideran las ganancias o las pérdidas de sus perspectivas de futuro; incluso cuando sus perspectivas son que no tendrán nada y no tienen nada que ganar, siempre creerán en Dios con un corazón amante de Él. Por tanto, este tipo de persona es íntima de Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo servir en armonía con las intenciones de Dios). A partir de las palabras de Dios, vi que aquellos que son realmente leales a Él no consideran su propia seguridad ni sus expectativas. En cambio, cualquier cosa que Dios considere urgente, ellos lo consideran igual, y, mientras más peligroso sea el entorno, más intentan descubrir cómo hacer bien su deber, apoyar a los hermanos y hermanas más débiles y salvaguardar el trabajo de la iglesia de manera adecuada. Sin embargo, cuando me hallé en un entorno peligroso que afectó a mi vida, desenlace y destino, dejé de lado mi deber e incluso me arrepentí de hacer el deber de un líder. Aunque en apariencia no parecía que hubiera tirado la toalla, mi corazón y mi mente ya no estaban en mi deber. Aparecieron muchos fallos en el trabajo, pero yo no reparé en ellos. ¡No había estado haciendo un trabajo real! Hoy, Dios me ha elevado para hacer los deberes de un líder, con la esperanza de que pueda asumir esta responsabilidad y hacer bien el trabajo de la iglesia, y a fin de usar el cumplimiento de este deber para impartirme diversos aspectos de las verdades. Sin embargo, en aras de protegerme, no solo no mostré lealtad en mi deber, sino que también impedí el trabajo. ¿Qué asomo de conciencia había en esto? En el pasado, sentí que, como había creído en Dios durante muchos años y fui capaz de renunciar a mi familia, desprenderme de los placeres carnales y además soportar dificultades y pagar un precio al hacer mi deber, se me podía considerar alguien que de veras creía en Dios y perseguía la verdad. Ahora, la revelación motivada por este entorno me había permitido al fin ver con claridad mi verdadera estatura. Acudí ante Dios y oré: “Querido Dios, cuando me enteré de que un judas me había traicionado, viví en un estado de autopreservación. No era diligente en mi deber y obstruí el trabajo. Me sentí muy culpable y me lo reproché a mí misma. Querido Dios, he notado que soy egoísta y despreciable y no quiero vivir más en tal estado. A partir de ahora, quiero reparar mi estado y hacer bien mi trabajo. Ojalá me guíes”. Después de orar, mi corazón se calmó un tanto. Discutí rápidamente con Wang Hui cómo resolver los problemas en nuestro trabajo. Primero, verificamos la carta de denuncia de la Iglesia de Chengnan y despedimos al falso líder conforme a los principios. En cuanto al trabajo relacionado con textos, descubrí que no estaba produciendo buenos resultados porque los obreros relacionados con textos eran indisciplinados, no llevaban una carga por el desempeño de sus deberes y, además, no trabajaban en armonía junto con el resto. Más adelante, compartí con el supervisor respecto a este problema y lo resolví. Después de un periodo de supervisión y seguimiento, los resultados del trabajo relacionado con textos empezaron a mejorar. Al ver esto, no pude evitar pensar que, si hubiera sido más diligente en mi deber con anterioridad, el trabajo no se habría demorado tanto, así que me sentí incluso más culpable y me lo reproché, y decidí en privado asegurarme de hacer mi deber adecuadamente en el futuro.
Un día de febrero de 2024, recibí un mensaje de los hermanos y hermanas, que decía que habían arrestado de nuevo a Wen Xi y que había revelado algunos detalles respecto a mí, así como que el gran dragón rojo había vuelto a bosquejar mi retrato. Unos pocos días después, oí que a la hermana Yang Shuo, que había sido nuestra conductora recientemente, la había arrestado la policía. Oír todas estas noticias en rápida sucesión me dejó en vilo. La táctica habitual del gran dragón rojo es seguir e investigar a una persona durante un tiempo antes de arrestarla, y solo cuando han confirmado el objetivo hacen un arresto. No mucho antes, Yang Shuo nos había llevado dos veces en el coche. Si la policía la estuvo siguiendo antes de arrestarla, entonces, ¿todos nuestros últimos movimientos estuvieron a la vista de la policía? Ahora que Yang Shuo estaba arrestada y que Wen Xi había vendido algunos detalles sobre mí, si la policía me arrestaba, seguro que me torturaba. En el caso de que me mataran a golpes, ¿acaso no se esfumarían mis esperanzas de salvación? Mientras más pensaba en ello, más preocupada estaba, así que oré a Dios y le pedí que me llevara a mantenerme firme en mi testimonio en este entorno. Después de orar, sentí algo más de calma en el corazón. Recordé algunas de las palabras de Dios que había leído por esa época y las busqué para leerlas. Dios Todopoderoso dice: “¿Cómo murieron esos discípulos del Señor Jesús? Entre los discípulos hubo quienes fueron lapidados, arrastrados por un caballo, crucificados cabeza abajo, desmembrados por cinco caballos; les acaecieron todo tipo de muertes. ¿Por qué murieron? ¿Los ejecutaron legalmente por sus delitos? No. Fueron condenados, golpeados, vituperados y asesinados porque difundían el evangelio del Señor y los rechazó la gente mundana; así los martirizaron. […] En realidad, así fue cómo murieron y perecieron sus cuerpos; este fue su medio de partir del mundo humano, pero eso no significaba que su resultado fuera el mismo. No importa cuál fuera el modo de su muerte y partida, ni cómo sucediera, así no fue como Dios determinó los resultados finales de esas vidas, de esos seres creados. Esto es algo que has de tener claro. Por el contrario, aprovecharon precisamente esos medios para condenar este mundo y dar testimonio de las acciones de Dios. Estos seres creados usaron sus tan preciadas vidas, aprovecharon el último momento de ellas para dar testimonio de las obras de Dios, de Su gran poder, y declarar ante Satanás y el mundo que las obras de Dios son correctas, que el Señor Jesús es Dios, que Él es el Señor y Dios encarnado. Hasta el último momento de su vida siguieron sin negar el nombre del Señor Jesús. ¿No fue esta una forma de juzgar a este mundo? Aprovecharon su vida para proclamar al mundo, para confirmar a los seres humanos, que el Señor Jesús es el Señor, Cristo, Dios encarnado, que la obra de redimir a toda la especie humana que Él realizó le permite a esta continuar viviendo, una realidad que es eternamente inmutable. Los martirizados por predicar el evangelio del Señor Jesús, ¿hasta qué punto cumplieron con su deber? ¿Hasta el máximo logro? ¿Cómo se manifestó el máximo logro? (Ofrecieron sus vidas). Eso es, pagaron el precio con su vida. La familia, la riqueza y las cosas materiales de esta vida son cosas externas; lo único relacionado con uno mismo es la vida. Para cada persona viva, la vida es la cosa más digna de aprecio, la más preciada, y resulta que esas personas fueron capaces de ofrecer su posesión más preciada, la vida, como confirmación y testimonio del amor de Dios por la humanidad. Hasta el día de su muerte siguieron sin negar el nombre de Dios o Su obra y aprovecharon los últimos momentos de su vida para dar testimonio de la existencia de esta realidad; ¿no es esta la forma más elevada de testimonio? Esta es la mejor manera de cumplir con el deber, lo que significa cumplir con la responsabilidad. Cuando Satanás los amenazó y aterrorizó, y al final, incluso cuando les hizo pagar con su vida, no abandonaron su responsabilidad. Esto es cumplir con el deber hasta el fin. ¿Qué quiero decir con ello? ¿Quiero decir que utilicéis el mismo método para dar testimonio de Dios y difundir Su evangelio? No es necesario que lo hagas, pero debes entender que es tu responsabilidad, que si Dios necesita que lo hagas, debes aceptarlo como algo a lo que te obliga el honor. La gente de hoy alberga miedo y preocupación, pero ¿de qué sirven esos sentimientos? Si Dios no necesita que hagas esto, ¿de qué te sirve preocuparte por ello? Si Dios necesita que lo hagas, no debes eludir ni rechazar esta responsabilidad. Debes cooperar de manera proactiva y aceptarla sin preocuparte. Muera como muera una persona, no debe morir ante Satanás ni tampoco en las manos de este. Si uno va a morir, debe morir en las manos de Dios. Las personas vinieron de Dios y a Él regresan; estas son la razón y la actitud que ha de tener un ser creado” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Difundir el evangelio es el deber al que están obligados por honor todos los creyentes). Después de leer las palabras de Dios, sentí una sensación de liberación. A los discípulos del Señor Jesús se los perseguía por propagar el evangelio de Dios. A algunos los desmembraron con cinco caballos, a otros los lapidaron hasta la muerte o los decapitaron y a algunos los crucificaron boca abajo. Nunca renunciaron a predicar el evangelio por la persecución ni negaron el nombre de Dios hasta su muerte. Usaron sus vidas para dar un testimonio rotundo de Dios. Aunque para el hombre sus cuerpos habían muerto, sus almas habían regresado ante su Creador. Pensé en las palabras del Señor Jesús: “El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará” (Mateo 10:39). Las palabras del Señor Jesús son muy claras. Si pierdes la vida debido a tu creencia en Dios o al desempeño de tu deber, aunque muera tu carne, tu alma se salvará en Dios y obtendrás la vida verdadera. Como ser creado, debería someterme incondicionalmente al entorno dispuesto por Dios. Si Dios permitía que el gran dragón rojo me arrestara, debería dejar de lado mi vida y mantenerme firme en mi testimonio de Dios, así como cumplir con mis responsabilidades como ser creado. Aunque el gran dragón rojo realmente me torturara hasta la muerte, ese sería un testimonio que avergonzaría a Satanás. Sería valioso y significativo. Si seguía como antes, arrastrando una existencia innoble, pensando solo en salvar mi propio pellejo, entonces, aunque protegiera mi carne, no cumpliría bien la responsabilidad de un ser creado ni daría testimonio de Dios. En realidad, eso sería perder la oportunidad de salvarme. Una vez que entendí esto, ya no volví a sentirme cohibida ni asustada. El gran dragón rojo no me había arrestado y todavía tenía oportunidades de hacer mi deber, así que debería hacer los deberes que me correspondían de manera adecuada. En particular, debido a los arrestos de estos días, el trabajo de algunas iglesias no se había recobrado por completo. Algunos hermanos y hermanas vivían aún sumidos en la negatividad y la debilidad, y el gran dragón rojo seguía deteniendo con tenacidad a los hermanos y hermanas. Debería dedicar todos mis esfuerzos y compartir las intenciones de Dios con mis hermanos y hermanas, de modo que todo el mundo pudiera confiar en Él, hacer bien sus deberes y mantenerse firme en su testimonio. Cuando pensé en esto, me sentí esclarecida. Después, oré a Dios y dediqué mi corazón a conciencia a mis deberes. En cuanto a los problemas en el trabajo de la iglesia, discutí y compartí con Wang Hui para resolverlos y escribí cartas para compartir de manera individual con las iglesias cuyo trabajo no lograba buenos resultados. Pasado algún tiempo, diversos aspectos del trabajo mostraron algo de mejoría y me sentí muy satisfecha. ¡Gracias a Dios!