60. ¿Es imposible salvarse si tienes escaso calibre?

Por Veronica, Estados Unidos

En 2018 trabajaba en la iglesia con gráficos, pero debido a mi escaso calibre, no era capaz de hacer bien este deber, así que me reasignaron. Luego participé en la escritura de guiones, y a finales de 2021 me volvieron a reasignar debido a mi escaso calibre y a mi superficial experiencia de vida. Mientras esperaba a que se me asignara uno nuevo, vi que dos hermanas cercanas a mí asumieron deberes de manera exitosa. A una la eligieron líder de la iglesia y a la otra le asignaron regar a los nuevos fieles. Yo era la única a la que no se le asignó una función. Al ver a las hermanas ocupadas con sus deberes, me sentí un tanto ansiosa. Había pensado que trabajar en gráficos y escribir guiones eran deberes que disfrutaba y se me daban bien, pero ahora que me habían reasignado debido a mi escaso calibre, ¿qué deber podía desempeñar? ¿Regar a los nuevos fieles? No entendía la verdad. ¿Predicar el evangelio? Mi discurso era torpe y no se me daba bien comunicarme con la gente. Puede que los líderes hubieran visto mi escaso calibre y no sabían qué deber disponer para mí. Con la obra de Dios acercándose a su fin, no podía hacer ningún deber ni preparar ninguna buena acción, ¿así que cómo me iba a salvar? Mientras más pensaba sobre ello, más inquieta me sentía.

Luego, pasado más o menos un mes, los líderes me asignaron al fin un deber: hacer trabajo de depuración en la iglesia. Estaba muy contenta, pues pensaba que, sin duda, esta vez me esforzaría para hacer bien mi deber. Pero, en la práctica, me di cuenta de que nunca lograba captar los principios. Revisé un documento de depuración varias veces, pero seguía sin saber cómo evaluarlo y clasificarlo. En una ocasión, los líderes nos entregaron un documento de depuración para analizarlo, y después de que todos lo leyeran, uno tras otro compartió su opinión, pero yo no podía siquiera recordar toda la información en el documento, menos aún ofrecer una opinión. Me sentía inútil y negativa, pensaba: “¿Por qué tengo un calibre tan bajo? Parece que tampoco podré hacer este deber durante mucho tiempo”. Sin darme cuenta, me quedé un poco abatida. Luego, gracias a la continua formación, al fin progresé un poco. En aquella época, a varias hermanas que habían estado desempeñando sus deberes en nuestro equipo desde hacía mucho se las reasignó a otros, y los hermanos y hermanas que acababan de empezar a formarse todavía no estaban familiarizados con el trabajo, así que me eligieron líder de equipo temporalmente. Sentí mucha presión y temía que, si no hacía bien mi labor, eso afectara los resultados del trabajo y me reasignaran de nuevo, con lo que se reconocería públicamente que tenía escaso calibre y me podrían descartar en cualquier momento. Para hacer bien el trabajo, trabajé de la mañana a la noche organizando los documentos de depuración y respondiendo a las preguntas de los hermanos y hermanas. Aunque cooperaba con esmero, seguía sin ser capaz de lidiar con todo a la vez. Asimismo, solo me centraba en realizar tareas sin analizar los problemas y tampoco guie a nadie a que aprendiera los principios, lo que llevó a que varios documentos se clasificaran mal, demorando así el trabajo de depuración. No mucho después, me despidieron. Aunque seguía haciendo el trabajo de depuración en la iglesia, me sentía muy triste, pensaba: “Tengo tan poco calibre que no puedo hacer nada bien, ¡realmente es imposible que alcance la salvación! Me podrían descartar en cualquier momento”. Vivía delimitándome a mí misma, hacía mis deberes de manera rutinaria a diario. Cuando veía que las hermanas con las que colaboraba se topaban con dificultades en su trabajo, no quería ayudar, pensaba: “¿Cómo puedo calar los problemas con mi escaso calibre? Si digo algo equivocado, ¿acaso eso no probará aún más que tengo escaso calibre?”. Incluso me quejé de por qué Dios les había dado a otros un calibre tan bueno, mientras que el mío era tan escaso. Durante esa época, los hermanos y hermanas me recordaron que me centrara en la entrada en la vida y en escribir artículos de testimonios vivenciales cuando tuviera tiempo, pero pensé: “La entrada en la vida es algo que solo la gente de buen calibre puede lograr. Siendo el mío tan escaso, ¿qué más puedo hacer aparte de esforzarme un poco? Olvídalo. Dado que Dios ha ordenado que mi calibre sea escaso, me limitaré a someterme y a esforzarme un poco dentro de la iglesia”. En cierto modo, me di por vencida. Luego me di cuenta de que mi estado era el equivocado, así que oré a Dios: “Dios, no quiero llegar al punto de ser descartada. Además, quiero centrarme en la entrada en la vida y en perseguir la verdad, pero con mi escaso calibre, ni siquiera sé cómo buscar la verdad. Por favor, Dios, esclaréceme y guíame para enmendar este estado”.

Un día, mientras meditaba sobre mis problemas, de repente pensé en la letra de una canción: “Aunque mi calibre es bajo, tengo un corazón honesto”. Recordé que Dios la había compartido en detalle, así que busqué enseguida este pasaje de Sus palabras y lo leí. Dios Todopoderoso dice: “El siguiente verso de la canción dice: ‘Aunque mi calibre es bajo, tengo un corazón honesto’. Estas palabras parecen muy reales y hablan de un requerimiento que Dios hace a las personas. ¿Qué requisito? Que si las personas tienen deficiencia de calibre, no es el fin del mundo, pero deben poseer un corazón honesto, y, si es así, serán capaces de recibir la aprobación de Dios. No importa cuál sea tu situación o cuáles tus antecedentes, debes ser una persona honesta, hablar con honestidad, actuar con honestidad, poder llevar a cabo tu deber con todo el corazón y toda la mente y ser leal en el cumplimiento de tu deber, no intentar buscar atajos, no ser una persona escurridiza ni falsa, no mentir ni engañar, y no hablar con rodeos. Debes actuar de acuerdo con la verdad y ser alguien que la busque. Muchas personas piensan que son de bajo calibre, y que nunca cumplen bien con su deber o con el nivel requerido. Hacen las cosas lo mejor que pueden, pero nunca pueden captar los principios ni son capaces todavía de obtener resultados demasiado buenos. En definitiva, lo único que pueden hacer es quejarse de ser de calibre demasiado bajo, y se vuelven negativas. Entonces, ¿no hay un camino a seguir para una persona que sea de bajo calibre? Ser de bajo calibre no es una enfermedad mortal, y Dios nunca dijo que Él no salva a aquellos que sean de bajo calibre. Como Dios dijo anteriormente, Él está apenado por quienes son honestos pero ignorantes. ¿Qué quiere decir ser ignorante? En muchos casos, la ignorancia proviene del hecho de ser de bajo calibre. Cuando la gente es de bajo calibre, tiene una comprensión superficial de la verdad. No es lo bastante específica ni práctica, y a menudo se limita a una comprensión literal o somera, se queda en la doctrina y los preceptos. Esa es la razón por la que esa gente no puede entender numerosos problemas, y nunca puede captar los principios al cumplir con su deber ni pueden cumplir bien con él. Entonces, ¿Dios no quiere personas de bajo calibre? (Sí las quiere). ¿Qué senda y qué dirección indica Dios a la gente? (La de ser una persona honesta)” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Después de leer las palabras de Dios, entendí que el escaso calibre no es una enfermedad mortal y que la clave está en tener un corazón honesto que ame la verdad. Puede que tales personas no logren muy buenos resultados en su deber debido a problemas de calibre, pero su corazón mira hacia Dios y no escatiman esfuerzos para cumplir con su deber lo mejor posible. De esta manera, Dios estará satisfecho. Pensé que, si bien mi calibre era escaso, la iglesia no me había privado de la oportunidad de hacer mi deber, sino que me había reasignado a un deber apropiado y acorde con mi calibre. Tenía que someterme a las instrumentaciones y arreglos de Dios, abordar este deber de Dios con un corazón honesto y esforzarme por hacerlo lo mejor posible. Sin embargo, no entré desde una perspectiva positiva, ya que cuando vi que los líderes no disponían enseguida un deber para mí, pensé que se debía a que mi calibre era tan escaso que los líderes no sabían cuál encargarme. Por consiguiente, pasaba mis días sumida en la negatividad y la incomprensión, preocupada por mi futuro y mi destino. Mi falta de capacidad de trabajo me impedía hacer el deber de un líder de equipo, y la reasignación que hicieron los líderes fue totalmente para el beneficio del trabajo de la iglesia. Sin embargo, yo pensaba que Dios usaba esto para revelarme, así que me di por vencida. Cuando vi que las hermanas asociadas conmigo se topaban con problemas que no entendían, no estuve dispuesta a involucrarme. Cuando los hermanos y hermanas me pidieron que me formara en la escritura de artículos de testimonios vivenciales, tampoco estuve dispuesta a cooperar. Sentía que, con mi calibre, por mucho esfuerzo que hiciera, seguiría siendo descartada en el futuro. Por eso, no estaba dispuesta a perseguir la verdad y me conformaba con realizar algo de trabajo físico en la iglesia. Mi conducta estaba muy lejos de la semejanza con una persona honesta. Al darme cuenta de ello, lamenté cómo había malinterpretado y me había quejado de Dios y quise salir de este estado equivocado.

Un día vi un vídeo de testimonio vivencial titulado “Cómo resolver la frecuente negatividad causada por el escaso calibre”, y en él se citaba un pasaje de las palabras de Dios que me resultó muy útil. Dios Todopoderoso dice: “Sin importar que Yo diga que sois atrasados o de un bajo calibre, es un hecho. Esto que afirmo no demuestra que Yo pretenda abandonaros, que haya perdido la esperanza en vosotros, y mucho menos que no esté dispuesto a salvaros. Hoy he venido a hacer la obra de vuestra salvación, y esto quiere decir que la obra que hago es la continuación de la obra de salvación. Cada persona tiene la oportunidad de ser hecha perfecta: siempre y cuando estés dispuesto y busques, al final podrás alcanzar este resultado, y ninguno de vosotros será abandonado. Si eres de bajo calibre, Mis requisitos respecto a ti serán acordes con ese bajo calibre; si eres de alto calibre, Mis requisitos respecto a ti serán acordes a tu alto calibre; si eres ignorante y analfabeto, Mis requisitos estarán a la altura de tu nivel de analfabetismo; si eres letrado, Mis requisitos para ti serán acordes al hecho de que seas letrado; si eres anciano, Mis requisitos para ti serán según tu edad; si eres capaz de proveer hospitalidad, Mis requisitos para ti serán conforme a esta capacidad; si afirmas no poder ofrecer hospitalidad, y sólo puedes realizar cierta función, ya sea difundir el evangelio, cuidar de la iglesia o atender a los demás asuntos generales, te perfeccionaré de acuerdo con la función que lleves a cabo. Ser leal, someterse hasta el final mismo y buscar tener un amor supremo a Dios, esto es lo que debes lograr y no hay mejores prácticas que estas tres cosas. En última instancia, se le requiere al hombre que las realice y, si puede lograrlas, entonces será hecho perfecto. Sin embargo, por encima de todo, debes buscar de verdad, seguir adelante activamente, y no ser pasivo en ese sentido. He dicho que cada persona tiene la oportunidad de ser hecha perfecta y es capaz de serlo, y esto es cierto, pero tú no intentas ser mejor en tu búsqueda. Si no logras cumplir estos tres criterios, al final deberás ser descartado. Quiero que todos se pongan al día, que todos tengan la obra y el esclarecimiento del Espíritu Santo y sean capaces de someterse hasta el final de todo, porque este es el deber que cada uno de vosotros debería llevar a cabo. Cuando todos hayáis realizado vuestro deber, habréis sido hechos perfectos y también tendréis un resonante testimonio. Todos los que tienen testimonio son aquellos que han resultado victoriosos sobre Satanás y han ganado la promesa de Dios, y son los que permanecerán para vivir en el maravilloso destino(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso). Las palabras de Dios eran muy claras. Todo el mundo tiene la oportunidad de salvarse. Si una persona persigue con sinceridad, Dios no la abandonará ni la descartará solo por su escaso calibre. Dios le hace exigencias a cada persona de acuerdo con su calibre y estatura. Aquellos con buen calibre y capacidad de trabajo se pueden convertir en líderes o supervisores y, en consecuencia, los requerimientos de Dios hacia ellos son más altos, mientras que las exigencias hacia aquellos con escaso calibre se hacen conforme a su capacidad. Sin embargo, yo me aferraba a mis nociones y figuraciones, pensaba que Dios no salva a las personas de escaso calibre. Cuando vi que me reasignaban una y otra vez, pensé que Dios me estaba revelando y trataba de privarme de mi derecho a hacer mi deber y que se servía de esto para descartarme. Esto era malinterpretar a Dios y además eran mis nociones y figuraciones. En realidad, la casa de Dios no me impidió hacer mi deber solo por mi escaso calibre, sino que empleó las reasignaciones para darme deberes acordes con mi capacidad. De hecho, mientras persiga con sinceridad, esté dispuesta a mejorar, haga mi deber con lealtad en mi papel actual y lo haga lo mejor posible dentro de mis capacidades, puedo satisfacer las intenciones de Dios. Sin embargo, no me ocupé de los trabajos que debería haber atendido ni consideré en absoluto el corazón de Dios. Pasaba mis días pensando en mi futuro y mi destino, y no estaba siendo útil en mi deber. Aunque mi calibre hubiera sido mejor, no habría llegado a tener la aprobación de Dios y, al final, habría sido descartada. Entender la intención de Dios trajo claridad a mi corazón y pensé: “Ya no puedo malinterpretar a Dios ni quejarme de Él. He de contemplar mi calibre correctamente y ser leal en mi deber. Aunque un día se me vuelva a reasignar debido a mi escaso calibre, debería afrontarlo de manera correcta y no malinterpretar a Dios ni estar a la defensiva”.

Luego, durante uno de mis devocionales, encontré dos pasajes de las palabras de Dios que me ayudaron a entender mejor el origen de mi constante negatividad debido a mi escaso calibre. Dios Todopoderoso dice: “La gente cree en Dios para ser bendecida, recompensada y coronada. ¿Esto no se encuentra en el corazón de todo el mundo? Es un hecho que sí. Aunque la gente no suele hablar de ello e incluso encubre su motivación y su deseo de recibir bendiciones, este deseo y esta motivación que hay en el fondo del corazón de la gente han sido siempre inquebrantables. Sin importar cuántas teorías espirituales comprenda la gente, qué conocimiento vivencial tenga, qué deber pueda cumplir, cuánto sufrimiento soporte ni cuánto precio pague, nunca renuncia a la motivación por las bendiciones que oculta en el fondo del corazón, y siempre se esfuerza silenciosamente a su servicio. ¿No es esto lo que hay enterrado en lo más profundo del corazón de la gente? Sin esta motivación por recibir bendiciones, ¿cómo os sentiríais? ¿Con qué actitud cumpliríais con el deber y seguiríais a Dios? ¿Qué sería de la gente si se eliminara esta motivación por recibir bendiciones que se oculta en sus corazones? Es posible que muchos se volvieran negativos, mientras que algunos podrían desmotivarse en el deber. Perderían el interés por su fe en Dios, como si su alma se hubiera desvanecido. Parecería que les hubieran robado el corazón. Por eso digo que la motivación por las bendiciones es algo oculto en lo más profundo del corazón de las personas(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Seis indicadores de crecimiento vital). “Hay un dicho entre los no creyentes: ‘El que algo quiere, algo le cuesta’. Los anticristos también albergan esta lógica y piensan: ‘Si trabajo para ti, ¿qué me darás a cambio? ¿Qué beneficios puedo obtener?’. ¿Cómo se podría resumir esta naturaleza? Está guiada por el beneficio, antepone el beneficio a todo lo demás y es egoísta y despreciable. Esta es la esencia-naturaleza de los anticristos. Creen en Dios solo con el propósito de obtener beneficios y bendiciones. Incluso si soportan un poco de sufrimiento o pagan algún precio, todo tiene la finalidad de hacer un trato con Dios. Su intención y su deseo de obtener bendiciones y recompensas son inmensos y se aferran a ellos con fuerza. No aceptan ninguna de las muchas verdades que Dios ha expresado, siempre piensan en el corazón que creer en Dios consiste en obtener bendiciones y procurarse un buen destino, que este es el principio más elevado y que nada puede sobrepasarlo. Piensan que la gente no debería creer en Dios, salvo por ganar bendiciones y que si no fuera por estas, creer en Él no tendría ningún significado ni valor, perdería ambas cosas. ¿Alguna otra persona inculcó estas ideas en los anticristos? ¿Se derivan de la formación o la influencia de otra persona? No, estas ideas vienen determinadas por la esencia-naturaleza inherente de los anticristos, que nadie puede cambiar. A pesar de que el Dios encarnado pronuncia muchas palabras hoy en día, los anticristos no aceptan ninguna de ellas y, por el contrario, se resisten a ellas y las condenan. Su naturaleza de sentir aversión por la verdad y de odiarla nunca puede cambiar. Si no pueden cambiar, ¿qué indica esto? Que su naturaleza es perversa(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (II)). Dios deja en evidencia que a los anticristos solo los motiva el beneficio. Todo lo que hacen se basa en su propio interés. Aunque parezca que hacen algunos sacrificios y se esfuerzan, solo lo hacen a cambio de las bendiciones y recompensas de Dios, y si no reciben bendiciones, se vuelven negativos y reacios, e incluso discuten con Dios y arremeten contra Él. Todo lo que hacen los anticristos es para obtener bendiciones y beneficios. ¿Acaso no me comportaba yo como un anticristo? Creía en Dios solo para recibir bendiciones y beneficios. Cuando recién comencé a creer en Dios, tenía mucho entusiasmo por hacer cosas para obtener bendiciones. Cerré mi tienda y dejé atrás a mi familia, y nunca rehusé ningún deber que la iglesia dispusiera para mí. Sentía que, mientras más deberes hacía, más buenas acciones preparaba y mayores eran mis posibilidades de ser salvada en el futuro. Pero después, por mi escaso calibre, se me reasignó repetidas veces y empecé a preocuparme. Pensaba que no podía hacer bien ningún deber ni preparar buenas acciones, y que quizás no recibiría bendiciones en el futuro. Así que me volví negativa, holgazaneé y me di por vencida. Me di cuenta de que mi fe en Dios era simplemente un intento de negociar con Él. ¡Era realmente egoísta y despreciable! Acababan de reasignarme mis deberes y no se me había privado de la oportunidad de desempeñarlos, pero me preocupaba no poder recibir bendiciones, así que me volví negativa y empecé a quejarme. Si un día Dios realmente hubiera dicho que no me bendeciría, yo habría arremetido contra Él sin dudarlo. Pensé en Pablo. Su obra y su gasto solo fueron para obtener bendiciones y una corona. Ignoró la intención de Dios y no buscó cambiar su carácter. Al final, arremetió contra Dios y le exigió recompensas y una corona, lo cual ofendió Su carácter y terminó siendo castigado. Yo estaba siguiendo la misma senda que Pablo, y si no me centraba en perseguir la verdad y en resolver mis intenciones impuras de buscar bendiciones, la cuestión no sería tan simple como que me despidieran o reasignaran, sino que acabaría resistiéndome a Dios como Pablo y sería descartada. No quería continuar por esta senda equivocada, así que oré a Dios, dispuesta a arrepentirme.

Luego, leí un pasaje de Sus palabras: “Yo decido el destino de cada persona, no con base en su edad, antigüedad, cantidad de sufrimiento ni, mucho menos, según el grado de compasión que provoca, sino con base en si posee la verdad. No hay otra opción que esta. Debéis daros cuenta de que todos aquellos que no siguen la voluntad de Dios serán también castigados. Esto es algo que nadie puede cambiar(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prepara suficientes buenas obras para tu destino). Después de leer las palabras de Dios, me di cuenta de que Él no mide si una persona puede salvarse en función de su calibre, sino por si se centra en perseguir la verdad mientras lo sigue, si resuelve sus diversos pensamientos y puntos de vista falaces y actitudes corruptas, y llega a ser compatible con Dios. Por muy bueno que sea el calibre de una persona, si no persigue la verdad ni transforma su carácter, al final será descartada. Aunque algunas personas tienen escaso calibre, mientras tengan un corazón honesto y estén dispuestas a practicar de acuerdo con los principios-verdad en todas las cosas, Dios les dará su aprobación. Ya sea bueno o escaso el calibre de una persona, todas han de perseguir la verdad y enfocarse en cambiar su carácter. Las condiciones externas, los esfuerzos y los gastos no pueden determinar el desenlace y el destino de una persona. La clave está en si uno puede seguir el camino de Dios y vivir la realidad de Sus palabras. Yo no entendía el carácter justo de Dios. Cuando me reasignaron varias veces en mis deberes debido a mi escaso calibre, pensé que por mucho que lo intentara, todo sería en vano y al final me descartarían. Así que me volví negativa, a la defensiva y hasta descargué mi frustración en mis deberes. No perseguía la verdad y solo buscaba bendiciones, y mi carácter corrupto no cambió en absoluto. Si ni siquiera podía someterme a una simple reasignación de mis deberes, ¿cómo podía hablar de salvación? Si las cosas continuaban así, no sería que Dios quisiera descartarme, sino que mis nociones y figuraciones, junto a mi ambición y deseo de bendiciones, me llevarían a la ruina y la eliminación. Vi que no contemplar los asuntos de acuerdo con las palabras de Dios en la propia fe, de veras las arruina.

Un día leí un pasaje de las palabras de Dios, y eso me dio aún más claridad en el corazón. Dios Todopoderoso dice: “¿Por qué predestina Dios a las personas con toda clase de calibres? ¿Por qué Dios no les concede un calibre perfecto? ¿Cuántos aspectos hemos compartido respecto a cuáles son las intenciones de Dios en este sentido y a cómo deberían abordarlo correctamente las personas? Vamos a resumirlos. El primer aspecto es aceptarlo de parte de Dios. Estos son el pensamiento y punto de vista más básicos que deberían poseer las personas. El segundo aspecto es reconocer y evaluar cuál es tu calibre y actuar y hacer tu deber en función de tu calibre y capacidad. No intentes hacer cosas que superen tu calibre y capacidad. Lo que puedes hacer, hazlo de manera concienzuda y con los pies en el suelo y hazlo bien. No te fuerces a hacer lo que no sabes. ¿Cuál es el tercer aspecto? (No debemos desear siempre cambiar nuestro calibre. Aunque nuestro calibre sea promedio, escaso o inexistente, debemos abordarlo correctamente. No debemos intentar siempre demostrar nuestra propia valía ni demostrársela a Dios. Es inapropiado). Eso es. Aborda tu calibre correctamente. No te quejes. Lo que Dios te haya dado, eso es lo que te pedirá. Lo que Dios no te haya dado, no te lo va a exigir. Por ejemplo, si Dios te ha concedido un calibre promedio o escaso, no requiere de ti que seas líder de la iglesia, líder de equipo ni supervisor. Sin embargo, si Dios te ha dado elocuencia, la capacidad de expresarte o cierto don y requiere de ti que hagas un trabajo relacionado con este don, entonces deberías hacerlo bien. No falles a la hora de estar a la altura de las condiciones que te ha dado Dios. Debes estar a la altura de lo que te ha concedido, darlo todo y aplicarlo bien y a cosas positivas, así como producir resultados valiosos en el trabajo que beneficien a la especie humana. Eso sería excelente, ¿no? (Sí). Asimismo, debes saber que Dios tiene buenas intenciones cuando les concede diversos calibres a las personas. Precisamente porque Dios quiere salvarte, no te ha dado un calibre excesivamente bueno. Esto refleja la concienzuda consideración de Dios. Que Dios te dé un calibre promedio o escaso es una protección para ti. Si las personas tienen un calibre demasiado bueno o extraordinario, les resultaría sencillo seguir al mundo y a Satanás y no llegarían a creer en Dios con facilidad. Fíjate en los que destacan en diversas industrias y campos en el mundo, ¿qué clase de personas son? Son todos unos taimados, encarnaciones de diablos. Si les pides que crean en Dios, piensan: ‘Creer en Dios no lleva a ninguna parte, ¡solo las personas incapaces creen en Dios!’. Satanás toma prisionera a la gente con excesivo buen calibre, grandes capacidades y tácticas avanzadas. Viven por entero según sus actitudes corruptas y para el mundo. Todas esas personas son diablos encarnados. Decidme, ¿las salva Dios? (No). Por tanto, ¿estáis dispuestos a ser un diablo encarnado o bien una persona corriente, de escaso calibre pero que puede recibir la salvación de Dios? (Estamos dispuestos a ser personas corrientes). […] Si eliges ser una persona llana y corriente, de calibre promedio; si prefieres no disfrutar de una buena existencia material en esta vida; si no quieres alcanzar la prominencia ni tener sentido de la presencia en este mundo, siendo menospreciado por todos; si prefieres ser esta clase de persona y apreciar u obtener la oportunidad de salvación que Dios les concede a las personas; si esta es tu elección, si eliges salvarte y no seguir este mundo, y en tu corazón deseas no pertenecer a tal mundo sino a Dios; entonces no deberías desdeñar el calibre que Dios te ha dado. Aunque tu calibre sea muy escaso o Dios no te haya dado ningún calibre, aun así deberías aceptar alegremente este hecho y, con las condiciones innatas de las diversas capacidades que Dios te ha dado, cumplir bien el deber de un ser creado. Otro aspecto es que, incluso si el calibre que Dios les concede a las personas no es muy bueno —si es solo el propio de las personas corrientes— y las capacidades que les concede en todos los aspectos son promedio o incluso escasas, todavía se pueden lograr y obtener las verdades más básicas que deberían practicar y que Dios les enseña, si están dispuestas a dedicar su corazón a practicarlas. Aunque tu calibre sea muy escaso y tu capacidad de comprensión, tu capacidad de aceptar las cosas, tu juicio y tu capacidad para distinguirlas sean muy débiles o incluso inexistentes, en tanto que poseas la humanidad y razón más básicas, las tareas y trabajos que Dios te encomiende se pueden completar y hacer bien. Asimismo, el camino más básico de temer a Dios y evitar el mal, lo que Dios requiere de las personas, es algo que puedes seguir, que puedes obtener y lograr. Por tanto, Dios nunca ha pretendido darte muy buen calibre. Si Dios te diera buen calibre y algunas capacidades especiales, si te permitiera convertirte en un diablo encarnado en el mundo, entonces Dios no te salvaría. ¿Habéis entendido el corazón de Dios respecto a este tema? (Sí). Está bien que podáis entenderlo; entenderéis esta verdad y abordaréis correctamente vuestro propio calibre, no habrá más dificultades a este respecto. A partir de ahora, la gente debería hacer simplemente lo que le corresponde. Aunque se trate de un único trabajo, dedica tu corazón y esfuerzo a hacerlo bien y no falles a la hora de estar a la altura de las expectativas que Dios tiene hacia ti(La Palabra, Vol. VII. Sobre la búsqueda de la verdad. Cómo perseguir la verdad (7)). A partir de las palabras de Dios, vi que Él ordena el calibre de cada persona. Independientemente de si el calibre de alguien es bueno o escaso, todo forma parte de la buena voluntad de Dios. Incluso tener escaso calibre es la protección de Dios hacia una persona. Esto sin duda es cierto. Tenía un carácter corrupto, y, cuando obtenía algún resultado en mis deberes, me volvía engreída. Me sentía superior a los demás e incluso los menospreciaba, pues quería que tuvieran un alto concepto de mí. Según mi naturaleza, si hubiera tenido buen calibre, podría haber acabado siguiendo la senda de un anticristo. Aunque mi calibre y capacidad de trabajo no eran tan buenos como los de las hermanas asociadas conmigo, aún podía encargarme de organizar los materiales de depuración. Por ello, debía esforzarme conforme a los requerimientos de Dios, organizar los materiales de depuración conforme a los principios y aprovechar lo que Él me había dado para satisfacerlo.

Luego recibí una carta de los líderes en la que decían que había una vacante urgente en una iglesia de otra región y que querían enviarme a mí. Al leer la carta, me sentí feliz y a la vez preocupada. Estaba feliz porque este deber me permitiría formarme más y beneficiaría a mi entrada en la vida, pero me preocupaba: “¿Puedo gestionarlo con mi calibre? ¿Y si no puedo lidiar con ello y acabo reasignada otra vez?”. Me di cuenta de que otra vez estaba preocupada por mi futuro y mi destino, así que oré a Dios, dispuesta a rebelarme contra mí misma y a contemplar las cosas conforme a Sus palabras. Leí un pasaje de las palabras de Dios: “Las personas logran la satisfacción de Dios cuando son capaces de abordar con racionalidad su propio calibre y luego identificar con exactitud su propia posición, actuar como los seres creados que Dios quiere, con los pies en el suelo, hacer lo que les corresponde de manera adecuada, según su calibre innato, y dedicar su lealtad y todo su esfuerzo(La Palabra, Vol. VII. Sobre la búsqueda de la verdad. Cómo perseguir la verdad (7)). Después de leer las palabras de Dios, sentí una sensación de liberación en mi corazón. Ya no podía seguir preocupándome y haciendo planes para mi futuro. A partir de entonces, solo me debería centrar en hacer mis deberes con lealtad, y respecto a las cosas que no entendía o no sabía hacer, debería orar más a Dios y pedir ayuda a los hermanos y hermanas. Si un día realmente no podía cumplir con los requisitos debido a mi escaso calibre y me reasignaban, estaba dispuesta a someterme. Con esto en mente, acepté este deber.

Aunque todavía existen muchas carencias y deficiencias en mis deberes, así como muchos aspectos que no logro considerar, mi escaso calibre ya no me limita y me siento completamente en calma mientras los desempeño. Experimenté de verdad que solo cuando uno ve a las personas y las cosas, y se comporta y actúa de acuerdo con las palabras de Dios y la verdad, puede obtener liberación y libertad. Ahora tengo apenas un poco de esta experiencia y todavía necesito practicar y experimentar más las palabras de Dios.

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