La importancia de la coordinación en el servicio

19 Abr 2018

Por Mei Jie, provincia de Shandong

La iglesia publicó recientemente un arreglo de la obra que requería que los líderes de la iglesia de todos los niveles incorporaran a un socio (un colaborador que trabajara con ellos). En aquel momento pensé que esto era un buen arreglo. Yo era de un calibre bajo y tenía mucho trabajo; realmente necesitaba una socia para que me ayudara a completar todos los tipos de trabajo en la iglesia.

Así que yo y la hermana que se convirtió en mi socia comenzamos a cumplir juntas la obra pastoral en la iglesia. Pero poco a poco vi que ella no estaba haciendo todo tipo de cosas de acuerdo con mi voluntad, y la resistencia comenzó en mi corazón: Aunque estoy un poco más ocupada cuando trabajo por mi cuenta, está bien, y prepararme para una socia realmente sería un lío. Si la dejo hacer algún trabajo y no es perfecto, entonces prefiero hacerlo por mi cuenta. Si no la dejo hacer el trabajo, bueno, ella es mi socia… Así que más y más resistencia surgió en mi corazón hasta que una vez realmente no me pude contener más y perdí la paciencia con ella: “¿Cómo puedes ser tan estúpida? Has sido una lideresa durante muchos años, ¿cómo todavía no puedes estar haciendo un buen trabajo? ¿Por qué no puedes entender o responder?”. Después de haber terminado, me sentí terrible, realmente culpable. Pensé para mis adentros: ¿Es incorrecta mi condición? Así que vine delante de Dios buscando y vi las palabras de Dios que decían: “Lo que os exijo hoy —que trabajéis juntos en armonía— es similar al servicio que Jehová exigía a los israelitas: de no ser así, simplemente dejar de hacer servicio. Dado que sois personas que servís a Dios directamente, como mínimo debéis ser capaces de demostrar lealtad y sumisión en el servicio y también de aprender lecciones de manera práctica. […] Ni siquiera estudiáis ni os adentráis en este tipo de lecciones prácticas, ¡pero seguís hablando de servir a Dios! […] Si no aprendéis unos de otros, os ayudáis y subsanáis los defectos de los demás cuando hacéis obra en las iglesias, entonces, ¿cómo vais a aprender ninguna lección? Cada vez que afrontéis algo, debéis hablar unos con otros para que vuestras vidas se beneficien(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Servid como lo hacían los israelitas). Luego vi esto en un sermón: “Hay algunas personas que no se pueden coordinar con alguien más mientras cumplen su deber. Nadie se les puede acercar; esto revela su arrogancia y engreimiento, que no tienen nada de humanidad ni razón, no están conscientes de sí mismas y menosprecian a los demás. ¿No es esto lamentable? El carácter de este tipo de humano no cambia en absoluto, y no es fácil decir si Dios los puede salvar. Las personas que verdaderamente se conocen pueden tratar a las otras personas correctamente sin ser demasiado críticas. También pueden ayudar y apoyar a los demás pacientemente, hacer que las personas se sientan queridas y amadas; pueden tener relaciones normales con los demás. Son personas con humanidad, y sólo las personas con humanidad tienen devoción por Dios, pueden vivir armoniosamente con los demás y cumplir su deber adecuadamente” (La comunicación desde lo alto). A partir de esas palabras de Dios y de esto, que forma parte del sermón, me examiné cuidadosamente y vi que no había entendido la voluntad de Dios en cuanto a que la casa de Dios dispusiera socios para los líderes de todos los niveles. Aún más, no había puesto en práctica o entrado en la verdad de la coordinación armoniosa. Una razón por la cual la casa de Dios dispuso socios para nosotros es porque nuestro calibre es demasiado bajo y nuestro entendimiento de todos los aspectos de la verdad es demasiado limitado. No nos podemos encargar de toda la obra en la iglesia por nuestra cuenta. Con la ayuda de un socio podemos completar mejor la obra de la iglesia. Otra razón es que, como nuestra naturaleza es tan arrogante, al tener una posición queremos tener el poder y la última palabra en los asuntos. Con la supervisión y el control de un socio, puede evitarse ese tipo de servicio autocrático, indiscriminado y temerario que podría dañar la obra de la iglesia. También podemos ejercitar mejor entrar en la verdad de la humanidad normal, para que podamos tener comunión mutua con los socios y aprender los unos de los otros. Esto es enormemente benéfico para la obra de la iglesia, así como para nuestra entrada personal a la vida. ¡Esto me hizo ver que la coordinación armoniosa en nuestro servicio es verdaderamente fundamental para la obra de la iglesia y para nuestra entrada personal a la vida! Pero en esto no había buscado la voluntad de Dios en absoluto. No había puesto atención a qué lecciones prácticas podía aprender por medio de esta coordinación. Sólo trabajé renuentemente con ella por la disposición de la iglesia, y tan pronto como esta hermana no manejó unas cuantas cosas bien, la regañé y perdí la paciencia. Siempre creí que ella no era tan capaz como yo, y no vi sus fortalezas y ventajas. Incluso me opuse a las disposiciones de la iglesia. Realmente fui muy arrogante, muy inconsciente de mí misma, y no tenía ni siquiera un poco de humanidad normal o razón, y, es más, no tenía en lo absoluto un corazón de reverencia para Dios y no merecía prestar servicio delante de Dios.

¡Oh Dios! Tu revelación me hizo reconocer mi incapacidad para coordinar armoniosamente, mi arrogancia y mi lado lamentable en el servicio a Ti. De este día en adelante, estoy dispuesta a mantener un corazón de reverencia para Ti, a ya no defenderme, y en todas las cosas enfocarme en los intereses de la iglesia. En la coordinación en el servicio apoyaré a los demás y aprenderé de ellos. Me enfocaré en mi propia entrada en la verdad y buscaré volverme pronto una persona con la verdad y humanidad que es apta para que Tú la uses.

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