¿Quiénes son los 144 mil sellados del Apocalipsis en la Biblia?
Todos los que están familiarizados con la Biblia saben que el libro del Apocalipsis profetiza que en los últimos días surgirán 144,000 vencedores y que estos vencedores recibirán la protección de Dios durante los grandes desastres. Apocalipsis 14:1 profetiza: “Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de Él y el nombre de su Padre escrito en la frente” Apocalipsis 7:14 profetiza: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Los “ciento cuarenta y cuatro mil” de los que se habla en las Escrituras son los vencedores que Dios producirá. Son todos aquellos que han pasado por grandes tribulaciones y se han mantenido firmes en el testimonio, y los que han sido elogiados por Dios y pueden entrar en el reino de los cielos. Muchas personas creen que las buenas conductas —como trabajar y esforzarse por el Señor, sufrir y pagar un precio y rehusarse a negar el nombre del Señor, incluso durante la persecución, las tribulaciones o en prisión— implican que pueden convertirse en vencedores, y que cuando el Señor venga pueden ser arrebatados delante del trono de Dios. Sin embargo, ¿alguna vez hemos considerado si esta es la perspectiva correcta? En la Biblia, el Señor jamás dijo que los vencedores surgirían de ese tipo de búsqueda; así pues, ¿quiénes son exactamente los 144,000 vencedores que se mencionan en el Apocalipsis? Hablaremos sobre esto ahora.
¿Qué es un vencedor?
Apocalipsis 14:4-5 dice: “Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” Apocalipsis 7:14 dice: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” Dios dice: “Aquellos a los que Dios alude como ‘vencedores’ son los que siguen siendo capaces de mantenerse firmes en el testimonio y de conservar su confianza y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y mientras estén bajo su asedio, es decir, cuando se encuentren entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro ante Dios y tu amor genuino por Él pase lo que pase, entonces te estás manteniendo firme en el testimonio delante de Él, y esto es a lo que Él se refiere con ser un ‘vencedor’” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios). “Quienes son hechos completos antes del desastre se someten a Dios. Viven dependientes en Cristo, dan testimonio de Él y lo exaltan; son los hijos varones victoriosos y los buenos soldados de Cristo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13). A partir de estas profecías bíblicas y de las palabras de Dios podemos ver que los vencedores son aquellos que siguen de cerca las huellas del Cordero. Estas personas han obtenido la verdad como su vida misma; su carácter corrupto ha sido purificado y transformado, y ya no cometen pecados ni se resisten a Dios. Son inquebrantablemente honestas y leales a Dios; no mienten y no tienen mancha alguna. Trabajan y se esfuerzan por Dios con un corazón puro, libres de cualquier tipo de regateo o adulteración. No le exigen nada a Dios y no piden nada a cambio; todo lo que hacen es retribuir el amor de Dios. Cuando llevan a cabo sus deberes, pueden exaltar a Dios y dar testimonio de Él, estar de acuerdo con Él y llevar a otros delante de Él. Sin importar con qué pruebas y tribulaciones se enfrenten, siempre pueden permanecer firmes en su lectura de las palabras de Dios y llevando a cabo el deber de un ser creado. No se quejan, obedecen a Dios hasta su último aliento y dan un testimonio hermoso y rotundo de Dios. Sólo estas personas son los vencedores a los ojos de Dios.
Cuando nos comparamos con los requisitos de Dios para los vencedores, aunque por fuera parezca que sufrimos un poco y que tenemos algunas conductas buenas, y aunque quizá no traicionemos al Señor bajo las crueles torturas a las que nos somete el PCCh, no podemos negar que nuestro carácter corrupto aún no se ha purificado ni transformado. Aún no podemos vencer las innumerables tentaciones de Satanás y nuestro corazón tampoco es sumiso y reverente a Dios. Por ejemplo, aunque podamos dedicarnos por completo y predicar el evangelio dondequiera que vayamos, nuestra motivación es tener una vida hogareña apacible, recibir las bendiciones de entrar en el reino de los cielos y obtener, a cambio, la vida eterna. En el instante en el que nuestros deseos no se cumplen o viene alguna catástrofe sobre nuestra familia, culpamos a Dios, lamentamos lo mucho que nos hemos esforzado por Él, e, incluso, tal vez lo abandonemos por completo. A pesar de que se niegan a traicionar a la Iglesia tras ser arrestadas y encarceladas, algunas personas sacan provecho de esto posteriormente, se exaltan delante de los demás y se atribuyen los logros delante de Dios. Por otra parte, en nuestras interacciones con los demás, en cuanto algo comienza a trastocar nuestros propios intereses, no podemos evitar decir mentiras y engañar a los demás. Estos son tan sólo algunos ejemplos. Si nuestro carácter corrupto satánico no ha sido purificado, seguimos siendo capaces de traicionar a Dios y de resistirnos a Él en cualquier momento y lugar; así pues, ¿cómo podríamos ser vencedores? De hecho, si solamente confiamos en nuestra capacidad de trabajar y esforzarnos, entonces, rehusarnos a negar el nombre del Señor cuando nos arrestan y encarcelan, y poder mantenernos firmes en el testimonio a lo largo de la persecución atea por parte del Gobierno, sólo puede considerarse como un poco de fe verdadera en Dios. Sin embargo, nuestro carácter corrupto no ha cambiado, carecemos de un verdadero entendimiento de nuestra propia naturaleza y esencia corruptas, y todavía no somos personas que obedecen a Dios, le temen y rechazan el mal. No estamos a la altura de los 144,000 vencedores que se mencionan en la Biblia. Entonces, ¿cómo debemos buscar que Dios nos convierta en vencedores antes de los grandes desastres?
¿Cómo podemos ser convertidos en vencedores antes de los desastres?
Es importante saber que los 144,000 vencedores surgen mientras Dios lleva a cabo Su obra en los últimos días. Dios profetizó que Él llevaría a cabo otra etapa de la obra en los últimos días y que crearía un grupo de vencedores. Echemos un vistazo a las Escrituras: “Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: ‘[…] Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra. Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona. Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’” (Revelation 3:7-13). “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (John 16:12-13). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Peter 4:17). Estos versículos hablan del arrebatamiento de la Iglesia de Filadelfia, de lo que el Espíritu les dice a las iglesias y de que el juicio comenzará con la casa de Dios, etcétera. Todas estas son obras que el Señor Jesús realizará a Su regreso. Es decir, antes de los desastres Dios adoptará un nuevo nombre, compartirá Sus declaraciones con las iglesias, expresará todas las verdades y juzgará y purificará a todos los que vayan delante de Él. De entre ellos, el creará un grupo de vencedores. Si deseamos convertirnos en los 144,000 vencedores antes de los desastres, como se profetiza en la Biblia, primero debemos buscar lo que el Espíritu Santo les dice a las iglesias y aceptar la obra de Dios para juzgar y purificar al hombre en los últimos días.
En todo el mundo, sólo la Iglesia de Dios Todopoderoso da en este momento un testimonio abierto a todas las naciones de que Dios se ha hecho carne y ha venido en secreto en los últimos días. La Iglesia de Dios Todopoderoso da testimonio de que Dios expresa lo que el Espíritu Santo les dice a las iglesias; que, con el nombre “Dios Todopoderoso”, Él ha dado a conocer la obra de juicio, comenzando con la casa de Dios, y que Él está purificando y salvando a las personas en este preciso instante. Además, Dios Todopoderoso ya ha creado un grupo de vencedores en China y esta obra del evangelio se está difundiendo actualmente por todo el mundo. Así pues, ¿exactamente de qué manera lleva a cabo Dios Todopoderoso la obra de hacer a los vencedores?
Dios Todopoderoso dice: “Ya he dicho antes que un grupo de vencedores será ganado de Oriente: vencedores que proceden de la gran tribulación. ¿Qué significan estas palabras? Significan que estas personas que han sido ganadas sólo obedecieron de verdad después de pasar por el juicio y el castigo, de ser tratados y podados, y tras todo tipo de refinamiento. La fe de estas personas no es vaga ni abstracta, sino práctica. No han visto señales ni prodigios ni milagros; no hablan de letras y doctrinas incomprensibles ni de percepciones profundas, sino que tienen realidad y las palabras de Dios, y un conocimiento verdadero de Su realidad. ¿Acaso un grupo así no es más capaz de poner de manifiesto el poder de Dios?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todo se logra por la palabra de Dios). “En los últimos días, Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la sustancia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como la sabiduría y el carácter de Dios, etc. […] Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra del juicio realizada por Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).
En los últimos días, Dios Todopoderoso ha expresado todas las verdades que pueden permitirles a las personas ser purificadas y lograr la salvación. Es a través de estas verdades que Dios juzga nuestra corrupción y organiza a todo tipo de personas, y todo tipo de sucesos y cosas para ponernos a prueba, exponernos y refinarnos. Así es como la verdad llega a nosotros. Las palabras de Dios Todopoderoso revelan cómo Satanás corrompe al hombre y desafía a Dios, y la esencia y la verdad de la forma como la humanidad es corrompida por Satanás. Le dicen al pueblo escogido de Dios cómo pueden distinguir a Satanás, cómo pueden conocerse a sí mismos, cómo pueden poner en práctica las palabras de Dios, cómo pueden ser personas honestas, cómo pueden corregir sus propias transgresiones y llevar a cabo suficientes buenas acciones; cómo pueden venerar, obedecer y amar a Dios; cómo pueden volverse compatibles con Cristo, y, más. Aquellos que aman la verdad se enfocan en contemplar las palabras de Dios; llegan a conocerse a sí mismos a través de las distintas pruebas que Dios establece para exponerlos y, a través del juicio de las palabras de Dios, ven que ellos mismos son la progenie de Satanás. Ven que son arrogantes, engreídos, egoístas, deshonestos. Ven que están hartos de la verdad y que adoran la fama y la fortuna, siempre desean ser iguales a Dios; llevan a cabo sus deberes pidiéndole algo a cambio a Dios, y, cuando se enfrentan con circunstancias que no son de su agrado, arbitrariamente juzgan, se resisten y traicionan a Dios. Por fuera, parece que siguen a Dios, pero, en realidad, siguen viviendo bajo la influencia oscura de Satanás y aún no han sido verdaderamente ganados por Dios. Cuando pasan por el juicio y el castigo de Dios, llegan a conocer Su santidad y Su justicia, se dan cuenta de que Dios odia y maldice las cosas malvadas, al tiempo que bendice y tiene misericordia de aquellos que buscan la verdad y anhelan la justicia. Luego, en su interior no puede más que surgir un corazón temeroso de Dios. Están dispuestos a abandonar su propia naturaleza satánica y a obedecer a Dios y vivir según Sus palabras. Al no descansar jamás en su práctica de las palabras de Dios y al abandonar su propia naturaleza corrupta, su carácter satánico cambia con el tiempo. Se vuelven capaces de venerar a Dios en todas las cosas, toman las palabras de Dios y la verdad como sus principios de práctica y obtienen la verdad como su vida misma.
Dios ha creado ahora un grupo de vencedores en China. Muchos hermanos y hermanas han sufrido la frenética represión y los arrestos por parte del Gobierno del PCCh; han sido rechazados, calumniados e incriminados por las personas del mundo; sin embargo, permanecen fuertes en la difusión del Evangelio y llevan a cabo lealmente su deber. No se ponen a pensar en sus propias posibilidades futuras o en su destino ni en el impacto que todo esto tenga sobre su reputación o estatus. Algunos han sido brutalmente torturados por el Gobierno del PCCh, y, al estar frente a frente con la muerte, han permanecido leales a Dios, se han sometido a Sus orquestaciones y disposiciones, y se han mantenido firmes en su testimonio. También hay muchos hermanos y hermanas que han experimentado el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de Dios, y se han despojado de su carácter corrupto. Ahora manifiestan una semejanza humana y han dado todo tipo de testimonios vivenciales. Los testimonios de estos vencedores son la cristalización de la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días, cumpliendo, de forma precisa, lo que dice en Apocalipsis 7:14: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” y Apocalipsis 14:4: “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”.
Los testimonios vivenciales de estos vencedores están disponibles en línea. Resultan inspiradores para muchas personas; pueden sentir verdaderamente que, de no ser por la aparición y la obra de Dios, ningún ser humano podría haber dirigido a este grupo de personas profundamente corrompidas para echar fuera la influencia oscura de Satanás y dar testimonios victoriosos. Estos testimonios les confirman a las personas que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha vuelto y, una tras otra, aceptan la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Cada vez más y más personas aceptan y transmiten las palabras de Dios Todopoderoso, y la obra de dar testimonio de Dios Todopoderoso ha alcanzado un nuevo nivel. Hace mucho tiempo que el reino de Dios vino a la tierra, los grandes desastres pronto estarán sobre nosotros y la obra de Dios de los últimos días llegará a su fin. El tiempo está encima de nosotros: debemos buscar e investigar el verdadero camino. Todos los que reconozcan la voz de Dios y regresen delante del trono de Dios Todopoderoso son las vírgenes prudentes que asisten al banquete de bodas del Cordero y tienen la oportunidad de convertirse en uno de los 144,000 vencedores que se mencionan en la Biblia antes de que lleguen los grandes desastres. De lo contrario, cuando lleguen con toda su fuerza los grandes desastres sobre el mundo, se habrá perdido la oportunidad de que Dios los convierta en vencedores, y los lamentos de las personas no tendrán fin.
Nota del editor: Después de leer esto, ¿entiendes ahora quiénes son los 144,000 vencedores que se profetizan en la Biblia? ¿Has encontrado ahora la senda para que Dios te convierta en un vencedor? Si deseas comprender más aspectos de la verdad, por favor no dudes en hacer clic en el recuadro de contacto que se encuentra más abajo para estar en comunicación. ¡Nos encantaría compartir y explorar juntos!
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