63. ¿Qué impurezas se esconden detrás de señalar problemas?
En noviembre de 2021, me eligieron líder de la iglesia. Como era activa en mis deberes y conseguía algunos resultados en el trabajo, los hermanos y hermanas me admiraban bastante. Los líderes superiores también me tenían en alta estima y a menudo preguntaban por mi estado. Otras iglesias tenían destinatarios potenciales del evangelio a los que predicar, y el supervisor me propuso para predicar el evangelio. La hermana con la que cooperaba también me elogió por tener tanto calibre a tan temprana edad. Estaba tan feliz que pensé: “Aunque no he sido líder durante mucho tiempo, los hermanos, hermanas y líderes superiores me tienen en alta estima y los de otras iglesias también saben que soy capaz de realizar el trabajo. Parece que soy bastante buena en lo que hago y todos deben pensar que soy un talento excepcional”. Estas consideraciones me hacían sentir muy feliz y siempre me sentía llena de energía.
En mayo de 2022, trasladaron a Liu Yun a nuestra iglesia para trabajar como líder. Una vez que Liu Yun llegó a nuestra iglesia, empezó a familiarizarse con el personal y también a hacer un seguimiento del progreso de varias tareas. Descubrió que uno de los hogares donde se guardaban los libros no era seguro y que había algunos problemas relacionados con la vulneración de principios. También descubrió a alguien que ventilaba algunos comentarios inapropiados de los incrédulos durante las reuniones, perturbaba la vida de la iglesia y no había mejorado pese a las repetidas charlas. Liu Yun nos recordó que teníamos que aprender discernimiento y aislar a esta persona según los principios. Liu Yun siguió apoyando de forma activa a los recién llegados que eran negativos, débiles y se reunían de forma irregular, y de a poco sus estados empezaron a mejorar. También consiguió que unas cuantas personas se convirtieran. Al ver estas cosas, sentí que Liu Yun era realmente una obrera con capacidad que podía encontrar y resolver problemas, pero también sentí un sentido de amargura en mi interior: “Las dos somos líderes de la iglesia, pero hubo problemas que ella resolvió que yo ni siquiera había notado. Todos deben estar comparándonos y pensando que Liu Yun es mejor que yo. ¿No perderé de a poco mi estatus en el corazón de los demás?”. Después, en una reunión de compañeros de trabajo, Liu Yun mencionó cómo había estado apoyando a los recién llegados últimamente. Los líderes superiores asentían con la cabeza mientras escuchaban y los hermanos y hermanas que cooperaban también escuchaban cautivados. Vi que todo el mundo cada vez le prestaba más atención, me sentí incómoda y un poco descuidada y pensé: “Solía hablar mucho de mi conocimiento vivencial en las reuniones y los líderes también me valoraban bastante. Ahora, la atención de todos está centrada en Liu Yun. Si las cosas continúan así, ¿quién me va a prestar atención o admirar? No, tengo que hacer ver a todo el mundo que tiene carencias. Esto le cortará un poco las alas y la desanimará e impedirá que todo el mundo la admire. Hará que la atención de todos vuelva a mí y seré capaz de restaurar mi halo”.
Después de esto, mientras cooperaba con Liu Yun, me fijé a conciencia en sus carencias y defectos. Descubrí que a veces presumía y quise hablar sobre este problema de ella. Pero la verdad era que otros ya habían señalado este defecto y había mejorado un poco. Pero para aprovechar esta oportunidad de quitarle protagonismo a Liu Yun, hice un recuento interno de las cosas de las que presumía y las anoté mentalmente. Así, cuando le diera alguna “guía y ayuda” tendría una base irrefutable y le haría ver que su carácter corrupto en esta área todavía era muy grave, y que apenas había cambiado. De esa forma, mantendría la cabeza gacha un poco más y yo podría destacarme. Más tarde, descubrí algunas palabras duras de Dios sobre la exposición y el juicio que correspondían en su caso. Al ver estas palabras duras de Dios, pensé: “Liu Yun solo revela un poco de corrupción y está intentando cambiar. Si utilizo estas palabras de Dios con ella, ¿podrá soportarlo?”. Pero, entonces, pensé: “Cree en Dios desde hace años; debería estar bien. Además, realmente tiene este problema y si se vuelve negativa y débil, y su trabajo empieza a decaer porque no puede aceptarlo, esto simplemente permitirá que yo me destaque”. Entonces, sencillamente encontré algunas de las palabras de Dios con respecto a la práctica para su entrada y pensé que de esta forma nadie sospecharía de mis motivos ocultos. Al día siguiente, durante una reunión de compañeros de trabajo la escuché hablar de su estado. Dijo que había estado ocupada con asuntos externos últimamente y no se había centrado en la entrada en la vida y que, aunque no quería seguir la senda de Pablo, no podía evitarlo. Ni siquiera había terminado de hablar, pero no pude contenerme. Pensé: “Como quiere centrarse en la entrada en la vida, puedo aprovechar esta ocasión como una oportunidad para señalar sus problemas y que vea sus defectos. Y lo más importante, los líderes superiores, hermanos y hermanas están todos aquí, así que, si hablo, todo el mundo sabrá sus defectos y dejarán de admirarla tanto. Y cuando todos vean cómo soy capaz de proporcionarle guía y ayuda, me verán como alguien que lleva una carga. ¡Mataré dos pájaros de un tiro!”. Con esto en mente, elevé la voz un poco más alto de lo habitual y le dije a Liu Yun en un tono un poco exagerado: “Sigues diciendo que quieres centrarte en la entrada en la vida, pero no tienes una senda concreta de práctica. Podrías realmente empezar por reflexionar sobre las pequeñas cosas. He escrito algunos de tus problemas que he visto. Puedes reflexionar un poco sobre ellos”. Mientras hablaba, empecé a desplegar la carta que había escrito y a enumerar las formas en las que ella había presumido. Entonces le hablé en tono serio sobre la actitud que Dios tiene hacia los que les gusta presumir y diseccioné la senda por la que iban estas personas y las consecuencias de recorrerla. A continuación, propuse algunas sendas de práctica. Después de hacer todas estas cosas, Liu Yun parecía algo incómoda y avergonzada y dijo: “Acepto lo que has dicho y necesito algo de tiempo para reflexionar”. Me sentí un poco culpable cuando lo dijo y temí que todo el mundo viera que tenía intenciones ocultas. Pero entonces pensé: “Lo que dije era verdad y además, también descubrí algunas sendas de práctica, así que no debería suponer un gran problema”. Los líderes superiores, hermanos y hermanas no me refutaron, así que parecía que estaban de acuerdo conmigo. Este pensamiento me hizo sentir un poco más aliviada.
Una tarde un par de días después, mientras Liu Yun y yo debatíamos juntas sobre el trabajo, sentí un ligero malestar por la “ayuda” que le había dado y le pregunté por su estado. Dijo que no era muy bueno. Sentía que ser una creyente durante tantos años, pero apenas ser capaz de cambiar este aspecto de su carácter corrupto, determinaba que era incapaz de cambiar y se sentía realmente negativa. Me sentí incómoda al escuchar esto y pensé: “¿Podría ser que al señalarle yo su problema la dañara hasta llegar a sentirse negativa?”. Entonces usé las palabras de Dios para compartir con cuidado la senda para resolver este aspecto de su carácter corrupto e indicarle que necesitaba hacer frente a este asunto de forma correcta y mejorar su estado. Vi que lo comprendía un poco, lo que me hizo sentir ligeramente más en paz. Después, reflexioné sobre mí misma a la luz de este asunto, oré a Dios y le pedí que me guiara para reconocer mi propio carácter corrupto. Leí estos pasajes en las palabras de Dios: “Algunas personas siempre temen que otros sean mejores que ellas o estén por encima de ellas, que otros obtengan reconocimiento mientras a ellas se les pasa por alto, y esto lleva a que ataquen y excluyan a los demás. ¿Acaso no es eso envidiar a las personas con talento? ¿No es egoísta y despreciable? ¿Qué tipo de carácter es este? ¡Es malicia! Aquellos que solo piensan en los intereses propios, que solo satisfacen sus propios deseos egoístas, sin pensar en nadie más ni considerar los intereses de la casa de Dios tienen un carácter malo y Dios no los ama” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). “La tercera técnica que los anticristos usan para controlar a las personas: excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad. Algunas personas aman las cosas positivas, la rectitud y la luz, y hablar sobre la verdad. A menudo buscan hermanos y hermanas que persiguen y buscan la verdad para compartir con ellos. Los anticristos se enfurecen al verlo. Para ellos, todos aquellos que persiguen la verdad son como una aguja en el ojo, una espina en su costado, y serán el objetivo de sus ataques, exclusiones y agresiones. Por supuesto que un anticristo no atacará a estas personas únicamente con tácticas brutales y salvajes tan evidentes que la gente pueda calarlas. Adoptarán la manera de compartir la verdad y, con unas pocas palabras y doctrinas, juzgarán a las personas y arremeterán contra ellas. Esto hace que la gente piense que lo que ellos hacen es adecuado y razonable, que están ayudando, que no hay nada malo en cómo actúan. ¿Cuáles son esos métodos ‘adecuados y razonables’ que usan? (Citar las palabras de Dios para juzgar a las personas y arremeter contra ellas). Correcto: citan las palabras de Dios para dejar en evidencia a las personas y juzgarlas. Ese es su método más común. En apariencia, este modo de expresarse parece justo, razonable y bastante adecuado, pero en el fondo su intención no es ayudar a los demás para beneficiarlos, sino dejarlos en evidencia, juzgarlos, condenarlos y degradarlos. Esto es, sin lugar a dudas, lo que buscan lograr. Entonces, el problema se encuentra en su punto de partida” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 3: Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad). “La supresión pública de la gente, su exclusión, los ataques contra ella y la exposición de sus problemas por parte de los anticristos es todo parte de su objetivo. Sin duda, utilizan medios como estos para atacar a aquellos que persiguen la verdad y pueden distinguirlos. Al derribar a estas personas, consiguen su objetivo de fortalecer su propia posición. Atacar y excluir a la gente de esta manera es de una naturaleza maliciosa. Hay agresividad en su lenguaje y en su forma de hablar: exposición, condena, difamación y calumnia malvada. Incluso tergiversan los hechos, hablando de cosas positivas como si fueran negativas y negativas como si fueran positivas. Invertir el blanco y el negro y mezclar lo correcto y lo incorrecto de esta manera logra el propósito de los anticristos de derrotar a la gente y arruinar su reputación. ¿Qué mentalidad da lugar a este ataque y exclusión de los disidentes? La mayoría de las veces, proviene de una mentalidad celosa. En un carácter cruel, los celos conllevan un fuerte odio; y como resultado de sus celos, los anticristos atacan y excluyen a la gente. En una situación como esta, si los anticristos son expuestos, denunciados, pierden su estatus y sufren un ataque, en su mente no se someterán ni se alegrarán por ello y les resultará todavía más fácil desarrollar una fuerte mentalidad de venganza. La venganza es un tipo de mentalidad, y también es un tipo de carácter corrupto. Cuando los anticristos ven que lo que alguien hizo les ha perjudicado, que otros son más capaces que ellos, o que las declaraciones y sugerencias de alguien son mejores o más sabias que las suyas, y todo el mundo está de acuerdo con las declaraciones y sugerencias de esa persona, los anticristos sienten que su posición está amenazada, surgen los celos y el odio en sus corazones, y atacan y se vengan. Al vengarse, los anticristos generalmente dan un golpe de prevención a su objetivo. Son proactivos al atacar y doblegar a la gente, hasta que la otra parte se somete. Solo entonces sienten que se han desahogado. ¿Qué otras manifestaciones existen para atacar y excluir a las personas? (Menospreciar a los demás). Menospreciar a los demás es una de las formas en que se manifiesta; no importa lo bien que hagas un trabajo, los anticristos seguirán menospreciándote o condenándote, hasta que seas negativo y débil y no puedas mantenerte en pie. Entonces estarán contentos y habrán logrado su objetivo” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 2: Atacan y excluyen a los disidentes). Al leer las palabras de Dios, me di cuenta de que había tenido miedo de que los demás solo se preocuparan por Liu Yun y no me admiraran. Por eso la ataqué y excluí, lo que fue un carácter malévolo. Liu Yun vino a apoyar a nuestra iglesia y además de hacer algo de trabajo real, me ayudó con mis propios deberes. Pero no pensé en cómo cooperar de forma armoniosa con ella en el cumplimiento de los deberes o la protección de la obra de la iglesia. Solo pensé en ella como una amenaza para mi estatus y temí que, si las cosas seguían así, nadie me admiraría, así que busqué deliberadamente sus defectos y luego me aproveché de ellos utilizando la “guía y ayuda” como una forma para atacarla. Aunque parecía que la estaba ayudando a comprenderse a sí misma, en realidad, solo estaba celosa de que fuera mejor que yo en todos los sentidos. Quería que ella se circunscribiera y que se sintiera abatida tras leer las palabras de Dios sobre exposición y juicio para que no destacara tanto. Noté que mi “ayuda” a Liu Yun realmente solo era un pretexto para atacarla. Había estado celosa de ella y había querido derribarla, hacerla sentir negativa y mantenerla debajo de mí. Mis acciones eran las mismas que las de un anticristo que ataca y excluye a aquellos que persiguen la verdad y que utilizan métodos aparentemente legítimos y razonables para reprimir a la gente, y así consolidar su estatus a los ojos de los hermanos y hermanas. ¡Esto reveló un carácter cruel! Las connotaciones de las palabras de Dios me hicieron sentir que Dios tiene repugnancia y odio hacia las actitudes de los anticristos y me inundó un sentido de angustia y miedo. Pensé que Dios me odiaba de seguro. Así que, oré a Dios: “Oh, Dios Todopoderoso, deseo arrepentirme. No quiero volver a atacar ni excluir a mis hermanos y hermanas. Por favor, ten misericordia de mí y permíteme ganar de esto un verdadero reconocimiento de mí misma”.
Más tarde, leí más palabras de Dios que me ayudaron a comprender un poco mejor mi problema. Dios Todopoderoso dice: “¿Qué tipo de carácter se presenta cuando una persona ve a alguien que es mejor que ella y trata de derribarla, difundiendo rumores sobre tal persona o empleando medios despreciables para denigrarla y socavar su reputación —incluso pisoteándola— con el fin de proteger su propio lugar en la opinión de la gente? Esto no es solo arrogancia y vanidad, es el carácter de Satanás, es un carácter malicioso. Que esta persona pueda atacar y alienar a personas que son mejores y más fuertes que ella es mezquino y perverso. Y que no se detengan ante nada para derribar a la gente muestra que hay mucho de diablo en ellos. Viviendo según el carácter de Satanás, son capaces de menospreciar a las personas, de intentar que las culpen de algo que no han hecho, de ponerles las cosas difíciles. ¿No es esto hacer el mal? Y viviendo así, siguen pensando que no hay problema en ellos, que son buenas personas; sin embargo, cuando ven a alguien mejor que ellos, son propensos a hacérselo pasar mal, a pisotearlos. ¿Qué problema es este? Las personas que son capaces de cometer semejantes acciones malvadas, ¿acaso no son inescrupulosas y caprichosas? Esas personas solo piensan en sus intereses, solo consideran sus sentimientos, y lo único que quieren es concretar sus deseos, ambiciones y objetivos. No les importa el daño que causan a la obra de la iglesia y prefieren sacrificar los intereses de la casa de Dios para proteger su estatus en la opinión de la gente y su propia reputación. ¿Acaso no son las personas así arrogantes y sentenciosas, egoístas y viles? Estas personas no solo son arrogantes y sentenciosas, sino que también son extremadamente egoístas y viles. No son consideradas con las intenciones de Dios en absoluto. ¿Tienen estas personas un corazón temeroso de Dios? No tienen un corazón temeroso de Dios en absoluto. Esa es la razón por la que actúan arbitrariamente y hacen lo que les place, sin ningún sentido de culpa, sin ninguna inquietud, sin ninguna aprensión o preocupación y sin considerar las consecuencias. Esto es lo que suelen hacer y el modo en que se han comportado siempre. ¿Cuál es la naturaleza de tal comportamiento? Por decirlo suavemente, esas personas son demasiado envidiosas y tienen un deseo excesivo de reputación y estatus personales; son demasiado falsas y traicioneras. Dicho con mayor dureza, la esencia del problema es que esas personas no tienen un corazón temeroso de Dios en absoluto. No temen a Dios, creen que son sumamente importantes y consideran que cada aspecto de sí mismas es superior a Dios y a la verdad. En su corazón, Dios no merece mención y es insignificante y Dios no tiene absolutamente ningún estatus en su corazón. ¿Acaso pueden poner la verdad en práctica aquellos que no tienen lugar para Dios en su corazón y no tienen un corazón temeroso de Dios? Por supuesto que no. Entonces, cuando van como siempre por ahí alegres manteniéndose ocupados y gastando mucha energía, ¿qué están haciendo? Esa gente incluso asegura que lo ha abandonado todo para esforzarse por Dios y que ha sufrido mucho, pero, en realidad, la motivación, el principio y el objetivo de todos sus actos son en aras de su propio estatus y prestigio, de proteger todos sus intereses. ¿Diríais o no que esa clase de gente es terrible? ¿Qué clase de personas han creído en Dios durante muchos años y sin embargo no tienen un corazón temeroso de Él? ¿Acaso no son arrogantes? ¿No son satanases? ¿Y cuáles son los seres que más carecen de un corazón temeroso de Dios? Además de las bestias, son las personas malvadas y los anticristos, la calaña de los demonios y Satanás. No aceptan para nada la verdad; carecen totalmente de un corazón temeroso de Dios. Son capaces de cualquier maldad; son los enemigos de Dios y los enemigos de Su pueblo escogido” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Las cinco condiciones que hay que cumplir para emprender el camino correcto de la fe en Dios). Al leer las palabras de Dios de acuerdo con mi propio comportamiento, comprendí que mi exclusión y represión a los demás tenía su origen en mi falta total de un corazón temeroso de Dios. Todas mis ideas, pensamientos y acciones eran para mi propia reputación y estatus. Antes de que Liu Yun llegara yo destacaba en todos los sentidos, pero cuando vi cómo me superaba en todos los aspectos, me volví celosa e incapaz de aceptar su superioridad, y no quería dejar que me superara. Por eso, me aproveché de la corrupción que reveló y utilicé el “ayudarla” como una forma aparentemente legítima de humillarla, hacer que todos vieran sus defectos y recuperar la admiración de la gente. Al hacerlo, utilicé las palabras de Dios como un arma para atacarla queriendo que se sintiera negativa y reacia a cumplir con su deber, lo que me permitió destacarme y evitar que los demás vieran mi intención despreciable. ¡Fui tan insidiosa y perversa! Había vivido según los venenos satánicos al pensar que la iglesia no era lo suficientemente grande para las dos. No pude tolerar que nadie me superara o sobrepasara en la iglesia. Quería seguir disfrutando de la admiración de los demás y tener un sitio en sus corazones solo porque conseguía algunos resultados en mi trabajo. Liu Yun era una obrera capaz, eficaz en sus deberes y podía impulsar diversas tareas de la iglesia, pero no pensé en cómo colaborar de forma armoniosa con ella en el cumplimiento de los deberes o en la protección de la obra de la iglesia. Solo pensé en ser la que más brillara, hasta el punto de atacar a Liu Yun y hacerla sentir negativa para magnificarme a mí misma. No consideré en ningún momento si esto perjudicaría la obra de la iglesia y vi que no había tenido, en absoluto, un corazón temeroso de Dios. Dios exige que los hermanos y hermanas cooperen en el servicio y cumplan bien con sus deberes siendo uno en sentimiento y pensamiento. Sin embargo, cuando vi que alguien en la iglesia era capaz de hacer un trabajo real y resolver problemas, solo pensé en cómo ella podría privarme de la admiración de los demás, así que la excluí y reprimí. Traté a la iglesia como un lugar donde mostrar mis habilidades y lo que hice fue causar trastornos y perturbaciones, ¡algo que Dios realmente detesta! Oré a Dios en silencio: “Oh, Dios, Tus palabras de juicio, exposición, guía y provisión me han permitido de a poco ganar algo de comprensión sobre mí misma, y veo que perseguir la reputación y el estatus solo puede hacer que me resista a Ti. Ya no deseo oponerme a Ti. Estoy dispuesta a practicar según Tus palabras. ¡Por favor, guíame!”.
Después de esto, leí más de las palabras de Dios: “Como miembro de la humanidad creada, una persona debe mantener su propia posición y comportarse de forma correcta. Debes guardar con diligencia aquello que el Creador te ha confiado. No hagas nada fuera de lugar ni cosas más allá de tu capacidad o que le resulten aborrecibles a Dios. No trates de ser una gran persona, un superhombre o un individuo grandioso, ni busques convertirte en Dios. No es así como las personas deberían desear ser. Buscar ser grandioso o un superhombre es absurdo. Procurar convertirse en Dios es incluso más vergonzoso; es repugnante y despreciable. Lo que es precioso, y a lo que los seres creados deberían aferrarse más que a cualquier otra cosa, es a convertirse en un verdadero ser creado; este es el único objetivo que todas las personas deberían perseguir” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único I). “Para todos los que cumplen con un deber, da igual lo profundo o superficial que sea su entendimiento de la verdad, la manera más sencilla de practicar la entrada en la realidad-verdad es pensar en los intereses de la casa de Dios en todo, y renunciar a los propios deseos egoístas, a las intenciones, motivos, orgullo y estatus personales. Poner los intereses de la casa de Dios en primer lugar; esto es lo menos que debéis hacer. Si una persona que lleva a cabo un deber ni siquiera puede hacer esto, entonces ¿cómo puede decir que está llevando a cabo su deber? Esto no es llevar a cabo el propio deber. Primero debes pensar en los intereses de la casa de Dios, tener en cuenta las intenciones de Dios y considerar la obra de la iglesia. Coloca estas cosas antes que nada; solo después de eso puedes pensar en la estabilidad de tu estatus o en cómo te consideran los demás. ¿No os parece que esto se vuelve un poco más fácil cuando lo dividís en dos pasos y hacéis algunas concesiones? Si practicáis de esta manera durante un tiempo, llegaréis a sentir que satisfacer a Dios no es algo tan difícil. Además, deberías ser capaz de cumplir con tus responsabilidades, llevar a cabo tus obligaciones y tu deber, dejar de lado tus deseos egoístas, intenciones y motivos. Debes mostrar consideración hacia las intenciones de Dios y poner primero los intereses de la casa de Dios, la obra de la iglesia y el deber que se supone que has de cumplir. Después de experimentar esto durante un tiempo, considerarás que esta es una buena forma de comportarte. Es vivir sin rodeos y honestamente, y no ser una persona vil y miserable; es vivir justa y honorablemente en vez de ser despreciable, vil y un inútil. Considerarás que así es como una persona debe actuar y la imagen por la que debe vivir. Poco a poco, disminuirá tu deseo de satisfacer tus propios intereses” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). Leer las palabras de Dios me hizo comprender que Él nos exige comportarnos de forma sensata, cumplir con nuestros deberes de forma adecuada y hacer todas las cosas ante Él y aceptar Su escrutinio. Cuando vemos que otros nos superan, deberíamos tener un corazón temeroso de Dios, orarle más, dejar de lado nuestra búsqueda de admiración, reputación y estatus, y empezar a tener en cuenta los intereses de la casa de Dios. También debemos saber cómo cumplir bien con nuestros deberes y cómo actuar de forma que agrade a Dios. Entonces, debemos cooperar de forma armoniosa con los demás para cumplir con nuestros deberes y satisfacer a Dios, y hacer cosas que beneficien la vida de nuestros hermanos y hermanas. Al comportarnos y hacer las cosas de esta forma, podemos vivir abiertamente y obtener la aprobación de Dios. Una vez comprendí estas cosas, tomé la iniciativa de abrirme a Liu Yun y a los demás sobre la corrupción que había revelado. Me sentí bastante avergonzada al hacerlo, así que oré en silencio y le pedí a Dios que me diera coraje. Los hermanos y hermanas no me menospreciaron tras mi confesión, y Liu Yun dijo que, gracias a que yo la guiaba y podaba, había llegado a comprender un poco más su carácter corrupto. Al ver que Liu Yun había sido capaz de hacer frente a las cosas de forma adecuada y ganar un poco de entrada, di gracias a Dios desde lo más profundo de mi corazón. También le agradecí darme la oportunidad de conocerme a mí misma, arrepentirme y cambiar.
Después de un tiempo, Liu Yun estaba hablando de trabajo con nosotros y comentó algunas de sus opiniones sobre el trabajo. Pensé: “Hablas tanto y tan bien, ¿cómo se supone que voy a destacar? La verdad es que hay algunas áreas de tu trabajo de seguimiento que todavía tienen carencias. Tengo que señalar estos defectos en tu trabajo de seguimiento para que nuestros compañeros de trabajo puedan ver las desviaciones en tus últimos deberes”. En ese momento, me di cuenta de que quería volver a buscar la admiración de los demás y superar a Liu Yun. Pensé en lo que dijo Dios de que aquellos que persiguen la reputación y el estatus no tienen, en absoluto, un corazón temeroso de Dios, y que solo la gente malvada y los anticristos hacen estas cosas. Empecé a odiarme un poco y no quería seguir así. Entonces, recordé un himno de las palabras de Dios: Solo puedes vivir ante Dios aceptando Su escrutinio. Dice: “Todo lo que haces, cada acción, cada intención y cada reacción deben ser llevados delante de Dios. Incluso tu vida espiritual diaria —tus oraciones, tu cercanía con Dios, el comer y beber las palabras de Dios, tu charla con tus hermanos y hermanas y tu vida dentro de la iglesia—, además de tu servicio en cooperación, pueden ser llevados ante Dios para Su escrutinio. Es esta práctica la que te ayudará a crecer en la vida” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios perfecciona a quienes son conformes a Sus intenciones). Oré a Dios en silencio: “Oh, Dios Todopoderoso, quiero corregir mi deseo de buscar la reputación y el estatus y dejar de competir contra Liu Yun. Por favor, cuida y protege mi corazón. Estoy dispuesta a aceptar Tu escrutinio”. Tras orar, me sentí mucho más en paz. A continuación, debatimos sobre cómo seguir adelante con nuestros deberes. Hablamos a través de una cooperación mutua y ganamos algunos objetivos y orientación. Tras practicar de esta forma, mi corazón se sintió más en paz y más despejado, y me di cuenta de que practicar según las palabras de Dios hace que interactuar con los demás sea fácil y armonioso. ¡Gracias a Dios Todopoderoso!