43. Finalmente me di cuenta de que era sumamente egoísta

Por Su Fengshuang, China

En 2021, estaba llevando a cabo el deber de líder en la iglesia. En ese momento, la hermana Li Hua trabajaba conmigo. Yo era principalmente responsable del trabajo evangélico, mientras que Li Hua era responsable del trabajo de depuración de la iglesia. Trabajábamos juntas en otras tareas. Un día, recibí una carta de una hermana que nos informaba que Fang Xia no había hecho ningún progreso en organizar los materiales de depuración, y esto estaba dificultando el progreso del trabajo. La carta nos pedía que evaluáramos si debía ser reasignada. Yo sabía que Fang Xia no tenía muy buen calibre y que organizar el material de depuración era un trabajo arduo para ella, por lo tanto sí era necesario reasignarla. Pero luego pensé que el trabajo de depuración era responsabilidad de Li Hua. Si había problemas en esa área, ella debía ser quien hablara para resolverlos. El trabajo evangélico, del que yo era responsable, implicaba muchas cosas y tenía muchos problemas. Los líderes superiores ya me habían podado antes porque cierto trabajo no se había implementado. Si no hacía el seguimiento y lo implementaba pronto, podían podarme otra vez. Pensé que era más importante dedicar mi tiempo y energía al trabajo evangélico. Esos dos días, Li Hua estaba fuera de nuestra casa de acogida ocupándose de algo, entonces le pedí a otra hermana que le pasara el mensaje de que rápidamente debía comprender lo que estaba sucediendo con Fang Xia cuando regresara y reasignarla de manera oportuna. Después, me mantuve ocupada con el trabajo que yo tenía a cargo. Tiempo después, otra hermana informó problemas con Fang Xia. Dijo que no asumía la carga en el desempeño de su deber y que, cuando las hermanas le señalaron sus problemas, no lo aceptó e incluso reveló impetuosidad. Todos se sentían un poco constreñidos por ella. Pensé: “¿Es posible que Li Hua no haya ido a averiguar qué estaba pasando la última vez? ¿Por qué Fang Xia aún no fue despedida? Se volvió un trastorno y una perturbación en medio de nuestros hermanos y hermanas y debe ser despedida con urgencia”. En ese momento, Li Hua no podía salir a cumplir con su deber porque su seguridad estaba en riesgo. Para compensar, seleccionamos a otra líder, Ding Yan, para que viniera a asumir el trabajo que Li Hua había tenido a cargo. Pensé: “Ding Yan ya ha hecho trabajo de depuración y es mejor que yo para discernir a las personas. Haré que Ding Yan despida a Fang Xia”. Nunca me habría imaginado que cuando Ding Yan regresara de la reunión, me diría: “Me dio miedo de que, si despedía a Fang Xia la primera vez que me reunía con ella, tendría una mala opinión de mí, así que no la despedí”. En ese momento, lo único que pensé era que el trabajo de depuración era responsabilidad de Ding Yan, y que si no despidió a Fang Xia, no había cumplido con su responsabilidad y eso no era mi problema, entonces no me involucré en ese asunto. Luego, los líderes superiores se enteraron de este asunto y dispusieron que alguien despidiera rápidamente a Fang Xia. También mandaron una carta para preguntar por qué no habíamos despedido y reasignado rápidamente a las personas que no estaban aptas y nos pidieron que escribiéramos reflexiones y comprensiones acerca de este tema. En ese momento, yo no tenía la más mínima comprensión de mí misma. Pensé que ese trabajo no era de mi competencia y que si alguien debía rendir cuentas, no era yo. Fueron Li Hua y Ding Yan quienes no despidieron a Fang Xia a tiempo. Los líderes superiores vieron que yo estaba discutiendo y eludiendo mis responsabilidades y que no tenía la más mínima comprensión de mí misma. Además, tenía un carácter arrogante y no aceptaba la poda y la guía de mis hermanos y hermanas. No cumplí con mi deber según los principios y había dañado la obra de la casa de Dios y la entrada en la vida de mis hermanos y hermanas. Por lo tanto, me despidieron.

Durante mis devocionales, leí un pasaje de las palabras de Dios que era oportuno para mi propio estado. Dios Todopoderoso dice: “¿Cómo se manifiesta el egoísmo y la vileza de los anticristos? En todo lo que beneficia a su estatus o reputación, se esfuerzan por hacer o decir lo que sea necesario, y están dispuestos a soportar cualquier sufrimiento. Pero en lo que respecta al trabajo que organiza la casa de Dios o al trabajo que beneficia el crecimiento en la vida de los escogidos de Dios, lo ignoran por completo. Incluso cuando las personas malvadas trastornan, perturban y cometen todo tipo de maldades, con lo cual afectan gravemente a la obra de la iglesia, permanecen impasibles y despreocupados, como si no tuviera nada que ver con ellos. Y si alguien descubre e informa de las acciones malvadas de una persona malvada, aseguran que no vieron nada y fingen ignorancia. Pero si alguien los denuncia y deja en evidencia que no hacen trabajo real y solo buscan fama, ganancia y estatus, se enfurecen. Convocan reuniones apresuradas para discutir cómo responder, se investiga para averiguar quién actuó a sus espaldas, quién fue el cabecilla y quién estuvo involucrado. No comen ni duermen hasta que han llegado al fondo del asunto y este se ha resuelto por completo. Incluso solo se ponen contentos cuando se han deshecho de todos los que estaban implicados en su denuncia. Esta es la manifestación del egoísmo y la vileza, ¿verdad? ¿Acaso están haciendo trabajo de iglesia? Están actuando pura y simplemente en aras de su propio poder y estatus. Se ocupan de sus propios asuntos. Independientemente del trabajo que lleven a cabo, los anticristos no piensan para nada en los intereses de la casa de Dios. Solo consideran si los suyos propios van a verse afectados, solo piensan en ese poquito de trabajo frente a ellos que los beneficia. Para ellos, la obra principal de la iglesia solo es algo que hacen en su tiempo libre. No se la toman en serio para nada. Solo se mueven cuando se los empuja a actuar, solo hacen lo que les gusta y solo hacen el trabajo destinado a mantener su estatus y su poder. A sus ojos, toda labor dispuesta por la casa de Dios, la labor de difundir el evangelio y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios no son importantes. No importa qué dificultades tengan otras personas en su trabajo, qué cuestiones hayan identificado o les hayan informado, o lo sinceras que sean sus palabras, los anticristos no prestan atención, no se involucran, es como si no tuviera nada que ver con ellos. Por muy importantes que sean los problemas que surjan en la labor de la iglesia, ellos son totalmente indiferentes. Incluso cuando tienen un problema delante, solo lo abordan de manera superficial. Solo cuando lo Alto los poda directamente y se les ordena que resuelvan un problema, hacen a regañadientes un poco de trabajo real y le muestran algo a lo Alto. Poco después, siguen con sus propios asuntos. Con respecto a la obra de la iglesia, a las cosas importantes en el contexto más amplio, no les interesan ni les hacen caso. Incluso ignoran los problemas que descubren, y dan respuestas superficiales o titubean cuando se les pregunta por los problemas, y solo los abordan con gran reticencia. ¿Acaso no es esto la manifestación del egoísmo y la vileza?(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión cuatro: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (I)). Dios expone que los anticristos son terriblemente egoístas y viles. Solo están dispuestos a trabajar arduamente, soportar dificultades y pagar un precio por las cosas que pueden hacerlos quedar bien y ganar la estima de los demás. No les preocupa en absoluto el trabajo de la iglesia y las dificultades de los hermanos y hermanas, y se toman todo esto de una manera superficial. Muestran un total desinterés, incluso cuando saben que alguien está causando trastornos y perturbaciones. El carácter que yo revelaba era el mismo que el de un anticristo. Era totalmente consciente de que Fang Xia no estaba logrando resultados en sus deberes y que debía ser reasignada rápidamente, pero sentía que el trabajo de depuración era responsabilidad de Li Hua y que era ella quien debía resolver los problemas. Sentí que aunque hubiera dedicado tiempo a resolver estos problemas, no me habría hecho quedar bien y habría sido una pérdida de tiempo. Entonces, actué de manera irresponsable y desestimé el asunto. Después, Li Hua no pudo cumplir con sus deberes. Ding Yan recién había sido elegida líder, y yo debería haber ido con ella a despedir a Fang Xia. Pero solo lo hablé brevemente con ella. Después, la escuché decir que tenía recelos y por eso no había despedido a Fang Xia, pero igual yo no había resuelto el tema de manera oportuna. Había tomado el trabajo de la iglesia superficialmente y no lo había tratado a conciencia. Cuando los líderes superiores vinieron a podarme, no solo no reflexioné sobre mí misma, sino que traté de escurrir el bulto diciendo que fueron las hermanas que trabajaban conmigo quienes no habían despedido a Fang Xia de manera oportuna. Con esto, intenté lavarme las manos del asunto. Si los líderes superiores no hubieran despedido a Fang Xia a tiempo, quién sabe por cuánto más habría perturbado al equipo, y cuánto más daño habría causado al trabajo de depuración y a las vidas de los hermanos y hermanas. Yo había sido líder durante más de dos años, y había comprendido algunos principios. Debería haber mostrado más preocupación y cumplido con mis responsabilidades para proteger los diversos trabajos de la iglesia. Cuando vi que alguien estaba trastornando y perturbando el trabajo de la iglesia, debería haber detenido y contenido a esa persona de inmediato. Las personas que no eran aptas deberían haberse reasignado o despedido a tiempo. Si no podía ver las cosas claramente, debería haber buscado y consultado con mis compañeros de trabajo. Eso es lo que significa cumplir con nuestras responsabilidades. Pero como buscaba la reputación y el estatus para ganar la estima de los líderes superiores, solo me preocupaba el trabajo relacionado con mis responsabilidades principales propias. Cuando veía que surgían problemas en otras áreas de trabajo, no les prestaba atención. ¡No tenía nada de humanidad! ¡Era sumamente egoísta! Si no fuera porque los líderes superiores me expusieron, me podaron y me despidieron, todavía no sabría cómo reflexionar sobre mí. No habría comprendido cuán profundamente había sido corrompida por Satanás ni cuán vil y sórdida era la manera en que había estado viviendo. Cuando entendí esto, sentí un profundo arrepentimiento y remordimiento. Al mismo tiempo, oré a Dios con agradecimiento en mi corazón: “Querido Dios, mi despido es Tu justicia. No me trataste de acuerdo con mis transgresiones, sino que incluso me diste la oportunidad de arrepentirme, para poder reflexionar sobre mí y comprenderme. Este es Tu amor y salvación. Querido Dios, guíame para comprenderme en este asunto y tener un arrepentimiento genuino”.

Luego, leí estas palabras de Dios: “En la casa de Dios, todos los que persiguen la verdad están unidos ante Dios, no divididos. Todos trabajan con un objetivo común: cumplir bien con su deber, hacer el trabajo que les corresponde, actuar según los principios-verdad, hacer lo que Dios requiere, y satisfacer Sus intenciones. Si tu objetivo no va en ese sentido, sino en beneficio propio, en aras de satisfacer tus deseos egoístas, entonces se trata de la revelación de un carácter satánico corrupto. En la casa de Dios, los deberes se cumplen según los principios-verdad, mientras que las acciones de los no creyentes se rigen por su carácter satánico. Son dos sendas muy diferentes. Los no creyentes albergan sus propios planes, cada uno tiene sus propios objetivos y planes, y todos viven para sus propios intereses. Es por eso que todos ellos luchan por su propio beneficio y no están dispuestos a renunciar ni a un ápice de lo que obtienen. Están divididos, no unidos, ya que no están orientados a un objetivo común. La intención y la naturaleza detrás de sus actos son las mismas. Están decididos a actuar para sí mismos. Aquí no reina la verdad; lo que sí reina y manda en ello es un carácter satánico corrupto. Están controlados por su carácter satánico corrupto y no lo pueden evitar, por lo cual se hunden cada vez más en el pecado. En la casa de Dios, si los principios, los métodos, la motivación y el punto de partida de vuestras acciones no fueran diferentes a los de los no creyentes, si un carácter satánico corrupto jugara con vosotros, os controlara y manipulara, y si el punto de partida de vuestros actos fueran vuestros propios intereses, reputación, orgullo y estatus, entonces no desempeñaríais vuestro deber en forma diferente a aquella en la cual hacen las cosas los no creyentes(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Al reflexionar sobre las palabras de Dios, me di cuenta de que, aunque creía en Dios y lo seguía, y cumplía deberes en la iglesia, mis pensamientos y puntos de vista no habían cambiado. Seguía viviendo confiando en los venenos satánicos de: “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda” y “El hombre deja su reputación allá por donde va, de la misma manera que un ganso grazna allá por donde vuela”. Vivía con un carácter egoísta y vil, considerando solo mi propia reputación y estatus. Cuando descubrí que Fang Xia no estaba obteniendo resultados en su deber y que estaba perturbando a otros hermanos y hermanas y obstruyendo el trabajo de depuración, sabía perfectamente que debían despedirla rápidamente y reemplazarla por una persona apta. Sin embargo, solo pensé en el trabajo a mi cargo y solo busqué mi propia reputación y estatus. Pensé que si este problema se resolvía, otras personas se llevarían el crédito y yo no tendría la oportunidad de estar en primera plana. Por lo tanto, no le presté atención. No consideré la magnitud del daño que sufrirían el trabajo de la iglesia y las vidas de mis hermanos y hermanas si este problema no se resolvía. Aunque el trabajo de depuración era responsabilidad principal de mi compañera, eso no significaba que yo no debía ocuparme de él. Como líder, si surge un problema en cualquier tarea, yo debería involucrarme y, junto con mis compañeras, hablarlo, buscar los principios y resolverlo. Esta es mi responsabilidad y el deber de mi puesto. Sin embargo, solo vivía para mi propia reputación y estatus. Era egoísta y vil y no protegía los intereses de la iglesia ni consideraba el trabajo en general. No abordaba el trabajo de la iglesia como parte de un equipo. Los no creyentes albergan sus propias maquinaciones en su trabajo y todo lo que hacen es para su propio bien. El modo en que yo estaba trabajando ahora no se diferenciaba en nada del modo de los no creyentes.

Un día, leí un pasaje de las palabras de Dios en un video de testimonio vivencial: “Dios ha hecho un gran trabajo al expresar la verdad y salvar a las personas, y ha puesto todo Su meticuloso esfuerzo en ello. Dios se toma muy en serio esta causa tan recta; ha dedicado todo su meticuloso esfuerzo por esas personas a las que quiere salvar, todas Sus expectativas también se vuelcan sobre estas y los resultados finales y la gloria que quiere obtener de Su plan de gestión de 6000 años se materializarán en ellas. Si alguien rivaliza con Él, se opone, perturba o destruye el resultado de esta causa, ¿lo perdonará Dios? (No). ¿Ofende esto Su carácter? No paras de asegurar que sigues a Dios, que buscas la salvación, que aceptas el escrutinio y la guía de Dios, y que aceptas y te sometes a Su juicio y castigo; no obstante, al mismo tiempo que dices estas palabras, trastornas, perturbas y destruyes las diversas obras de la iglesia. A causa de tu perturbación, trastorno y destrucción, de tu negligencia o abandono del deber, así como de tus deseos egoístas y de que persigues tus propios intereses, se han visto perjudicados los intereses de la casa de Dios, los de la iglesia y multitud de otros aspectos, hasta tal punto que la obra de la casa de Dios ha acabado perturbada y destruida de manera grave. ¿Cómo debe Dios, entonces, sopesar tu desenlace en tu libro vital? ¿Cómo se te debe calificar? Para ser justos, se te debe castigar. Quien siembra vientos, recoge tempestades. ¿Qué entendéis ahora? ¿Cuáles son los intereses de las personas? (Son perversos). En realidad, todos son deseos extravagantes. Dicho sin rodeos, son todos tentaciones, falsedades y cebos utilizados por Satanás para tentar a la gente. Buscar la fama, la ganancia y el estatus, así como los propios intereses: esto es cooperar con Satanás para hacer el mal, es oponerse a Dios. Para obstaculizar la obra de Dios, Satanás crea diversos entornos para tentar, perturbar y desorientar a la gente, y para impedir que siga a Dios y pueda someterse a Él. En cambio, tales personas cooperan con Satanás y lo siguen, se alzan deliberadamente para perturbar y destruir la obra de Dios. Por mucho que Él les comparta la verdad, siguen sin entrar en razón. Por mucho que la casa de Dios los pode, siguen sin aceptar la verdad. No se someten a Dios en absoluto, sino que se empeñan en hacer las cosas a su manera y como les viene en gana. En consecuencia, perturban y destruyen la obra de la iglesia, afectan de manera grave al progreso de las diversas obras de la iglesia y causan un daño enorme a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Este pecado es demasiado grande y no cabe duda de que Dios castigará a tales personas(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (I)). Reflexionando sobre las palabras de Dios, comprendí que, para salvar a la humanidad, Dios ha puesto todo Su esfuerzo meticulosamente. Dios no quiere ver que Su trabajo sufra perturbaciones o daños. Dios detesta y odia a todas las personas que perturban y dañan Su obra y se oponen a Él. Esta clase de personas debe ser castigada. Dios ama a quienes buscan la verdad, se someten a Él y le muestran lealtad. Dios espera que podamos cumplir con nuestra responsabilidad de proteger el trabajo de la iglesia. Reflexioné sobre cuando era líder y no pude cumplir con mi responsabilidad de despedir a Fang Xia a tiempo, y así demoré el trabajo de depuración. Me había convertido en alguien que trastornaba y perturbaba el trabajo de la iglesia, a quien Dios detestaba y odiaba. Cuando comprendí esto, tuve miedo y acudí a Dios en oración: “Querido Dios, soy sumamente egoísta. No tengo humanidad. Solo busco la reputación y el estatus y no protejo los intereses de la casa de Dios. He hecho cosas que se rebelan contra Ti y te resisten. No soy merecedora de Tu salvación. Querido Dios, estoy dispuesta a arrepentirme. Guíame para encontrar una senda de práctica”.

Leí más de las palabras de Dios: “Si eres líder, por muchas tareas de las que seas responsable, tienes la responsabilidad de preguntar constantemente sobre ellas e indagar, al tiempo que también inspeccionas las cosas y resuelves los problemas con celeridad a medida que aparecen. Es tu trabajo. Por tanto, si eres líder regional, de distrito, de iglesia o líder de equipo o supervisor, una vez que hayas conocido tu ámbito de responsabilidad, debes analizar con frecuencia si estás haciendo trabajo real, si has cumplido bien con las responsabilidades que debería cumplir bien un líder o un obrero, así como, de entre las varias tareas que se te han encomendado, cuáles no has hecho, cuáles no quieres hacer, cuáles han dado pobres resultados y de cuáles no has logrado captar los principios. Deberías examinar a menudo todas estas cosas. Al mismo tiempo, debes aprender a hablar y preguntar a otras personas, así como a buscar, en las palabras de Dios y en los arreglos del trabajo, un plan, unos principios y una senda de práctica. Respecto a cualquier arreglo del trabajo, ya sea relativo a la administración, el personal, la vida de iglesia o cualquier labor profesional, si afecta a las responsabilidades de los líderes y obreros, entonces es una responsabilidad que se supone que deben cumplir bien los líderes y obreros, que está encuadrada en el marco de lo que les compete; estas son las tareas de las que deberías encargarte. Por supuesto, las prioridades deben ajustarse a la situación, no se puede demorar ningún trabajo. Algunos líderes y obreros dicen: ‘No tengo tres cabezas y seis brazos. Hay muchas tareas en el arreglo del trabajo; si se me pone a cargo de todas ellas, no las puedo gestionar en absoluto’. Si hay algunas tareas en las que no te puedas implicar personalmente; entonces, ¿has dispuesto que otro las haga? Una vez que realizaste este arreglo, ¿hiciste seguimiento e indagaciones? ¿Hiciste una revisión de su trabajo? ¿Seguro que tuviste tiempo para hacer indagaciones y una revisión? ¡Por supuesto que sí!(La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (10)). “Para todos los que cumplen con un deber, da igual lo profundo o superficial que sea su entendimiento de la verdad, la manera más sencilla de practicar la entrada en la realidad-verdad es pensar en los intereses de la casa de Dios en todo, y renunciar a los propios deseos egoístas, a las intenciones, motivos, orgullo y estatus personales. Poner los intereses de la casa de Dios en primer lugar; esto es lo menos que debéis hacer. Si una persona que lleva a cabo un deber ni siquiera puede hacer esto, entonces ¿cómo puede decir que está llevando a cabo su deber? Esto no es llevar a cabo el propio deber. Primero debes pensar en los intereses de la casa de Dios, tener en cuenta las intenciones de Dios y considerar la obra de la iglesia. Coloca estas cosas antes que nada; solo después de eso puedes pensar en la estabilidad de tu estatus o en cómo te consideran los demás. ¿No os parece que esto se vuelve un poco más fácil cuando lo dividís en dos pasos y hacéis algunas concesiones? Si practicáis de esta manera durante un tiempo, llegaréis a sentir que satisfacer a Dios no es algo tan difícil. Además, deberías ser capaz de cumplir con tus responsabilidades, llevar a cabo tus obligaciones y tu deber, dejar de lado tus deseos egoístas, intenciones y motivos. Debes mostrar consideración hacia las intenciones de Dios y poner primero los intereses de la casa de Dios, la obra de la iglesia y el deber que se supone que has de cumplir. Después de experimentar esto durante un tiempo, considerarás que esta es una buena forma de comportarte. Es vivir sin rodeos y honestamente, y no ser una persona vil y miserable; es vivir justa y honorablemente en vez de ser despreciable, vil y un inútil. Considerarás que así es como una persona debe actuar y la imagen por la que debe vivir. Poco a poco, disminuirá tu deseo de satisfacer tus propios intereses(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). A partir de las palabras de Dios, vi que todas las tareas de la casa de Dios son muy importantes y que es responsabilidad de los líderes y trabajadores supervisarlas y hacer el seguimiento de todas ellas. Dividir las tareas es una parte necesaria del trabajo, para asegurar que el trabajo rinda aun mejores resultados. Sin embargo, yo creía que dividir las tareas significaba que yo no tenía responsabilidad sobre las otras tareas. Pensaba que, si surgían problemas en el trabajo que era responsabilidad de tal o cual persona, era esa persona quien debía ir y resolverlo y hacerse responsable. Este punto de vista es incorrecto y no está de acuerdo con los requisitos de Dios para los líderes y obreros. Los líderes son responsables del trabajo en general, y el trabajo de depuración también entraba en la competencia de mi trabajo. Si había algún problema con eso, yo tenía que cumplir con mi responsabilidad: tenía que hablar de los problemas y resolverlos junto con mis compañeras. Al mismo tiempo, comprendí que en el cumplimiento de mi deber, debía priorizar los intereses de la casa de Dios y considerar el trabajo en general. No podía permitir que las ganancias y pérdidas relacionadas con mis propios intereses influenciaran el trabajo de la casa de Dios y demoraran la entrada en la vida de mis hermanos y hermanas. En el futuro, tengo que practicar conforme a las palabras de Dios. Independientemente de qué tarea realice, siempre debo cumplir con mis propias responsabilidades. Ya no puedo considerar mis intereses personales.

Luego, me dieron la responsabilidad de regar a los fieles nuevos. Mi compañera, la hermana Yang Li, tuvo que irse a otro lugar por un tiempo para ocuparse de algo. Antes de irse, me pasó todos los fieles nuevos a los que estaba regando. Pensé: “Algunos de los fieles nuevos a los que estoy regando no están en un buen estado. Debo resolver sus problemas. ¿Dónde voy a encontrar el tiempo de regar a los fieles nuevos que son responsabilidad tuya? Si eso interfiere en mi deber, ¿qué pensarán los líderes de mí? ¿Dirán que no estoy asumiendo la carga y no estoy haciendo un trabajo real?”. Al pensar de esta manera, me di cuenta de que mi estado era incorrecto. Otra vez estaba considerando mis propios intereses y trabajando por mi propia reputación y estatus. Recordé las palabras de Dios: “Para todos los que cumplen con un deber, da igual lo profundo o superficial que sea su entendimiento de la verdad, la manera más sencilla de practicar la entrada en la realidad-verdad es pensar en los intereses de la casa de Dios en todo, y renunciar a los propios deseos egoístas, a las intenciones, motivos, orgullo y estatus personales. Poner los intereses de la casa de Dios en primer lugar; esto es lo menos que debéis hacer. Si una persona que lleva a cabo un deber ni siquiera puede hacer esto, entonces ¿cómo puede decir que está llevando a cabo su deber? Esto no es llevar a cabo el propio deber(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). Tenía que proteger los intereses de la casa de Dios. Ya no podía considerar mi propia reputación y estatus. Los fieles nuevos que Yang Li me había pasado aún no habían creado raíces fuertes en el camino verdadero. El PCCh estaba arrestando y persiguiendo cristianos por todas partes y desparramando rumores falsos para desacreditar a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Si los fieles nuevos no comprendían la verdad, Satanás podía desorientarlos y capturarlos en cualquier momento. Ahora que Yang Li me había pasado los fieles nuevos a mí, regarlos y apoyarlos era la responsabilidad que yo debía cumplir. Si yo hacía que estos fieles nuevos se alejaran y dejaran de creer por ser egoísta, vil e irresponsable, mi conciencia me acusaría. Ya no podía vivir confiando en mi carácter corrupto, egoísta y vil. Independientemente de quién fuera responsable de estos fieles nuevos, yo debía regarlos bien para que pudieran, lo antes posible, echar raíces fuertes. Por lo tanto, me equipé con la verdad y regué y apoyé a todos los fieles nuevos según sus nociones y problemas. Al practicar de esta manera, mi corazón se sintió en paz y tranquilo.

Después de estas experiencias, tuve la profunda comprensión de que, cuando las personas viven según su carácter corrupto, egoísta y vil y solo prestan atención a la búsqueda de la reputación y el estatus, aunque gocen de prestigio en el momento, dejan transgresiones a su paso cuando no cumplen con sus responsabilidades, y sus corazones arden de agonía. Pero cuando nos desprendemos de los intereses personales y practicamos y entramos de acuerdo con las palabras de Dios, nuestro corazón está en paz y tranquilo. ¡Gracias, Dios, por guiarme a encontrar estos conocimientos y estas ganancias!

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