La envidia es algo despreciable

14 Feb 2025

Por Su Can, China

En junio de 2021, empecé a formarme para regar a los recién llegados. Sabía que tenía muchas deficiencias, así que a menudo oraba a Dios y me dedicaba a comer y beber de Sus palabras. Al cabo de un tiempo, llegué a comprender algunos de los principios-verdad y pude arrojar un poco de luz sobre mis problemas al comunicar. Todos mis hermanos y hermanas decían que tenía una buena comunicación. Pese a decir: “¡Gracias a Dios! Todo esto ha sido resultado del esclarecimiento de Dios”, por dentro me sentía bastante satisfecho conmigo mismo. Siempre era el miembro más destacado en cada reunión y todos los demás me admiraban, lo que me entusiasmaba aún más a cumplir activamente con mi deber. Más tarde, me emparejaron con el hermano Xiang Ming. Era nuevo en la fe y todavía tenía carencias en lo que respecta a la comunicación de la verdad, por lo que le resultó bastante difícil cuando empezó a formarse para regar a los recién llegados, pero se dedicó a perseguir la verdad y progresó rápidamente. También era un tipo muy directo y se sinceraba y exponía sin reservas cuando revelaba su corrupción, y se centraba en buscar la verdad y reflexionar sobre conocerse a sí mismo cuando se topaba con problemas. Todos los hermanos y hermanas lo consideraban alguien que perseguía la verdad. Al observar esto, me sentí un poco amenazado: “Xiang Ming es muy emprendedor; si sigue así, me alcanzará en poco tiempo. Entonces, ¿quién me va a admirar? No puede ser, tengo que dotarme rápidamente de la verdad. No puedo dejar que me supere”. Después de eso, me esforcé aún más que antes.

En una ocasión, Xiang Ming me dijo: “He llegado a entender muchas verdades mientras cumplía con mi deber junto a los hermanos y hermanas, me siento muy feliz y liberado. Me gustaría mucho dejar mi trabajo y empezar a cumplir con mi deber a tiempo completo, pero hay algunos obstáculos en mi camino y no estoy seguro de cómo proceder”. Al oír aquello, pensé de inmediato: “Si empieza a cumplir con su deber a tiempo completo, progresará aún más rápido y me alcanzará enseguida. ¿Qué haré yo si los demás empiezan a admirarle y yo me quedo atrás? Sería mejor que esperara un poco antes de dejar el trabajo”. Entonces le dije: “Debemos practicar el sometimiento y la espera. Ora a Dios y Él dispondrá para ti un momento oportuno”. Sin embargo, en cuanto dije eso, me sentí un poco culpable. Pensé: “¿Acaso no estoy obstruyendo intencionalmente a Xiang Ming en su búsqueda de la verdad?”. Pero aún me preocupaba que pudiera amenazar mi estatus, así que no dije nada más. Después de eso, Xiang Ming pudo resolver sus problemas encomendándose a Dios y dejó su trabajo apenas una semana después. Cuando me enteré, no solo no estaba feliz por Xiang Ming, sino que me sentí un poco desalentado. Como me preocupaba que Xiang Ming me robara el protagonismo, me guardé ciertas cosas cuando trabajé junto a él. Cuando veía ciertos pasajes de las palabras de Dios relevantes para su situación durante los devocionales, no los compartía con él, como antes. Cuando acudía a mí con preguntas sobre problemas que estaba teniendo, no compartía con él todos mis puntos de vista, pues pensaba: “Me llevó dos años tener estas perspectivas. Si se lo digo todo, progresará demasiado rápido y todos los hermanos y hermanas lo admirarán. ¿Qué haré yo si eso ocurre?”. Pasado algún tiempo, Xiang Ming y yo nos fuimos alejando. Dejamos de hablar con la misma libertad y ya no nos ayudábamos mutuamente. Aparte de cuando debíamos hacerlo en nuestros deberes, rara vez interactuábamos. Mi estado empeoró un poco y no tenía una clara sensación de esclarecimiento cuando comía y bebía las palabras de Dios. En aquel momento, sin embargo, no era consciente de que hubiera nada malo con mi estado y no acudía a Dios para buscar y reflexionar.

Más adelante, debido a las exigencias del trabajo, Xiang Ming y yo tuvimos que separarnos y regar a los recién llegados cada uno por nuestra cuenta. Cuando me enteré de que nos separábamos, me regocijé en secreto: “A partir de ahora ya no tendré que preparar contenidos para las reuniones con él. Naturalmente, sin mi ayuda no progresará tan rápido. Solo tengo que seguir así, mejorar mis resultados y no permitir que me alcance. Todo el mundo se dará cuenta de que es un incompetente y todo el esfuerzo que invierta será en vano”. Una vez, tras una reunión, Xiang Ming y yo estábamos charlando sobre cómo iban las reuniones con los recién llegados mientras caminábamos juntos de vuelta a casa. Me contó que estaba bastante abatido porque algunos de los recién llegados de los que era responsable no asistían a las reuniones y había sido incapaz de regarlos eficazmente. Al oír eso, pensé: “Está teniendo algunos problemas y se está desmotivando. Tengo que ayudarlo enseguida”. Pero al mismo tiempo, me sentía bastante feliz en secreto, pensando: “Mi reunión ha ido bastante bien hoy, y el líder dijo que yo había comunicado muy bien”. Xiang Ming me preguntó cómo había ido mi reunión. Me di cuenta de que, si le decía que había ido bien, tan solo se desmotivaría más, pero no pude evitar alardear un poco. Quería mostrarle lo muy por delante que estaba de él y minarle la moral. Así, con un tono de autosatisfacción, le dije: “Mi reunión ha ido muy bien, de hecho”. Cuando Xiang Ming lo oyó, pareció estar aún más deprimido y no dijo nada más. Al ver su expresión abatida, me sentí un poco culpable y pensé: “¿Por qué no he cerrado el pico? ¿Acaso no impactará esto al entusiasmo de Xiang Ming por su trabajo? ¡Qué horrible por mi parte!”. Al llegar a casa, comunicamos un poco más, pero el estado de Xiang Ming siguió sin mejorar. Pensé: “He comunicado con él lo mejor que he podido, así que no es mi problema si su estado sigue siendo malo”.

Unos días más tarde, cuando volvíamos a casa después de nuestras reuniones, le pregunté a Xiang Ming cómo había ido la suya. Me dijo que había comunicado las palabras de Dios respecto a la cuestión de los recién llegados que no querían asistir a las reuniones y que le había ido bien. Al oír eso, me sentí un poco infeliz. Me pareció que esto significaba que no podía contrastar mi propia reunión positiva con su reunión menos eficaz. Así que me limité a señalar directamente los problemas de su comunicación. En consecuencia, su estado volvió a hundirse en el abatimiento pese a haber mejorado un poco. Xiang Ming respondió: “Esto es todo lo que sé en este momento, y solo puedo comunicar con los recién llegados con lo que sé”. Cuando dijo esto, me sentí un poco culpable, y pensé: “¡Estoy volviendo a mermar el entusiasmo de Xiang Ming! Como es bastante nuevo en la fe, ser capaz de obtener algunos resultados en las reuniones es una señal de progreso. Debería animarle”. Tenía muchas ganas de disculparme con él, pero me avergonzaba un poco y me preocupaba lo que pudiera pensar de mí. ¿Pensaría que soy un desalmado si se lo digo? Después de darle vueltas al asunto en mi cabeza, al final decidí no decirle nada. Mientras volvíamos a casa, me pregunté: “¿Por qué iba a mermar así el entusiasmo de alguien?”. Me di cuenta de que no soportaba que a nadie más le fuera bien y me había puesto celoso de Xiang Ming. Me preocupaba que, si cambiaba su estado y empezaba a obtener buenos resultados, los hermanos y hermanas empezarían a admirarlo y alabarlo y se olvidarían de mí. Para asegurarme de que no destacara, le ataqué y le hice desanimarse. Al darme cuenta de ello, me sentí fatal a la par que culpable. En cuanto llegué a casa, oré a Dios, diciéndole que estaba dispuesto a arrepentirme y a hacer cambios, y pidiéndole que me guiara para reconocer mi carácter corrupto.

En mitad de mi búsqueda, me encontré con estas palabras de Dios: “Algunas personas siempre temen que otros sean mejores que ellas o estén por encima de ellas, que otros obtengan reconocimiento mientras a ellas se les pasa por alto, y esto lleva a que ataquen y excluyan a los demás. ¿Acaso no es eso envidiar a las personas con talento? ¿No es egoísta y despreciable? ¿Qué tipo de carácter es este? ¡Es malicia! Aquellos que solo piensan en los intereses propios, que solo satisfacen sus propios deseos egoístas, sin pensar en nadie más ni considerar los intereses de la casa de Dios tienen un carácter malo y Dios no los ama(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). “Si alguien dice que ama y persigue la verdad, pero, en esencia, el objetivo que persigue es distinguirse, alardear, hacer que la gente piense bien de él y lograr sus propios intereses; y el cumplimiento de su deber no consiste en someterse ni en satisfacer a Dios, sino que en cambio tiene como fin lograr fama, ganancia y estatus, entonces su búsqueda no es legítima. En ese caso, cuando se trata del trabajo de la iglesia, ¿son sus acciones un obstáculo o ayudan a que avance? Claramente son un obstáculo, no hacen que avance. Algunas personas enarbolan la bandera de realizar el trabajo de la iglesia mientras buscan su propia fama, ganancia y estatus, se ocupan de sus propios asuntos, crean su propio grupito y su propio pequeño reino: ¿acaso esta clase de persona lleva a cabo su deber? En esencia, todo el trabajo que hacen trastorna, perturba y perjudica el trabajo de la iglesia. ¿Cuál es la consecuencia de su búsqueda de fama, ganancia y estatus? En primer lugar, esto afecta la manera en la cual el pueblo escogido de Dios come y bebe Su palabra con normalidad y entiende la verdad; obstaculiza su entrada en la vida, les impide ingresar en la vía correcta de la fe en Dios, y los conduce hacia la senda equivocada, lo que perjudica a los escogidos y los lleva a la ruina. Y, en definitiva, ¿qué ocasiona eso al trabajo de la iglesia? Lo perturba, lo perjudica y lo desorganiza. Esta es la consecuencia derivada de que la gente busque la fama, la ganancia y el estatus. Cuando llevan a cabo su deber de esta manera, ¿acaso no puede definirse esto como caminar por la senda de un anticristo? […] El problema de las personas que buscan sus propios intereses es que los objetivos que persiguen son los mismos que los de Satanás, unos objetivos malvados e injustos. Cuando las personas buscan sus intereses personales, como la fama, la ganancia y el estatus, se convierten involuntariamente en una herramienta de Satanás, en un altavoz de este y, además, se convierten en una personificación de Satanás. Desempeñan un papel negativo en la iglesia; el efecto que causan en el trabajo de la iglesia y en la vida de iglesia normal y la búsqueda normal del pueblo escogido de Dios es el de perturbar y perjudicar. Causan un efecto negativo y adverso(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (I)). Las palabras de Dios eran una muestra perfecta de mi estado actual. Cuando me di cuenta de que Xiang Ming estaba haciendo un progreso vital rápido y todos los hermanos y hermanas lo admiraban, me preocupó que me robara el protagonismo y me privara de la admiración de los demás, así que me volví distante con él intencionadamente. Cuando recibí el esclarecimiento por comer y beber las palabras de Dios, no quise compartirlo con él. Cuando expresó el deseo de dedicarse a tiempo completo a sus deberes, dije algunas cosas para reprimirle deliberadamente. Cuando se encontró con dificultades en su deber, no estaba obteniendo buenos resultados y se desanimó. Incluso alardeé sobre lo bien que iba mi trabajo delante de él, lo que provocó que se desanimara más. Entonces, cuando al fin empezó a recuperar su estado y hacer progresos, lo ataqué a sabiendas señalando los defectos de su comunicación. ¿Acaso no estaba celoso de alguien con talento, tal y como exponían las palabras de Dios? Como solo consideraba mi propia reputación y estatus, fracasé a la hora de darme cuenta de que el hecho de que Xiang Ming viviera en la negatividad afectaría a su trabajo de riego e impediría que los recién llegados hicieran progresos en sus vidas. Era muy consciente de lo importante que es el trabajo de riego, y sin embargo ataqué a Xiang Ming. ¿Acaso no actuaba como un lacayo de Satanás, alterando y destruyendo el trabajo de la iglesia? ¡Qué egoísta, despreciable y desalmado era! La iglesia me emparejó con Xiang Ming para que complementáramos nuestros puntos fuertes y débiles para regar bien a los recién llegados. Sin embargo, no solo no logré aprender de los puntos fuertes de Xiang Ming e impedí que nos ayudáramos entre nosotros y entráramos en la verdad juntos; además estaba lleno de celos y resentimiento hacia él y no compartía con él la verdad que conocía por miedo a que me sobrepasara. Estaba atrapado en un estado en el que rebosaba de celos y egoísmo y era despreciable. No era una sorpresa que mi corazón se hubiera vuelto oscuro y depresivo y no pudiera obtener ningún claro esclarecimiento de comer y beber las palabras de Dios. Él me había dado la espalda. Me encontraba en un estado realmente precario y tenía que arrepentirme ante Dios tan pronto como fuera posible.

Más tarde me encontré con unas palabras de Dios: “La supresión pública de la gente, su exclusión, los ataques contra ella y la exposición de sus problemas por parte de los anticristos es todo parte de su objetivo. Sin duda, utilizan medios como estos para atacar a aquellos que persiguen la verdad y pueden distinguirlos. Al derribar a estas personas, consiguen su objetivo de fortalecer su propia posición. Atacar y excluir a la gente de esta manera es de una naturaleza maliciosa. Hay agresividad en su lenguaje y en su forma de hablar: exposición, condena, difamación y calumnia malvada. Incluso tergiversan los hechos, hablando de cosas positivas como si fueran negativas y negativas como si fueran positivas. Invertir el blanco y el negro y mezclar lo correcto y lo incorrecto de esta manera logra el propósito de los anticristos de derrotar a la gente y arruinar su reputación. ¿Qué mentalidad da lugar a este ataque y exclusión de los disidentes? La mayoría de las veces, proviene de una mentalidad celosa. En un carácter cruel, los celos conllevan un fuerte odio; y como resultado de sus celos, los anticristos atacan y excluyen a la gente. En una situación como esta, si los anticristos son expuestos, denunciados, pierden su estatus y sufren un ataque, en su mente no se someterán ni se alegrarán por ello y les resultará todavía más fácil desarrollar una fuerte mentalidad de venganza. La venganza es un tipo de mentalidad, y también es un tipo de carácter corrupto. Cuando los anticristos ven que lo que alguien hizo les ha perjudicado, que otros son más capaces que ellos, o que las declaraciones y sugerencias de alguien son mejores o más sabias que las suyas, y todo el mundo está de acuerdo con las declaraciones y sugerencias de esa persona, los anticristos sienten que su posición está amenazada, surgen los celos y el odio en sus corazones, y atacan y se vengan. Al vengarse, los anticristos generalmente dan un golpe de prevención a su objetivo. Son proactivos al atacar y doblegar a la gente, hasta que la otra parte se somete. Solo entonces sienten que se han desahogado. ¿Qué otras manifestaciones existen para atacar y excluir a las personas? (Menospreciar a los demás). Menospreciar a los demás es una de las formas en que se manifiesta; no importa lo bien que hagas un trabajo, los anticristos seguirán menospreciándote o condenándote, hasta que seas negativo y débil y no puedas mantenerte en pie. Entonces estarán contentos y habrán logrado su objetivo(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 2: Atacan y excluyen a los disidentes). “Todo lo que hacen los anticristos es para ganarse el corazón de las personas, atacar y excluir a los disidentes, consolidar su estatus, hacerse con el poder y controlar a la gente. ¿Cuál es la naturaleza de estas acciones? ¿Practican la verdad? ¿Están guiando al pueblo escogido de Dios a entrar en las palabras de Dios y presentarse ante Él? (No). Entonces, ¿qué están haciendo? Están compitiendo con Dios por Su pueblo escogido, pugnando por el corazón de la gente y tratando de establecer su propio reino independiente. ¿Quién debería ocupar un lugar en el corazón de la gente? Dios. Sin embargo, todo lo que hacen los anticristos es precisamente lo contrario a esto. No permiten que ni Dios ni la verdad ocupen un lugar en el corazón de la gente; en cambio, quieren que lo ocupen el hombre, ellos mismos como líderes y Satanás(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 1: Tratan de ganarse el corazón de la gente). Con las palabras de Dios aprendí que los anticristos envidian a los que tienen más talento que ellos. Para salvaguardar y reforzar su propio estatus, atacan y excluyen a los demás. En esencia, quieren un lugar en el corazón de todos y compiten con Dios por la gente. ¿Acaso no fue justo así como actué yo con Xiang Ming? Cuando acababa de empezar a obtener algunos resultados en su deber y se estaba volviendo menos negativo, le señalé intencionadamente los fallos en su trabajo y le pedí que cumpliera con un estándar que aún no podía alcanzar. Al hacerle creer que el trabajo de riego era difícil y que él podría no estar a la altura de la tarea, le hice volver a la negatividad. Al reflexionar sobre por qué había atacado a Xiang Ming, me di cuenta de que quería que todos los hermanos y hermanas me admiraran y adoraran. Quería que cada vez que alguien preguntara quién era el más eficaz en su trabajo y el más diligente en la búsqueda de la verdad, pensaran en mí. Ansiaba tener un lugar en el corazón de cada hermano y hermana. En los decretos administrativos que Dios emitió durante la Era del Reino, estipuló que el hombre solo puede exaltar a Dios, y sin embargo yo seguía intentando que todos me estimaran y adoraran. ¿No era yo el que se resistía a Dios? Xiang Ming también era un recién llegado y no había establecido unos cimientos sólidos; si se hundía en un prolongado período de negatividad debido a mis ataques, esto influiría en su fe en Dios y en su deber. Incluso podría considerar abandonar la iglesia. Aunque se mantuviera firme en su fe, mis ataques retrasarían su entrada en la vida e influirían en el progreso de la vida de los recién llegados. La obra de Dios está llegando a su fin y no queda mucho tiempo para que la gente persiga la verdad. Si no ayudo a mis hermanos y hermanas a cumplir bien con sus deberes, e incluso les quito el entusiasmo por ello, ¿no retrasará e influirá esto en su entrada en la vida? Satanás tiene sus ojos puestos en nosotros y quiere que hasta el último entre nosotros caiga en la negatividad y la debilidad, se aleje de Dios y lo traicione. Y, sin embargo, yo estaba jugando el papel de Satanás y sirviendo como su lacayo, ¡era tan horrible! Mis acciones habían expuesto claramente mi carácter de anticristo. Estaba caminando por la senda de un anticristo y si no me arrepentía pronto, Dios me desdeñaría. Al darme cuenta de esto, me asusté un poco y me apresuré a orar a Dios: “¡Oh Dios! He sido egoísta y despreciable, y me he obsesionado demasiado con el renombre y el estatus. Estoy dispuesto a rebelarme contra mí mismo y a vivir según Tus palabras. Por favor, guíame”.

Tras la oración, me encontré los siguientes pasajes de las palabras de Dios: “Cuando el egoísmo y las maquinaciones para tu propio beneficio aparecen en ti y te das cuenta de ello, debes orar a Dios y buscar la verdad para poder afrontarlos. Lo primero que debes tener en cuenta es que, en esencia, actuar de esta manera es una violación de los principios-verdad, es perjudicial para la obra de la iglesia, se trata de un comportamiento egoísta y despreciable, no es lo que la gente de conciencia y razón debería hacer. Deberías dejar de lado tus propios intereses y tu egoísmo, y pensar en la obra de la iglesia, eso concuerda con las intenciones de Dios. Después de orar y reflexionar sobre ti mismo, si te das cuenta realmente de que actuar así es egoísta y despreciable, dejar de lado tu propio egoísmo será fácil. Una vez que dejes de lado tu egoísmo y maquinaciones para el beneficio, te sentirás con los pies en la tierra, estarás en paz, alegre, y te parecerá que una persona de conciencia y razón debe pensar en el trabajo de la iglesia, que no debe obsesionarse con sus propios intereses, lo cual sería muy egoísta, despreciable y carente de conciencia o razón. Actuar desinteresadamente, pensar en la obra de la iglesia y hacer cosas exclusivamente para satisfacer a Dios es lo recto y honorable, y aportará valor a tu existencia. Al vivir así en la tierra, estás siendo abierto y honesto, viviendo la humanidad normal y la verdadera imagen del hombre, y no solo tienes la conciencia tranquila, sino que también eres digno de todas las cosas que Dios te ha concedido. Cuanto más vivas así, más sentirás que tienes los pies en la tierra, te sentirás más en paz y alegre, y estarás más radiante. De este modo, ¿acaso no habrás puesto ya el pie en el camino correcto de la fe en Dios?(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Entregando el corazón a Dios, se puede obtener la verdad). “Si realmente puedes mostrar consideración con las intenciones de Dios, podrás tratar a otras personas de manera justa. Si recomiendas a una buena persona y permites que reciba formación y cumpla un deber, con lo que la casa de Dios gana así a una persona talentosa, ¿no facilitará eso tu trabajo? ¿No estarás mostrando lealtad en tu deber? Se trata de una buena obra ante Dios, es el mínimo de conciencia y razón que debe poseer alguien que sirve como líder(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). Las palabras de Dios me dieron una senda de práctica. Debía abandonar mi búsqueda del propio interés, atender a las intenciones de Dios y salvaguardar la obra de la iglesia. Xiang Ming tenía calibre, así que debía ayudarle más para que pudiera avanzar en el riego de los recién llegados lo antes posible. Eso era lo que una persona con humanidad debía hacer. Pensé en las palabras de Dios que dicen: “Las funciones no son las mismas. Solo hay un cuerpo. Cada cual cumple con su obligación, cada uno en su lugar y haciendo su mejor esfuerzo, por cada chispa hay un destello de luz, y buscando la madurez en la vida. Así estaré satisfecho(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 21). Dios nos da a cada uno de nosotros diferentes talentos para que podamos usarlos bien para cumplir con nuestros propios deberes en la iglesia. Eso es lo que debemos hacer como seres creados. Xiang Ming y yo teníamos roles específicos que desempeñar en la iglesia, así que no debía haberle tenido envidia y excluirle. Debía cooperar con él armoniosamente y trabajar juntos para llevar a cabo los deberes y dar testimonio de Dios. Solo esta forma de trabajar tiene valor.

Más adelante, me abrí en comunicación con Xiang Ming sobre mi estado durante esa época y lo que había llegado a entender sobre mí mismo. Tras nuestra comunicación, me sentí mucho más en paz y asentado. Sentí que de nuevo vivía en la luz, que podía al fin respirar muy hondo el aire fresco tras jadear y boquear. Al fin me sentí en paz con Xiang Ming y además me acerqué mucho más a él. Tras esto, resolvimos cooperar armoniosamente juntos para regar a los recién llegados. De ahí en adelante, a menudo nos abríamos sobre nuestros estados actuales y compartíamos varias sendas de práctica que habíamos encontrado para regar a los recién llegados. Cada vez que Xiang Ming se topaba con dificultades, yo hacía todo lo posible para comunicar la verdad y ayudarle. También me beneficiaba de los puntos fuertes de Xiang Ming. Por ejemplo, gané mucho de ciertos puntos de vista que compartió durante la comunicación en los que yo nunca había pensado. Mediante esto, me di cuenta de que abrirme y comunicar con otros sobre nuestras experiencias y las cosas que hemos obtenido no es meramente una cuestión de aportar a los demás, sino que también es una manera de practicar la verdad que nos puede ayudar a mejorar nuestros propios puntos débiles y alcanzar más de la obra del Espíritu Santo. En realidad, si establecemos las intenciones correctas, aprendemos de los puntos fuertes de los demás para contrarrestar nuestras debilidades y practicamos de acuerdo con las palabras de Dios, todos nos beneficiamos y progresamos en nuestras vidas.

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