Lo que surge de proteger a un falso líder
A fines de octubre de 2020, me destituyeron como líder por no hacer trabajo práctico, y volví a mi iglesia local. Debido a los problemas de seguridad en casa, por un tiempo no pude asistir a reuniones. Me sentía muy negativa y débil. Una hermana llamada Li Yan, que vivía en mi pueblo, era líder en otra iglesia. Aunque yo no era miembro de la iglesia que ella supervisaba, ella solía preguntarme por mi estado cuando nos veíamos, y me leía palabras de Dios para ayudarme. Yo le estaba muy agradecida por no despreciarme por haber sido destituida como falsa líder, e incluso ayudarme. Pensaba: “Si ella tiene problemas en el futuro, la ayudaré todo lo que pueda”.
Unos meses después, asumí la tarea de purificación en la iglesia y trabajé mucho con Li Yan. Noté que ella solía llegar tarde a las reuniones debido a cuestiones personales y, durante las reuniones, ella solo actuaba por inercia y pocas veces enseñaba las palabras de Dios. Cuando los hermanos y hermanas no podían discernir a los incrédulos, anticristos o malhechores, ella no compartía enseñanza con ellos sobre los principios de la verdad. En ese época, un diácono de la iglesia me dijo que ella solía discutir con su compañera por nimiedades, lo que significaba que las reuniones no se desarrollaban con normalidad. Oír esto me enojó mucho. Como líder, Li Yan no solo no hacía trabajo práctico, además, perturbaba la vida de iglesia. Esto retrasaría la entrada en la vida de los demás y la obra de la iglesia. La busqué para hablar con ella y señalarle que no hacía trabajo práctico. También le advertí que si seguía así, se convertiría en una falsa líder. Pero a ella parecía no importarle en absoluto, y dijo: “Bien, entonces, soy una falsa líder. Como yo no les enseño la verdad, ¿por qué no lo haces tú?”. Después, noté que algunos miembros de la iglesia difundían negatividad y perturbaban mucho la vida de iglesia. Le pedí a Li Yan que averiguara lo que todos pensaban de ellos, para ver si eran incrédulos que debían ser echados. Pero ella puso una excusa, dijo que estaba ocupada y siguió posponiéndolo, lo que permitió que esos miembros siguieran perturbando la vida de iglesia. Al ver lo despreocupada que era su actitud hacia la obra de la iglesia, volví a señalarle sus problemas, pero ello se defendió. Me di cuenta de que Li Yan nunca hacía trabajo práctico, no aceptaba críticas y ya había retrasado la obra de la iglesia. De acuerdo con los principios, era muy probable que ella fuera una falsa líder, por lo que yo quería informar de su situación a la líder superior. Pero pensé: “Ella me ayudó cuando yo me sentía negativa y me trató muy bien. Si descubre que yo la denuncié a la líder superior, ¿tendrá prejuicios contra mí? Si esto lleva a que la destituyan, ¿dirá que yo carecí de conciencia? Tal vez cambie si no la denuncio ahora y hablo con ella un poco más”. Después, solo hablé con ella sobre la importancia del trabajo de purificación de la iglesia y de cómo ella debería abordar su deber. Pero, después de un tiempo, Li Yan seguía sin hacer nada de trabajo práctico y aún no había pedido las evaluaciones sobre esos miembros de la iglesia. También oí que Li Yan era irresponsable en su trabajo y que no había supervisado la administración de los recursos en la iglesia. Eso llevó a que varios artículos fueran dañados, lo que causó graves daños financieros a la iglesia. Después, ella no hizo introspección, e incluso intentó culpar a otros, dijo que no habían guardado bien los artículos. Vi que ella no hacía nada de trabajo práctico. Era descuidada en su actitud hacia los proyectos de la iglesia y no aceptaba críticas. Cuando algo obstruía la obra de la iglesia y se dañaban los bienes de la iglesia, ella no se sentía culpable en lo más mínimo. ¿No era la señal de una falsa líder? Pero yo no informé sobre sus problemas de forma oportuna. Cuando me di cuenta de esto, me sentí más culpable. Vi un pasaje de las palabras de Dios. “Todos vosotros decís que tenéis consideración por la carga de Dios y defenderéis el testimonio de la Iglesia, pero ¿quién de vosotros ha considerado realmente la carga de Dios? Hazte esta pregunta: ¿Eres alguien que ha mostrado consideración por Su carga? ¿Puedes tú practicar la justicia por Él? ¿Puedes levantarte y hablar por Mí? ¿Puedes poner firmemente en práctica la verdad? ¿Eres lo bastante valiente para luchar contra todos los hechos de Satanás? ¿Serías capaz de dejar de lado tus emociones y dejar a Satanás al descubierto por causa de Mi verdad? ¿Puedes permitir que Mis intenciones se cumplan en ti? ¿Has ofrecido tu corazón en el momento más crucial? ¿Eres alguien que hace Mi voluntad? Hazte estas preguntas y piensa a menudo en ellas” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13). Sentí que las palabras de Dios me interpelaban, sobre todo cuando vi las partes que dicen: “¿Eres alguien que ha mostrado consideración por Su carga? ¿Puedes tú practicar la justicia por Él?”. “¿Eres lo bastante valiente para luchar contra todos los hechos de Satanás?”. Me sentí especialmente avergonzada y culpable. Dios espera que podamos acatar Su voluntad y que rápidamente tomemos una postura para exponer y detener a quienes perturban la obra de la iglesia, para proteger los intereses de la iglesia. Pero, en cuanto a mí, hacía tiempo que conocía a Li Yan, había visto que ella no hacía trabajo práctico y no aceptaba críticas, y yo sabía muy bien que, si no la destituían, tanto la obra de la iglesia como la entrada en la vida de los hermanos y hermanas se verían perjudicadas. Pero pensé en cómo me había ayudado y me preocupaba que ella me odiara cuando descubriera que yo la había denunciado, y que dijera que yo carecía de conciencia. Entonces, para proteger nuestra relación, no quería informar sobre sus problemas, incluso cuando veía con claridad que ella no hacía trabajo práctico, lo que causaba que varios incrédulos no fueran echados de la iglesia a tiempo y continuaran perturbando la vida de iglesia. ¡Yo fui muy egoísta y despreciable! Al violar los principios de la verdad, ayudar y proteger a una falsa líder, y permitirle perturbar la vida de iglesia, ¿no me había convertido en una lacaya de esta falsa líder y no había sido cómplice de sus acciones malvadas? Al darme cuenta de esto, me odié a mí misma por no denunciar a Li Yan a tiempo, y decidí hablar sobre sus problemas con la líder de inmediato.
Después, la líder superior me hizo pedir evaluaciones de los hermanos y hermanos sobre Li Yan, y luego, con base en su desempeño constante, se decidiría si debía ser destituida. Si se decidía que era una falsa líder, yo debía acompañarla y destituir a Li Yan. Dudé un poco cuando la líder superior dijo eso, y pensé: “Li Yan me ayudó mucho tras mi destitución. Si la expongo y ayudo a que los demás la disciernan, ella dirá que yo carezco de conciencia”. Me sentí dividida y no quise exponerla. Entendí que mi estado era incorrecto, por lo que oré a Dios y busqué para corregir mis dudas. Encontré este pasaje de las palabras de Dios: “¿Quién es Satanás, quiénes son los demonios y quiénes son los enemigos de Dios, sino los opositores que no creen en Dios? ¿No son esas las personas que son desobedientes a Dios? ¿No son esos los que verbalmente afirman tener fe, pero carecen de la verdad? ¿No son esos los que solo buscan el obtener las bendiciones, mientras que no pueden dar testimonio de Dios? Todavía hoy te mezclas con esos demonios y tienes conciencia de ellos y los amas, pero, en este caso, ¿no estás teniendo buenas intenciones con Satanás? ¿Acaso no te estás compinchando con los demonios? Si hoy en día las personas siguen sin ser capaces de distinguir entre lo bueno y lo malo, y continúan siendo ciegamente amorosas y misericordiosas sin ninguna intención de buscar la voluntad de Dios y siguen sin ser capaces de ninguna manera de albergar las intenciones de Dios como propias, entonces su final será mucho más desdichado. Cualquiera que no cree en el Dios en la carne es Su enemigo. Si puedes tener conciencia y amor hacia un enemigo, ¿no careces del sentido de justicia? Si eres compatible con los que Yo detesto y con los que estoy en desacuerdo, y aun así tienes amor o sentimientos personales hacia ellos, entonces ¿acaso no eres desobediente? ¿No estás resistiéndote a Dios de una manera intencionada? ¿Posee la verdad una persona así? Si las personas tienen conciencia hacia los enemigos, amor hacia los demonios y misericordia hacia Satanás, ¿no están perturbando de manera intencionada la obra de Dios?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo). Las palabras de Dios me afectaron mucho. El pasaje decía con claridad que quienes buscan la verdad y sostienen la obra de la iglesia deben ser tratados con amor, pero lo que desprecian la verdad y perturban la obra de la iglesia deben ser detestados y abandonados. Pero aunque yo vi con claridad que Li Yan no hacía trabajo práctico y que perturbaba la obra de la iglesia, aún la traté con amabilidad y no la denuncié de inmediato. Después, al momento de exponerla y de ayudar a otros a ganar discernimiento y a aprender lecciones, me vi asolada por las preocupaciones, y me preocupaba que ella me odiara y dijera que era una traidora ingrata. Por eso, traicioné mi conciencia, la protegí y la amparé. En verdad carecía de humanidad. ¿Dónde estaba mi lealtad hacia Dios? ¿No me había convertido en lacaya de Satanás? Aunque disfrutaba mucho del sustento de Dios, lo traicioné. No me alteraba permitir que sufrieran la obra de la iglesia ni la entrada en la vida de mis hermanos y hermanas, siempre que mis intereses personales estuvieran salvaguardados. ¡Carecía de conciencia y humanidad! Si seguía sin arrepentirme y practicar la verdad, con el tiempo, Dios se hartaría de mí y me descartaría.
Después, leí un par más de pasajes de las palabras de Dios. “Si Dios quiere salvarte, sin importar los servicios de quién utilice para lograrlo, primero debes agradecer a Dios y aceptarlo de Dios. No debes dirigir tu gratitud únicamente hacia las personas, por no hablar de ofrecer tu vida a alguien en agradecimiento. Esto es un grave error. Lo fundamental es que tu corazón esté agradecido a Dios y que lo aceptes de Él” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué es buscar la verdad (7)). “Ayudar a alguien que lo necesita, en el momento y lugar adecuados, es un fenómeno muy normal. También es responsabilidad de cada miembro de la raza humana. Es simplemente una especie de responsabilidad y obligación. Dios dotó a las personas de este instinto cuando las creó. […] Ayudar a la gente y ser bueno con ella es algo que se da casi sin esfuerzo para los seres humanos, es parte del instinto humano, y algo que las personas son completamente capaces de realizar. No hay necesidad de darle la misma importancia que a la gracia. Sin embargo, muchas personas lo equiparan a la gracia, y siempre están hablando de ello y retribuyéndolo constantemente, pensando que si no lo hacen, no tienen conciencia. Se menosprecian a sí mismos y se desprecian, llegan a preocuparse por ser reprendidos por la sociedad. ¿Es necesario preocuparse por estas cosas? (No.) Hay muchas personas que no pueden ver más allá de esto y están constantemente limitadas por esta cuestión. Esto es no entender los principios de la verdad” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué es buscar la verdad (7)). Sí. Dios es el Señor de la creación, reina supremo y orquesta todas las cosas. Cuando estaba en mi punto más débil y negativo, tal vez pareciera que Li Yan me trataba bien con su ayuda y enseñanza, pero, en realidad, todo era el gobierno y los arreglos de Dios, no el cariño de ella hacia mí. Debería haberlo aceptado de parte de Dios y haberle agradecido en lugar de atribuírselo a ella. Además, Li Yan era líder de iglesia, de hecho, era su deber apoyar a los hermanos y hermanas, y resolver cualquier problema en su entrada en la vida. Cuando Li Yan me apoyó y compartió conmigo las palabras de Dios, solo cumplía con su deber. Además, tratar a los hermanos y hermanas con amor, enseñar y apoyarnos mutuamente es una de las exigencias de Dios hacia sus escogidos. Debería haber aceptado el apoyo de Li Yan de parte de Dios y debería haberle agradecido a Él. En cambio, equivocada, lo interpreté como cariño de ella hacia mí y pensé que ella era en verdad una buena persona. La protegí repetidamente debido a mi afecto personal. Sabía con claridad que ella era una falsa líder, pero no quise denunciarla y exponerla. ¡Qué confundida estaba! Debería haber acatado la voluntad de Dios, debería haberme atenido a los principios y debería haber expuesto a la falsa líder para proteger la obra de la iglesia. Solo eso sería una muestra de conciencia y humanidad. Si Li Yan fuera alguien que aceptara la verdad, al ser tratada y expuesta, reflexionaría y llegaría a conocerse, vería su propia corrupción y sus deficiencias, se arrepentiría y lograría la transformación. Esto también la beneficiaría. Si no fuera alguien que aceptara la verdad, y, al ser tratada, no se arrepentía, esto expondría el hecho de que ella no buscaba la verdad y que debería ser destituida. Esto ayudaría tanto a la obra de la iglesia como a la entrada en la vida de los demás. Yo tenía una comprensión absurda de las cosas: siempre creía que tratar con la gente y exponerla la humillaba y lastimaba. Consideraba que algo muy positivo era negativo. Como resultado, siempre estaba limitada por esta creencia errónea y no me atrevía a exponer los problemas de Li Yan. Simplemente, no entendía la verdad y era muy patética. Tras entender eso, tuve una sensación de alivio y dejé de evitar mi responsabilidad. Después, tras la evaluación del desempeño general de Li Yan, se decidió que ella era una falsa líder y se la destituyó. No hizo introspección ni llegó a conocerse en absoluto, e incluso se quejó de que la estaban perjudicando. Dijo que había sido líder durante años, que había renunciado a su oportunidad de ganar dinero en el mundo y que había sufrido innumerables dificultades, por lo que sentía que la iglesia no la trataba con justicia. Después, se obsesionó con la riqueza, aceptó un empleo para ganar dinero y dejó de asistir a las reuniones con regularidad. Tras su destitución, la iglesia organizó elecciones para seleccionar a un nuevo líder, los incrédulos fueron echados, la vida de iglesia ya no fue perturbada, y los variados proyectos de la iglesia pudieron realizarse con normalidad. Al ver todo esto, me sentí mucho más en paz. Estaba muy contenta de haber podido buscar la verdad en esta situación, identificar mis problemas a tiempo y cumplir mi deber.
Después, cuando me encontré con Li Yan, me atacó, diciendo: “¡No quiero ver tu cara! Ahora, todos dicen que soy una falsa líder, y tú les dijiste eso. ¡Te odio!”. Oírla decir eso me alteró bastante, pero yo sabía que todo lo que le había informado a la líder superior eran hechos. Ella era una falsa líder y debía ser expuesta y denunciada. Esto era cumplir la voluntad de Dios. Pero ¿por qué dolía tanto oírle decir que me odiaba? Después leí un pasaje de las palabras de Dios que me dio comprensión sobre la raíz del problema. Las palabras de Dios dicen: “Aunque las personas coman y beban de las palabras de Dios todos los días, oren-lean y contemplen las palabras de Dios a menudo, las opiniones básicas, los principios y los métodos que subyacen a la forma en que ven a las personas y las cosas, cómo se comportan y cómo manejan los asuntos siguen estando de acuerdo con la cultura tradicional. Por lo tanto, el efecto que la cultura tradicional tiene en una persona es hacer que todavía esté sujeta a su manipulación, orquestación y control en su vida diaria. Es como una sombra de la que una persona no puede desprenderse ni liberarse. ¿Por qué ocurre esto? Porque la gente no puede develar, diseccionar o exponer las diversas ideas y opiniones que la cultura tradicional y Satanás han inculcado en lo más profundo de la mente del hombre; no pueden reconocer estas cosas, desentrañarlas, rebelarse contra ellas o abandonarlas; no pueden ver a la gente y las cosas, conducirse o manejar los asuntos en la forma en que Dios le dice a la gente, o en la forma en que Él enseña y elucida. ¿En qué clase de apuro vive todavía la mayoría de la gente debido a esto? Es uno en el que hay un deseo profundo en sus corazones de ver a las personas y las cosas, de conducirse y de manejar los asuntos de acuerdo con las palabras de Dios, de no dar la espalda a la voluntad de Dios ni de ir en contra de la verdad. Sin embargo, sin resistirse y a pesar de ellos mismos, siguen interactuando con la gente, se conducen y manejan los asuntos de acuerdo con los métodos que Satanás enseña. Aunque las personas tengan un corazón sediento de la verdad, quieran tener un tremendo deseo por Dios, quieran ver a las personas y las cosas, conducirse y manejar los asuntos de acuerdo con las palabras de Dios y no ir en contra de los principios de la verdad, las cosas siempre terminan en contra de sus deseos. Incluso después de redoblar sus esfuerzos, el resultado final sigue sin ser el deseado. No importa cómo se esfuerce la gente, no importa cuánto esfuerzo ponga, no importa cuánto se decida y desee alcanzar el amor por las cosas positivas; al final, la verdad que son capaces de practicar y los principios de la verdad que son capaces de mantener en la vida real son pocos y distantes. Esto es lo más frustrante en el fondo del corazón de las personas. ¿Cuál es el motivo de esto? Una parte del motivo no es otra que el hecho de que las diversas ideas y opiniones que la cultura tradicional enseña a la gente siguen dominando sus corazones, controlando sus palabras, acciones, ideas y los métodos y formas en que la gente se conduce y maneja los asuntos. Por lo tanto, reconocer la cultura tradicional, diseccionar y exponer la cultura tradicional, discernirla y desentrañarla y, finalmente, abandonarla para siempre, requiere pasar por un proceso. Esto es muy importante; no es algo que se pueda tomar o dejar, porque la cultura tradicional ya domina el corazón de las personas en lo más profundo, e incluso domina a las personas por completo, haciendo que no puedan evitar dar la espalda a la verdad en sus vidas, en su forma de conducirse y de manejar los asuntos; de modo que no pueden evitar seguir siendo controlados e influenciados por la cultura tradicional hasta el día de hoy” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. ¿Por qué debemos buscar la verdad?). Tras meditar sobre las palabras de Dios, me di cuenta de que yo vivía de acuerdo con los valores de la cultura tradicional y las filosofías satánicas, como “retribuye una gota de amabilidad con una fuente de recompensa”. Tomaba estas ideas como mis principios guía. Creía que debía esforzarme por proteger y retribuir a quienes eran agradables y habían hecho cosas amables por mí, sin importar si eran buenas o malas personas o si actuaban de acuerdo con los principios de la verdad. Incluso si hacían el mal y perturbaban la obra de la iglesia, yo debía encubrirlos, si no, sería porque carecía de conciencia y humanidad. Por estar limitada por estas filosofías satánicas, a pesar de ver con claridad que Li Yan no hacía trabajo práctico y era una falsa líder, retrasé exponerla y denunciarla porque ella me había ayudado antes. Siempre quería darle otra oportunidad y ser indulgente, ser amable y amorosa con ella. No consideraba si la obra de la iglesia y la entrada en la vida de los hermanos y hermanas habían sido dañadas. Era indulgente con las acciones malvadas de una falsa líder y estaba del lado de Satanás, me rebelaba contra Dios y me resistía a Él. Vi que, en esencia, estos valores tradicionales son puras mentiras y falacias usadas por Satanás para engañar y corromper a la gente. No son principios que debamos acatar, Acatar tales ideas solo me haría ser cada vez más ridícula y absurda. Mis pensamientos se confundirían cada vez más, no sería capaz de discernir el bien del mal y solo violaría la verdad y me resistiría a Dios.
Vi otro pasaje de las palabras de Dios que dice: “A veces, la función de la conciencia se ve limitada e influenciada por las emociones y, por lo tanto, nuestras decisiones entran en conflicto con los principios de la verdad. Así, podemos ver claramente un hecho: que la función de la conciencia es inferior a los estándares de la verdad y que, a veces, actuar según tu conciencia puede ser una violación de la verdad. Si crees en Dios, pero no vives de acuerdo con la verdad, y en cambio actúas de acuerdo con tu conciencia, ¿puedes en realidad hacer el mal y resistirte a Dios? Algunas cosas son verdaderamente actos malos. No se puede decir en absoluto que actuar según la conciencia no sea nunca un error. Esto demuestra que si quieres satisfacer a Dios y cumplir con su voluntad, nunca será suficiente con actuar según tu conciencia. Debes actuar de acuerdo con la verdad para cumplir con las exigencias de Dios” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué es buscar la verdad (2)). Sí. Todos deberíamos tener conciencia, pero esa no es la verdad y no podemos remplazarla. Si solo actuamos y nos comportamos de acuerdo con nuestra conciencia en lugar de seguir la verdad, de seguro iremos contra la verdad y resistiremos a Dios. Dios nos pide que amemos lo que Él ama y que odiemos lo que Él odia. Este es el principio que debemos aplicar con los demás. Si un hermano o hermana busca la verdad, entonces, no importa si fue amable conmigo, cuando esa persona enfrente problemas, debo ayudarla con amor. Si comete acciones malvadas o es un falso líder, un malhechor o un anticristo, incluso si ha sido amable conmigo, debería tratarla de acuerdo con los principios, exponerla y denunciarla. Cuando Li Yan perturbó la obra de la iglesia y no aceptó la verdad en absoluto, no se arrepintió ni cambió, sin importar cuánto le habláramos y la ayudáramos, yo no debía protegerla para mantener mi supuesta “conciencia”, sino que debía exponerla y denunciarla de acuerdo con los principios. Al no hacerlo, solo dañaba a los hermanos y hermanas, y dañaba más la obra de la iglesia. Darme cuenta de esto fue esclarecedor, y sentí que tenía una senda de práctica y principios para usar al relacionarme con otros. Después, Li Yan estaba tan alterada por su destitución que no solo empezó a perseguir riqueza y a faltar a reuniones, incluso difundió negatividad entre los otros, con lo que siguió perturbando, y se negó a aceptar enseñanzas y críticas muchas veces. De acuerdo con los principios, debía ser echada. Esa vez, no intenté protegerla otra vez, sino que ayudé a los líderes a reunir las evaluaciones sobre ella de los hermanos y hermanas. Con la aprobación de más del 80 % de los hermanos y hermanas, Li Yan fue echada de la iglesia.
Solo tras experimentar todo esto entendí que acatar la filosofía de Satanás solo obstruye la práctica de la verdad y puede incluso interrumpir la obra de la iglesia. Solo quienes obedecen las palabras de Dios en cómo se comportan y ven las cosas tienen humanidad de verdad y son capaces de proteger la iglesia y satisfacer la voluntad de Dios. Las palabras de Dios corrigieron mis creencias equivocadas y me ayudaron a entender los principios de cómo tratar a los demás.