Encuentro la senda para conocer a Dios

18 Abr 2018

Por Xiaocao, provincia de Shanxi

Un día vi el siguiente pasaje de la palabra de Dios en el artículo “Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús”: “Durante el tiempo en que siguió a Jesús, Pedro observó y tomó en serio todo acerca de Su vida: Sus acciones, palabras, movimientos y expresiones. […] Del tiempo que estuvo en contacto con Jesús, Pedro también vio que Su personalidad era diferente a la de un hombre común. Siempre actuaba con firmeza y nunca con prisa; nunca exageraba ni le restaba importancia a un tema y conducía Su vida de una forma que revelaba un carácter tanto normal como admirable. Al conversar, Jesús hablaba de manera simple y con gracia, comunicando siempre de forma alegre pero serena, y nunca perdía Su dignidad al llevar a cabo Su obra. Pedro vio que Jesús algunas veces era taciturno mientras que, otras, hablaba sin cesar. A veces estaba tan contento que parecía una paloma ágil y vivaz y, sin embargo, otras veces estaba tan triste que no hablaba para nada, y parecía abrumado por la aflicción como una madre cansada y avejentada. A veces estaba lleno de ira como un soldado valiente que corre para matar a un enemigo y otras veces, incluso, parecía un león rugiente. Algunas veces reía; otras veces oraba y lloraba. No importa cómo actuara Jesús, Pedro llegó a tener un amor y respeto sin límites por Él. La risa de Jesús lo llenaba de alegría, Su tristeza lo hundía en la pena y Su ira lo atemorizaba, mientras que Su misericordia, perdón y las duras exigencias que les hacía a las personas lo hicieron llegar a amar a Jesús de verdad y desarrollar verdadera veneración y verdadero anhelo por Él. Por supuesto, no fue hasta que hubo vivido junto a Jesús durante algunos años que llegó a darse cuenta de todo esto poco a poco(“La Palabra manifestada en carne”). Después de leer este pasaje pensé: ¡No es de extrañar que Pedro pudiera alcanzar el conocimiento de Dios! Resulta que fue porque durante el tiempo que vivió junto a Jesús día y noche, él personalmente fue testigo de cada palabra y cada movimiento de Jesús, y de aquello, descubrió más de lo adorable de Dios. Ahora también es la época cuando Dios se hace carne para descender personalmente en el mundo del hombre para obrar. Si yo también pudiera tener la fortuna de poder estar en contacto con Dios y pasar tiempo juntos como la tuvo Pedro, entonces, ¿no conocería también mejor a Dios? ¡Oh! Es una vergüenza que ahora sólo pueda leer la palabra de Dios pero no pueda ver el rostro de Cristo. Entonces, ¿cómo podría ganar el verdadero conocimiento de Dios?

Justo cuando estaba triste y desilusionado por esto, las palabras de Dios me alumbraron: “Conocer a Dios debe lograrse a través de la lectura y la comprensión de Sus palabras. Algunas personas dicen: ‘Yo no he visto a Dios encarnado; así pues, ¿cómo debería conocer a Dios?’. De hecho, las palabras de Dios son una expresión de Su carácter. A partir de la palabra de Dios puedes ver Su amor y salvación hacia los seres humanos, además de Su método para salvarlos… Esto se debe a que Sus palabras las expresa Dios mismo, no las escriben los seres humanos. Han sido expresadas personalmente por Dios; Dios mismo está expresando Sus propias palabras y Su voz interior. ¿Por qué se las llama palabras de corazón? Porque se emiten desde lo más profundo y expresan Su carácter, Su voluntad, Sus pensamientos, Su amor por la humanidad, Su salvación de la humanidad y las expectativas que tiene de esta… Las declaraciones de Dios incluyen palabras severas y palabras amables y consideradas, además de algunas palabras reveladoras que no están alineadas con los deseos humanos. Si solo te fijas en las palabras reveladoras, te podría parecer que Dios es bastante estricto. Si solo te fijas en las palabras amables, te parecería que Dios no es muy autoritario. Por lo tanto, no debes sacarlas de contexto, sino verlo desde todos los ángulos. Algunas veces Dios habla desde una perspectiva amable y compasiva y entonces las personas ven Su amor por la humanidad; otras, Él habla desde una perspectiva muy estricta y entonces las personas ven el carácter de Dios que no tolerará ninguna ofensa. El hombre es deplorablemente sucio y no es digno de ver el rostro de Dios o de acudir ante Él. Que ahora las personas tengan permitido acudir ante Dios se debe meramente a Su gracia. La sabiduría de Dios puede verse a partir de la forma en la que Él obra y a partir del significado de Su obra. Las personas todavía pueden ver estas cosas en las palabras de Dios, incluso sin tener contacto directo con Él(‘Cómo conocer a Dios encarnado’ en “Registros de las pláticas de Cristo”). Las palabras de Dios me hicieron ver de repente la luz. ¡Sí! El Dios en la carne de los últimos días ya ha usado Su palabra para expresarle todo Su carácter al hombre, permitiéndole al hombre ver a través de la palabra de Dios, Su gran poder, Su supremacía, Su humildad y escondimiento y Su encanto y además entender Sus gozos y tristezas, y saber todo lo que Él tiene y es. Esto es suficiente para mostrar que leer la palabra de Dios y experimentar la palabra de Dios es el único camino para conocer a Dios. Si me alejo de la palabra, ¿qué entonces si incluso veo a Dios en la carne? ¿No vieron los fariseos también a Jesús en aquel entonces? Así que, ¿por qué clavaron a Jesús en la cruz? ¿No fue porque no escucharon las palabras de Jesús, fueron arrogantes y neciamente se aferraron a sus propias concepciones e imaginaciones y se resistieron y condenaron al Señor Jesús basados en ese pedacito de las escrituras que entendían? Por otro lado, Pedro pudo conocer a Jesús porque pudo dejar ir sus propias concepciones e imaginaciones, escuchar de cerca las palabras del Señor Jesús, y fue bueno para contemplar con cuidado cada palabra y frase pronunciada por Jesús. A través de las declaraciones y la obra del Señor Jesús, llegó a conocer el carácter de Dios y todo lo que Él tiene y es, obteniendo finalmente un conocimiento verdadero de Dios. ¿Acaso este hecho irrefutable no explica suficientemente que el hombre sólo puede conocer a Dios por medio de Su palabra? Además, dado que la obra principal del Dios en la carne de los últimos días es la obra de la palabra, ¿no me beneficia esto para llegar a conocer a Dios?

Cuanto más recordaba mi razonamiento lógico, más sentía mi propia miseria, insensatez y puerilidad. Todos los días tuve la palabra de Dios en mis manos, comí y bebí la palabra de Dios, leí la palabra de Dios y experimenté la palabra de Dios, pero no amé la palabra de Dios entrañablemente, pensando que sólo podía conocer a Dios viendo el rostro de Cristo. ¡Realmente estaba viviendo una vida bendita sin apreciarla! ¡Oh Dios! Gracias por revelar y cambiar mi manera equivocada de conocer y hacerme ver la senda para conocer a Dios. De ahora en adelante, anhelaré leer Tu palabra, contemplar Tu palabra, buscar entender Tus alegrías y tristezas por medio de Tu palabra, descubrir más de Tu encanto para llegar a conocerte aún más profundamente.

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