¿Por qué tengo tanto miedo de que me superen?

23 Oct 2022

Por Yang Peiqi, China

Tras graduarme en 2017, empecé mi deber en la iglesia. Entre los hermanos y hermanas que me rodeaban, yo era la más joven, y era la que menos tiempo hacía que creía en Dios y cumplía mi deber, pese a lo cual me ascendieron repetidamente, por lo que siempre tenía una sensación de superioridad. En diciembre, me pusieron a cargo del trabajo de riego de varios grupos. La líder de la iglesia vino a hablar conmigo y me alentó a cumplir bien mi deber. Me sentí muy halagada. La líder solía estar muy ocupada con el trabajo, que viniera a hablar conmigo me hizo pensar que la líder estaba contenta con mi ascenso. Pensé que tal vez me mencionaría a los demás hermanos y hermanas, tras lo cual sin dudas ellos me admirarían y me elogiarían por ser ascendida tan rápido y siendo tan joven. Ese pensamiento me hizo muy feliz. Después de un tiempo, noté que la hermana Ai aprendía rápidamente a regar a los recién llegados. Los hermanos y hermanas hablaban muy bien de ella, y, al final, la eligieron líder de grupo. Debería haber estado feliz por esto, pero sentí una repentina preocupación en mi corazón: “La hermana Ai es tan sobresaliente que tal vez la asciendan pronto”. De pronto tuve una sensación de pérdida. Todos se concentraban en ella, y ella lo hacía mejor que yo desde el principio. Si volvían a ascenderla, la líder de seguro la tendría en alta estima, y tal vez hablaría seguido de ella con los hermanos y hermanas, y ya nadie me tendría a mí en alta estima. Mi corazón de pronto se sintió vacío, y yo estaba muy triste. No quería que esto sucediera. Ni siquiera quería que la hermana Ai siguiera siendo líder de grupo.

Poco después de un mes, noté que el trabajo que supervisaba la hermana Ai era mucho menos efectivo. Tras investigar, supe que la hermana Ai se había vuelto complaciente tras convertirse en líder de grupo, que alardeaba frente a otros y cumplía su deber sin buscar principios, por lo que su trabajo era mucho menos efectivo. Pensé: “La hermana Ai no siguió la senda correcta como líder de grupo, lo que entorpecía el trabajo. ¿Acaso no es apta para ser líder de grupo?”. De pronto, mis ojos se iluminaron. Si la hermana Ai no era líder de grupo, no sería ascendida. Le dije a mi compañera, la hermana Liu, rápidamente: “Como líder de grupo, buscó el prestigio y el estatus, y los resultados de su trabajo decayeron. Ya no es apta para ser líder de grupo”. Para convencer a la hermana Liu para que estuviera de acuerdo conmigo, también dije: “Antes trabajé con la hermana Ai. Todos decían que tenía poca aptitud y que no sería una buena líder de grupo”. La hermana Liu escuchó lo que dije y sugirió que lo denunciara a la líder de la iglesia. Pero tras leer mi carta, la líder me escribió diciendo que la hermana Ai solo estaba en un mal estado temporariamente, pero aún podía hacer algo de trabajo práctico, y me pidió que ayudara más a la hermana Ai. Después de un tiempo, vi que el estado de la hermana Ai no había mejorado. No solo no la ayudé, sino que estaba empezando a cansarme de ella. Incluso traté con ella con impaciencia, le dije que no buscaba la verdad y que los resultados pobres de su trabajo se debían a su búsqueda de prestigio y estatus. Después de que yo tratara con ella así, la hermana Ai se volvió aun más negativa. Empezó a limitarse a sí misma, su estado empeoró cada vez más, y yo estaba incluso más convencida de que ella ya no podía ser líder de grupo. Volví a informarle a la líder de la iglesia, pero la líder respondió que la hermana Ai podía aceptar la verdad y necesitaba algo de tiempo para corregir su estado. Esto no me gustó nada. El estado de la hermana Ai era terrible, ¿por qué debía ser líder de grupo? Esto no podía ser. Debía pensar en la obra de la iglesia. Por eso, le escribí a otra líder de la iglesia y dije: “Cuando la hermana Ai se convirtió en líder de grupo, buscó prestigio y estatus, lo que ha alterado y perturbado nuestro trabajo. Ya no puede ser líder de grupo”. En ese momento, mis palabras no era objetivas, y yo engañé a la líder de forma deliberada. Como resultado, la líder destituyó a la hermana Ai. Supe que después ella se volvió muy negativa y que se limitaba a sí misma. Me sentí un poco culpable, pero no lo pensé después de hacerlo.

Pasado un tiempo, algunos hermanos y hermanas escribieron para señalar que habíamos sido muy arrogantes al destituir a la hermana Ai. Según los principios, ella podía hacer algo de trabajo práctico, y ahora que la habían destituido, no podíamos hallar un líder de grupo adecuado para remplazarla, por lo que el trabajo seguía siendo pobre. Tras leer esta carta, me asusté un poco. Sabía que había alterado y perturbado la obra de la iglesia. Un día, leí en la palabra de Dios: “Ya que los anticristos buscan la reputación y el estatus, su discurso y sus acciones están seguramente destinados a conservarlos. Ponen la reputación y el estatus por encima de todo. Si hay una persona de buen calibre que busca la verdad en torno a un anticristo, alguien que tiene cierto prestigio entre los hermanos y hermanas, que es elegido líder de grupo y recibe el aprecio y la alabanza de todos los hermanos y hermanas, ¿qué será del anticristo? Con seguridad, se sentirán infelices de corazón y se pondrán celosos. Y si de verdad sienten celos de esa persona, ¿qué harán? En primer lugar, cavilarán algo como esto: ‘Esta persona no tiene mal calibre. Sabe un poco del trabajo; de hecho, es mejor que yo. Esto le resultará ventajoso a la casa de Dios, pero no a mí. ¿Me va a robar mi estatus? ¿Y si realmente me sustituye? ¿No me encontraría entonces en un aprieto? Tengo que dar el primer paso. Si un día extiende sus alas, entonces ya no podré manejarlo fácilmente. ¿No será entonces demasiado tarde? Será mejor que actúe cuanto antes; si espero demasiado, me tendrá en desventaja. Entonces, ¿qué debo hacer? ¿Dónde debo actuar exactamente? Tengo que encontrar una excusa, una oportunidad’. Si alguien quiere hacer sufrir a otro, ¿os parece que le sería fácil encontrar una excusa u oportunidad para hacerlo? ¿Cuál es uno de los trucos que utiliza el diablo? (El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo). Correcto, el que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo. Tal es el tipo de lógica y situación que existe en el mundo de Satanás. Sin duda no existen semejantes cosas donde está Dios, pero un anticristo de seguro las hace. Un anticristo piensa: ‘El que quiere culpar a alguien siempre encontrará un motivo. Voy a lanzar una acusación contra ti, buscaré una oportunidad para hacerte sufrir y te bajaré los humos, para que los hermanos y hermanas dejen de pensar tan bien de ti y no te voten la próxima vez como líder de grupo. De esta manera, ya no me sentiré amenazado, ¿verdad? Si elimino los futuros problemas antes de que puedan aumentar y me deshago de un oponente, entonces me sentiré más seguro, ¿verdad?’. Con tantas cosas bullendo en su cabeza, ¿pueden parecer pacíficos de cara al exterior? Al tener una naturaleza de anticristo, ¿son capaces de enterrar estos pensamientos y no ponerlos en práctica? Por supuesto que no. Sin duda, se les ocurriría una forma de proceder con ellos. Esto es lo que hace que un anticristo sea perverso(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden a cambio de su propia gloria (II)). Dios revela que tienen actitudes desalmadas. Recurrirán a cualquier medio para oprimir y castigar a cualquiera que amenace su estatus, incluyendo esparcir rumores, calumniar y tender trampas. Me di cuenta de que en la destitución de la hermana Ai, mi conducta fue igual a la de un anticristo. Cuando vi que la hermana Ai progresaba más rápido que yo, me preocupó que la ascendieran y que luego los demás pensarán mejor de ella que de mí, por lo que no pude esperar a que cometiera un error y ya no fuera la líder de grupo. Cuando vi que ella buscaba prestigio y estatus, y que su trabajo no era efectivo, intenté usarlo como excusa para destituirla y, deliberadamente, dije que tenía poca aptitud, con la esperanza de engañar a la líder para que creyera que el problema era grave. Cuando la líder me pidió que la ayudara, no lo hice, esperé que su estado siguiera siendo malo para que la destituyeran lo antes posible. Al ver que la líder no la destituiría, hallé otra líder para que lidiara con el asunto. De hecho, yo sabía que la hermana Ai solo mostraba un carácter corrupto, que estaba dispuesta a reflexionar y arrepentirse y que, con ayuda y apoyo, podría continuar su deber cuando corrigiera su estado. Pero para evitar que la ascendieran o que los líderes, los hermanos y las hermanas la tuvieran en alta estima, aproveché su corrupción para regañarla, y la culpé porque su trabajo no era efectivo, lo que la volvió aun más negativa. No me detuve hasta que la destituyeron. Cuando reflexioné sobre lo que había hecho, vi que mi conducta era igual a la de un anticristo. ¡Era muy desalmada e insidiosa! Recordé que cuando la hermana Ai y yo cumplimos deber juntas, ella me ayudó mucho cuando yo estaba negativa, pero yo no solo no la ayudé cuando ella estuvo negativa, sino que la juzgué por detrás, la oprimí y la castigué. ¿Cómo pude hacer algo tan inhumano? Cuando pensé en lo negativo del estado de la hermana Ai desde su destitución, sentí profundos remordimientos y culpa. El trabajo del grupo que supervisaba la hermana Ai había sido ineficaz por mucho tiempo, y esto tenía mucho que ver conmigo, yo fui quien perturbó la obra de la iglesia. Al pensar en esto, sentí aun más remordimiento y culpa. Esa noche, me escondí bajo mi manta y lloré. Sabía que era una transgresión, una acción malvada. En esa época, estaba muy atormentada. Al pensar en mi acción malvada, solo sentía remordimiento y culpa. Llorando, oré a Dios: “Dios, ya no me animo a oprimir talento. Deseo arrepentirme”.

Después, me pregunté cómo había podido hacer tal cosa sin que mi conciencia se alterara. Leí en la palabra de Dios: “El aprecio de los anticristos por su estatus y prestigio va más allá del de la gente normal y forma parte de su carácter y esencia; no es un interés temporal ni un efecto transitorio de su entorno, sino algo que está dentro de su vida, de sus huesos; por ende, es su esencia. Es decir, en todo lo que hace un anticristo, lo primero en lo que piensa es en su estatus y su prestigio, nada más. Para un anticristo, el estatus y el prestigio son su vida y su objetivo durante toda su existencia. En todo lo que hace, lo primero que piensa es: ‘¿Qué pasará con mi estatus? ¿Y con mi prestigio? ¿Me dará prestigio hacer esto? ¿Elevará mi estatus en la mentalidad de la gente?’. Eso es lo primero que piensa, lo cual es prueba fehaciente de que tiene el carácter y la esencia de los anticristos; si no, no considerarían estos problemas. Se puede decir que, para un anticristo, el estatus y el prestigio no son un requisito añadido, y ni mucho menos algo superfluo de lo que podría prescindir. Forman parte de la naturaleza de los anticristos, los llevan en sus huesos, en su sangre, son innatos en ellos. Los anticristos no son indiferentes a la posesión de estatus y prestigio; su actitud no es esa. Entonces, ¿cuál es? El estatus y el prestigio están íntimamente relacionados con su vida diaria, con su estado diario, con aquello por lo que se esfuerzan día tras día. Por eso, para los anticristos el estatus y el prestigio son su vida. Sin importar cómo vivan, el entorno en que vivan, el trabajo que realicen, aquello por lo que se esfuercen, los objetivos que tengan y su rumbo en la vida, todo gira en torno a tener una buena reputación y un puesto alto. Y este objetivo no cambia, nunca pueden dejarlo de lado. Estos son el verdadero rostro y la esencia de los anticristos(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden a cambio de su propia gloria (III)). Las palabras de Dios revelaban que los anticristos viven por el prestigio y el estatus. Los consideran importantes en su vida, por lo que luchan con otros por prestigio y estatus, e incluso oprimen y castigan a la gente. Para ellos, una acción malvada está justificada. Reflexioné y vi que yo era igual a un anticristo. Me gustaban el prestigio y el estatus, me gustaba que los demás me admiraran y elogiaran, y buscaba el prestigio y el estatus como algo positivo. Cuando me ascendieron, sentía que la líder me tenía en alta estima. Incluso adiviné que la líder me mencionaría a los demás hermanos y hermanas, y que sería objeto de los elogios de todos. Al ver que la hermana Ai progresaba rápido y se convertía en líder de grupo, temí que la ascendieran y que me superara, por lo que ya nadie me tendría en alta estima. Antes de que mis intereses se vieran comprometidos, me llevaba bien con la hermana Ai, pero en cuanto mis intereses se vieron comprometidos, de inmediato revelé que era desalmada y usé tácticas taimadas para oprimirla. Para mantener mi posición en el corazón de la gente, no dudé en tergiversar los hechos y solo quería que la destituyeran. Mi deseo de prestigio y estatus era muy fuerte. Solo podía pensar en conseguir estatus, y cuando la oprimí, mi conciencia ni siquiera se alteró en lo más mínimo. El PCCh solo permite que la gente lo adore y lo siga a él, y cuando alguien amenaza su dictadura, intenta por todos los medios calumniar, condenar, oprimir y perseguir. Para estabilizar su posición, mata sin piedad y daña a inocentes, al punto de que tanto el Cielo como la humanidad lo desprecian y esto ha generado muchos desastres naturales y causados por el hombre. Si yo seguía persiguiendo prestigio y estatus, no había forma de saber qué maldad podría cometer, y, la final, sin dudas sería castigada por Dios por cometer tanta maldad. Me sentía terrible y no quería vivir así. Oraba a menudo, pidiéndole a Dios que me guiara para salir de las ataduras del prestigio y el estatus.

Después, leí dos pasajes de las palabras de Dios y entendí un poco más la esencia de la búsqueda de prestigio y estatus. Las palabras de Dios dicen: “¿Qué usa Satanás para mantener al hombre firmemente bajo su control? (La fama y la ganancia). De modo que Satanás usa fama y ganancia para controlar los pensamientos del hombre hasta que todas las personas solo puedan pensar en ellas. Por la fama y la ganancia luchan, sufren dificultades, soportan humillación, y sacrifican todo lo que tienen, y harán cualquier juicio o decisión en nombre de la fama y la ganancia. De esta forma, Satanás ata a las personas con cadenas invisibles y no tienen la fuerza ni el valor de deshacerse de ellas. Sin saberlo, llevan estas cadenas y siempre avanzan con gran dificultad. En aras de esta fama y ganancia, la humanidad evita a Dios y le traiciona, y se vuelve más y más perversa. De esta forma, entonces, se destruye una generación tras otra en medio de la fama y la ganancia de Satanás(La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único VI). “Las personas piensan que una vez que han obtenido la fama y la ganancia, pueden sacar provecho de ellas para disfrutar de un estatus alto y de una gran riqueza, y disfrutar de la vida. Piensan que la fama y ganancia son un tipo de capital que pueden usar para obtener una vida de búsqueda del placer y disfrute excesivo de la carne. En nombre de esta fama y ganancia que tanto codicia la humanidad, de buena gana, aunque sin saberlo, las personas entregan su cuerpo, su mente, todo lo que tienen, su futuro y su destino a Satanás. Lo hacen sin dudarlo ni un momento, ignorando siempre la necesidad de recuperar todo lo que han entregado. ¿Pueden las personas conservar algún control sobre sí mismas una vez que se han refugiado en Satanás de esta manera y se vuelven leales a él? Desde luego que no. Están total y completamente controladas por Satanás. Se han hundido de un modo completo y total en un cenagal y son incapaces de liberarse a sí mismas(La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único VI). Solo tras leer las palabras de Dios comprendí que la fama y el estatus son los medios de Satanás para corromper a la gente. Si quería escapar de las ataduras de la fama y el estatus, debía ver con claridad cómo Satanás los usa para controlar y dañar a la gente. Cuando era pequeña, la escuela, la sociedad y la familia me decían que debía sobresalir de la multitud en el futuro para poder llevar honor a mí y a mis padres, y para recibir elogios de quienes me rodearan. Estaba de acuerdo con ideas como “destaca entre los demás y honra a los antepasados” y “la fama en esta vida dura por cien generaciones”. Sobre todo cuando veía que se recordaba y veneraba a personas geniales y famosas por generaciones, sentía que valía la pena vivir esa vida, y quería ser una persona así. Tras empezara a creer en Dios, cuando me ascendieron repetidamente y los demás me tenían en alta estima, esperaba que mis hermanos y hermanas me mencionaran entre sí para poder tener un lugar en sus corazones. Eso me dejaría muy satisfecha. Ahora, tras leer las palabras de Dios, sabía que esta búsqueda era sumamente malvada. Solo los demonios y Satanás quieren siempre ocupar el corazón de las personas y dejar una impresión permanente en ellos. El PCCh lucha por establecerse, para que la gente lo adore y lo siga como a Dios, y alberga el delirio de ocupar el lugar de Dios en el corazón de las personas, para que, incluso tras su muerte, se erija una estatua de él y la gente le cante alabanzas por siempre. ¿No era igual mi carácter? Adonde iba, quería un lugar en el corazón de la gente y quería ser elogiada y admirada. Mi ambición era demasiado grande. ¡Era un callejón sin salida! En el pasado, siempre había disfrutado que los demás me tuvieran en alta estima, y sentía que el prestigio y el estatus podrían darme felicidad, pero la verdad es que buscar estatus solo me trajo dolor, me hizo perjudicar a mi hermana, cometer maldad y resistirme a Dios. Pensé en Pablo, quien a menudo daba testimonio de sí mismo y buscaba ser admirado, por lo que muchos creyentes lo han admirado por 2000 años, incluso lo han tratado como a Dios. Pablo llevó a la gente ante sí mismo y ofendió el carácter de Dios, por lo que fue castigado por Dios y ahora sigue ardiendo en el infierno. ¡Esa es una lección para nosotros!

Después, busqué una senda de práctica en las palabras de Dios. Las palabras de Dios dicen: “Cuando tienes el impulso y el deseo constantes de competir por el estatus, debes darte cuenta de los males a los que te llevará este tipo de estado si no lo resuelves. Así que no pierdas tiempo en buscar la verdad, elimina tu deseo de competir por el estatus antes de que crezca y madure, y reemplázalo con la práctica de la verdad. Cuando practiques la verdad, tu deseo de competir por el estatus disminuirá y no interferirás con el trabajo de la iglesia. De esta manera, Dios recordará tus acciones y las alabará. ¿Qué es lo que estoy tratando de enfatizar? Se trata de lo siguiente: debes deshacerte de tus deseos y ambiciones antes de que fructifiquen y te conduzcan a una gran calamidad. Si no te ocupas de ellos cuando todavía están en su fase inicial, perderás una gran oportunidad; y una vez que te hayan llevado a una gran calamidad, será demasiado tarde para solucionarlos. Si no tienes ni siquiera la voluntad de renunciar a la carne, te será muy difícil encaminar tus pasos por la senda de la búsqueda de la verdad; si te topas con contratiempos y fracasos en tu búsqueda de prestigio y no entras en razón, esto resulta peligroso. Existe la posibilidad de que seas descartado. Cuando los que aman la verdad encuentran uno o dos fracasos y contratiempos en cuanto a su reputación y estatus, son capaces de abandonar por completo el estatus y la reputación. Pueden ver claramente que la reputación y el estatus no tienen ningún valor, y están decididos a que, aunque nunca tengan estatus, seguirán buscando la verdad y realizando su deber correctamente, y seguirán hablando de sus experiencias y su testimonio, y así lograrán el testimonio de Dios. Incluso cuando son seguidores corrientes, son capaces de seguir hasta el final, y lo único que quieren es recibir la alabanza de Dios. Solo estas son personas que aman realmente la verdad y tienen determinación. Tras observar cómo la casa de Dios descarta a muchos anticristos y malvados, algunos de los que buscan la verdad contemplan el fracaso de los anticristos y reflexionan sobre la senda que estos han tomado. A partir de ahí, adquieren una comprensión de la voluntad de Dios, deciden ser seguidores corrientes y se concentran en buscar la verdad y hacer bien su deber. Aunque Dios diga que son hacedores de servicio o degenerados, se contentan con ser alguien humilde a ojos de Dios, un seguidor pequeño e insignificante, pero que al final es calificado de criatura aceptable por Dios. Solo esta clase de persona es buena, y Dios solo alabará a esta clase de persona(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden a cambio de su propia gloria (III)). Pensé en Pedro. Él no buscaba el estatus o que la gente lo tuviera en alta estima. En cambio, se concentró en buscar el amor a Dios, y en todas las cosas, se exigía practicar la verdad para satisfacer a Dios. Al parecer, no era tan famoso como Pablo, pero tomó la senda del éxito. Dios elogió su búsqueda, y, al final, perfeccionó a Pedro. Pablo no buscó la verdad, y aunque lo alababan innumerables creyentes, él siguió la senda del fracaso y su carácter nunca cambió. Al final, fue descartado y castigado por Dios. Yo había creído en Dios todos estos años, y aunque me habían ascendido muchas veces, no buscaba la verdad y no atesoraba la oportunidad de cumplir mi deber. En cambio, siempre buscaba fama y estatus, y desperdicié las oportunidades que Dios me dio de ganar la verdad. Todo lo que recibí de cumplir mi deber fueron arrepentimientos y deudas. Vi que buscar estatus en mi fe en Dios no es el camino correcto. Lo que más importa es buscar la verdad y conducirnos según las exigencias de Dios. Solo así podemos ganar la aprobación de Dios y ser salvados por Él. Además, hallé una senda de práctica en las palabras de Dios. Cuando quiero competir con otros por fama y estatus, debo ir ante Dios, orar, abandonarme y practicar la verdad. Solo así puedo no seguir mi carácter satánico y hacer las cosas que se oponen a Dios.

Después, planificamos entrenar a la hermana Wang y luego ascenderla para que trabajara con nosotros en su deber. Pero cuando vi que los demás decían que tenían aptitud y comprensión, empecé a dudar. Ella era más joven que yo y tenía aptitud. Si la ascendían, ¿no me superaría pronto? ¿Aún me admirarían los demás? ¿Sería mejor no entrenarla? Me di cuenta de que otra vez intervenía mi deseo de prestigio y estatus, por lo que oré a Dios y me abandoné de inmediato. Sabía que la obra de la iglesia requiere la cooperación de todo tipo de talentos. Oprimir el talento es arruinar la obra de la iglesia y ser hostil a Dios. Por eso, me abandoné conscientemente y entrené a la hermana Wang, con la esperanza de que pudiera trabajar lo antes posible. Cuando practiqué así, me sentí muy en paz y segura.

A través de estas experiencias, vi que sin el juicio y la revelación de las palabras de Dios, no habría podido hacer introspección, solo habría vivido en mis actitudes satánicas, habría podido cometer maldades y resistirme a Dios en cualquier momento. Ahora, me conozco un poco. Este es el resultado de leer la palabra de Dios, y es la salvación de Dios para mí.

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